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escuela de vida |
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I-MENSAJES DE ÉXITO |
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MENSAJES DE ÉXITO
¿Cuántos alguna vez tuvieron la sensación de que alguien las estaba rechazando, que no les daba importancia, las ignoraba...?
¿Cómo se llamaba la esposa de Noé? ¿Cómo se llamaba la esposa de LOT? ¿Cómo se llamaba la mujer pecadora que se acercó a Jesús? ¿Cómo se llamaba la esposa de Sancho Panza? Cervantes le puso a la mujer de Sancho Panza en toda la historia tres nombres diferentes; a veces la llamaba Teresa, a veces María, a veces Juana.
¿Cómo se llamaba tu tatara-abuela? ¿Cómo se llama la cajera que te cobra en el supermercado chino? ¿Cómo se llamaba la hija de faraón, quien recogió a Moisés del agua? ¿Cómo se llamaba la esposa de Potifar, la que acosó a José? ...No sabemos.
¿Vieron cuántas mujeres son ignoradas? Leemos la historia, pero ni siquiera conocemos su nombre; pero a pesar de que el nombre de estas mujeres ha sido ignorado, tienen historias para contar; y nosotrás hoy contamos sus historias. Quiere decir que a pesar de que han sido ignoradas por su nombre, ellas fueron protagonistas de sus vidas. Y de eso se trata la vida: de ser protagonista; no de hacer un papel secundario. Y eso no tiene nada que ver con que te hayan rechazado o con que te hayan ignorado, sino con que vos te atrevas a ser la protagonista de tu vida. El rechazo es un mito; en realidad el rechazo no existe. Por ejemplo: si yo llamo a alguien y no me responde, y digo "no me miró; me está ignorando." Si le pregunto a alguien: "¿me invitás a cenar esta noche?" Y me responde que no, ¿qué es lo que yo perdí? Si yo antes de preguntarle no tenía a nadie con quién cenar, y me dice que no, estoy igual que antes; o sea que no perdí nada por ese no. Si un hombre te invita a salir, y después no te vuelve a llamar ¿perdiste algo? Antes estabas sola, y ahora sin él ¿no estás igual que antes? O sea que no pediste nada. El rechazo no existe. Si vas a una entrevista laboral y no te dan el trabajo, ¿perdiste algo? Antes no tenías trabajo, ahora estás en la misma situación que antes. El rechazo no existe. ¿Cuál es el problema del rechazo? ¿Cuál es el problema cuando te dicen que no? ¿Cuál es el problema cuando te ignoran? El problema es el diálogo interno que empieza a producirse en tu cabeza, ese es el gran problema. El problema no es el rechazo o que alguien te ignoró; no es la situación en sí, sino lo que te hablás internamente. Todas las preguntas que nos hacemos después que una persona -una pareja, una amiga, un jefe-nos dijo que no a algo, son dolorosas según cómo recibo yo esas palabras. Porque hay un secreto: cuando te atacan un área, esa área es la más fuerte de tu vida. Cuando vos podés empezar a pensar positivamente sobre ese aspecto, cuando vos podés empezar a pensar con pensamientos cariñosos hacia tu vida, entonces te vas a dar cuenta que podés transformar transformar todo rechazo que en una gran bendición.
1) "El rechazo no me va a detener" Cuando te rechacen no te des por vencida; cuando alguien te rechace no te quedes en el rechazo; decí: "que pase el próximo". Si alguien te rechaza, no te quedes estancada en el rechazo, en el resentimiento, en la anécdota; insistí con el siguiente, "que pase el que sigue". Había un hombre llamado Harland Sanders que tenía una receta especial para cocinar pollo frito; era un receta única. Fue a ofrecerle su negocio a trescientas personas, que probaron el pollo frito... las trescientas personas le dijeron "esto no va a funcionar, no me interesa." Hasta que un día alguien creyó en su idea. Hoy esta persona tiene en Estados Unidos y en ochenta países ¡once mil restaurantes donde se sirve su pollo frito! Por eso cuando te rechacen vas a hacer un gesto de "¿qué me importa?" Si te dicen: "no te voy a dar el trabajo, no te quiero, no servís para nada, lo tuyo no sirve, nunca vas a llegar a nada" ¿qué tenés que hacer? "Que pase el próximo". Alguien en algún lugar y en algún momento va a decirte que sí; a alguien -en algún lugar y en algún momento- Dios lo tiene preparado para darte la sorpresa: te va a decir que sí. La mujer del relato de la Biblia, que estaba enferma de flujo de sangre, dice que recorrió todos los médicos, y todos le decían que no tenía cura. Hasta que un día ella fue a Jesús, tocó el borde del manto de Jesús, y el Señor le dijo: "sí, estás sana, ha llegado sanidad a tu vida." ¿Y por qué siempre vamos a obtener el sí? Porque ya hay un sí previo al sí humano; hay un sí previo que es el sí divino , que Dios ya puso en tu vida. Es el sello de que todo lo que hagas te va a salir bien; Dios ya lo puso sobre tu vida. Y antes del sí humano hubo un sello que puso Dios sobre tu vida. Jesús le dijo a sus discípulos: "vayan a predicar, y si alguno no los acepta ustedes sacúdanse el polvo de los pies". Eso es lo que tenes que hacer cuando te rechacen: sacudir el polvo de tus pies y decir: "que pase el próximo". No somos de las que retrocedemos, somos de las que vamos por más y seguimos avanzando. A mí me dio mucha bronca cuando una editorial rechazó mi primer libro; y después me di cuenta... ¿qué perdí yo? Si igual el libro estaba, la gente lo leía, solo que no estaba en una editorial. Hasta que me di cuenta que hay que golpear la puerta correcta. ¿Cómo se conoce la puerta correcta? Cuando seguís diciendo: "el próximo". Porque aunque uno no sabe cuál es la puerta correcta, uno va golpeando; la puerta correcta viene después que hiciste pasar al próximo, al próximo, al próximo. Y en un momento la puerta se te va a abrir. A mí ya se me abrieron como seis editoriales. Una me rechazó, pero se abrieron seis; porque dije: "que pase el próximo". 2) "Cuando me rechacen no le voy a leer la mente a nadie" Es muy común que las mujeres rechazadas vivan leyéndole la mente a los demás. Por ejemplo: "yo no le digo nada a él, porque si se lo pido no va a querer dármelo"; "no... mejor no le digo esto a ver si se enoja"; "él no va a poder acompañarme, yo creo que va a decirme que no, yo creo que se va a enojar", y así vivimos leyéndole la mente a los demás. Las mujeres muchas veces hacemos eso, generalmente ya tenemos la respuesta del otro en nuestra cabeza, y actuamos tratando de leerle la mente a los demás. Esas frases nacen del registro mental de un rechazo anterior. Cuando vos respondés antes de que te respondan, es porque hay un registro mental de rechazo; pensás que el otro instantáneamente te va a decir que no, te va a rechazar. "Paloma mía, ¿por qué te escondes?.." "...estás escondida en los agujeros de la peña de la montañas" ¿Por qué se escondía esta mujer? Porque le daba vergüenza su color de piel. Cantares en el capítulo uno dice: "no se fijen en mi tez morena ni que el sol me bronceó la piel." Le daba vergüenza su color de piel oscura... "si mi amado ve el color de piel me va a rechazar" ¿y por qué viene esto? Porque en esa época la piel pálida y blanca era el parámetro de la belleza; la mujer que tenía la piel pálida y blanca indicaba que esa mujer tenía una vida de ocio, y que tenía origen de la alta alcurnia, era de un nivel elevado. En cambio la mujer de piel morena era la mujer que tenía que trabajar en el campo, era la mujer que tenía que pasarla difícil para lograr lo que quería, para poder subsistir. Y a esa mujer le quedaba la piel bronceaba; por eso no era bien vista una mujer que tenía la piel bronceada. El rechazo que recibiste en algún momento de tu vida hace que te escondas, hace que no te arriesgues, hace que digas todo el tiempo: "no es para mí, no me lo van a dar, no me corresponde". La mujer rechazada empieza a juzgarse a sí misma, porque le dijeron antes que no era digna y se lo creyó. ¿Cuál fue la expresión del amado cuando conoció a esta mujer? Le dijo: "bella entre las bellas, cuán bella eres amada mía; cautivaste mi corazón". ¡Ella se escondía y el otro estaba enamoradísimo! Vos pensás: "no me van a dar ese trabajo" y el otro está pensando: "cómo me gustaría que viniera a trabajar conmigo". Vos pensás: "ese hombre no me va a dar ni la hora" y él está diciendo: "cómo me gustaría que me mire". No hagas hablar a la gente por tu propia boca; dejá que la gente se exprese como quiere. Si te tiene que decir que no, te lo va a decir; si te tiene que decir que sí, gloria a Dios, y sino ...¡que pase el próximo! No tenés que leerle la mente a nadie. Eso te va a liberar, te va a ayudar a arriesgarte en la vida. No tenés que adelantarte a la respuesta ajena; buscá la respuesta de la boca de la persona, no la respuesta de tu mentalidad de rechazo, ni de las palabras incorporadas en tu mente. Andá a la fuente, a la persona misma. No le inventes palabras, no inventes discursos en el otro. Eso también lo hacemos con nuestros hijos: "yo te diría que ni vayas a pedírselo tantas veces". O decís: "pastora yo quería hablar con usted pero una mujer me dijo: ni se te ocurra hablar con la pastora porque no te va a atender" ¡y yo atiendo a todo el mundo!, mientras tenga tiempo atiendo a todo el mundo. Pero alguien te habló desde su propio rechazo. Vos tenés que ir a la fuente. La lectura mental es producto del rechazo. Tenés que ir al de arriba de todo, que te va a decir que sí. Cuando alguien te diga... "a mi me parece que te va a decir que no"
"...a mí no me parece nada; yo voy a ir y le voy a preguntar" "a mí me parece que ese trabajo no es para vos"
"...a vos no te parece nada y a mí tampoco; yo voy a ir y me voy a presentar" "a mí me parece que esa ropa no es para vos"
"...vos no te preocupes; yo me la voy a ir a poner y voy a ver qué es lo que habla mi aceptación de mí misma". Nunca te rechaces, porque no hay peor rechazo que el rechazo de una misma. Porque la rechazada se rechaza a sí misma y rechaza a los demás, y quiere que los demás también se sientan rechazados. Hay padres que le dicen a los hijos: "ni se te ocurra pensar en ir a esa universidad porque ese no es tu ambiente..." ¿Quién dijo que no es tu ambiente? "Porque es muy cara la facu, vos no sos de ese lugar; ¿querés ir a estudiar? ¿ahí vas a ir a estudiar?", porque le metemos rechazo a nuestros hijos. Si nuestros hijos dicen que pueden, vos tenés que fortalecer eso que ellos están creyendo de ellos mismos: "dale, yo sé que podés, lo vas a lograr, te apoyo y te bendigo en el nombre del Señor". No le transmitas rechazo a tus hijos. 3) "Tengo que levantar un monumento y no un muro con las piedras del rechazo" Alguien te soltó una palabra de rechazo y esa palabra estalló en tu vida, en tu cara, y han quedado piedras desparramadas en toda tu vida, ¿qué tenés que hacer? Tenés que buscar esas piedras. Lo más importante es lo que vas a hacer con esas piedras, con ese dolor del rechazo, con esa sensación de miedo, con esa negatividad para arriesgarte; qué vas a hacer con esas piedras que han quedado sueltas después del rechazo... Vos podés construir un muro o construir un monumento. ¿Qué es un muro? Una fortaleza. Vos vas construyendo alrededor un muro alto, alto, alto, para que nadie vuelva a lastimarte o a herirte, parece que te protege de lo que te daña. Son esas mujeres que -como se han sentido rechazadas- tienen un carácter feo, porque no quieren que nadie las vuelva a rechazar, y viven rechazando y menospreciando a los demás. Mujeres que tienen conductas emocionales desordenadas: lloran, mañana están contentas, pasado mañana gritan; mañana se tiran los pelos; porque no saben qué hacer con su conducta emocional. Son esas mujeres que tienen conductas sexuales desordenadas. ¿Cómo puede ser que -por ejemplo- recién separada puedas construir una relación sana, si todavía no sanaste las heridas anteriores? ¿Por qué te estás apurando? Porque tenés miedo de volver a ser rechazada; no le das tiempo a la sanidad. Cada vez que vos te apurás en algo y no tenés tiempo para sanarte, estás cometiendo el peor error de tu vida, porque vas a volver a ser rechazada, porque no hubo sanidad del rechazo anterior. Hay que darse el tiempo necesario para sanar. La primer persona con la que tenés que tener paciencia es con vos, y tenés que tenerte paciencia hasta que estés sana, hasta que te sientas bien, te sientas encaminada; y ahí sí podés tomar buenas decisiones. Sino, te estás quedando siempre en el mismo lugar y protegiéndote de aquello que te lastimó. Cuando vos te encerraste en un muro recordando todo el tiempo las palabras del rechazo, terminás siendo esclava de esas palabras de rechazo y terminás dentro de ese muro, protegiendo lo que te lastimó, protegiendo esa palabra fea, protegiendo esa frase que te dijo tu papá, protegiendo esa frase que te dijo tu mamá, tu jefe, tu ex-marido, o lo que te dice todos los días tu marido. Lo protegés porque construiste un muro: "no me lo van a hacer más; a mí nunca más me van a faltar el respeto; se van a dar cuenta quién soy yo" y protegés lo que te dañó. Lo primero que tenés que hacer es derribar el muro que construiste con esas piedras de rechazo; derribarlo, tirarlo, romperlo. ¿Y qué hago con las piedras que están ahí y no desaparecen? Lo que podés hacer es construir un monumento de adoración a Dios. Es tan importante que vos puedas tomar todo ese dolor del rechazo y llevárselo a los pies del Señor. Como hizo María, quien quebró el frasco de perfume sobre los pies de Jesús. Para poder tener un perfume tan caro, muchos creen que María se había dedicado por mucho tiempo a la prostitución, y que alguno de sus clientes le había regalado ese perfume. Cuando esta mujer viene a los pies de Jesús y quiebra el frasco de perfume, lo que estaba quebrando era todo su pasado, quebrando toda su reputación, todos sus recuerdos tristes, todos sus rechazos. Y los quebró a los pies del Señor. Lo peor que te pude pasar es quebrar eso a tus propios pies; vos tenés que agarrar todo ese dolor y quebrarlo ante los pies de Jesús, y levantar un monumento de adoración: "Señor, acá está esto, lo vuelco ante tí". A veces el rechazo duele tanto que -como no entra dentro nuestro- empezamos a tratar de sacarlo fuera rechazando al otro. Por eso, la mejor manera es tomar todo tu pasado, todas esas frases, esas palabras, y quebrar ese frasco del pasado a los pies de Jesús. Y Él va a usar lo mismo que el enemigo tomó para dañarte, pero ahora para bendecirte. Porque Él te va a mostrar que, donde los otros vieron debilidad, era justamente la fortaleza que Dios había puesto en tu vida. Él va a mostrarte que, lo que los otros usaron para degradarte, era justamente la excelencia que Dios puso dentro de tu corazón. Cuando vos puedas hacer un instrumento con esas piedras, y empieces a sacar lo precioso de lo vil, te vas a dar cuenta que en las palabras de rechazo en realidad estaba tu fortaleza. Algo quisieron opacar en tu vida, quisieron que no se vea algo, quisieron ocultar algo, quisieron decirte "no lo muestres porque es muy valioso", y te lo ocultaron con palabras de rechazo; pero cuando vos levantás un monumento de adoración al Señor y le entregás las palabras de rechazo, Dios te va a ofrecer lo que Él te había dado, que estaba escondido en ese rechazo, y que vos pensabas que era lo negativo de tu vida, y en realidad es la bendición y la luz que tenés para mostrarle al mundo. Dice que ella fue a los pies de Jesús y rompió el frasco: "esto es todo mi pasado, esto es todo lo que gané, y tengo una mala reputación; esto es todo mi dolor que te lo estoy entregando, no lo aguanto más, y sé que sos la persona indicada". Quebrá eso delante de sus pies todo el tiempo, en vez de ir a tus propios pies. Entendé que había algo escondido y poderoso en vos; detrás de cada frase que oíste había una bendición que Dios te había otorgado y que otros la querían tapar y esconder. Y enseguida, cuando hizo ese acto tan precioso y levantó ese monumento de adoración a Dios, habló Judas. Siempre va a aparecer un Judas, siempre va a aparecer un rechazado que te va a rechazar, que te va a decir "¡cómo vas a hacer eso delante de Jesús!, ¿vos creés que Jesús va a aceptar ese perfume que ganaste con la prostitución?, ¿vos te creés que Jesús te va a dar algo?" Siempre aparece un Judas que quiere traerte la herida del pasado. Judas dijo: "esto se lo podía haber dado a los pobres, y esta tonta mirá lo que esta haciendo: lo esta derramando, desperdiciando; con lo que cuesta ese perfume..."
¿Y qué le respondió Jesús?: "dejala en paz". Yo me imagino cómo se lo debe haber dicho Jesús: "déjala en paz, no se te ocurra marcarle la vida, ni se te ocurra decir una palabra más de rechazo; dejala en paz que me ha levantado un monumento de adoración." Si lográs sacar lo precioso de lo vil, vas a ser la mujer más feliz del mundo. Si podés darte cuenta que eso que te dijeron -que no servías, que no valías- ese es tu punto fuerte; si se te puede revelar qué hay detrás de esa critica, qué hay detrás de ese dolor, qué hay detrás de esa frase, qué hay detrás de esa palabra, de ese rechazo, qué hay detrás de esa actitud de ignorarte, qué hay detrás de ese castigo, ahí te vas a dar cuenta la fortaleza grande que el enemigo quiso tapar. Es una fortaleza construida para que nadie vuelva a herirte; pero en realidad lo que tenés que hacer es quebrar esa torre y salir a la vida, dejar de esconderte. Cuando empieces a sacar eso que una vez te criticaron y escondiste, en ese momento el Señor te va a decir: "hermosa mía, amada mía, preciosa mía." Comenzá a sacar lo precioso de lo vil; hay algo hermoso que todavía no diste a luz y está esperando; algo que fue aplastado, le han puesto el pie tantas veces; sacudítelo de encima. Tenés que decir: "que pase el próximo, el próximo, el próximo" hasta que Dios te va a dar el sí para abrir la puerta de bendición. ¿Cuál es el problema de las palabras negativas, si nadie te dio nada en la vida? El único que te dio todo fue Dios, el que siempre te acepta es Dios. Porque cuando Él te ve, te ve aceptada, no tenés que hacer nada para agradarle. Si te atrevés a darte cuenta que cuando te dijeron: "no servís como mujer" -tal vez tu marido te lo dijo-, es porque hay una mujer apasionada y fogosa dentro que no sabés cómo manejar, por eso tratan de taparte. Cuando te dijeron: "vos como madre sos un desastre" es porque hay una mamá llena de sabiduría, y te quieren callar. Cuando te dicen: "usted para este trabajo no sirve", es porque sos la persona más capacitada para ese trabajo; pero ese no es el lugar correcto. Por eso: "...que pase el que sigue" No es un problema tuyo, no es por falta de capacidad, sino porque no era la puerta correcta. Cuando toques la puerta correcta, la bendición se suelta. ¿Cómo se encuentra la puerta correcta?: que pase el que sigue, que pase el próximo. Hay una puerta que todavía no golpeaste que te detuviste.
En el rechazo pensamos: "no lo intento más, no lo hago más, acá me quedo, ya está, yo no lo voy a hacer más" y Dios te dice: "hay una puerta más que todavía no golpeaste, hay cinco puertas más que todavía no golpeaste"; y cuando golpees la puerta correcta la bendición se va a soltar. ¡Hay un sí esperando por tu vida! Cuando alguien venga a tu vida a querer ignorarte, rechazarte, el Señor le va a decir: "¡dejala en paz!", porque cuando te des cuenta de lo valiosa que sos vas, a seguir caminando. "¡Dejala en paz!, está yendo a conquistar; nadie más la moleste". El rechazo no existe; es solo lo que pensás dentro de tu mente..
Alejandra Stamateas
Marcos 4:8 "pero las otras semillas cayeron en buena tierra" A veces nuestra familia parece la familia de "Los locos Adams". Mi familia es "...muy normal". Cada familia es única e irrepetible; cada familia tiene una identidad. ¿Cuál será la identidad de tu familia? ¿Cómo conocerán en tu barrio a tu familia? ¿Con qué identidad? "Uh, esa es la casa de los locos", "la casa de los borrachos", "la casa de los que cantan todo el día", "la casa de los evangelistas". Cada familia tienen una identidad, hay algo que los caracteriza, hay una característica especial, particular y única. Se han estudiado distintos tipos de familia disfuncionales; no es que están enfermas, sino que no son como la familia clásica; pero en realidad son más común de lo que nosotros nos imaginamos. Por ejemplo: Familias de tres generaciones
Son esas familias donde conviven una abuela, una mamá y una hija o un hijo; son tres generaciones juntas. Hay conflictos porque no se sabe bien dónde está la autoridad; ¿quién toma las decisiones?, ¿quién mantiene la casa?, ¿quién es la jefa de la familia? Un hijo se pone de parte de la abuela o de la mamá, otro queda un poco descolgado, afuera. Por eso se la considera una familia disfuncional. Familias con soporte
Son esas familias numerosas, muy grandes, donde generalmente los hijos mayores cuidan a los más chicos, y esos hijos mayores entran en crisis porque no se consideran dentro del núcleo de hermanos, ellos no pueden verse como un hermano más, porque muchas veces tienen que cumplir con la función de papá o mamá. A la vez la autoridad está dividida, porque los hermanitos no les hacen caso, y los padres a veces tampoco le dan toda la autoridad a esos hijos, así que son hijos que se quedan siempre en el medio. Familias acordeón
Es cuando uno de los padres permanece fuera de la casa por mucho tiempo, por viajes, por trabajo, por negocios; y toda la responsabilidad recae en uno de los padres. El problema es que muchas veces los hijos hacen alianzas con el papá o con la mamá que se queda en la casa, y rechazan o no pueden incorporar al otro cuando regresa de su viaje. Familias con padrastros o madrastras
Es una familia extendida, donde hay ex de acá, ex de allá, hijos de un lado, hijos de otro lado. Es muy difícil a veces integrar a cada uno de esos integrantes o ex-integrantes de la familia, y hay que tener en cuenta que todos son parte de la familia, que todos existen y cada uno tienen un grado de autoridad diferente. Tal vez para los propios hijos puede ser muy importante su mamá, pero para los nuevos hermanos esa mamá no es importante, sino su propia mamá, que no vive con ellos. Los hijos de uno y los de otro... Familias con un fantasma
Es cuando hubo una desaparición, un abandono, o una muerte extraña en esa familia; la crisis está en quién ocupa el lugar de esa persona, los roles y la actividad que hacía esa persona que ya no está; se tiene que armar una nueva estructura familiar y eso resulta muy difícil. Familias descontroladas
Cuando uno de los miembros no puede controlarse: el nene que tiene rabietas y es un tirano, porque con sus rabietas domina a toda la familia, no hay manera de detenerlo, se hace lo que el nene quiere; es tan tirano, tan caprichoso, que termina dominando a toda la familia. Los profesionales dicen que ese nene 'se subió a los hombros' de uno de los papás; ahí hay problemas de pareja, se van robando la autoridad; entonces el nene aprovecha y desde arriba ("mamá me deja, o papá me deja") simbólicamente se sube arriba de los hombros de uno de los papás, y desde ahí ejerce autoridad. Tal vez los cónyuges viven descalificándose mutuamente, entonces ninguno puede ponerle un límite, y ese hijito es el que termina dominando a toda la familia. Familias en proceso de disolución
Son las que están a punto de separarse y a veces los hijos se transforman en botín de guerra: ella defiende a la mamá, el otro hijo defiende al papá, "vos decile a mamá tal cosa" o "vos decile a papá tal cosa", y usan a los hijos como botín de guerra. Hay que lograr que los padres se pongan de acuerdo en lo que se refiere a los hijos; aunque no nos pongamos de acuerdo como pareja, tenemos que ponernos de acuerdo sobre las decisiones que vamos a tomar sobre nuestros hijos. Familias con integrantes psicóticos
Yo me asombré de la cantidad de mujeres que tienen hijos psicóticos, hijos esquizofrénicos, hijos que están tomando medicación, que están internados en institutos psiquiátricos. En estas familias lo más difícil es poder comunicarse, no hay entendimiento, no se entienden; porque cuando uno tiene un familiar enfermo psiquiátrico lo más difícil es justamente poder comunicarse. Familias con hijos delincuentes
El hijo que sale a robar, el hijo que delinque. De cualquier manera está mostrándole a la sociedad que sus padres fallaron en la educación, que fallaron en ponerle límites, que fallaron en enseñarle valores y principios; se lo muestra a todo el mundo, le muestra a la sociedad. Y muestran la vergüenza de sus padres, que no supieron ponerles límites; hacen pública esa vergüenza. Familias con hijos con impedimento físico
Tienen mucha carga económica por tener que atender a un integrante de la familia, comprar los medicamentos especiales, alguien que necesita tratamiento médico intenso. Son familias que muchas veces se cierran, no hay interacción interna en la familia, hay mucha culpa, bronca y rabia por esa situación que se tiene que vivir. Lo que hay que lograr en esta familia es que todos reconozcan que llevan una carga, pero que todos tienen méritos; cada miembro de esa familia tiene méritos; eso es lo más importante en este tipo de familias. Familias con hijos adictos
Hoy hay muchísimas familias con hijos adictos. Ese hijo o esa hija adicta está mostrando que tiene una mamá sofocante, una mamá que lo está asfixiando y no sabe cómo salir de esa madre súper-protectora que no le deja vivir su propia vida; quiere salir y lo hace a través de la adicción. O tal vez un hijo que se siente expulsado del mundo familiar, y dice: "nadie me necesita en esta casa; yo no sirvo, no me tienen en cuenta, yo no soy importante ni para ellos ni para mí", y por eso deciden por las adicciones. ¿Cómo actúan algunos padres? Hoy estamos viendo padres pasivos. Son padres que no se mueven, tienen bloqueada su autoridad; están como atados. No saben ponerle un límite a sus hijos; no se hacen cargo de nada. He escuchado a madres que el padre no le pasa el dinero que le tiene que pasar; llega, se pone a ver televisión, se acuesta y no habla con los hijos, nunca hay una palabra de amor, nunca hay una palabra de límite, nada. Son padres desaparecidos, padres pasivos. Hombres que son 'nenes eternos', no se responsabilizan por nada, no se preocupan por nada. Son esos hombres a los que no les preocupa si hay plata para pagar los libros, los útiles, la ropa de los chicos, la luz, el gas; son hombres pasivos. Y ahí aparece la madre superpoderosa; cuando hay un padre pasivo aparece la 'madre todo-poderosa'. "Yo tengo que hacer todo lo que él no hace", entonces esa madre vive haciendo rol de mamá y el rol de papá; hacen de todo pero viven quejándose. Imagínense ese chico que vive en una casa que tiene un padre que no tiene autoridad, que no sabe para dónde va, que ni registra al hijo, y una madre que hace de todo para tratar de cumplir con todo, pero vive quejándose y con una frustración impresionante. La madre todopoderosa es una madre guerrera, que es fuerte; pero el problema es cuando vive quejándose: "yo tengo que hacer todo, tu padre no hace nada..." y empieza a meterle rabia, ira, bronca al hijo de lo que es el padre. Otro modelo de madre son las 'nenas distraídas'; son esas mujeres que no se hacen cargo de nada, que deciden impulsivamente; hablan que van a hacer esto, mañana que van a hacer lo otro, pero nunca se deciden a hacerlo. Son esas mujeres que se enteran últimas de todas las cosas en la familia; se enteró todo el mundo menos ellas (que no tenían más plata, que al marido lo echaron del trabajo, que el marido se fue con otra mujer). Esas mujeres tampoco tienen autoridad familiar, y los hijos necesitan padres con autoridad. No hablamos de autoritarismo. Autoridad no es que los abuelos tienen que cumplir la función de los padres. Y hay otros padres o madres que son victimas de las circunstancias, especialmente los hombres que creen que los problemas siempre son culpa de otros, no se hacen cargo de nada. La mujer dice: "mi marido es un crápula" y él dice: "a mí los hijos me sacan la plata, lo único que hacen es pedirme plata todo el día, lo único que quieren es un padre que les de plata, y yo me deslomo toda la vida y ¿qué más les puedo dar?, ¡me mato trabajando!". Para esos padres siempre son los otros los felices, y ellos son unos desgraciados; las otras familias son bárbaras y a ellos les tocaron los peores hijos, la peor esposa, el peor marido. Son victimas de las circunstancias. Un espíritu de victima. Hay algunas cosas que, si las estamos haciendo, tenemos que dejar de hacerlas; y si todavía no hemos formado nuestra familia, debemos evitarlas siempre: 1) En casa no debe haber favoritismo Las mujeres tenemos un favoritismo con el hijo varón. Pero el hijo varón es hijo por siempre; no ni esposo ni amante, ni el que te tiene que mantener la casa, ni es el hombre de la casa. El hijo varón es hijo, no es el salvador. Mujeres que ven un hombre y parece ya que le ponen todas las características: "el que me va a mantener, el que me va a salvar, el que necesita ser más atendido, a éste le tengo que tener todo preparado, le tengo que planchar la ropa..." Y hacen con el hijo varón lo que tal vez no hacen con el marido. Y cuando se muere el marido, dicen: "él ahora es el hombre". Yo conozco mujeres que me han dicho: "mi hijo es como mi amante; si no está él yo no sé para donde disparar; todo hay que preguntarle a mi hijo, él es el que toma las decisiones en casa". ¡No! Tu hijo es hijo. Favoritismo, ¡fuera! 2) Nunca debe haber en una familia temas que no se hablan Los temas secretos: "en esta casa de ese tema no se habla" Y los chicos lo que buscan es lo prohibido; si vos decís: "acá de sexo no se habla" van a ir a conversar de sexo en otro lado, porque ellos se tienen que enterar y tienen que aprender que no hay temas que no se hablan. "Acá de la enfermedad de tu madre no se dice nada, no se lo cuentes a tu hermano porque es chiquito y le va a hacer mal". Todos tienen que saber todas las cosas que ocurren -de acuerdo a la edad que tengan, y de acuerdo a las preguntas que hagan-; pero no puede haber secretos. En nuestras familias por años hubo secretos: siempre había una tía loca; que había tenido un hijo tipo monstruo... de esas historias hay muchas; esos secretos que nunca se descubren y nunca se saben. No debe haber temas que no se hablen. Todo se tiene que hablar de acuerdo a la edad, pero hay que hablar todo; y si no sabés cómo decirlo, buscás la ayuda de un profesional, pero las cosas se tienen que hablar. 3) No debe haber emociones prohibidas Hay casos donde no se permite la expresión de las emociones: "no llores, sos hombre", "no seas tonta, ¿cómo vas a abrazarme así delante de la gente?". Hay familias donde las emociones están prohibidas; nadie se abraza, nadie se besa, nadie se dice cosas lindas. "A ver si ésta se agranda si le digo eso", nunca un halago, salvo que venga un cumpleaños, sino nada. No se regala nada, nadie se agasaja, no hay fiestas por nada, salvo las fiestas obligadas, pero no se festeja nunca nada especial. "En esta casa no quiero que te rías de esa manera, no te quiero escuchar llorando más, esa palabra acá no se dice"; emociones prohibidas. No debe haber emociones prohibidas. "No te tenés que enojar por eso" ...¿y si se quiere enojar cuál es el problema? Especialmente a las mujeres, que les dicen: "no te enojes que parecés un hombrecito", "¡cómo te sentás así, parecés una varonera!" y la nena se sentó como se le ocurrió... ¿cuál es el problema?
4) No debe haber estigmatización o apodos "Esta es la tonta, este es el inútil, ésta es la loca". O tal vez: "la narigona, la lunga, la gorda"; eso está mal. Vos le diste un nombre a tu hijo; llamalo por su nombre. ¿Cómo ponemos la casa en orden? Por empezar, todas las familias tienen algo disfuncional; no hay familias perfectas. Si te dicen que son perfectos, esa es la más disfuncional; es la que más conflictos tiene; porque no existen familias perfectas. Tengo que ser autoridad de mis hijos Nuestros hijos están esperando y anhelando que seamos autoridad, no quieren padres blandos. A los hijos no hay que pegarles, ni en broma. NO a la violencia. La gente que usa la violencia no sabe poner límites con palabras, se le va de las manos porque no saben poner límites con amor y autoridad; no saben lo que es la autoridad y pasan al autoritarismo. Nuestros hijos tienen que saber que la violencia es mala, no la tenemos que usar nunca. ¿Cómo un hijo va a recibir golpes de quienes lo tienen que amar? "Ah, pero un buen chirlo..." ¡No! Nada. Eso es porque somos escasos de recursos, pero Dios nos ha dado creatividad e inteligencia para usar la autoridad que Él nos dio sobre nuestros hijos en forma positiva. Tenés que sacar la violencia de tu casa; eso no es usar autoridad; eso es violencia. ¿Qué es usar autoridad...? Ser la entrenadora de tus hijos Un padre debe ser el entrenador de sus hijos. "Yo estoy entrenando a mis hijos para la vida". ¿Cómo los puedo entrenar? Bendiciéndolos cada día. Tengo que bendecir a mis hijos. Tiene que ser un hábito en tu vida el bendecir cada día a tus hijos con una buena palabra, con una palabra del cielo; todos los días tus hijos tienen que tener sobre su cabeza una bendición. Bendecir viene de la palabra griega 'eulogio' que literalmente significa'elogiar'. Eso es una bendición: elogiar. Yo tengo que saber elogiar a mis hijos, aunque hayan hecho una torpeza. No puedo todo el día exigir, exigir y no bendecirlos. Trabajar en equipo en nuestra familia Todos tenemos nuestras actividades, todos tenemos nuestros sueños, todos tenemos un horario distinto, uno sale a la mañana, otro sale a la tarde, otro sale a la noche; pero tenemos que buscar algo para que nuestra familia también sea un equipo; algo que a todos nos guste hacer, que hagamos todos juntos; un proyecto. Aunque sea ponerse de acuerdo para orar por la compra de algo: "vamos a comprar el auto, vamos a verlo todos juntos" o "vamos a pisar esa casa que le estamos pidiendo a Dios", o "vamos a programar nuestra vacaciones", "vamos a programar ir juntos a tal lugar", algo que hagamos como equipo. Mi familia es un equipo. Dejar de hacer lo que al otro le molesta Si cada uno en la familia entendiera que hay cosas que al otro le molestan, y que -al menos por respeto- puedo dejar de hacerlo cuando esa persona está presente. Si yo sé que a mis hijos les molesta que entre a la habitación y les revuelva las cosas, no lo hago por respeto a mis hijos. Si a tu marido no le gusta tal cosa, no lo hagas; si a vos no te gusta tal cosa, decile a tu marido: "por favor, esto no lo hagas por lo menos delante mio" y en esa conversación decile qué es lo que no te gusta. No lo hagas; tratá de evitarlo de la manera que puedas. Evitá esas cosas que exasperan a los demás. A veces oramos y oramos por nuestros hijos, para que cambien, y Dios nos dice "examinate vos primero..." Dios te dice: "el problema no es tu hijo, examínate primero vos". Conectarlos con el propósito de Dios Todos los seres humanos somos cuerpo alma y espíritu; y nosotros tenemos que enseñarles a nuestros hijos que ellos tienen espíritu, y que ese espíritu necesita ser saciado, y con lo único que se va a llenar ese espíritu es con Jesucristo. La mente, el alma, las emociones, las llenamos, estudiamos, nos capacitamos; los chicos van a bailar, llenan sus emociones, están contentos, bailan, saltan, eso está cubierto. Lo físico lo cuidamos alimentándonos, algunos hacen deportes, etc. Eso también está cubierto. Pero ¿qué pasa con el área espiritual? Tenemos que enseñarles a nuestros hijos que hay un área que necesita ser satisfecha; ellos creen que la van a llenar con lo físico, con lo emocional, pero eso tienen otro origen, y el origen es Dios. La parábola del sembrador dice "pero las otras semillas cayeron en buen terreno". Nuestros hijos son buen terreno. Lo tenés que creer vos para que lo crean ellos: tus hijos son buena tierra. Las semillas cuando cayeron, brotaron, crecieron y produjeron. Lo que tengo que hacer es sembrar, cubro con tierra, riego y después... espero. Nosotras las mamás sembramos una semilla y empezamos a revolver todos los días, ¿puede crecer así una planta? Sembramos una palabra de fe, y al otro día le decimos: "no tuviste fe, acordate lo que tu madre oró por por vos..." y le vamos removiendo la tierra, y la planta no crece. Dejemos de remover la tierra; tus hijos te dicen: "mamá, ¡qué molesta que sos!" porque de verdad les resulta molesto. Primero la planta va a echar raíces, por eso no ves nada. Tu hijo está echando raíces; deja de mover la tierra porque se esa fortaleciendo en sus raíces. "Pero mi hijo está como antes..." porque está echando raíces; no podés ver nada pero dentro de poco vas a ver los primeros brotes. No tenés que ir vos a los brotes, los brotes tienen que venir. ¿Y qué es regarlos todos los días? Regarlos con bendición. Yo ya sembré, pero todos los días voy a bendecir a mis hijos, decirles palabras de Dios. No toques la semilla desde arriba; regá con palabras de bendición: "mi hijo está bendecido, yo sé que hoy sus amigos no son los correctos, pero yo ya solté una palabra, una semilla, y yo dije, y declaré y sembré la palabra, esa semilla ya la sembré". No le digo: "¡otra vez salís con esos!", no toco más; basta. Pero todos los días bendecí a tus hijos. "Señor los bendigo con salud, los bendigo con bendición extraordinaria, los bendigo con felicidad, los bendigo con alegría; todo lo que ellos hagan va a prosperar, yo sé que Dios tiene cosas grandiosas, yo sé que mis hijos están ungidos, mis hijos son para vos Señor, nada los detiene, porque van a correr hacia tus brazos y se van a abrazar a vos, y te van a amar". Hay una parte que crece y no se ve, y algo que crece y que sí se ve. Tus hijos hoy están en proceso, desde el día que vos declaraste, esa semilla empezó el proceso. Vos pensás que no pasa nada... sí está pasando, pero es raíz; y dentro de poquito vas a ver el brote.
Auque te de ganas de decirle de todo, esperá. Señalale algo bueno, algo que tal vez ellos no vean. Tiene que ser creíble, no le inventes cosas, tené discernimiento de lo que cada uno de tus hijos es. "Qué inteligente que sos", "vos sos sensible pero a la vez eso te hace fuerte". Hablale con sabiduría a tus hijos; no como tontos... son tus hijos. Moisés, Aarón y María, esa sí que era una famila disfuncional: Moisés tartamudo, no podía hablar una palabra completa; Aarón no sabía ni para qué existía, hablaba lo que Moisés trataba de decir, le traducía pero no sabía para donde ir; y María tocando todo el día el pandero, saltando. Pero con esa familia disfuncional el Señor hizo que todo su pueblo que estaba en Egipto en esclavitud, saliera y se dirigiera a la bendición. Si Dios lo hizo con esta familia, ¡¿cómo no lo va a hacer con la tuya!? Él te va a usar y va a usar a toda tu familia para llegar a la tierra de la bendición. A los hijos les interesa la bendición de los padres; tal vez no le interesa una superfiesta sino que estemos ahí y podamos bendecirlos, y darles amor. Creé en tus hijos. Cuando yo era adolescente me acuerdo que todos los días mi papá me decía: "vos vas a hacer algo grande mi gordita, vos vas a llegar muy lejos" siempre me decía eso. Él no sabía lo que vendría, pero sabía que tenía que decir esas palabras: "Ale, vos seguí, dale, te admiro" me decía, "vos vas a hacer cosas grandes en la vida", todos los días yo no me lo puedo olvidar. Y eso me hizo sentir que mi papá creía en mí. Y si tu papá cree en vos, si tu mamá cree en vos, vos podés lograr cualquier cosa de la vida. Necesitás a alguien que crea en vos, que te diga: "lo vas a lograr, vas a poder". Eso es una tarea de entrenamiento, y nosotras tenemos que entrenar a nuestros hijos para lo bueno, para la victoria, para la bendición, para que sean arriesgados en la vida, para que logren sus sueños. "Creo en vos, sé que tenes potencial, sé que tenes capacidad". Dios te ha puesto en lugar de autoridad sobre tus hijos.
Alejandra Stamateas
A cuántas les dolió el corazón, alguna vez, por una pena de amor? Los correos de este tema son:
-Creo que el amor no duele, sino que las personas lastiman, y dañan la palabra amor.
-Mi experiencia es que mi esposo nos dejó, cuando mi hija tenía once años, y llevábamos catorce años juntos, la cicatriz que tengo es el odio.
-No puedo concebir que después de haber pasado por una separación, vuelvo a caer en las manos de otro cretino, vivo en pareja y me enteré que él es casado y que sigue viéndola a ella, me dolió que me haya mentido.
-He amado en silencio, para no provocar celos en los otros, he amado en silencio sin expresarlo, no besarlo por temor a ser rechazada, sobre todo a mi padre no lo tocaba pero sentía que lo amaba. Amar intensamente y no poder demostrarlo con acciones, por temor a ser rechazada, es el amor más doloroso que se pueda sentir, pero ya no me reprimo y con mis hijas las beso mucho, soy muy cariñosa y les digo cuanto las amo sin tener vergüenza.
-Nunca me sentí amada por un hombre, cuando intento creer, se va, y duele mucho, hasta las lágrimas, sentís que el amor es sólo dolor, sin el dolor no es amor.
- Me sentí estafada y engañada por mi esposo, el amor duele. Él murió. Mientras lo despedíamos con mis hijos, apareció su amante al funeral, grande fue mi sorpresa, no lo entendíamos, pero mi corazón lo perdonó y ahora vivimos en paz.
-Me separé, me dejó por una chica trece años más joven que él.
-Estoy pasando por una separación, me duele porque lo sigo queriendo y no sé cómo seguir adelante. Pienso en él solamente, nada me motiva, estoy en un pozo, sólo pienso en el día de poder estar con mi marido nuevamente, no es malo amar y sentir que es el amor de mi vida y lo descubrí al separarme.
-El amor duele, el verdadero. Estoy separada y no logro olvidarlo, no lloro pero tengo días en que siento dolor en mi corazón.
-Me engancho con personas que me lastiman, es un círculo vicioso que se repite, no puedo cortar con la adicción al maltrato, necesito la adrenalina de la pelea.
-Me enamoré de alguien que yo creía que quería tener algo conmigo, quería todo con esa persona, pero me sacó de su vida y se puso de novio con otra, pero lo acosé tanto como obsesión, lo tuve de nuevo, pero como su amante, pero me sentí peor, con impotencia, por tener un amor no correspondido. Amé a un hombre que me dio insultos y no amor y aún me sigue gustando.
-Mi marido me abandonó por la mujer de mi hermano.
-Mi hijo empezó a crecer con felicidad, pero al crecer se corrió de las enseñanzas que le inculcamos, robó, me pegó, lo perdoné, pero no puedo expresarle mi cariño, no confiar en él es doloroso. El amor es algo grandioso.
Es verdad que para muchas mujeres, el amor se ha transformado en dolor. ¿Cuántas han sufrido por amor alguna vez?
¿Cuántas se han enamorado alguna vez?
¿Cuántas la pasaron bien enamorándose? lo que sentían les hacía bien.
¿Está bueno enamorarse?
¿Cuántas la pasaron requete bien?
¿Cuántas pueden decir: nadie me quita lo bailado?
Pero en las relaciones interpersonales, muchas veces se vuelve imposible relacionarnos satisfactoriamente con el otro, a pesar del amor, a veces se hace muy complicado. El amor nos puede provocar las mayores alegrías, y nos puede provocar las mayores angustias y los sufrimientos más profundos, podés estar arriba y podés estar abajo con el amor. Cuanto más intensamente amamos, más intensamente sufrimos. Hay más dolor cuanto más amamos o sea que cuando vos te arriesgás a amar más, también te estás arriesgando a sufrir más dolor y cuando te arriesgás a sufrir más dolor, también te estás arriesgando a amar más.
¿Qué es más difícil para ustedes? amar o dejarse amar. ¿Cuántas creen que es más difícil amar? y ¿Cuántas creen que es más difícil dejarse amar?
Es mucho más difícil para las mujeres permitir que otros nos amen, dejarnos amar, y nos pasa eso muchas veces con Dios, no permitimos que él suelte todo el amor que él tiene para nosotras, porque es más difícil dejarse amar que dar amor.
Hay una sospecha que todos los seres humanos llevamos dentro, especialmente tenemos esa sospecha incorporada, interiormente, las mujeres, la sospecha es: ¿Me parece que yo no merezco ser amada?, esa es la gran sospecha.
¿Me parece que así como soy, a mi nadie me va a amar?
¿Me parece que si yo no hago algún cambio en mi vida, a mi nadie me va a querer?
¿Me parece que yo no merezco ser amada, por lo que viví, por lo que hice, y por lo que soy?
Esa es la gran sospecha que los seres humanos llevamos en nuestra vida, a toda relación interpersonal, vamos con la sensación de que en realidad así como somos, la verdad, nadie nos puede realmente amar y eso debilita nuestra capacidad de dar y de recibir amor, por eso cada vez que alguien nos ama, como vamos con esa sospecha, pensamos: no me está amando lo suficiente, o, no me está dando lo que yo necesito, en cualquier momento me va traicionar, en cualquier momento se va a ir con otra, me va a dejar, me va a abandonar, y empezamos con la desconfianza, porque dentro nuestro hay una sospecha y esa sospecha no nos permite fluir en el amor.
Ahora ¿dónde se originó esta sospecha? en nuestra infancia, cuando eras chiquita, hace mucho tiempo, porque las personas que en la infancia han recibido un amor inadecuado, insuficiente, y cuando digo amor inadecuado, insuficiente, no quiero decir que tus papás no te amaron bien, quiero decir que tal vez no te dieron el amor que vos necesitabas, porque por ahí, tu papá creía que darte el amor, era trabajar todo el día y traer dinero, para que vos tuvieras cosas, tu mamá creía que darte amor, era tener la comida preparada y el delantal planchado, para ellos era amor, pero vos necesitabas otra clase de amor, entonces si vos desde chiquitita tuviste un amor inadecuado, ustedes saben que se hizo un estudio y dice que cuando uno de chiquito recibe un amor inadecuado, eso produce un impacto en el sistema nervioso del nene o de la nena, y deja una huella para toda la vida, "el dolor del amor". Ese amor inadecuado que hemos recibido, lo que hace, es que empecemos a tener reacciones y actitudes inadecuadas, porque no creemos que merecemos ser amadas, porque si las personas que nos tenían que dar todo el amor, no nos dieron el amor que necesitábamos, ahora decimos no merezco ser amada, por lo tanto me tengo que ganar el amor de alguien, me tengo que ganar el amor de ese hombre, de mis hijos, me tengo que ganar el amor de mis padres, y parece que entramos en la competencia de ganar el amor, de ahí la consecuencia son los celos.
¿Cómo sanamos las heridas del amor?
Aprendiendo a dar y a recibir amor en forma equilibrada. Hay muchas mujeres en este lugar que saben amar, pero no saben recibir amor, o sea que la balanza está descompensada, por eso has tenido tanto dolor en tu vida, has amado mucho, pero no has recibido mucho amor y eso es lo que te duele.
¿Cómo se hace para recibir equilibradamente? por ejemplo: supongamos que un pajarito se cae de su nido, entonces yo tomo al pajarito y lo quiero proteger, lo quiero cuidar pero si yo hago mucha presión dentro de mis manos, lo ahogo, lo mato, y si lo dejo muy suelto se cae, y puede lastimarse más, entonces qué tengo que hacer, la presión exacta para tenerlo en mi mano y que no se lastime, y eso es "fluir en el amor" dar amor y recibir amor equilibradamente. Hay muchas mujeres en este lugar, que saben muy bien qué estrategia usar para dar amor, pero no saben cómo recibir amor, porque no son permeables al amor.
"Tengo que aprender a dar y recibir amor equilibradamente".
¿Cómo puedo ejercer presión y que se de equilibradamente? teniendo en cuenta dos dimensiones del amor.
Primero: Contacto
Segundo: Espacio
Contacto, ¿qué es? es el toque físico. Cuando yo toco a alguien, esa persona se siente en confianza, el abrazo, cuando vos de bebita fuiste levantada en brazos, te sostuvieron, eso te da confianza, pero si en tu relación de amor no hay toque físico, aparece la dependencia, si nadie te tocó, nadie te contuvo, es un amor frío, distante, como muchos correos que envían, que dicen: mi marido no me toca, no me da un beso, no me acaricia, no me abraza hace años, ya entonces aparece la "dependencia" porque no hay contacto, estoy cerca.
Y el segundo es el espacio, no hay distancia. Esto es importante para no ahogar el amor. Porque si hay contacto todo el tiempo, yo termino asfixiando, por eso necesito el espacio, distancia, por eso el juego del amor es una "danza", donde hay tiempos de contacto, y tiempos de espacios.
Cuántas veces vos te sentiste asfixiada por tu pareja y dijiste, necesito tiempo, me voy a tomar un tiempo. Eso es, estoy asfixiada con esta pareja, y cuántas veces sentiste que había mucho espacio, pero no había contacto, no había acercamiento, y para aprender a dar y recibir amor y poder llevarse equilibradamente, en una relación de amor, tienen que existir estos dos elementos, el contacto y el espacio.
¿Hay en tu pareja contacto y espacio?
¿Hay en la relación con tus hijos equilibradamente, contacto y espacio? ¿O hay más contacto y ahogo? Quiero saber donde estás, quiero saber donde vas, decime la hora, hacé esto, veni acá, vamos juntos, no vayas solo, o hay mucho espacio, no sé dónde está, no me interesa que haga de su vida, yo no lo quiero ni ver.
¿Hay algo desequilibrado ahí en esa relación de amor?
Porque tiene que haber equilibrio, contacto y espacio.
Hoy vamos a destruir tres mitos con respecto del amor y se te va a sanar el corazón.
Primer mito: el amor del otro me tiene que sanar y mi amor lo sanará. Esta es una tontería que nos han dicho: mi amor lo va a curar, lo va a sanar. El típico diskete que tenemos metido las mujeres en la cabeza, de que el día que se case conmigo, él va a cambiar, porque conmigo las cosas van a ser diferentes, a mi no me va a maltratar, a mi no me va a gritar. Ese famoso diskete, que mi amor lo sanará, mentira, porque el amor no nació para sanar a alguien, el amor nació para ser una expresión. Tenemos que destruir ese mito, porque si nosotras creemos que nos encontramos con una persona, y el amor de esa persona nos va a sanar, le estamos pidiendo que ese amor sea de una manera, tiene que amarme de una manera particular, para sanar las heridas que traigo de la infancia. El otro se transforma en un médico del amor. Yo quiero que con su amor me sane las heridas y agujeros emocionales que traigo desde mi infancia, y le voy a exigir que me ame de una cierta manera. Por ejemplo: si hay una mujer que desde la infancia fue abandonada y le tiene miedo al abandono, ¿qué va a hacer con esa pareja? la va a absorber, va a ser una pareja codependiente, lo va a querer todo el tiempo con ella, lo va a ahogar, no le va a dar espacio, porque esa mujer quiere, que el amor de él, le sane las heridas del abandono.
Cuando tenés una herida tenés que ir a Dios. Porque el amor humano es un amor imperfecto, no está puesto para sanarte, está puesto para expresarse.
Primer mito fuera. Cuando te digan: porque mi amor lo va a sanar, él se va a convertir con mi amor, él no va a ser más drogadicto con mi amor, mentira, si se quiere sanar de la adicción tiene que ir al centro de rehabilitación, y tiene que ir a Dios, porque el único amor que sana es el de Dios, el amor humano es un amor imperfecto. Segundo mito: amor verdadero es armonía. Nosotras nos llevamos en paz en casa, una armonía, nunca un grito o una palabra de más, eso es mentira, es falso, porque en la vida se mueven ciclos, la vida no es estática, y al amor le pasa exactamente lo mismo, el amor tiene momentos de subida y de bajada, momentos de cima y momentos de abismo, el amor es como las olas del mar, y una lo que tiene que lograr no es frenar las olas del mar, sino saber surfearlas. Saber cómo subir, tener destreza para subirte en cada ola y poder ir, traspasar y remontar esas olas. El amor es como una danza, ¿vieron bailar el tango? donde hay un momento que los dos están juntos, pero hay otro momento donde uno se va para un lado, el otro para otro lado, así es una relación de amor, no es armonía porque la armonía termina poniendo viejos los corazones. La armonía pone viejo al amor, hace que el amor pierda sentido, porque no hay nada más lindo que estar en una relación donde sigue habiendo pasión, donde siguen habiendo cosas que te tienen a la expectativa, al filo de lo que va a ocurrir, de lo que va a pasar, sino el amor se estanca y termina siendo una esclavitud. El amor tiene que ser una danza entre dos seres imperfectos, que lo único que quieren es expresar su amor, como les salga, eso es lo bueno, poder permitirse expresar el amor como a mi me salga. Tantas cosas que hace tiempo no podés expresar, que las estás guardando, y ya no es como a vos te gustaría, porque el amor no es armonía, el amor es como una danza. Segundo mito fuera. Tercer mito: mi fuente de amor y de felicidad está fuera de mí. Mentira.
Hay personas que dicen: ese hombre me hace feliz. Hombres que dicen: esa mujer me volvió loco, me hizo feliz, me cambió la cabeza y creen que la felicidad y el amor siempre están afuera, y esa es una gran mentira, lo que nosotros experimentamos cuando conocemos a alguien y sentimos amor, no viene de esa persona, viene de adentro nuestro. Acá está la diferencia. Cuando vos conocés a alguien que decís, me enamoré, estoy loca, haría cualquier cosa por sentir de todo, que tenés que llamarlo, cuando te pasa eso, no es que esa persona te entregó algo, no es que esa persona te entregó amor, lo que vos sentís nació de adentro tuyo, porque el amor está adentro, no está afuera. ¿Dónde está tu fuente de amor? Adentro. Por eso las mujeres que no pueden recibir amor, y que no quieren dar más amor, porque han sufrido mucho, son mujeres que han cerrado su fuente interior, porque dicen, no hay ningún hombre que me mueva el piso, es que cerraste tu fuente de amor que es interna, por eso cuando se te presente alguien, por más que sea el hombre más lindo, lo vas a rechazar, porque tu fuente interna de amor está cerrada, por eso tu amor, tu felicidad, no vienen de afuera, vienen de adentro. Qué interesante, que en la Biblia dice: que Jesús viene a vivir en nuestro corazón, adentro, el amor de Dios vino a través de Jesús, no fuera, sino se instaló dentro, porque la fuente de amor está adentro, y Dios lo hizo así para que no necesitemos nada de afuera, sino que todo lo tengamos dentro de nosotros.
Cuando veo a alguien, yo decido si suelto mi amor, o si lo guardo. Porque el amor está adentro. O sea, si yo estoy en crisis con mi pareja. Yo decidí cerrarme al amor, ahora si yo quiero, puedo soltarlo. ¿Quién tiene el poder para eso?, ¿Quién tiene la autoridad para eso? Me volvió loca no sé lo que hice, no, porque el control siempre lo tenés que tener vos, porque el amor está adentro. Hay mujeres que dicen, yo no quería acostarme pastora, mentira, vos querías, anhelabas, vos decidís, por eso no podemos echarle la culpa a nadie, porque nosotros decidimos abrirnos a ese amor, o cerrarnos a ese amor, por eso cuando hay una pareja restaurada, después de una infidelidad, después de graves problemas, después de un montón de situaciones difíciles, es porque ambos han decidido abrirse nuevamente al amor y volver a soltar amor, esa es una decisión personal, y parejas que no se arreglan y no quieren saber nada, es porque decidieron replegarse del amor y volver a guardarlo con respecto a esa persona, con esa persona yo no voy a soltar nunca más amor.
Yo decido soltar mi amor o guardarlo.
Por eso Jesús se metió en nuestro corazón. Cuando estaba Jesús con la samaritana le dice: mirá, de tu interior van a correr ríos de agua viva, hasta ahora estuviste buscando hombres y no tenés, porque te quedaste sin nada, porque pensabas que tu felicidad y tu amor venían de afuera, y dice, yo tengo un agua para darte, y cuando la bebas, saltará de tu interior, de adentro tuyo, porque va a soltarse el amor que hay y hay en abundancia. Amén, gloria a Dios.
Hay mujeres que se han cerrado al amor, están determinadísimas. Ahí basta. ¿Saben por qué hay mujeres que no se pueden abrir nuevamente al amor? porque no se sienten cómodas con su corazón, no se sienten cómodas con su interior, porque viven todo el tema del amor y del afecto con mucha culpa. Y la culpa nunca te ayuda a aprender, por eso, no tenés que tener culpa en la vida, porque uno necesita aprender para seguir adelante, pero seguir viviendo la culpa, nunca te ayuda a aprender, la culpa te da el castigo y ya está, pero no aprendiste nada, por eso cuando hacemos sentir culpable a nuestro hijo o hija, porque hizo algo, eso no lo ayuda a aprender, ya está, cumplió el castigo y vuelve a hacer lo mismo más adelante, porque la culpa no te enseña, lo que te enseña es cuando te sentiste frustrado en algo, la próxima vez no cometas el mismo error, pero no la culpa. ¿Por qué hay mujeres que no pueden abrirse al amor? Hay mujeres que dicen, terminó, esta pareja no va más, yo no me quiero enamorar nunca más, o yo no voy a darle más importancia a mis hijos, no voy a esperar nada más de ellos, se han encerrado, porque se sienten incómodas con su propio corazón. ¿Y cómo podemos lograr sentirnos cómodas? apreciando lo que somos. No hay nada más importante en la vida, que, en primer lugar, soltar el amor que tenemos dentro nuestro para nosotras mismas, nos han enseñado tanto tiempo que primero teníamos que amar a los demás, que nos hemos olvidado de soltar esa fuente de amor para nosotras mismas, y cuando empezamos a aprender y a apreciarnos a nosotras mismas, a sentirnos cómodas con nuestra manera de expresar el afecto, con nuestra manera de relacionarnos con nuestra manera de decirnos a nosotros y a los demás, te amo, dándonos el visto bueno, permitiéndonos ser quién somos, ahí recién vamos a poder soltar esa fuente de amor hacía los demás. Porque si vos creés que no sos digna, si creés que tenés muchas cosas para cambiar, si creés que un hombre nunca te va a amar, que sus hijos nunca te van a querer, que sus hijos nunca te van a entender, te cerrás. Por eso, en primer lugar, tenés que soltar esa fuente de amor para vos misma, que nace de adentro y permitirte ser quien sos, con tus errores y con tus aciertos, pero no querer ser otra persona, no quieras ser otra mujer para que un hombre te ame, esta palabra va para algunas de ustedes, no quieras convertirte en otra mujer para que ese hombre te ame, vos sos así, con tus aciertos y errores y Dios está trabajando en tu vida, amén.
Hay mujeres que no pueden soltar amor porque creen que son malas, pero hay parejas que se llevan muy mal, o relaciones de madres e hijos que están malas, o relaciones de hijos que son malas, porque ese sentirme mal y verme como una mujer mala, lo llevo a mi pareja. No sólo yo soy mala, mi pareja también es mala, yo soy mala, pero él es malo, o sea, los dos tenemos una sensación de ser malos, y hay muchas parejas que viven de esa manera, su casa es una casa donde parece que todos son malos, donde no hay una en quién confiar, donde no hay uno sólo bueno, yo soy mala pero vos sos malo, y él dice: soy malo pero vos también sos mala, y ahí vienen los reproches, los conflictos, los problemas, porque se transmiten ese sentimiento, de que ambos son malos, y eso tiene que ver con que ambos viven llenos de culpa. Por eso no pueden cambiar, la culpa no te ayuda a transformar tu vida, la culpa te encierra, te encadena y te aplasta, pero no ayuda a cambiar actitudes. Y como somos malos, como nos sentimos malos en pareja, no nos sentimos merecedores del amor de Dios, por eso, esa fuente no puede seguir provocando cada vez más, porque la fuente de esa fuente es Dios, y si nosotros le atamos las manos a Dios, le agarramos el brazo y se lo detenemos, y le decimos, no me merezco, porque soy mala, mi familia no se merece más, porque todos somos malos, mi marido es malo, yo soy mala, mis hijos son malos, detenemos, con esa palabra, el brazo de bendición de Dios...
Alejandra Stamateas
Estamos en una época muy difícil para nuestros hijos. Yo le preguntaba a Bernardo con qué nos rebelábamos nosotros cuando éramos chicos, y como se rebelaban nuestros padres, nuestros abuelos. Hoy los chicos se rebelan de otra manera, en nuestra época no era común escuchar que alguien se drogaba, o tenía amigos que tenían un arma, eran otras rebeldías. Vamos a seguir haciendo oraciones, otro mes de oración por nuestros hijos, decretando bendición sobre nuestros hijos, porque nosotros tenemos el poder de Jesucristo, el poder del Señor, el poder del Espíritu Santo para hacer que nuestros hijos estén en este lugar, adorando al Señor, amén y lo creemos. Vamos a tener la victoria.
¿Cuántas sienten que tienen que tener un poco más de felicidad todavía en la vida?, ¿cuántas buscan la felicidad en la vida Algunos correos referidos a este tema son:
-Yo recién encontré la felicidad cuando encontré a Jesús como mi Señor y mi Salvador. - Yo no sé lo que es ser feliz, ni siquiera puedo disfrutar de mi hija .
- No soy feliz porque no logré mi sueño, que era tener una familia unida, no lo he podido lograr por eso no soy feliz.
- Me olvidé de esa forma de sentir la vida.
- No soy feliz porque estoy con una persona absorbente.
- No soy feliz porque mi bebé murió y una gran pena me presiona el pecho, siento que me voy a morir.
- Mi trabajo, lo único que aporta a mi vida es dinero, pero no me aporta la felicidad que necesito.
-No sé cómo hacer para ser feliz, quiero ser feliz, y hacer feliz a la gente. Para muchas mujeres es algo que no es fácil de obtener o alcanzar, como que está lejano como que es solo para algunas personas. Hay muchas mujeres que sienten que están buscando la felicidad, pero tomando de un vaso vacío, o sea, no hay manera de saciarse en la vida, no hay manera de llegar a la felicidad. Ustedes saben lo que es tener sed y que te den un vaso vacío, es imposible saciarse, bueno, hay mujeres que dicen, por más que hago, hago, hago, nunca puedo llegar a ser feliz. No ser feliz en la vida es como entrar en un restaurante, que te sientes y te traigan la cuenta antes de que te hayan servido la comida.
-Hay mujeres que parece que toda la vida están luchando y pagando cuentas, pagando dolor, pagando sufrimiento, pagando errores, y nunca llega ese momento tan anhelado y deseado de la felicidad. Los únicos que tienen claro cómo ser felices son los hombres, porque Dios puso en La Palabra cómo un hombre puede ser feliz. Para los hombres, si ustedes quieren ser felices al pasaje bíblico dice: "El que haya esposa, haya la felicidad" viste qué fácil, a las mujeres se nos complica, pero un hombre viene acá y dice: No soy feliz. Casate, ya está, si hallás esposa hallás la felicidad, miren qué sencillo. Dios es sencillo. Dios dice: a las mujeres las tengo que tratar de otra manera, para los hombres es fácil, se buscan una esposa y listo, ya está, y halla la felicidad. Si tu marido en un momento te dice: yo no soy feliz, vos decile, tenés que ser feliz, obligadamente, porque estás casado conmigo, y el que halla esposa, halla la felicidad. Amén.
-Hay mujeres que en toda su vida pareciera que se encargan de bloquear su propia felicidad ¿conocen mujeres así?Hay mujeres que se dedican toda su vida a bloquearse la felicidad, lo hacen por ejemplo, llenando su vida de obligaciones, para no tener tiempo de disfrutar, son esas mujeres que andan todo el día estresadas, haciendo de todo, ¿por qué? Justamente, para bloquearse la felicidad. Yo no tengo tiempo, dicen, no, no puedo salir. Le decís, ¿querés venir a tomarte un café? No, no puedo, tengo que seguir trabajando. Son mujeres que se bloquean la felicidad.
- Hay otras mujeres que se bloquean la felicidad creando un conflicto, siempre que surge la posibilidad de ser feliz, hay un problema. Te invitaron a una fiesta, si, pero no tengo ropa, generan un conflicto aparte para no disfrutar de la felicidad. Son esas mujeres que decís: tienen todo para ser felices pero sin embargo no pueden serlo, porque siempre están buscando algo para no ser felices. Son las mujeres que dicen la famosa frase: sí, pero... ¿Conocen mujeres que siempre están con el pero en la boca? Sí, muy linda la reunión, pero llovía. En vez de disfrutar y ser feliz porque fuiste valiente de salir con la lluvia y estás toda mojada, decís, si, pero me voy a resfriar, y se maldicen a si mismas, porque no pueden disfrutar la vida.
-Otras mujeres se bloquean la felicidad realizando una acción opuesta a la que debieran, para que la alegría no pueda expresarse, por ejemplo, se casa tu hija, sí, pero me rompí el pie, sabés que cobró más en el sueldo, y pierde la billetera, hace una opción opuesta, para no poder disfrutar de eso que le está pasando.
-Otras mujeres se bloquean la felicidad convenciéndose, de que si algo es muy bueno, si en la vida me está yendo bien, algo malo me va a pasar, voy a llorar después. Si es algo muy bueno, no es para vos. Hay mujeres que se bloquean la felicidad pensando que cuando viene algo bueno, después vendrá algo malo, y quizá no entienden que cuando te viene algo bueno estás pisando la promesa de Dios, que vamos a ir de gloria en gloria y de poder en poder, y que todo lo que hagamos nos va a salir bien. Esas mujeres están pisando la promesa de Dios y dicen hummm..., esto lo huelo raro yo. Mujeres que se bloquean la felicidad.
Yo no me voy a bloquear la felicidad, la felicidad es para mi, algunas mujeres ni se lo creen, dicen, con todo lo que yo sufro pastora. La felicidad es para mí.
-Hay mujeres que sufren de descontento crónico. Estuve investigando, dicen que hace un tiempo se hizo una encuesta acerca de cuales eran los países más felices en el mundo y se sacó la conclusión, con ciertos parámetros, de que uno de los países más felices son las islas Vanuatú, en el Pacifico, es tan tranquilo, ellos tienen su manera de vivir y encima en las islas del Pacifico, ¿que es mejor que estar en un lugar como ese? Si alguien quiere ser feliz se va a esa isla. El segundo país más feliz, es Colombia, y dice que una psicóloga empezó a preguntarse ¿cómo puede ser que en un país, donde hay mucho narcotráfico, un país donde hay un grado de pobreza altísimo, un país donde hay tantos asesinatos por el narcotráfico, pueda ser el segundo país más feliz del mundo? Dice, acá se equivocaron, de algo no se dieron cuenta y comenzó a investigar y a preguntarle a los colombianos qué los hacía felices, y después de preguntarles, ella se dio cuenta por que Colombia, era el segundo país más feliz del mundo. Dijo, son felices porque la" gente comparte con otros", porque tienen la posibilidad de hablar con otros, de contarle a otros lo que están viviendo, sus alegrías, sus tristezas, sus luchas, sus triunfos, porque se juntan en grupos, porque a pesar de la miseria y la pobreza, tienen a alguien con quien compartir, alguien con quien juntarse, hay lazos familiares estrechos, tienen la capacidad de gozarse de la vida, tienen la capacidad de bailar, de disfrutar, ustedes saben que los países de Latinoamérica son países muy alegres, y no es porque la están pasando re bien, porque ellos saben disfrutar a pesar de las circunstancias, dice que le dan mucha importancia al encuentro con la familia, y al encuentro entre amigos, y eso hace que Colombia sea, a pesar de todos los problemas que tiene, el segundo país más feliz del mundo. Y yo encontré acá una clave muy importante: hablar, compartir, tengo que hablar más y tengo que compartir más, ¿no les pasó alguna vez? las mujeres cuando hablamos nos sanamos, por eso yo vengo, hablo horas en el programa, hablo porque las mujeres cuando hablamos, usamos el hablar para descargarnos, no estamos buscando consejos de otra persona, hablamos solamente por hablar. Cuando le preguntamos a un hombre, le contamos algo, ellos enseguida te dicen: y, vos tendrías que hacer esto, y te dan la solución, porque los hombres piensan en soluciones, en cambio nosotras hablamos, porque para nosotras es un placer hablar, y cuando vamos soltando, vamos descargando, nos vamos sanando. ¿Les pasó alguna vez?, decir, ya hablé con mi hijo, se lo dije, qué bien me siento ahora. Ya hablé ese tema con mi amiga, lo tenía que hablar en algún momento, ¿no se sintieron mejor?, o, esto lo tenia que hablar con mi marido y ahora me siento bien, porque hablando nos sentimos libres ¿Saben? no hay nada más lindo, y no hay nada que te haga más feliz, que"la libertad", y cuando uno puede estar en libertad, sentirse externa e internamente libre, uno en ese momento, es feliz. Tengo que hablar más, tengo que compartir más, ¿querés ser feliz?, hablá más. Y ahora te voy a dar unas estrategias para que hables más. Vamos a buscar una historia en Lucas 19:1 la historia de Zaqueo. Jesús llegó a Jericó y comenzó a cruzar la ciudad. Resulta que había allí un hombre llamado Zaqueo, jefe de los recaudadores de impuestos era muy rico, y estaba tratando de ver quién era Jesús, pero la multitud se lo impedía pues era de baja estatura, por eso se adelantó corriendo, y se subió a un árbol para poder verlo, ya que Jesús iba a pasar por allí. Llegando al lugar, Jesús miró hacia arriba y dijo: Zaqueo baja enseguida, tengo que quedarme hoy en tu casa. Así que se apresuró a bajar y muy contento, recibió a Jesús en su casa. Al ver esto, todos empezaron a murmurar, ha ido a hospedarse con un pecador, pero Zaqueo dijo resueltamente: mira, ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea. "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, le dijo Jesús, ya que éste también es hijo de Abraham, porque el hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido". Esta historia nos cuenta que Zaqueo era un hombre de pequeña estatura, era bajito, y otras de las características que nos dice de este hombre, es que era rico, tenia mucho dinero, era jefe de los publicanos, éstos en esa época eran odiados, porque eran los encargados de cobrarle los impuestos al pueblo, y entonces Zaqueo, no sólo era publicano, era el jefe de los publicanos, y los odiaban porque dicen que el publicano golpeaba la puerta de la casa, pedía el impuesto, pero pedía más, y lo que sobraba se lo quedaba él, por eso ellos se hacían ricos, y claro Zaqueo era jefe de los publicanos, y encima era rico, o sea era desechado por la sociedad de ese momento, esas dos eran las características de este hombre, un hombre petisito y un hombre rico desechado por la sociedad. Cuando uno lee la historia de Zaqueo, uno se da cuenta, Zaqueo siempre aparece solo, y yo creo que éste era un hombre necesitado de hablar, porque fíjense qué interesante, el nombre Zaqueo significa "justo" "puro", o sea, a Zaqueo le habían puesto ese nombre porque iba a ser un hombre justo, y un hombre puro, pero la gente decía que era un injusto porque robaba la plata del pueblo, le robaba la plata a la gente. Seguramente tendría que hablar este hombre de esa contradicción interna que tenía, de llamarse justo y que la gente le dijera injusto, tenía que hablar, ¿usted no querría hablar? ¿por qué me dicen así?, ¿si yo no soy así?, ¿si yo no hago nada?, yo estoy para controlar a los publicanos que no roben, ¿por qué creen que robo?, ¿por qué creen que yo me hice rico robándole al pueblo? ¿tenía que hablar? sí, tenía que hablar.
¿Qué hace Zaqueo? escucha que va a venir Jesús por el pueblo, y como escucha eso, dice, tengo que hacer algo, y se sube a un árbol, como él era petisito, necesitaba ver desde arriba, sino con la gran multitud que había no podía ver a Jesús, y él quería ver qué clase de persona era Jesús, si era así como le habían dicho. Entonces se subió a un árbol que se llama Sicómoro, que tiene una característica especial, es parecido a una higuera, pero da un fruto que no es comestible para el ser humano, el fruto es como recubierto de madera y se lo tiran a los cerdos. Éstos árboles eran considerados árboles sucios porque casi no servían para nada, con la madera de estos árboles se construían los féretros de los faraones egipcios, o sea que en realidad era un árbol de muerte, era un árbol inservible. Zaqueo se subió a un árbol que no servía para nada y se subió ahí porque era petiso, para compensar su carencia, para compensar que no tenia altura se subió a un árbol que no servía para nada. Ustedes saben que muchas veces los seres humanos hacemos ese tipo de cosas, para compensar nuestra angustia, nuestra carencia de felicidad, nos subimos a árboles que no sirven para nada, tratamos de compensar nuestra falta de felicidad con cosas que no nos traen felicidad, decimos, el día que yo consiga esa pareja voy a ser feliz, y queremos subirnos a un árbol que sabemos que no nos va a traer felicidad, el día que yo tenga ese trabajo, voy a ser feliz, el día que mi hijo esté bien, voy a ser feliz, y tratamos de subirnos a árboles, de ilusionarnos con árboles que no sirve para nada el fruto que nos da. Porque cuando vivimos esa situación nos damos cuenta que no fuimos felices, pensábamos que logrando eso, el día que yo tenga esa casa, el día que tenga una casa que no me llueva, voy a ser feliz y cuando tenemos la casa que no nos llueve, tenemos infelicidad por otras cosas, el día que yo tenga ese auto voy a ser feliz, porque no voy a tomar un colectivo para ir a la iglesia, el día que lo tenemos no venimos porque somos infelices por otras cosas. Entonces lo vivimos como Zaqueo, tratando de compensar esa falta de felicidad, subiéndonos a árboles cuyo fruto no sirve para nada. Una nueva pareja, el día que termine de estudiar, el día que haga ese viaje, el día que me reciba, el día que mi hija se case, el día que yo esté sola, que me aumenten el sueldo, el día que ponga ese negocio, el día que me compre una casa nueva, el auto, que me compre la ropa nueva, el día que no tenga dificultades económicas y vamos posponiendo la felicidad subiéndonos a árboles y cuando estamos arriba del árbol, nos damos cuenta que ese árbol no nos trajo el fruto deseado, no nos trajo la felicidad, por eso hay mujeres que van subiéndose a distintos árboles en su vida, y van diciendo después: ¡ah! no era eso, eso que creí que me iba a traer la felicidad no me la trajo, ¡ah! pero yo creí, pensé que ese día, me imaginé, y queremos atraer la felicidad de esa manera. Y en esta historia, dice que Zaqueo estaba arriba de ese árbol, que daba fruto que no servía, y viene caminando Jesús, mira para arriba, porque Jesús siempre quiere ver en qué árbol estamos colgadas. Jesús siempre va a mirar y va a decir, a ver de qué árbol se colgó hoy, a ver donde está ahora, a ver está imaginando, y está pensando que la felicidad le va a venir por ese lado, este mes se subió al árbol de la pareja y está dale que dale obsesionada con la pareja, este mes voy a tener pareja, voy a ser feliz y te subiste y estás agarrada fuerte y decís se me va éste y no consigo nunca más y le das todo. Y Jesús mira para arriba y dice, a ver mi amor, donde estás colgada, donde te colgaste, de la casa, este mes se colgó del negocio, y dice, el negocio tiene que andar, el Señor siempre nos va a mirar de donde nos colgamos o cuáles son los bastones sobre los cuales nos vamos sosteniendo y ¿sabés cuál es el anhelo más grande de Dios?, que sueltes todos esos bastones, que no creas que la felicidad te viene por eso, que no creas que la felicidad está basada en una cosa en tu vida, porque Dios no te creó para que seas feliz por una cosa en tu vida, no te dijo: feliz el día que obtengas, sé feliz el día que tengas, no, no te dijo eso, por eso está anhelando que sueltes los bastones. Las mujeres tenemos muchos bastones en los que nos apoyamos, que un día es el marido, que otro día es el trabajo, que otro día es la plata que me dejaron, o la jubilación, que otro día es mi hijo que está bien, otro día es mi hija que me ayuda, otro día lo otro, y vivimos agarrándonos de bastones o subiéndonos a árboles que no nos traen el fruto que queremos. Y cuando Jesús lo vio a Zaqueo colgado de un árbol que no daba fruto, le dijo, rápido, desciende. Dios te va a pedir rápidamente que desciendas de eso en lo que te colgaste, ¿querés la felicidad? soltá eso que crees que te va a traer felicidad, sé libre, porque no hay nada más feliz que vivir en libertad, por eso le dijo, date prisa Zaqueo, descendé, porque hoy me voy a ir a vivir a tu casa. Le dijo Jesús, voy a ir a posar en tu casa, no me voy a ir a tomar un tecito y me voy, me voy a ir a vivir a tu casa ¿Cuántas quieren que Jesús viva en su casa?, Jesús se invitó. Yo te dije la semana pasada, que nosotros tenemos el privilegio de que el Señor venga a golpear la puerta de nuestra vida y se quede a vivir con nosotros, ese es un privilegio que tenemos los hijos de Dios, le dice Jesús, vení Zaqueo, vamos a tu casa, preparame cama, todo, porque esta noche me quedo, Jesús quería tener una charla profunda con Zaqueo. Jesús anhela sentarse con vos a tener una charla profunda, yo sé que acá hay muchas mujeres que le deben al Señor una charla profunda, yo sé que hay muchas mujeres que hoy pasaron acá, que le deben al Señor una charla profunda, hablar de cosas que hace tiempo venís pateando, porque estás colgada de un árbol equivocado, ya voy a tener mi momento de intimidad, ese día que yo me vaya, y esté sola en medio de la montaña, me voy a encontrar con el Señor, pero Jesús le dijo, bajate, soltá lo que estás sosteniendo, soltá lo que crees que es tu felicidad, y venite, porque hoy voy a ir a tu casa y vamos a tener una charla profunda. Lo que decía el pastor Bernardo este fin de semana, una sola cosa, intimidad con el Señor. Le debés una charla profunda a Jesús, necesitás sentarte en tu casa y tener una charla profunda con Jesús, a él le encanta, él lo está esperando, él lo está anhelando, tener una charla profunda con vos. A mi me gusta, porque yo tengo mucho tiempo en el día, voy con el auto y estoy sola, me gusta mucho manejar y yo lo siento al Señor ahí, y le digo, Señor, dejá que yo manejo, tenéme confianza, y mientras charlamos, me gusta decirle y hablarle sinceramente, porque con él es con el único que realmente me puedo mostrar como soy, porque yo sé que en él no hay juicio de nada. Hay mujeres en este lugar que le deben una charla, hay hombres que necesitan sentarse con Jesús y tener una charla profunda.
Cuando Zaqueo estuvo en la presencia de Jesús, bajándose de todos los árboles, en ese momento tomó dos decisiones, acá en la historia no nos cuenta como fue la charla, pero sabemos que esa charla fue larga y fue bien profunda, porque después de esa charla Zaqueo toma dos decisiones para ser feliz. Tengo que tomar dos decisiones para mi felicidad. Una sola cosa, charlar con Jesús, y dos decisiones. ¿Qué tenés que hacer? una sola cosa ¿qué tenés que tomar? dos decisiones.
Primero: Zaqueo compartió la primer decisión que te va a ser feliz, es dar. Dijo, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes. hay una felicidad que viene de dar, dar es el símbolo de un corazón sano, vos sabés que tenés el corazón sano, cuando podés dar, pero no dar por culpa, sino dar por felicidad, es muy diferente dar por culpa, que dar por felicidad; cuando vos podes dar, en ese momento te das cuenta que estás sana, ¿y qué es lo que tengo que dar? porque la naturaleza de Zaqueo era la de recibir los impuestos, recibía, no sabía lo que era dar, cuando terminó de hablar con Jesús se bajó del árbol, en ese momento se dio cuenta que iba a ser feliz dando algo. Todo el diálogo que tuvo con Jesús, tenía que ver con que él estaba acostumbrado a recibir, pero no estaba acostumbrado a dar, y tal vez por muchas razones, como vos y como yo. Tal vez muchas veces tenemos miedo de dar, y ¿qué es lo que hay que dar?, tenés que empezar a dar el abrazo que tenés retenido, el beso que tenés retenido, el amor que tenés retenido, la caricia que no das tenés que atreverte a dar, dar, porque hay veces que retenemos cosas para cuando seamos felices. yo les conté varias veces acá, que cuando era chica, en mi casa había colección de tazas, de cubiertos, que le habían regalado a mi mamá cuando se casó, mi mamá no las usaba, porque eran para las visitas, o sea, retenía eso, y yo decía, ¿y yo no soy importante que vivo en esta casa? Uno tomaba en la taza rota y todas las demás eran para las visitas. y uno retiene para Navidad, para las fiestas de Pascuas, para cuando vaya al médico, para cuando me enamore, para cuando mis hijos se casen ¿cuántas tienen cosas retenidas para algún momento? piensen lo que tienen retenido. No, esto lo guardo, porque yo prometí que me lo iba a poner... el día que estés en el cajón ya no podes usar nada, ¿para cuándo estás guardando?, ¿qué estás reteniendo? Por eso yo, cuando no había nadie en mi casa, iba donde estaba la tacita me preparaba un café con leche, lo tomaba, lavaba la tacita, y la volvía a guardar, nadie se enteraba, pero yo era feliz, pero ¿qué hice ahora? en mi casa tengo colección de tazas raras, y las uso, todos los días uso una taza diferente, yo no las tengo ahí guardadas, las tengo expuestas, el que quiere tomar se sirve, usa la que quiere.
Zaqueo entendió dijo voy a dar porque cuando dé indica que estoy sano y si estoy sano soy feliz. ¿Cuántas quieren ser felices? da lo que tenés retenido, el día que este bien pastora voy a adorar, ¡no! ahora tenés que hacerlo. Ahora no pastora, yo hoy no me siento bien, pero mañana cuando este bien, yo le prometo que voy a venir todos los días, ¡no!, ¡ahora! no retengas, porque te estás perdiendo la felicidad por retener, da, soltá, si pero yo no doy porque a mi me fue muy mal. Si yo le contara, di y mirá como me fue, porque di mi amor, mi virginidad, di todo por amor, y mire como me fue, seguí dando, aprendé a sembrar una semilla de fe, aunque parezca que todo está perdido, se acuerdan de esa canción: quién dijo que todo está perdido, yo vengo a entregar mi corazón. Vos tenes que atreverte a seguir sembrando una semilla de fe, aunque parezca que todo está perdido, si plantás una semilla de Dios, cualquier pérdida nunca va a ser fatal.
Leí la historia de un hombre, de una familia que vivía en el campo, y habían perdido por fuertes lluvias, granizo, todo, toda la cosecha, y no tenían dinero para comprar más semillas, y dice que se reunieron en la familia y todos dijeron, tenemos que volver a sembrar, y alguien dijo, pero es una locura volver a sembrar la tierra, no está en condiciones, la tierra no nos va a dar el fruto que necesitamos, hemos perdido todo, y todos en la familia dijeron, no importa, tenemos que volver pero no tenemos dinero, y entonces cada uno empezó a dar lo que tenia, empezaron a dar, el hijo dio los ahorros, la mujer sacó las latitas con la plata, el marido dio lo que tenia, juntaron, fueron a la tienda del pueblo y compraron las semillas. El hombre de la tienda dijo, nadie se animó a sembrar, ustedes son los únicos que me vienen a comprar, llévense todo lo que quieran, y les dio para sembrar, y fueron los únicos en ese pueblo que sembraron, y fueron los únicos que cosecharon, porque yo quiero decirte una cosa, si vos, a pesar de tu pérdida aprendés a sembrar una semilla de fe, como lo hizo esta familia, a pesar de su dolor, a pesar de su angustia, lo que estuvieron haciendo acá fue sembrar la semilla de fe. No te preocupes, Dios te va a dar recompensa aunque parezca que perdiste todo, que nada va a dar resultado, Dios por haber tenido fe y haber sembrado en medio de la pérdida, te va a dar lo que estás necesitando. Gloria a Dios.... Alejandra Stamateas
Qué impresionante lo que Dios nos ha dado, a veces no nos damos cuenta, y de eso es de lo que te quiero hablar en esta tarde.
¿Cuántas tuvieron alguna vez conflictos con su cuerpo? todas o la mayoría. Yo he conocido muy pocas mujeres que no tienen ningún conflicto con su cuerpo, que nunca se hacen ningún problema, pero la mayoría de las mujeres, sí, nos hacemos problemas con el cuerpo, hay algo. Pensá qué es lo que no te gusta de tu cuerpo.
Ahora el modelo es salir con chicos jóvenes, está de moda, entonces hay que hacerse la cirugía, levantarse todo lo que está caído, viste que ya no saben más que inventar, ahora tenés que salir con un chico joven para existir en la sociedad, porque sino no existís, si llevas a tu marido de setenta fuiste.
No se sientan mal por el tema que vamos a tocar, porque nos pasa a todas las mujeres. Siempre tenemos grandes conflictos con nuestro cuerpo, somos ciudadanas de un mundo que le tiene mucho temor a las grasas, a la gordura, y a lo feo, es como que hay un prejuicio a las grasas, que son malas, y hacia lo feo, tenés que ser lindo y flaco sino no existís. Todo ese mundo externo, las mujeres lo hemos incorporado y no solamente lo escuchamos desde afuera, sino que lo escuchamos desde nuestro interior, y creemos que esos conceptos son nuestros, son propios, en realidad lo que hicimos es incorporarlo de afuera.
Yo quiero hablarte de una tesis que tengo y vamos a comprobarla. La tesis es que un pensamiento negativo sobre nuestro cuerpo, no tiene nada que ver con nuestro cuerpo. Cuando yo pienso negativamente de una parte de mi cuerpo, no tiene nada que ver con esa parte de mi cuerpo, sino que detrás de ese pensamiento negativo hay un problema real, que no sé cómo resolver, entonces lo que hago es atacar una parte de mi cuerpo, que sí veo. Ataco lo que veo porque no sé cómo resolver lo que está detrás, que es el problema real, me distraigo con un tema de mi cuerpo, pero en realidad hay un problema más profundo, que no me gustan mis caderas, mi cola, que no me gusta la nariz, etc.
Se los voy a contar con dos ejemplos, una mujer, supongamos que se llama María, de unos treinta y cinco años se levanta una mañana, se mira al espejo y dice: soy grandota, estoy gordísima, me odio, no me gusto, y sale de su casa a caminar y se mira en las vidrieras, en todo espejo posible, y se ve odiosa, fea, esa soy yo, no lo podés creer ¿no será la otra de al lado? y ¿cómo puede ser? y dice que María se mira en todas las vidrieras y se sigue diciendo: estoy gorda, estoy grandota, tengo grasa por todos lados, pero mientras va diciendo eso, le viene un flash, de una cena que había tenido la noche anterior, y ella no podía entender por que, cada tanto se acordaba y venían esos flashes de la cena anterior, hasta que descubrió qué era lo que había pasado. En la cena de la noche anterior, ella había ido a cenar con su marido y con una pareja amiga del marido, y la mujer de la pareja todo el tiempo hablaba acerca de sus éxitos, y de sus logros, y de que María no tenia nada para contar.
María no tenia ningún éxito y ningún logro y especialmente cuando esta otra mujer hablaba se sus éxitos y de sus logros, se lo contaba al marido de María, mirándolo a él, más bronca para María. Ahí ella se dio cuenta que pasó una noche muy mala, teniendo muchos celos, comparándose y viviendo lo que es la competencia entre mujeres. como ella no podía aceptar esas emociones negativas, ¿cómo voy a sentir celos? no lo podía aceptar, atacó al otro día a su cuerpo y dijo: me veo gorda, me veo grandota, estoy horrible, claro, ella no se puso a analizar que su peso no había variado de un día para el otro, ¿por qué se veía gorda esa mañana si el día anterior no se había visto así?, el peso no había variado, lo que había variado eran sus pensamientos, porque en vez de poder atacar lo que era su conflicto, que era: no logré nada en la vida, estoy celosa de esa mujer, vivo compitiendo con las demás mujeres porque me siento inferior, atacó su cuerpo. Otro caso, Ana se levantó una mañana y empezó a decir: soy fea, soy fea, vieron que hay días que nos damos con un caño más que otros, que hay días que nos sentimos estupendas y otros días que nos sentimos horribles. Entonces se levantó y dice: soy fea, y entonces se acordó de una escena que había vivido en su casa, dice que estaban arreglando su casa y había albañiles trabajando, y ella llegó un día de su trabajo y no le gustó lo que habían hecho los albañiles, y los confrontó y les dijo: no quiero que hagan eso así, quiero que lo hagan de otra manera, entonces los albañiles se enojaron y le dijeron: ya lo hicimos. No me importa, hagan lo que yo quiero, cuando ella salió de ese lugar empezó a sentirse fea, porque no actuó como una nena buena, como lo esperable, que no discutas con nadie y que aceptes lo que los demás dijeron, entonces ella asoció, yo me sentí muy segura de pedir lo que quería, pero asoció seguridad con frialdad.
Las mujeres seguras son malas, las malas son feas, yo me sentí muy segura, exigí lo que quería, me transformé en una mujer mala por exigir lo que quería y entonces soy fea. ¿se dan cuenta por qué asoció y se empezó a decir fea? porque en realidad había un concepto atrás, que no podía resolver, porque le habían enseñado que las mujeres siempre tienen que ser obedientes, decirle a todos que si, y si hicieron algo mal, y bueno, qué le vamos a hacer, está bien, que quede así, si me cobraron de más, y bueno, qué le vamos a hacer, está bien, porque pedir tus derechos, exigir lo que vos querés, actuar con seguridad en la vida te hace sentir que sos una mujer mala, y a la maldad siempre se la asoció con lo feo.
¿Se entiende este concepto? que cada vez que vos te parás frente al espejo, y criticás un aspecto de tu cuerpo, en realidad hay algo atrás que tenés que resolver, que todavía no te atrevés a resolver, y no vas a poder resolver tu cuerpo, ni siquiera con cirugías estéticas, hasta que no resuelvas lo de atrás, por eso ¿qué tenemos que lograr? Tenemos que aprender a decodificar los pensamientos negativos.
¿Cómo me gustaría? ¿Tener menos lolas?,
¿Cómo me gustaría? ¿Ser más flaca?
¿Cómo me gustaría? ¿Cambiarme la forma de la nariz?
¿Cómo me gustaría? ¿Que mis ojos fueran diferentes?
Tenés que buscar que hay detrás de ese pensamiento negativo, porque hay algo que no resolviste, y como no lo resolviste anteriormente, lo llevaste a una crítica de tu cuerpo. Entonces cómo hacemos para decodificar. Quiero que pienses en la parte de tu cuerpo que no te gusta, cada una piense en la parte del cuerpo que no le gusta.
Vamos a ver algunos: La cintura, la cola, la panza, el busto, los brazos, el abdomen, las arrugas, los ojos, la nariz, las piernas, las pantorrillas. Pensá en esa parte del cuerpo que te desagrada, quiero que pienses las palabras que vos usás para referirte a esa parte de tu cuerpo que no te gusta. ¿Qué palabras usás?: mi nariz es un desastre, cintura de pollo, salvavidas, flotadores, los parches, elefante de grandota, la panza que tengo, el salero, los rollos, corchito, un kohinoor, patitas de tero, de terodáctilo. A esa parte de tu cuerpo que no te gusta, vos la definís con palabras específicas, y tal vez hace muchos años que le hablás a esa parte de tu cuerpo con esas palabras específicas. Yo anoté algunas cosas que dicen algunas mujeres, por ejemplo: con respecto al vientre dicen, es blando, es fofo y cuando le pregunté ¿con qué lo asociás? y tal vez con que así soy en mis relaciones interpersonales, soy muy blanda con la gente; tengo senos que cuelgan, tal vez puede ser que dependo mucho de la gente, otra mujer dice tengo senos pequeños y le digo ¿con qué lo asociás? y que tal vez sigo siendo una nena, una mujer inmadura, infantil, por eso no me gustan mis senos pequeños.
Muslos enormes, y tal vez me veo con esos muslos enormes porque me siento como una mujer agresiva y que nadie me va a querer. Otra mujer, los brazos, y que me cuelgan las carnes, tal vez pueda decir que tu vida vaya de acá para allá y no puedas tomar decisiones firmes en la vida, otra mujer que dice, tengo cara de caballo, y lo asocia con que soy como un caballo, como un burro, que vivo llevando la carga de todo el mundo y haciendo todas las tareas que todo el mundo me pide. O sea, hay una situación que estamos viviendo y que la asociamos con nuestro cuerpo, y que no tiene nada que ver con nuestro cuerpo, hemos puesto esa situación negativa, que no podemos resolver, en algún aspecto de nuestro cuerpo. Dice la palabra de Dios, que Dios creó todo hermoso, ni siquiera perfecto, dijo hermoso, le puso algo más que perfecto, dijo que todo lo que creó fue hermoso, fuiste creada por Dios, sos hermosa. Cuando hablo de hermosura, hablo de hermosura según Dios, y no según la cultura. ¿Qué tenemos que hacer entonces para poder sanar nuestra estima, de todos los pensamientos negativos con respecto a nuestro cuerpo?
Me tengo que hacer amiga de mi cuerpo. Te voy a dar tres puntos importantes, si hacés alguno de estos tres, yo ya estoy contenta.
El principio de "esa soy yo", es que lo que ves en el espejo cada día, esa sos vos, no es un cuerpo que anda separado de tu mente, no es que tu cuerpo camina por un lado y tu mente por otra, esa sos vos, y cuando te mirás en el espejo y te ves con kilos de más, tal vez recuerdes que para poder solucionar muchos conflictos a lo largo de tu vida, lo que hiciste fue agarrarte de la comida, y lo resolviste comiendo, pero esa sos vos. Sí, esto es lo que me ha quedado, esa soy yo, no es una persona diferente. Así trataste de resolver tus conflictos emocionales, comiendo, y te quedaron esos kilos de más. Sí, esa soy yo.
Lo primero que tenés que hacer, es reconocerte en el espejo. ¿No podés mirarte en el espejo? no, me tengo que sacar de acá, ¡no! esa sos vos, hay cicatrices en tu vida que te indican la manera que viviste. Si fuiste una mujer, toda la vida estresada, y hoy tenés cuatro pelos locos, cuando te mires en el espejo decí: esa soy yo, porque para lograr algún cambio, primero tenés que reconocer que esa sos vos, sino ¿donde vas a hacer el cambio? Cada vez que te mires al espejo te vas a decir: esa soy yo, porque es la historia de mi vida, mi cuerpo es la historia de mi vida, mi cuerpo no está separado de todo lo que he vivido, no está separado de las crisis que pasé, mi cuerpo no está separado de mi historia personal, mi cuerpo no está separado de mi divorcio, mi cuerpo no está separado de los embarazos que he tenido, esa soy yo, con todas las cicatrices que han quedado, y las marcas que han quedado en el cuerpo, mi cuerpo tiene las marcas de todo lo que he pasado en la vida. Esa soy yo. En segundo lugar: ¿quién dice qué te tenés que preguntar? ¿quién dice qué? poné en duda la autoridad externa y preguntate ¿quién dice que mi cola es fea?, ¿quién dice que mis lolas son grandes?, ¿quién dice que mi nariz es fea?, ¿quién lo dice? ¿quién lo dice? Te acordás que yo te dije al principio, todas las pautas externas las metimos dentro nuestro, pero ¿quién dice eso?, quién dice que la grasa corporal es mala, hace poco estuve hablando con Nequi Galotti y ella me contó una anécdota muy interesante; el papá era médico, en la televisión dicen que hay que tomar tres litros de agua por día, que para estar bien tenés que tomar tres litros de agua, y el papá siempre le decía, eso es una mentira, ¿Por qué? le preguntaba, porque vos no le podes dar a todas las personas lo mismo, porque una persona que está casi sin peso, que está por debajo de su peso, si le das de tomar tres litros de agua por día, desaparece, no podes darle tres litros de agua, tenés que saber a quién darle los tres litros de agua; la otra persona no necesita tres litros, por eso él hablaba tanto de tener cuidado, cuando uno exagera las cosas o las masifica, no es para todo el mundo. Por eso vos tenés que preguntarte ¿quién dice esto?, ¿quién está afirmando que mi cuerpo es feo?, ¿quién dice que mi pelo es feo?, ¿quién dijo que mis dientes son feos?, ¿quién dijo que mi nariz es fea?, ¿quién dijo que mi altura no es la correcta? quién desafía los esquemas de la cultura, porque en la cultura no tiene por que tener razón. ¿Quién dice que la juventud es más atractiva que la edad madura? ¿quién dijo eso?, cuando eras adolescente ¿no sufrías un montón? y tal vez mucho más que ahora, lo que pasa es que no te lo acordás, vos tenés que desafiarte, ¿quién dijo que la delgadez es sexy?, ¿quién dijo eso? la cultura, porque si vos te pones a mirar en cuadros, pinturas de otra época, te vas a dar cuenta que las mujeres eran bien rellenitas, y eso era lo sexy, entonces es cultural.
Cada vez que te mires al espejo, tenés que preguntarte ¿quién dijo esto? para quitarle autoridad. Leía una anécdota de tres mujeres que eran maestras en una guardería de chiquitos, y dice que una era muy grandota y las otras eran muy delgaditas, y una mamá llevaba siempre a su hijo y se daba cuenta que a su hijo le gustaba estar con la mujer más grandota, con la más corpulenta, no iba tanto con las otras maestras más flacas, dice que se quedó un par de días en la guardería y vio que a todos los nenes que estaban ahí les gustaba mucho más estar con la mujer corpulenta, entonces le preguntó al nene por que con la mujer grande iban todos; le dice que estar con ella se sentía tan acogedor, que se sentía tan dulce, que se sentía protegida por esta maestra grandota, y dijo ahora entiendo lo que experimentan los nenes. Cuando yo leí esta anécdota me acordé mucho de la pastora Liz, ustedes saben si quieren preguntarle acerca del cuerpo le preguntan a ella, porque no tiene conflicto con su cuerpo, ella luce el cuerpo, yo se lo dije un montón de veces, hemos ido a campamentos juntas, hemos ido a lugares juntas, ella lo disfruta, su cuerpo lo luce, va de un lado para el otro y me dice, yo nunca tuve problemas, el único problema cuando el médico me dice, estás excedida, tenés que bajar la sal, un problema de salud y yo he sentido los abrazos de la pastora Liz, te abraza y parece que te recubre toda, parece que te entrega un amor único. Vos tenés que cuestionar quién dijo que un cuerpo delgado es mejor que un cuerpo grandote, quién dijo que tener menos grasa es mejor que tener más grasa, quién lo dijo, ¿te das cuenta? porque tenemos que empezar a cuestionar los patrones que nos enseñan en la televisión, que nos dicen, esto es correcto, tenés que levantarte la cola, tenés que tener cola grande, tenés que hacerte las lolas, ¿quién dijo eso? yo siempre cuento que en Samoa, lo daba en las clases en el INDAP, una mujer que tiene los pechos colgando, cuanto más le cuelgan más autoridad tiene, y nosotros cuando vemos los pechos colgados tratamos de subirnos todo hasta la garganta, sin embargo en esos países la mujer que más autoridad tiene es la mujer que tiene los pechos más caídos, miren si no hay autoridad en este lugar. Tenemos que disfrutar de lo que tenemos, de lo que somos.
El primero punto es mirarse al espejo y decir esa soy yo, mi cuerpo muestra la historia de mi vida, y que las pasé, las pasé, pero estoy de pie para seguir adelante, gloria a Dios. Y en segundo lugar ¿quién dice qué esto es así? cuestioná esa autoridad que viene de afuera. En tercer lugar me tengo que pedir perdón. Y esto lo tenés que hacer cada vez que hables mal de tu cuerpo, tenés que parar y pedirte perdón, me perdono. Cada vez que te oigas internamente, hablar mal de una parte de tu cuerpo, te tenés que parar estés donde estés, y pedirte perdón, eso que te dijiste a vos misma se lo dirías a una persona que querés, y si se lo hubieses dicho ¿no le pedirías perdón? entonces porque no a vos, tenés que dejar de insultarte, sos creación de Dios, dejá de hablar mal de tu cuerpo, dejá de destrozarlo con palabras negativas, tu cuerpo es creación de Dios.
Las palabras cariñosas siempre son más efectivas, construyen no destruyen, por eso tenés que pedirte perdón, y hacélo, vas a ver que te vas a cansar tanto de pedirte perdón, que nunca más te vas a hablar negativamente, para no tener que pedirte perdón. Pero tenés que aprender a pedirte perdón, que piernas feas, perdón no quise decir eso, qué nariz fea, perdón no quise decir eso, porque si se lo dijeras a otro y lo insultaras de esa manera, le pedirías perdón, porque a nadie le dirías: qué nariz fea que tenés, que nariz fea, toda chueca, no le dirías eso así, pero te lo decís a vos misma, y lo decís como si nada, sin darte cuenta que estás dañando la creación de Dios, porque somos creación de Dios, por eso tenemos que pedirnos perdón cada vez que nos dañamos, cada vez que nos insultamos. Por último, tengo que empezar a comprarme ropa para celebrar mi cuerpo. Yo he visto muchas mujeres que dicen: yo no me voy a comprar ropa hasta que baje cinco kilos, yo hasta que no llegue a mi peso, no me compro ropa, el día que llegue a mi peso, voy y me compro ropa. No, andá a comprarte ropa para celebrar el cuerpo que tenés hoy, porque esta sos vos, no te niegues, esta sos vos, así que anda a comprarte la ropa que te guste y que querés, pero de acuerdo al cuerpo de hoy, no esperes para mañana, disfrutá hoy de la vida, porque esto es lo que hoy tenés, éste es el día que Dios te ha dado y tenés que disfrutarlo así, como sos... Alejandra Stamateas
Hacé junto con nosotros esta oración de multiplicación y aumento, quiero que pongas toda tu fe, porque de acuerdo a tu fe te será hecho.
En el nombre de Jesús estamos decretando, que este mes, es el mes del aumento y multiplicación de todas nuestras cosas.
Decretamos que recibiremos aún más de lo que podemos almacenar, medida buena, apretada, remecida y rebosando. Sé que abrirás las ventanas de los cielos y derramarás lluvias de bendición sobre mi vida y mi casa, y todo, todo, todo, aumentará y se multiplicará.
Declaro con gozo que en mi casa habrá bienes y riquezas, porque he decidido que tú Señor, y solo tú, eres mi proveedor y mi fuente, y que te alegrás en mi prosperidad y abundancia.
Declaro que todo lo que haga prosperará, y que lo que hoy es poco, por tu poder y por tu promesa se multiplicará, y aumentará, lo veré, lo disfrutaré, lo verán los míos y juntos celebraremos y habrá paz en nuestra casa, en el nombre de Jesús. Amén, amén y amén, Gloria a Dios.
Estamos decretando cosas fuertes en el mundo espiritual gloria a Dios.
Mi marido es un cabeza dura.
Bernardo cuando escuchó el título el fin de semana dijo: yo al otro fin de semana voy a hablar "Mi mujer es una pirada", si tenés un cabeza dura con una pirada ¿te imaginás un matrimonio así? pero todo se puede solucionar en el reino del Señor.
¿Cuántas tienen un marido que es cabeza dura? un hijo cabeza dura, una mamá cabeza dura o un papá, siempre hay un cabeza dura. ¿Cuántas son cabeza dura en este lugar?
Yo le puse de título, "mi marido es un cabeza dura", pero en realidad nos sirve a todas. La palabra que leímos en la Biblia es una palabra para Saúl. Dice, ser rebelde es tan grave como ser un adivino, y la arrogancia, ser un orgulloso, ser pedante, es como el pecado de la idolatría, es como ser un idólatra.
Una persona cabeza dura es una persona terca, es una persona porfiada, es una persona difícil de tratar, ¿cuántos han tratado con una persona terca? vieron lo difícil que se hace tratar con esas personas. Son personas que no ceden terreno, son personas que no dan marcha atrás, que dicen, esto va a ser así, y va a ser así, se hace como yo digo y como yo quiero, son esos maridos, por ejemplo, que no van al médico, y están mal y dicen no voy a ir, es cabeza dura, ¿no te das cuenta que te estás dañando? pero no van, son esos maridos que no piden ayuda, necesitan ayuda pero sin embargo no piden, son porfiados, son tercos, no piden ayuda, están yendo a Mar del Plata, te confundiste el camino, pero el hombre no se detiene para preguntar nada, él dice, vamos a llegar, y te recorriste todo y llegaste como al otro día a Mar del Plata, pero él dice no vamos a preguntar. Son esos hombres que creen que lo que ellos dicen o piensan, es lo mejor, pero no para ellos, porque si fuera para vos está muy bien, si vos decís esto que yo creo, esto que yo pienso para mi, es correcto, es perfecto, todos tenemos que tener seguridad, pero esta persona dice: esto que yo pienso es correcto para mi y tiene que ser correcto para vos también, te guste o no te guste, tiene que ser correcto, esa es una persona terca, es una persona porfiada.
Vamos a ver en este test si podemos descubrir que nuestro marido es un cabeza dura. 1- ¿Se irrita cuando las cosas no se hacen a su manera?
2- ¿No da su brazo a torcer por nada en el mundo?
3- ¿Le cuesta admitir que está equivocado y que el otro tiene razón?
4- ¿Le gusta tener la última palabra en una discusión?
5- ¿Cuando pierde una discusión, sale pensando: igual yo tenía razón?
6- ¿Le molestan los métodos de otros, la forma de hacer las cosas de otras personas, como manejar, enseñar, comer, viajar? ¿Le molesta que el otro lo haga de otra manera?
7- ¿Es una persona inflexible?
8- ¿Le cuesta ver el otro lado del asunto y empieza a estereotipar, todas las mujeres son iguales, todas están locas, para armar un argumento?
9- ¿Es orgulloso? Entonces estás al lado de un cabeza dura, lamento darte esa información.
Vamos a ver hoy cómo tratás a los cabeza dura, ya sean esposos, hijos, ya seamos nosotras mismas, una amiga, hermana, etc.
La Biblia dice, en el pasaje que leímos, que la arrogancia, el orgullo, el ser obstinado, frente a una idea o concepto, es como es como ser idólatra, porque la Biblia compara, la arrogancia, la obstinación, con la idolatría. La terquedad, el ser terco, es como jugar a ser Dios, es decir esto que yo digo, esto que pienso, es bueno para mi y es bueno para vos, es bueno para mis hijos, es bueno para mi esposa, es bueno para mi amiga, es bueno para mi mamá o papá, porque yo lo pienso. O sea, ellos dicen, lo que es mío, es mío. Nosotros decimos lo que es mío, es mío, pero ellos dicen lo que es mío es mío, pero lo que es tuyo es negociable, lo mío es mío, pero lo tuyo es mío; es del otro, es de quien yo quiero, no es tuyo, eso es lo que les pasa a las personas tercas, obstinadas, orgullosas. De alguna manera creen que su pensamiento es el único correcto y que se lo tienen que impartir a todos los demás y eso los transforma en idólatras, porque juegan a ser Dios.
¿Cómo tratamos con una persona terca? y acá te voy a dar una clave fundamental que te va a servir, va a ser una piedra preciosa para que puedas usar con todas las personas tercas.
Detrás de toda persona terca hay un miedoso, una persona terca tiene miedo, y tiene falta de confianza, no confía en sí mismo, no confía en sus capacidades, por eso lo que hace es tener una idea, tener un pensamiento, y querer que todo el mundo defienda y apoye esa idea y ese pensamiento, porque él no se siente seguro; entonces dice ¿cómo puedo controlar a los demás? gritando a los cuatro vientos qué es lo que yo pienso y que se haga lo que yo digo, o sea, detrás de todo terco, hay un miedoso y un inseguro.
¿Cómo desarmamos a una persona terca para que deje su terquedad? Haciendo todo lo contrario a lo que él, o ella, espera que hagas.
Cuando un terco te dice, vas a hacer esto, acá en casa las cosas son así, él está esperando que vos grites, que patalees, que te opongas, que lo ataques, que discutas, que lo presiones, ¿qué tenés que hacer vos?, todo lo contrario. ¿Qué vas a hacer delante de un terco? todo lo contrario. Porque cuando usted hace lo contrario, en vez de gritar, en vez de enojarse, o de presionarlo, se pone del lado de él, el terco se desarma, no lo entiende, y como el terco se desarma, se desalienta, y entonces abre el camino para cambiar de postura. Nosotros creemos que es discutiéndole, ¡no, lo que yo te voy a decir es la verdad! ¡No! esto no es verdad. No, no lo vamos a hacer enojándonos, al contrario, hay que ponerse del lado de él. Tenés razón, me parece muy bien eso que querés hacer. Cuando vos te ponés del lado de él, el hombre se desarma, quedó fuera de carrera, porque estaba esperando otra reacción y cómo te controla a vos, dominándote, diciéndote no más, te enojás más, te voy a imponer lo que yo quiero, más estás en desacuerdo, más te voy a imponer lo que yo digo, vos te tenés que poner del lado de él y decirle: qué buena esa propuesta, me interesa, qué inteligente, ponerme del lado de él.
Jesús lo hizo muchas veces, y era justamente esa actitud lo que enloquecía a los fariseos, lo que descolocaba a toda la gente que se acercaba a Jesús. Cuando viene la mujer adúltera ¿qué estaba esperando de Jesús? que la castigara, que la retara, que le impusiera un castigo grave, y Jesús escribió en tierra, la miró y le dijo: Vete y no peques más, y los fariseos estaban locos, la mujer quedó desorientada. Se acuerdan del caso del hijo pródigo ¿cuál era la reacción lógica y normal de un padre, a quien le habían hecho el desplante que le había hecho su hijo? Recibirlo, o recibirlo y ponerlo como él decía, como un sirviente más; pero cuando el padre vio venir al hijo, lo abrazó, esa es una actitud de desarme, tengo que desarmar al terco. Jesús sabía cómo desarmar la coraza del otro, haciendo lo contrario a lo que todo el mundo estaba esperando, y una vez que desarmaba la coraza de esa persona que era terca, en ese momento, él impartía, él instruía, y él enseñaba, aprovechaba ese momento donde la persona quedaba sin rumbo, donde la persona quedaba desorientaba, para él darle la orientación correcta.
Él sabe querida mujer cómo desarmar nuestra terquedades, como hizo con Pedro; dice que un día estaba con todos los discípulos, y Jesús se levanta de la mesa, se quita la capa, se ciñe una toalla, y fue a lavarle los pies a los discípulos, y cuando llega a Pedro éste le dice: ¡De ninguna manera me vas a lavar a mi los pies! ¡No!, ¡no!, y Jesús le dice, te los tengo que lavar, ¡de ninguna manera! porque Pedro era terco, le dice, a mi no me vas a lavar los pies, porque no es lógico que un maestro le lave los pies a un discípulo, esto siempre ha sido al revés, el discípulo le tiene que lavar los pies al maestro, así que Jesús, no me los vas a lavar. Y yo me lo imagino a Pedro en ese momento, escondiendo los pies, diciendo, a mi no, haciendo pucherito, y haciéndose el humilde, pero era terco, y Jesús le dice: si no te lavo los pies no vas a tener parte conmigo. Jesús lo desarmó a Pedro, le desarmó su terquedad, le dijo ¿querés esto? entonces hacélo a mi manera. Yo te voy a decir como lo desarmó, porque hizo algo que hasta ese momento no se hacía, no era la costumbre. Decí, soltá la costumbre. Las mujeres tenemos muchas costumbres, reaccionamos sin pensar, muchas veces reaccionamos porque nos acostumbramos a reaccionar, y cuando vemos una persona terca, enseguida queremos ir a discutirle, ¿y qué tenemos que hacer?, lo contrario, tenemos que desarmarlo. A mi me gusta Jesús porque él sabe muy bien cuáles son nuestras terquedades, y sabe muy bien como sorprendernos en medio de nuestra terquedad, la nuestra, la de nuestros hijos, la de nuestra pareja, sabe como sorprendernos en medio, para que nos quedemos sin rumbo y ahí, en ese momento, él nos pueda enseñar.
¿Qué está esperando el terco que hagas frente a su terquedad? Hacé lo contrario. Está esperando que te enojes, no te enojes. Hoy tu marido tal vez te espere y te diga algo, ésta se va a enojar con esto que le voy a decir, no te enojes, decile: hola viejo; está esperando que te ofendas, no te ofendas, está esperando que le digas algo feo, no se lo digas, decile algo lindo, desarmalo. Decí: desarmá al terco. Pero Alejandra, lo que me estás diciendo es una locura, cómo me voy a poner del lado de él, primero ponete de su lado y una vez que te pongas de su lado, como está desarmado, el segundo paso negociá con él, decí: tengo que negociar con el terco. Primero lo desarmás estoy de acuerdo con eso, me parece muy bien, y cuando el otro se ve así, dice ¿qué le pasó a esta loca? ¿Qué le dieron de comer a esta loca? ¿Qué le hicieron en la cabeza a esta loca? cuando ya lo tenés ahí desarmado, en ese momento empezás a negociar. ¿Qué te parece que a eso que es tan bueno lo que me dijiste, le agregamos tal cosa?, y ¿qué te parece que a eso que es excelente, de sabiduría total, qué te parece si le agregamos esto?, ¿si le ponemos este color?, ¿si le damos esta vueltita?, pequeños cambios que te van a ayudar a negociar.
Hay hombres que son tercos y son tiranos, cuando yo hablo de un terco, te hablo de una persona que no quiere ir al médico, que a veces impone ciertas cosas, y es inentendible, pero son personas buenas. ¿Cuántas tienen maridos que son buena gente?, es terco pero bueno, pero hay tercos que son tiranos, que son malos y que por más que te pongas de su lado, no va a dar resultado.
¿Qué hacemos con un terco tirano? Nada, porque el terco tirano recibe la consecuencia de su terquedad. Fijate dos personajes bíblicos, Nabal y Saúl. Nabal que iba a matar a David y Saúl que ofreció sacrificio, cuando no tenia que hacerlo, dos tercos. Nabal perdió su vida por su terquedad. Saúl perdió su puesto, perdió su lugar de rey, su posición, porque todo terco tirano, todo aquel que quiera tomar tu vida, y que la quiera arruinar, y que quiera hacerte pedazos, va a terminar perdiendo su posición y perdiendo su vida si no se arrepiente antes. Querida mujer, quiero decirte que el que tenés al lado, si es bueno, ponéte de su lado y negociá, pero si es un terco tirano y es alguien que hace años te hace la vida imposible, acordate que esa persona va a recibir consecuencias de su terquedad. Porque no hay nada más triste que una persona que no es enseñable. Cuando ustedes vean una persona que se cree que sabe todo, esa persona está destinada al fracaso, cuando ustedes vean una mujer que diga, esto, ¿sabés cómo? esto para mi es nada, ustedes porque vienen hace poco, pero yo lo aprendí hace veinticinco años. Esa persona que cree que no tiene nada para aprender, esa es una persona que no es enseñable, y no hay nada peor que no ser enseñable. Es lo que le pasó a Judas, él no quiso ser enseñado por el Señor y se terminó matando él mismo; y eso es lo que pasa con los tercos, se terminan matando a si mismos, porque dice Proverbios, la insensatez del hombre tuerce su camino. Un terco tirano termina perdiendo negocios, termina perdiendo familia, termina perdiendo amor, termina perdiendo hijos, termina perdiendo todo, porque es una persona no enseñable.
¿Cuál es la diferencia entre una persona terca y una persona perseverante? ¿Cuándo yo estoy siendo una persona terca y cuándo estoy siendo una persona perseverante? Decí terquedad nace del miedo, de una emoción, soy terco porque tengo miedo de perder autoridad, de perder espacio, de perder lugar, tengo que hacerme respetar, por eso digo lo que estoy diciendo, y quiero que todo el mundo me obedezca; o sea, la terquedad nace del miedo, y se basa en mi propia opinión, yo opino esto, y hay que hacer lo que yo opino. En cambio la perseverancia nace de la confianza. Una persona perseverante es una persona que no tiene miedo, sino que ha reemplazado el miedo por la confianza, sabe quién es y sabe en quién cree. ¿Cuántas mujeres perseverantes hay en este lugar? date un aplauso. La persona que es perseverante no se basa, no se fundamenta en su propia opinión, sino que se fundamenta en la opinión de Dios, y en el conocimiento de Dios, esa es la gran diferencia. Si yo vengo y te digo: quiero que hagas esto, porque se me antoja, se me ocurre, porque para mí es lo mejor, porque quiero que lo hagas vos. Pero hacelo vos. ¡No, vos! También esa persona es terca. Pero si yo te digo, quiero que hagas esto, porque Dios me dio una palabra, porque Dios me prometió, porque Dios te promete para tu vida, se basa en la promesa de Dios, se basa en el conocimiento de Dios, y en la opinión de Dios, él me va a dar esto y yo voy a insistir y voy a ser perseverante, no porque a mi se me ocurrió, sino porque Dios, un día, me lo prometió, y yo voy detrás de todas las promesas de Dios. Dios está llamando y buscando hombres y mujeres perseverantes. Decí: soy perseverante. Dios está llamando hombres y mujeres perseverantes y confiados en que Dios va a traer lo mejor, después de haber pasado lo peor, gloria a Dios.
¿Y cómo se logra ser perseverante y tener confianza en Dios? Mateo 18:18 " Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra quedará atado en el cielo...".
Todo lo que nosotras atemos en la tierra, será atado, y todo lo que desatemos en la tierra quedará desatado en el cielo. Si te llevás hoy este pasaje, vas salir de acá más que bendecida. Dice: "les aseguro" no que me parece, por ahí les pasa, no, no, no, dice les aseguro todo y todo es todo, no es que algunas cosas sí. Todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo. Este pasaje nos dice que nosotras, hijas de Dios, tenemos poder en la tierra y en el cielo, hay dos ámbitos en que vos y yo podemos ejercer poder, en la tierra y en el cielo. Son dos lugares donde podemos soltar nuestro poder, y la perseverancia debe estar en lo que atamos en la tierra, porque lo que yo ato en la tierra queda atado en el cielo, ahí debe estar mi perseverancia.
¿Cómo me doy cuenta que soy una mujer perseverante y no una mujer cabeza dura? ¿Cómo me doy cuenta que un hombre es perseverante y no un cabeza dura? Porque tiene paciencia en atar, y cuando ata no desata, aunque no vea el resultado que está queriendo ver, sabe que tiene que tener paciencia, porque dice la palabra de Dios que la paciencia tiene que tener su obra completa. Ataste algo y estás esperando que se te dé, mientras tanto, estás haciendo ejercicio de tu fe, estás haciendo ejercicio de tu paciencia, estás siendo fortalecida, hasta que recibas eso que le pediste al Señor, por eso decí: tengo que ser perseverante. Dice la Biblia en Gálatas 6 "que cosecharemos si no nos damos por vencidas".
¿Qué tenés que hacer? no darte por vencida. Y eso es ser perseverante, eso no es ser terca, porque tu perseverancia está basada en la palabra de Dios, que te dijo, todo lo que ates en la tierra, será atado en el cielo.
¿Qué es lo que estuviste atando últimamente en la tierra? porque a veces atamos, y decimos, yo ato esta enfermedad, y cuando no vemos la sanidad, la desatamos otra vez, y, se desató, porque yo tengo autoridad para atar y para desatar. Si yo digo, a esta persona la ato al reino de los cielos, y cuando pasan los años y veo que no se convierte la desato, y bueno, decimos, lo que até, lo desaté, y como tengo autoridad para atar y autoridad para desatar, lo que até y luego desaté, quedó desatado. Si yo ato un pensamiento negativo y digo, te ato en el nombre de Jesús, no tenés autoridad, yo no voy a hacer eso que mi pensamiento negativo está diciendo, pero de pronto lo desato, porque me olvido, el pensamiento quedó otra vez desatado.
¿Qué ataste últimamente en tu vida y volviste a desatar? No, porque yo antes no hacía tal cosa, antes era más espiritual que ahora, no, antes atabas y lo dejabas atado, ahora te olvidaste de lo que ataste y lo volviste a desatar. Cosas que vos decías, no, esto nunca lo voy a cometer, yo no voy a caer en este pecado, y lo habías atado, y por años estuviste sin cometer ese pecado, pero un día te olvidaste, dijiste, no importa, cuál es el problema, todo el mundo lo hace, lo volviste a desatar, y volviste a caer en ese pecado que hace años que no caías. Habías atado ese vicio, nunca más, no quiero más tomar, no quiero más ir a jugar, no voy a ir más al bingo, lo ato en el nombre de Jesús, y no me molesta más, porque está atado, y de pronto un día decís: y bueno, qué importa una fichita, una copita, ¿cuál es el problema? y ¿sabés qué hiciste? desataste, porque la autoridad está en vos, vos tenés autoridad para atar o para desatar, tanto en la tierra como en el cielo, porque tenemos poder en los dos ámbitos. Tenés poder para atar y para desatar. Por eso debemos ser perseverantes. Queridas mujeres, nuestras armas, dice la Biblia, no son carnales, son armas espirituales, por eso, la autoridad que tenemos para atar y desatar, nuestras armas no son carnales. Yo contaba el otro día, como se hace para vencer un virus, ¿saben cómo se hace? se inventa, se prueba, una vacuna que tiene más de lo mismo para que mate al virus, o sea, algo físico se quiere solucionar con otra cosa física el virus con el mismo virus, pero en mayor potencia, y así se destruye. Pero ¿qué pasa? el año que viene hay otro nuevo, hay otro que salió de ese que se multiplicó, y hay que volver a inventar otra vacuna, material, terrenal, física, para tratar de vencer a ese virus que es terrenal, que es físico, pero dice la palabra de Dios, que nosotros no batallamos con armas carnales, sino con armas espirituales, y tenemos poder para atar en la tierra y en el cielo, hay un arma espiritual que vence cualquier virus, que lo deja atado y que no le permite expandirse, en el nombre de Jesús, gloria a Dios.
Saben, el enemigo puede atacar físicamente, pero no espiritualmente, porque está muerto espiritualmente, no puede ingresar al plano espiritual el enemigo, porque está derrotado, está muerto, no tiene vida espiritual, tiene vida terrenal, o sea que te va a atacar con las armas terrenales y si vos lo atacás a él con las armas terrenales vas a generar una guerra, pero no vas a lograr la victoria, la victoria para los hijos de Dios está en el mundo espiritual, donde podemos atar al enemigo y no desatarlo más. El diablo en su vida está atado, el diablo en Presencia está atado, el diablo en la vida de las mujeres de Presencia está atado.
Este es el poder que Dios nos otorgó. Querida mujer, la perseverancia no nace nunca de la terquedad, de decir, yo lo digo, yo lo mando, y a mi qué me importa lo que dice Dios, la perseverancia nace de la palabra de Dios, yo insisto, Señor estoy insistiendo en esto, porque un día me lo prometiste, y no me voy a olvidar, por eso siempre te digo, que cuando vos hacés una siembra, perseguí a la siembra, no te olvides, hiciste esa siembra y la ataste para un destino específico, no la desates olvidándote, le prometiste algo al Señor, Señor yo voy a hacer esto y ataste tu palabra, y de pronto un día decís, no, ahora no me interesa hacer eso, y dejaste de ser perseverante, y desataste lo que habías atado, que te iba a traer bendición, no seas una mujer que va de un lado por el otro, llevada por el viento, como las olas del mar, sé una mujer perseverante en la promesa que Dios te dijo. Si Dios te dijo que vas a prosperar, atá esa promesa a tu vida mujer, atá esa palabra y no la desates pensando, y a mi no me va a tocar, eso no es para mi, aunque no veas, porque tu paciencia está siendo entrenada, estás haciendo ejercicio hasta que venga lo que Dios te prometió, porque Dios no te miente, si Dios te lo prometió te lo va a dar, pero tenés que tener la capacidad de ser perseverante, con lo que atás en tu vida. Qué cosas vas a atar a partir de hoy y no vas a desatarlas, porque lo que ates en la tierra será atado en el cielo.
Dice Isaías 26:3 "Al de carácter firme", no dice al terco, al obstinado, al arrogante, dice al de carácter firme. ¿Cuántas mujeres hay así? me encanta que te puedas definir de esa manera, porque a veces parece que flaqueamos. Estamos firmes en la fe y sabemos que si hoy no se da, mañana se dará, porque a mi no me lo prometió hombre, a mi me lo prometió Dios, yo hablé directamente al Señor y me dijo que eso era para mi, gloria a Dios.
Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz porque en ti confía. Saben, el terco no tiene paz adentro, el terco parece por fuera seguro, pero por dentro es un volcán en erupción, no tiene paz internamente, porque sabe que a la primera de cambio se le van de al lado, porque sabe que a la primera de cambio va a tener problemas por su inseguridad. Dios está buscando mujeres y hombres perseverantes en él, que confían en su palabra, a ese, dice, lo guardaré en perfecta paz. Me gustó lo que decía la pastora Graciela, Dios es el único que paga para que lo busques, buscame y te doy recompensa, eso es de Dios, eso sí que te desarma mujer, eso si que te desarma totalmente, pero ¿Cómo? ¿No soy yo?, no, dice Dios, vos buscame y yo te recompenso, buscame, me vas a encontrar y te recompenso. Sabés al Señor le encanta desarmarte, desarmar a nuestros maridos con cosas raras, al Señor le encanta desarmar a nuestros hijos, por eso, aplicá esa técnica, la técnica de Jesús, la técnica de, me pongo al lado tuyo porque después vamos a negociar, tu obediencia a mi, dice el Señor, después vamos a negociar tu acercamiento a mi, después vamos a negociar tu bendición, pero primero me pongo de tu lado, te amo, sé lo que hiciste, pero te amo, sé lo que estás pensando, pero te amo, ponete del lado de esa persona terca, y sé una mujer perseverante, lo que ataste mantenelo atado, lo que desataste de tu vida, mantenelo desatado, desataste bendición sobre tu vida, no digas ¡ay, como tarda!, ¡ay las otras viajan y yo no!, ¡a mi no me va a tocar!, no seas necia con las palabras, porque hay poder en tu boca querida mujer, qué bendición desataste, desataste salud, no digas: ¡ay! ahora voy a tener que ir a hacerme un chequeo porque me duele todo, no lo estropees con tu boca, mantenelo desatado, Señor yo lo dije un día, y vos me diste poder para atar y desatar, y lo hago en la tierra y cuando se hace en la tierra, está hecho en los cielos. En ti confiamos, buscá al Señor, porque hay recompensa para tu vida.
Ha iluminado mi vida, ha iluminado mi familia, mi gente.
El pastor Bernardo dice: ¡qué tremendo! la gente está teniendo más miedo en estos días. No estoy hablando de cuidado y responsabilidad, es muy distinto al miedo, nosotros tenemos que ser responsables y cuidarnos, por eso te decimos si estás resfriado no vengas, embarazadas no vengan, porque eso es cuidado y responsabilidad, pero otra cosa es miedo, y me decía: qué raro, porque la gente que más miedo tiene, es la gente que más vulnerable está en la enfermedad, porque ¿saben? están desatando enfermedad sobre su vida con cada palabra que dicen, con cada temor que expresan, con su vida sueltan enfermedad y se hacen vulnerables, y esta enfermedad ataca a los vulnerables. Simplemente te estoy diciendo lo que uno puede atar o desatar en su vida, uno tiene autoridad, y de mantenerla y de ser perseverante, aunque estés tosiendo, aunque tengas cuarenta de fiebre, ser perseverante, yo de ésta salgo vivita y coleando, y voy a seguir conquistando, porque después de lo peor se viene lo mejor para nosotros mujeres. Padre, en el nombre de Jesús, yo decreto en este lugar mujeres perseverantes. Señor, te doy la gloria y la honra por esta tarde, gracias Señor porque hay mujeres en este lugar que son mujeres de carácter firme, que no se doblegan ante nadie ni ante nada, y que saben muy bien las promesas que les hiciste. Yo decreto que las mujeres van a salir de este lugar y se van a multiplicar como nunca antes, porque van a saber llevar un carácter firme y perseverante para lo bueno, carácter firme y perseverante para la bendición, carácter firme y perseverante para la sanidad, carácter firme y perseverante para la prosperidad, carácter firme y perseverante para la fe, yo decreto en el nombre de Jesús que todas estas mujeres, todos los hombres, que se dieron cuenta que tienen que ser perseverantes y no tercos, que no tienen que ser sabios en su propia opinión, sino en la opinión de lo que Dios ya les ha prometido y les ha dicho, yo los decreto bendecidos, yo los decreto a que sobre y abunde yo ato toda enfermedad en el ministerio Presencia de Dios, y decreto que todo aquel que ha sufrido esa enfermedad en este tiempo, estará sano y bendecido, adorando en este lugar. Yo decreto que desato en este momento sobre todo Presencia de Dios, prosperidad, bendición, salud y aumento y la bendición de Dios en extremo, en el nombre de Jesús, amén, amén y amén.
Hay mujeres en este lugar que van a ir a atar la casa que quieren, la vas a ir a atar y muchas de ustedes la van a atar, y a la semana van a ver el cartel que dice "vendida" pero vos la tenés atada, así que Dios te va a sorprender a la otra semana, cuando saquen el cartel de vendida, porque esa casa está atada para vos, aunque tarde esperalo, aunque tarde esperalo, porque la espera trae paciencia y tu paciencia se está ejercitando y haciéndote una mujer fuerte y valiente.
Hay mujeres acá, que han atado a sus hijos, y aunque no vieron nada, dentro de poco van a ver como su hijo se acerca a este lugar para dar la gloria a Dios, porque ha estado atado y fuiste una mujer perseverante, le creíste a Dios, y no lo desataste nunca, con tus palabras ni con tus hechos, sino que lo mantuviste atado aquí en la tierra y en el cielo.
Hay cosas que tenés que atreverte a atar, no tengas miedo de ser perseverante, no tengas miedo, va a venir, es el poder que Dios nos otorgó, no estamos hablando de cosas terrenales, estamos hablando de las espirituales, y eso lo entienden las que conocen el lenguaje espiritual, las que saben que decir, ato, da resultado, no es loco atar algo en la tierra y que quede atado en el cielo, desatar algo en la tierra y que quede desatado en el cielo, no es loco, pero Dios sabe como quebrar nuestras corazas de terquedad, Dios sabe y aún en la habitación de tu casa podes sentarte y empezar a reclamar resultados, es el poder que Dios nos ha dado, sino de qué te sirve la vida espiritual, si no hay armas espirituales que uses, de qué te sirve la vida espiritual, de qué nos sirve, mujeres, haber conocido al Señor, sino sabemos vivir en el reino de Dios, si no sabemos como manejar las armas que Dios nos dio en su reino, y seguimos manejando las naturales como si fueran las únicas que existen, hay algo más, podés hacer algo más. Puedo hacer algo más, podés atar y podés desatar. Sé sabia en lo que vas a atar y no lo vuelvas a desatar, sé sabia en lo que vas a desatar y no lo vuelvas a atar, desataste toda la bendición para tu vida y para los tuyos, eso es lo que hacemos cada martes y jueves, cuando hacemos estas oraciones y algunas se pierden en medio del camino, porque las soltamos el martes y las desatamos el miércoles, y decís ¿por qué aquella puede y recibió? porque ella mantuvo atada, porque la mantuvo para su vida, porque no dijo palabra, a veces es mejor quedar en silencio antes que hablar muchas palabras y no saber qué estamos diciendo. Atá algo y hace silencio sobre ese tema, no lo hables más ni lo pienses más, ya está atado, y lo que ataste en la tierra será atado en el cielo, así que silencio. Atá y hacé silencio, ponéte un barbijo espiritual, amén, para que no contagies a eso que ataste y que nadie te contagie a vos.
Esta palabra ha sido de gran bendición en esta tarde, yo lo sé, nos activa y nos ayuda a seguir adelante. Este lugar dentro de poco va a sobre abundar, nosotros no trabajamos en vano, las pastoras no trabajan en vano, el liderazgo tampoco, y lo que hemos atado, todas las mujeres de Latinoamérica y de Argentina, que hemos atado al reino de los cielos y Dios está ejercitando nuestra paciencia, yo lo sé, porque las escucho dar testimonio, mujeres perseverantes, y vamos a seguir atándolas al reino hasta que veamos la multiplicación, el aumento y el avivamiento de las mujeres que estamos esperando. Lo creo, yo soy parte de ese avivamiento. Gloria a Dios...
Alejandra Stamateas
Vamos a decretar salud para nuestras vidas para la vida de nuestras familias vamos a estar bien de pie seguiremos adelante. Les voy a mostrar un video de Charles Aznavour con ochenta y cinco años de edad y canta una canción con sus dos hijas; ¡lo miré como trescientas veces! Me conmovió tanto que siga cantando y que está con sus dos hijas, que pudo transmitirle a su próxima generación el amor por lo que hizo siempre, y que sus hijas tomaron el amor por lo mismo, me pareció algo tan tierno que se los quería mostrar; aunque no está relacionado con el mensaje de hoy, pero se lo quería mostrar igual.
(http://www.youtube.com/watch?v=vTVf2AAyfzU&feature=related)
¿Cuántas van a llegar a los ochenta haciendo lo que tienen que hacer sin bajar los brazos? Cerramos este mes con esta oración la vamos a seguir decretando en nuestras casas. Vamos a declarar la oración de aumento y de multiplicación amén. Vamos a aumentar vamos a crecer en todas las áreas de la vida y nos vamos a multiplicar. ¿Cuántas quieren más?más vida más alegría, más fuerzas, más ganas de vivir eso va a venir a nuestra vida. ¿Cuántas quieren recibir palabra de mujer a mujer?
¿Cuántas oraron alguna vez y se desanimaron, empezaron la oración fuerte y bajaron el volumen de la voz y empezaste a pensar que tenés que cocinar?
¿Quién te hará justicia? Dios, y sin demora te va a contestar rapidito.
¿Alguna vez experimentaron esta sensación de sentirse torpes delante de alguna persona, delante de una pastora, de un pastor, delante de un ex-marido, delante de una jefa, delante de una mamá, delante de una hija, de una amiga, se sintieron torpes?, como que se le trababa la lengua para hablar, que no podían decir lo que querían. Ustedes saben que esa es una sensación que muchas veces las mujeres sentimos, no con todo el mundo sino con ciertas personas. Lo que hacemos bien delante de alguien lo hacemos mal delante de otra persona, y nos transformamos en torpes y decimos: "no entiendo, si yo esto lo hice toda mi vida, si siempre lo hago bien, si practiqué bien, ¿por qué delante de esa persona me sale mal, me equivoco, se me caen las cosas o me siento torpe?"
¿Cuántas por ejemplo saben manejar? Cuando aprendieron a manejar, ¿no les pasó que con algunas personas manejaban bien y con otras se les paraba el motor, lo tenías que encender muchas veces, manejabas mal?; con otros bárbaro, te sentías bien segura, pero con otros te sentías torpe, ¿les pasó eso alguna vez? Vamos a descubrir por qué nos pasa eso a las mujeres. Hay personas con las cuales muchas veces nos sentimos intimidadas, delante de estas personas cambiamos hasta nuestras reacciones corporales y nuestras reacciones mentales. Por ejemplo, delante de esas personas con las cuales nos sentimos incomodas, intimidadas, es como que son superiores a nosotras, comenzamos a tener pensamientos de derrota o se nos pone la mente en blanco, queríamos decir algo y nos olvidamos lo que teníamos que decir. ¿Cuántas dieron un examen delante de un profesor o profesora y se quedaron en blanco? y no era que no habías estudiado, te paralizó esa persona; ves que esa persona te traía dolor de estomago, "me revuelve el estomago cuando estoy delante de esa persona, no sé por qué me pasa", empezamos a transpirar las manos, nos ponemos a llorar delante de esa persona, nos da ganas de llorar paradas o sentadas, y aún sin hablar ya nos ponemos a llorar, o empezamos a hablar llorando, que metemos el pecho para adentro, que el corazón se te acelera, o a veces tenemos temblores. A esa persona que nos hace sentir torpe la asociamos con una persona de autoridad que tuvimos en nuestra infancia, puede ser un papá, una mamá, vemos a alguien en el día de hoy y asociamos a esa persona con ciertas características de una persona de autoridad en nuestra infancia; y a esa persona de autoridad la idealizábamos, era la persona que sabía todo, era la persona que tenía más poder que nosotras y podía humillarnos o podía levantarnos, a esa persona le otorgamos poder. Saben que las personas no tienen poder, sino que nosotras le damos el poder a las personas. Y ese jefe, esa persona, esa profesora nos representa una imagen de autoridad del pasado; puede ser que ese jefe nos haga acordar a nuestro papá; y si nosotros a nuestro papá no le podíamos contestar, a ese jefe no le podemos contestar; si cuando estábamos delante de nuestro papá nos daba miedo, se nos hacia un nudo en la garganta y llorábamos cuando él nos decía algo, cuando nos encontramos con un jefe con las mismas características que nuestro papá reaccionamos de la misma manera. Yo hace mucho tiempo atrás les hablé que nuestro cerebro inmediatamente va a buscar y dice: "a ver, esta persona es parecida a quién de mi pasado...", entonces el cerebro busca cómo reaccionamos en nuestra infancia frente a esa personalidad, y nos hace actuar de la misma manera. Es interesante porque esa figura de autoridad puede ponernos mal, porque es mala, la consideramos mala o autoritaria, y que nos va a dañar, o simplemente porque queremos agradarla, puede ser una figura de autoridad buena, puede ser una persona sabia, una persona de edad, pero sin embargo enfrentarnos a esa persona nos da cierta cosa, y nos volvemos torpes porque queremos agradarle; no es que sea mala la persona, sino que nosotros tenemos dentro nuestro la convicción que le tenemos que agradar sí o sí, que delante de esa persona tenemos que hacer todo bien.
Está el autoritario negativo, "me va a retar, me puede humillar, me va a hundir, me va a hacer sentir mal" o está la persona de autoridad que es buena pero nosotros sentimos que le tenemos que agradar. ¿Cómo reaccionamos las mujeres frente a esas personas que nos hacen recordar a alguien de autoridad en el pasado y que le concedimos todo el poder? Hay tres reacciones posibles: sumisión, rebeldía o impulsividad, y sabiduría. La primera no nos sirve para nada, y la segunda tampoco; lo que tenemos que lograr es a reaccionar frente a esas personas con sabiduría, y que esas personas de alguna manera no nos hagan sentirnos torpes, porque en realidad no es que ellos nos hacen sentir torpes, nos sentimos torpes nosotras, es lo que 'ponemos' en la persona. ¿Cómo hacemos para reaccionar con sabiduria? Decí: "no idealizando", no tenemos que idealizar a nadie; la gente está puesta ahí para que nos motiven, pero no para idealizarla. La otra persona que vos ves es tan ser humano como vos, por lo tanto no tenemos que idealizar a nadie. La persona está puesta ahí para que nos inspire en el camino de nuestra vida pero no para idealizarla. ¿Cómo hacemos para no idealizarla? Vamos a ayudarnos con la historia de la creación de Adán y Eva. Fíjense qué interesante: yo no idealizo cuando me siento segura de mí misma, cuando yo estoy segura de quién soy, de lo que estoy haciendo en la vida. Las mujeres que idealizan y dicen: "el otro es más fuerte, el otro tiene poder, el otro puede maltratarme, puede humillarme, puede hacerme feliz o puede hacerme la vida desgraciada", esa mujer que está idealizando es porque se considera nada, porque no tiene seguridad en sí misma de quién es y hacia dónde va en la vida; porque si vos sabés quién sos y hacia dónde vas en la vida, el otro te inspira pero nunca lo agrandás ni le das poder. "No voy a idealizar a nadie." Eva no fue creada porque Adán lo pidió, Eva no fue creada porque Adán se merecía a Eva, Adán no había hecho nada para merecerse un regalo tan grande como una mujer, ¡fue iniciativa de Dios que Eva estuviera en la tierra! ¿A quién se le ocurrió que Eva estuviera en la tierra? A Dios ¿A quién se le ocurrió que vos vinieras a esta tierra, a este mundo? ¡A Dios! Naciste por iniciativa de Dios y no por iniciativa de hombre, ¡gloria a Dios!, nadie te dio vida, quien te dio vida y quien sopló vida ha sido el mismísimo Dios; o sea: no le debés tu vida a nadie, porque el único que me sopló vida fue Dios. Vos podés estar segura de por qué estás acá; decí: "Dios quiso que yo viniera, Dios es el autor de mi vida, Dios es el que decidió un día que yo tenéa que estar en esta tierra, nacer en tal año y vivir una vida espectacular, venir a 'Presencia de Dios', ir de gloria en gloria y de poder en poder", ¡Dios decidió eso para tu vida! En segundo lugar, Dios toma la costilla de Adán -un hueso repetido de Adán, para que no lo extrañara, para que no se haga el lindo- y ahí uno sabe que Eva estaba echa de la misma esencia de Adán. Decí: "estás echa de la misma esencia", o sea que no sos inferior a nadie. "Ay, pero pastora eso ya lo sé..." sí, pero delante de esas personas no lo sabés, ese es el problema; lo tenés 'teórico' pero cuando te enfrentás a estas personas a las que le otorgaste poder, te parecen como gigantes, "le tengo miedo a ese ex-marido, le tengo miedo a mi marido, a mi jefe, le tengo miedo a esa mujer, que me quite tal cosa", lo agrandás tanto, le tenés tanto miedo, porque no te das cuenta que estás hecha de la misma esencia, que no sos inferior a nadie; decí: "no soy inferior a nadie." Hombres y mujeres estamos hechos de la misma esencia; cuando me enfrento a otra mujer me estoy enfrentando a otra mujer, que está hecha de la misma esencia; cuando me enfrento a otro hombre, me enfrento a un hombre que está hecho de la misma escencia, él no es superior y yo no soy inferior; ni yo soy superior ni el otro es inferior. En tercer lugar, dice que Adán y Eva comen del fruto prohibido y en ese momento se activa algo en ellos. Mientras lo estaba leyendo dije: "acá hay algo que tal vez nunca le dimos importancia"; hay algo que se activó cuando ellos comen del fruto prohibido. ¿Qué se activó? Dice que 'se les abrieron los ojos y vieron que estaban desnudos.' Eva vio a Adán y dijo: "¡papito!" ...y ni te cuento cuando Adán la vio a Eva, ¡se le abrieron los ojos! Y esta es una capacidad que los seres humanos tenemos; lo que pasa es que siempre vimos esto como algo negativo, pero esa capacidad la tenemos, es una capacidad que tenemos: los ojos abiertos para ver al otro desnudo... ¿y qué significa ver al otro desnudo? Verlo tal cual es. ¿Qué hacemos nosotros con la gente? Los seres humanos nos vestimos; cuando ellos se vieron desnudos empezaron a coser, fueron los primeros modistos, con diseños exclusivos que cosieron para taparse la desnudez. Y ¿qué hacemos nosotros? Nos cosemos un montón de cosas para tapar la desnudez: que los títulos que tenemos; que señora de acá; señor de allá; que los congresos donde fuimos; las cosas que hicimos; y nos jactamos, y nos vamos construyendo cosas encima para tapar la desnudez. Construimos cosas encima y no podemos ver 'la desnudez'; este es grande, éste es fuerte, éste es poderoso, éste tiene plata, éste me puede destruir; y le seguimos construyendo cosas encima y no podemos ver 'la desnudez' del otro. Pero esta es una capacidad que tenemos los seres humanos, de ver al otro tal cual es, de ver su 'desnudez', de decir: "este es es igual que yo, estamos los dos desnudos, somos la misma cosa, tenemos la misma esencia, no voy a idealizar a nadie, ¡gloria a Dios por eso! No construyas nada en la gente. Alguien dijo: "en la cama somos todos iguales", por eso morimos como morimos, porque de todo lo que construiste encima no te llevas nada, te morís desnudo, como viniste al mundo. Esa capacidad de ver en el otro la desnudez, de quitarle toda esa cáscara a la gente, eso que nosotros mismos le ponemos. ¿Por qué ponés tanto en la gente? ¿Por qué creés que esa persona tienen tanta autoridad? ¿Por qué creés que esa persona puede dañarte, destruirte? ¿Por qué esa persona hace que te sientas torpe, qué es lo que le pusiste a esa persona? ¡Sácaselo! Es de la misma esencia que sos vos; no es superior. Quisiste ponerlo en un lugar alto; "...pero él tiene estudio", eso es algo que construyó sobre su vida; vos tal vez no lo construiste pero si querés lo podés hacer; "...pero tiene dinero", eso es algo que construyó sobre su vida, vos tal vez hoy no lo tengas pero lo podés tener; "...y, pero tiene capacidad para hacer negocios", vos hoy tal vez no la tengas, pero si hacés negocios internos, en casa, la capacidad la tenés, somos de la misma escencia. Para poder ver al otro como es y no idealizarlo tenemos que: 1) Entender que hemos sido creadas por iniciativa de Dios, que la gente no nos dio vida, que nadie es nuestro dueño, que el único que nos sopló vida es Dios 2) Estamos echas de la misma esencia, o sea: no somos inferiores a nadie -y usted me puede decir que lo entiende-, "Alejandra, me lo has dicho tantas veces..." pero igual se sigue comportando delante de la gente como inferior, sigue pidiendo migajas de amor de alguien, porque se sigue comportando y viéndose a sí misma como inferior a los otros; 3) Entender que tengo una capacidad, que es la capacidad de los ojos abierto; decí: "tenés los ojos abiertos", no construyas ropaje sobre nadie. Queridas mujeres: tenemos que empezar a recuperar nuestra autoridad. ¿Cómo logro tener seguridad y recuperar autoridad, de tal manera que el otro sea una persona sobre la cual me puedo inspirar, pero no que domine mi vida, que me tenga que someter a esa persona, que le tenga miedo? Esta historia de Lucas capítulo 18 que leímos recién, esta mujer viuda quería que se le haga justicia y fue un montón de veces -fue perseverante- a pedirle a un juez injusto que no temía a Dios, no temía a los hombres, no le tenía miedo a nadie, era un psicópata de película, no le tenía lástima a nadie; pero sin embargo dice que por la insistencia de la viuda -que fue perseverante- le entregó lo que la viuda quería. ¿Por qué? Y acá viene lo más importante: porque negoció con su miedo. Este pasaje inmediatamente el Señor lo asocia: dice si ese juez que era injusto, que no le temía a nadie, le dio a la mujer lo que quería, ¿cómo nuestro Papá que está en el cielo no nos va a dar a nosotros lo que le pidamos? ¡Dios me va a dar lo que le pida! Porque hay mujeres que así como le tienen miedo a los hombres le tienen miedo a Dios, por eso no insisten con Dios, por eso oran pero son oraciones que no tienen sentido, base, fundamento, porque le tienen miedo a Dios. Y Él te quiere bendecir, y vos decís: "yo no sé si me va a bendecir tanto a mí...", y hay una distancia muy grande entre vos y Dios, y la distancia dice miedo; hay miedo de Dios, miedo que Dios no te vea apta para recibir la bendición; miedo que Dios no te escuche; miedo a que Dios no te responda; entonces eso hace que te distancies cada vez más de Dios, hace que le tengas más miedo a Dios, y hace que te decepciones de Dios. Por eso tenemos que aprender a negociar nuestro miedo; yo se los dije hace poco: nuestro espíritu tiene que gritar más fuerte que nuestra alma, nuestra fe tiene que gritar más fuerte que nuestras emociones, y tenemos que vencer el miedo. ¿Cómo lo hacemos? Negociando con el miedo. Decí: "tengo que aprender a negociar con mis miedos."....
Alejandra Stamateas
¿Cuántas sintieron alguna vez que pasaron por una crisis, por un problema, y enseguida se angustiaban, se enfermaban, se sentían débiles, que el mundo se les venía encima, ya no podían sonreír, ya no podían festejar nada...? Parece como que ese problema llenó toda tu vida y puso tu vida en oscuridad y en tinieblas. Lo hemos sentido todas las mujeres; así que esta palabra es para todas nosotras. ¿Sabías que tu rostro refleja algo? Todos los días somos trasformadas, para peor o para mejor. Para mejor... ¿con qué? Con más y más y más y más gloria del Señor. Somos transformadas todos los días. La oruga después se transforma en mariposa; lo que la oruga interpreta como crisis final de su vida, es el comienzo de la mariposa. A este proceso -en el que la oruga se transforma en mariposa- se le llama metamorfosis. Ustedes saben que cuando la mariposa es oruga come, come, come; es una peste, porque come todo lo que encuentra a su alrededor, y su cuerpo se va agrandando tanto que la piel la tiene que cambiar por lo menos dos a tres veces, porque sino no entra todo lo que come. Entonces la oruga va haciendo una transformación a tal punto que se transforma en una mariposa. Y hoy vamos a hablar acerca de 'la unción de la mariposa' para no quebrarse frente a los problemas. ¿A cuántas les gustaría conocer la unción de la mariposa? ¿Cómo enfrentamos las mujeres las crisis o los problemas? Muchas mujeres cuando tienen una crisis o un problema lo primero que hacen es contaminar su corazón; lo primero que hacen es guardar ese problema en su corazón, y por eso el corazón se les contamina. Por eso la Biblia es tan clara cuando dice: "sobre toda cosa guardada guarda tu corazón"; tenés que guardar al corazón y no guardar las crisis o los resentimientos en el corazón, sino guardar tu corazón. Porque una vez que el resentimiento, la crisis, la angustia, lo negativo se mete en tu corazón te contamina el resto del cuerpo; una vez que algo negativo se instaló ahí, te empieza a contaminar toda tu vida, no podés ver otra cosa más que crisis, no podés hablar otra cosa más que de crisis, no podés vivir otra cosa más que crisis. Hay otras mujeres que frente a las crisis van a reemplazar el dolor de esa crisis por alguna adicción: comer compulsivamente -mujeres que van a la heladera y se comen todo-, otras viven tomando remedios compulsivamente, que no pueden levantarse sino tienen la pastilla para levantarse, que no pueden dormir sino tienen la pastilla para dormir, que no pueden seguir adelante sino tienen la pastilla; no estoy hablando la que recetó el médico, estoy hablando de gente que se empastilla, que viven toda la vida tomando pastillas para poder seguir adelante, porque sino tienen una depresión profunda. Y hay otras mujeres que cuando pasan por una crisis lo que hacen es ser víctimas y empezar a culpar a todos los demás: "pobrecita de mí". Vamos a descubrir hoy la unción de la mariposa para no quebrarse frente a un problema.
¿Cuántas quieren pasar por un problema y salir en victoria? ¿Cuántas quieren pasar por un problema y casi no darle importancia, y decir: "esto ya está resuelto", a cuántas les gustaría tener ese espíritu, tener esa actitud? Decir: "pasé por esto pero la verdad no me importa, estoy pasando por tal situación pero pasará, pasará y el último quedará (¿cuántas jugaban a eso cuando eran chicas?: "pasará pasará").
Todas las crisis pasarán, pasarán; esta crisis también pasará. ¿Qué es la unción de la mariposa? Es el método que usan las mariposas. La mariposa sabe que nació para ser mariposa, no oruga. La mariposa sabe que nació para ser mariposa, y cuando se ve como oruga dice: "hay algo mejor para mí"; cuando se ve fea -porque la oruga es feísima- dice: "no, no, pará; yo no nací para esto, yo nací para mariposa", o sea "hay algo mejor para mí." No porque seas una oruga, sino porque sabés que hay algo mejor. Pero algunas mujeres se miran al espejo y se ven como la oruga, y en lugar de decir: "viene algo mejor", dicen: "soy una porquería, no sirvo para nada", entonces se miran mal. Vos cuando te veas como una oruga decí: "dentro de poco me voy a transformar en una mariposa." La mariposa sabe que para lograr convertirse en la máxima expresión de belleza tiene que pasar por un sufrimiento, por un dolor; sabe que ese proceso va a ser duro, pero se hace responsable, se hace cargo y dice: "lo tengo que pasar porque no me queda otra; si quiero ser lo que verdaderamente quiero ser, tengo que pasar por ese proceso." Y aquí está la clave: la unción de la mariposa es que, para lograr convertirse en mariposa, se desprende de algo para recibir lo nuevo. ¿Cuál es la unción de la mariposa entonces? Es desprenderse para recibir lo nuevo. Y otra cosa que hace la mariposa es saber cuál es el momento que tiene que dejar de ser oruga; porque si toda la vida sigue siendo oruga nunca va a pasar a ser mariposa. Eso es lo que le pasa a muchas mujeres: hay mujeres que toda la vida han cumplido con un rol y no quieren ser algo diferente, porque se adaptaron a ese rol... "esto es lo único que sé, esto es lo único que me sale bien, entonces me quedo así toda la vida" y nunca se transforman en mariposas; porque hay que tener discernimiento para saber cuándo debo dejar de ser oruga y transformarme en mariposa; y ese discernimiento -como a veces no lo tenemos tan afinado- lo vamos a descubrir en el momento de la crisis. Cada vez que estás pasando por un problema, cada vez que estás pasando por una prueba, cada vez que estás pasando por una crisis, es la señal que te está diciendo: "es tiempo de dejar de ser oruga para transformarte en una mariposa." ¿Cuál es la unción de la mariposa? Desprenderse, para discernir el tiempo de dejar de ser oruga. Hay muchas mujeres que hace bastante tiempo en este lugar ya deberían haber dejado de ser oruga y deberían estar desplegando sus alas de mariposa, pero todavía no se han atrevido; pero hoy te vas a dar cuenta que cada crisis por la que has pasado -y por la que vas a pasar- lo único que van a lograr es transformarte en la mariposa más bella y más preciosa.
Todo en nuestra vida va a ser probado; va a ser probado tu matrimonio... ¿a cuántas ya le probaron el matrimonio? Pasaste por dificultades matrimoniales, y saliste en victoria o no, pero ahora te voy a explicar que sí, que siempre salís en victoria. ¿Cuántas han sido probadas en su maternidad? Problemas con los hijos. ¿Cuántas fueron probadas económicamente? En sus negocios o finanzas. Todo en nuestra vida va a ser probado, todo va a pasar por pruebas. ¿Y por qué las cosas pasan por pruebas? Para que vos sepas en qué fundamento construiste eso; para que vos sepas sobre qué fundamento está construida tu vida y de acuerdo al fundamento sigas construyendo con los mejores materiales. Los problemas nos ayudan a ver donde estamos paradas y de qué estamos hechas. ¿Cuáles son los fundamentos de nuestra vida? Cada vez que pasás por una crisis vos te das cuenta qué clase de mujer sos ...¿sí o no? ¡Claro que sí! Fíjense en la vida de Job, ustedes conocen la historia de Job: pierde todo y encuentra que en su vida había dos fundamentos flojos; ¿cuáles eran los fundamentos flojos en la vida de Job?: la esposa y los amigos. La esposa, cuando le dice: "mi amor, negá a Dios y morite, perdiste todo, no sos nada, estás ahí tirado con sarna, maldecí a Dios y morite", un fundamento flojo. Y en segundo lugar sus amigos, que lo ven mal y le dicen: "y... pero algo malo hiciste, Dios te está castigando"; ¿cuántos conocieron gente así, que son 'tan dulces'? "Yo te dije, tendrías que haberte quedado en tu casa cocinando, cuidando a tus hijos, no lo hiciste y por eso te pasó lo que te pasó", porque a la gente, cuando ve que te va mal le encanta hablar mal. "Yo te dije, no tenías que haber ido a Presencia, mucha televisión, pero mirá lo que te está pasando." A la gente le encanta eso, dar con un caño. O sea, Job le daba valor a lo que no valía; Job estaba invirtiendo su vida en su esposa y en sus amigos; invertía dinero, invertía afecto, tiempo hablando con ellos, recibiéndolos en la casa, dándoles dinero, dándoles consejos; estaba malgastando su vida en lo que no valía; y cuando viene el momento de la prueba, el momento de la crisis, Job se da cuenta de a quiénes tenía alrededor y dónde estaba parado. Y eso es lo que hace la crisis cuando viene a tu vida; cuando vos mirás para atrás y ves todas las crisis que pasaste, y te das cuenta la gente que hoy no está con vos, y decís: "gloria a Dios porque ya no está conmigo", para eso te sirvió la crisis. Porque te estaban chupando la vida, te estaban sacando lo mejor de vos, te estaban reteniendo, te estaban prohibiendo, te estaban anulando, te estaban castigando, y vos seguías dando y dando y dando, invirtiendo en ellos, invirtiendo en cosas que no te daban resultado. ¿Cuántas tuvieron un negocio y lo perdieron? Y cuando lo perdiste te diste cuenta y decís: "gracias Señor porque con ese negocio seguía invirtiendo y no había resultados."
La crisis me ayuda a desprenderme para recibir; esa es la unción de la mariposa. Las mujeres nos aferramos a tantas cosas y empezamos a poner esos fundamentos, como si esa casa fuera el fundamento, como si ese esposo fuera el fundamento, como si los hijos fueran el fundamento, como si esa amiga fuera el fundamento, como si esos clientes fueran nuestro fundamento. Y nos apoyamos en tantas cosas que creemos que son nuestra fuerza, y empezamos a construir sobre eso. ¿Cuántas veces te aferraste a una pareja en todo? Le diste tiempo, le diste dinero, invertiste en esa pareja y terminó abandonándote y haciendo cualquier cosa; y vos todavía detrás, porque vos creés que tu pareja es tuya y te aferrás a esa pareja como tu fundamento. Y cuando viene la crisis y el fundamento desapareció te das cuenta que habías construido en la nada. ¿Cuántas alguna vez abrieron los ojos y dijeron: "construí en la nada"? Mujeres que se aferran a una pareja como si fuera un salvavidas, a ciertas amistades, a ciertos trabajos, y creen que si pierden ese trabajo es el fin del mundo. ¿A qué te estás aferrando? ¿Cuál es el fundamento de tu vida? ¿En donde has puesto tu expectativa? ¿En donde pusiste tu vida? ¿Qué es tu salvavidas hoy? ¿Qué es lo que vos creés que es tu salvavidas? Ese negocio, esa pareja, ese líder... ¿a quién pusiste como salvavidas en tu vida que te estás aferrando, y decís: "si pierdo esto me muero"? Job tenía dos fundamentos que tenía que remover de su vida, y los conoció, se le hizo luz recién cuando vino la crisis y la prueba.
Yo quiero decirte -querida mujer- que hay vida más allá de lo que perdiste; hay vida más allá de lo que hoy no tenés, hay vida más allá de tu negocio, hay vida más allá de tu empresa, hay vida más allá de tu pareja, hay vida más allá de tus hijos, hay vida más allá de tu líder, hay más vida en abundancia que Dios tiene preparada para vos....
Alejandra Stamateas
Decí: en este mes, estamos decretando que todo lo que hemos perdido volverá a nuestras manos.
-Recuperaremos bienes materiales, casas, terrenos, autos, negocios, dinero, ropa, documentos, hay alguien que va a recuperar un auto en esta semana, hay alguien que va a recuperar un auto que había perdido.
-Recuperaré salud física y emocional, energía. Susana preparate para un auto nuevo para vos. Fuerza, estima, alegría, valor, motivación.
- Recuperaré vida espiritual profunda, tiempo a solas con Dios, tiempo de lectura de la Palabra, tiempo de adoración personal, tiempo de enseñanza sobre otros y mi fe quedará activada.
- Recuperaré la capacidad de dar y recibir amor.
- Recuperaré sueños que dejé olvidados en mi pasado.
Decreto que todo lo que salió de mi mano volverá por el poder de Dios nuevamente a mis manos, multiplicado por el tiempo de la espera.
Decretamos como mujeres fuertes y valientes que lo que es nuestro, es nuestro. Decí lo que es mío es mío, decilo de nuevo, lo que es mío es mío, en el nombre de Jesús, amén, amén, y amén. Gloria a Dios.
Es impresionante lo que estamos viviendo, la gloria que se está soltando es única, estamos haciendo algo, en toda Latinoamérica, como nunca hasta ahora se vio. Un día se los tengo que traer, pero llevaría mucho tiempo leerles todos los correos que estamos recibiendo de toda Latinoamérica, es impresionante, tienen que leerlos. Hoy recibí correos de Uruguay y de Paraguay, les mando unos besos enormes a las mujeres uruguayas y paraguayas que son espectaculares, y que están ahí prendidas, mirando ahora la reunión, tomando mate, porque las uruguayas toman mate y las paraguayas también, un beso grande, Dios las bendiga. Estamos haciendo algo grande, ustedes no saben la gente como está esperando recibir esta palabra que soltamos acá, en Presencia, a las mujeres, porque estamos haciendo algo nuevo, algo glorioso, la gente, las mujeres están buscando a Dios y soltando la fe que tenían escondida y que tenían miedo de soltarla, se están atreviendo a soltar esa fe. Estamos siendo obedientes a lo que Dios nos ha pedido, amén. Gloria a Dios por eso.
¿Cuántas a veces, sienten que corren de un lado para el otro todo el día?, ¿En qué cosas corren? cuéntenme, ¿la casa?, ¿el trabajo?, ¿con los chicos?, ¿ganarle la hora al reloj?, ¿con los animales?, ¿corrés por los animales?, ¿por los hijos, nietos?, ya criaste a tus hijos ahora tenés que correr por los nietos, ¿por la mamá?, cuando hay alguien enfermo que hay que salir corriendo. Todas, más que más, en estos tiempos que estamos viviendo, vivimos tensionadas, presionadas por el tiempo, porque las mujeres no fuimos educadas para bajar los brazos, las mujeres fuimos educadas para siempre estar listas, para siempre estar firmes, para siempre estar disponibles, aunque estemos cansadas, aunque nos duela la espalda, aunque tengamos cólicos, parece que siempre tenemos que estar ahí, tenemos que estar presentes, listas. Hasta una fiesta, a veces, se nos hace algo tormentoso, parece que para una fiesta del cumpleaños de un hijo, hay que tener todo arreglado, armado, limpiar la casa, preparar todas las cosas, recibir bien a todo el mundo y eso nos presiona también, aún las cosas buenas nos terminan presionando. Por ejemplo, se te enferma un hijo y tenes que darle el remedio cada ocho horas, y justo le toca a las cuatro de la mañana, y vos tratás de correr para que le toque por lo menos a las seis, tratás de dárselo más tarde a la noche y cuando termina de tomar, por ejemplo ¿a cuántas le dejaron por la mitad el remedio? no se lo dieron los ocho días, el médico te dice ocho, vos hacés cuatro y basta, cuando lo ves bien le decís, vamos levántate, ¿qué me voy a levantar a las cuatro de la mañana?. Pero parece que las mujeres, sí vivimos presionadas, en los trabajos que nos piden entregar, trabajos que nos dicen, venite más temprano, o ándate más tarde, siempre hay presión, porque las mujeres tenemos esta frase, tenemos que estar ahí, parece que siempre tenemos que estar ahí, con nuestros hijos, en nuestro trabajo, con nuestra pareja, con nuestros padres, tenemos que estar ahí, pero muchas veces vivimos corriendo de un lado para el otro, presionadas, pero no vemos que haya resultados, nos damos cuenta que hacemos, pero no es que por hacer estamos más bendecidas.
¿Cuántas sienten que a veces la bendición se desvía? que se detiene, que está como detenida, que están bendecidas pero no demasiado bendecidas, sean sinceras. Como que quieren más, yo quiero que se suelte algo más, porque al final me mato en mi trabajo, pero no recibo la recompensa que me gustaría tener.
Dijimos que muchas veces hacemos pero no recibimos la bendición que queremos, y esto es lo que le pasaba al pueblo de Israel, que se mataba trabajando, el pueblo de Israel sembraba, el pueblo de Israel, dice que tenia ganado, alimentaba al ganado, pero cuando venía el enemigo, mataba a todo el ganado, seguramente se robaba las crías, se llevaba las crías, o sea, habían trabajado en vano. ¿Cuántas sintieron una vez que trabajaron en vano?, que todo el esfuerzo que hicieron no sirvió para nada, es como siempre te digo, cuando haces esa súper comida que estuviste cinco horas y viene tu familia, la comen en dos minutos y vos sentís que te esforzaste en vano, trabajar en vano. O sea que los hijos de Israel vivían trabajando para otros y encima que trabajaban para otros, todos los meses les pagaban tributo a los otros, porque todo se lo llevaban y destruían lo poco que había quedado y dice que el pueblo estaba miserable. Entonces Dios viene a Gedeón, que era parte el pueblo, y era el que se escondía en cuevas y le hace dos preguntas: la primer pregunta que le hace Gedeón a Dios: (escuchá porque estas preguntas se las hacemos muchas veces a Dios), le dice: si Jehová está con nosotros, ¿por qué estamos viviendo tan mal? Vos me decís que Dios está conmigo, vos me decís que Dios me quiere, pero ¿por qué estoy tan mal? ¿Cuántas veces le hacemos esa pregunta a Dios?, yo voy a la iglesia, voy al grupo, diezmo, ofrendo, me porto bien, hago todo lo que tengo que hacer, y a mi las cosas no me resultan, a mi las cosas se me traban, me siguen saliendo mal, entonces dijo, si Dios está conmigo ¿cómo puede ser que me pase esto tan malo?y la segunda pregunta es: ¿dónde están todas las maravillas que nuestros padres nos han contado? Dios, si los sacaste del desierto, los metiste en el desierto y les diste maná, cómo puede ser que todo lo que me contaron mis padres, a mi no me de resultado, entonces ¿dónde están las maravillas? como cuando vos venís acá a la reunión y escuchas los testimonios de mujeres que no tienen que pagar nada de luz, de gas, de teléfono, que se sanaron, que su familia se unió, que su marido fue transformado, y vos decís, a mi me cuentan un montón de maravillas de Dios, pero a mi no me pasa, y cuántas de ustedes que vinieron por primera vez escucharon los testimonios y dijeron: esos son arreglados, porque decís, a ésta le pasa y a mi no me pasa nada, ¿cómo puede ser? y esto era lo mismo que Gedeón le estaba preguntando a Dios ¿dónde están las maravillas que nos han contado? Gedeón no podía entender que Dios, era el mismo Dios de sus padres, pero que operaba de una manera diferente, por eso vos tenes que entender, que Dios va a obrar en tu vida y va a operar en tu vida de acuerdo a tu crisis, con un sello particular, que lo que Dios va a hacer en vos, es único y que lo que Dios hace en la mujer de al lado, es único, los procesos son diferentes, las operaciones de Dios son diferentes, pero Dios es el mismo. Gedeón le estaba diciendo a Dios, yo me voy a seguir escondiendo en la cueva Dios, yo voy a seguir haciendo lo que hice hasta ahora, y vos encárgate de que las cosas cambien. Eso es lo que le decimos muchas veces a Dios, yo voy a seguir haciendo lo mismo, pero vos hacé un milagro, hacé que mi vida cambie, yo quiero vivir algo diferente, y las mujeres somos muy románticas en esto, las mujeres vivimos siempre diciéndole a Dios, hacé algo Señor, algo que cambie mi vida, que mañana me levante y esté mi marido transformado, mis hijos ya no se droguen más, a mi casa venga un cheque, que venga volando, que caiga en casa y que yo pueda pagar, hacé un milagro y Dios le va a devolver la pelota porque Dios siempre me devuelve la pelota. Dios le responde a Gedeón y le dice, me estás haciendo esta pregunta y yo te digo: Ve con esta, tu fuerza ¿no te envío yo? vos me estás preguntando a mí y yo te estoy diciendo, esas preguntas que me hacés, indican que hay una fuerza dentro tuyo, y con esta fuerza vas a lograr eso que estás queriendo. Le devolvió la pelota, le dijo no es que vos tenés que seguir haciendo lo mismo y yo voy a venir con algo nuevo a tu vida, es que vos tenés que hacer algo distinto en tu vida y ahí vas a ver mi poder y la manifestación de mi presencia.
Decí: tengo que hacer algo diferente. Porque si te estás matando hasta ahora y estás usando tu fuerza, que está muy bien, pero te estás matando y eso que estás haciendo no te está trayendo la bendición que querés, no es que Dios tiene que hacer algo, es que vos tenés que cambiar la dirección de tu fuerza para otro lado, ese mismo esfuerzo que estás haciendo, que no te da resultado, úsalo de otra manera, desviá, girá, hacé algo nuevo, hacé algo diferente, eso es lo que Dios le está diciendo: ¡Ve! le dice, sabés qué te dice Dios hoy ¿tenés un problema? ¡Ve! ¿Para dónde? para otro lado que el que estás yendo ahora, si para otro lado, decí para el otro lado. ¿Para dónde estás yendo? para allá, andate para allá. Dice ¿acaso no te envío yo? si Dios te dice que vayas, vos movete y andá porque dice, yo te envío y estaré contigo.-
Ahora vamos a ver qué hizo Gedeón, porque Gedeón podría haber escuchado la palabra y podría haberse vuelto a la cueva, haberse metido en la cueva, haberse quedado ahí, haber esperado otra vez a los madianitas que sacaran todo, que le robaran todo, ¿ves que no da resultado? me encontré con Dios, pero no da resultado, porque Dios le dijo: Andá hacé algo diferente.
Tres cosas hizo Gedeón, si vos las aplicás, vas a ser...
Alejandra Stemateas
Nos vamos a ver multiplicadas, yo sé lo que les estoy diciendo.
¿Cuántas tuvieron depresión?
¿Cuántas están pasando por depresión? sin miedo, levanten las manos, acá no juzgamos a nadie, acá damos palabra para solucionar problemas.
¿Cuántas conocen gente que está viviendo en depresión?
Qué difícil es vivir con una persona que tiene depresión. Ustedes saben que todos los seres humanos somos susceptibles en caer en depresión. No es que porque sos una persona mala que te vino depresión, o porque pecaste te vino depresión, o porque hiciste algo incorrecto que te vino depresión. Ustedes saben que una persona puede tener depresión después de un gran fracaso o también después de un gran éxito, porque tanto fracaso como éxito son situaciones de stress, y el stress muchas veces te puede conducir a la depresión. O sea, vos pasaste por algo muy bueno y te vino una depresión y vos decís pero ¿cómo? si pude disfrutar, si tuve éxito, si las cosas me van saliendo bien, sin embargo tengo depresión, o pudiste haber pasado por un fracaso muy grande; esto me salió mal, las cosas no ocurrieron como me imaginaba voy de fracaso en fracaso y entonces puedo caer en depresión. Entrar en depresión, es entrar en una tristeza profunda, parece un pozo profundo, te parece imposible salir, parece que no hay nadie ahí, que no ves nada por delante, que no hay futuro, que ya no tenés control de tu vida, que ya no vas a poder hacer nada para salir de esa situación y que por delante no viene nada bueno. Y muchas personas que han caído en depresión, si llegan al nivel de la melancolía, que es el nivel más profundo de depresión, empiezan a pensar en suicidio y muchas veces también se suicidan. En uno de los programas de Utilísima, yo hablé justamente acerca del suicidio y traté a una mujer que me llamó por teléfono que quiso suicidarse, y ahí estuvimos, aconsejando a esta mujer porque ella había pasado situaciones difíciles, una detrás de la otra y ustedes saben que para una, uno tiene fuerza para otra, tiene un poquito de fuerza, pero las fuerzas parece que se van agotando y cuando se te dieron todas juntas, el cuerpo no responde más, la mente no responde más, parece que el espíritu tampoco te acompaña, y podes caer en una depresión.
El momento de depresión es un momento de dolor intenso, donde para muchas mujeres u hombres, la solución más sencilla seria desaparecer del planeta, nadie quiere matarse, en realidad todos queremos matar una situación que no nos gusta, quisiéramos no estar viviendo esa situación que estamos viviendo y creemos que la muerte muchas veces, es la mejor solución.
Vamos a ver un personaje bíblico, y después les voy a hablar de otros que pasaron por depresión. Recién estuvimos leyendo la historia de Elías. Dios contactó con esta persona con depresión, y si Dios usó este método terapéutico, da resultado para aquella persona que esté pasando por depresión.
Decí: Dios hoy, me va a dar estrategias para salir de mi depresión.
Dice que Elías se enfrenta a los profetas de Baal que eran enemigos de Dios y dice que él hace caer fuego del cielo, ¿alguien vio caer fuego del cielo alguna vez? no, no, es cierto, pero dice que Elías por su oración hizo que del cielo cayera fuego, o sea era un gran éxito, le mostró a todo el mundo que su Dios, era el Dios verdadero. Dijo, yo les voy a demostrar que Baal no es Dios, yo les voy a demostrar que el Dios en que yo creo, es el Dios verdadero, ustedes conocen la historia, arregló el altar, puso agua y prendió fuego a ese altar y Dios demostró quién era el Dios verdadero y la gente empezó a creer. Entonces él degolló a los profetas de Baal, una historia bien fuerte donde hay mucho éxito, pero hay mucho stress. Él encontró que tenía razón, ¿alguna vez te pasó que descubrieron los demás que tenías razón en lo que decías?, ¿y aunque tuviste razón y los demás se dieron cuenta, a vos te agarró depresión en lugar de alegría?
Te dijeron que habías robado, descubrieron que vos no fuiste la que robaste, que tenias razón, pero en vez de disfrutar, te agarró tristeza, ¿les pasó eso alguna vez? o por ejemplo, el jefe te dijo que hiciste un mal trabajo y vos dijiste yo lo hice bien esto estaba bien, te dio la razón, el jefe descubrió que estaba bien, pero no pudiste festejarlo, te agarró tristeza, angustia, depresión. ¿Te pasó eso? que después de haber tenido una victoria te has sentido triste y decís ¿cómo puede ser? si tuve una victoria, no la puedo disfrutar, esto es lo que le pasó a Elías, en medio de su éxito Elías quiere morir ¿y a quién le pide morirse? a Dios ¿Alguna vez le pediste al Señor morirte? Señor llévame porque no aguanto más y Dios dice, no me la traigan a esta vieja porque nos arruina el cielo, entonces el Señor te deja acá, para que arruines acá, pero que no vayas a contaminar arriba. Le pidió a Dios que lo matara, al dador de la vida le pidió que le quitara la vida, al que le dio la vida y que le dio un propósito, para que cumpla en esta vida, le dijo quitame la vida y Dios le dijo: Tengo un plan mejor. Decí: Dios tiene un plan mejor, vos te querés morir y Dios tiene un plan mejor, Dios te tiene preparado un plan mejor. ¿Cuántos quieren que el Señor tenga un plan mejor para cada uno de nosotros? Gloria a Dios. ¿Y qué hace Dios con Elías? Lo primero que hace, le envió un ángel. Lo primero que Dios va a hacer cuando te vea angustiada, cuando te vea triste, cuando te vea en depresión, es enviarte un ángel y te va a enviar un ángel literalmente, o te va a enviar una persona con la función de ángel, pero te va a enviar un ángel. Decí, yo lo quiero y ¿qué va a hacer el ángel? te va a guiar, porque estás en un pozo, no ves salida, no ves camino, estás confundida, estás angustiada, lloras, lloras y no sabes por qué lloras, te va a enviar un ángel para encaminarte y ese ángel va a venir con instrucciones. Tal vez la persona que Dios te puso al lado, es un ángel que te trajo a este lugar, para darte instrucciones de parte de Dios, para que te encamines y salgas en victoria, porque Dios te quiere ver bien, Dios tiene algo mayor para tu vida y te lo va a dar, te va a enviar el ángel o te va a enviar una legión de ángeles, hasta que te des cuenta, salgas del pozo y conquistes lo que Dios te prometió. Gloria a Dios.
Dice que el ángel le toca el hombro y le da la primera instrucción, le dijo: levantate, vamos a decir cinco veces levantate: levantate, levantate, levantate, levantate, levantate, ¿qué le dijo? levantate, ¿qué tiene que hacer un depresivo? Levantarse. ¡Ay! pero no puedo, si tengo depresión, si estoy con depre, no puedo, vamos a explicar qué es: levantate. Imaginen qué posición tenía Elías, como estaría Elías, ustedes saben que a Elías lo perseguía una mujer para matarlo y los hombres cuando tienen una mujer que los persigue, lo pueden perseguir leones, osos hambrientos, el cobrador de impuestos, pero si lo persigue una mujer, arrugan. Qué le pasó a Elías, mató a no sé cuántos hombres y tenia miedo de una mujer que lo perseguía, y le dijo, te voy a matar bruja porque los hombres creen que las mujeres somos brujas, porque los hombres saben que las mujeres tenemos poder que viene del cielo. Amén. Le dice levantate, porque Elías, me imagino, estaba tirado en el piso, estaba acostado con la cabeza gacha, las personas depresivas o están tiradas en la cama o están sentadas y no se quieren levantar, o arrastran los pies, o viven agachando la cabeza o no pueden mirar hacia adelante, o sea el ángel le dijo: Dios te dice que cambies de posición. Dios le dijo: cambiá Elías de posición, a ver cuántas pueden cambiar de posición un poco ¿como están? ¿Sentadas? pónganse de pie, qué ven cuando ven acá adelante, el coro, me ven a mi, ven el cartel, los micrófonos, ven toda la gente de adoración, ahora yo les digo lo que dijo Dios a través del ángel, levantate, cambiá de posición, miren todas para otro lado, ¿qué ven ahora? las preciosas mujeres de este sector, porque acá se sientan las lindas, las populares y las divinas. Cuando yo cambio de posición, veo algo que hasta ahora no estaba viendo bien, porque ustedes de reojo podían ver mujeres, pero la visión de cambiar de posición es diferente y eso es lo que le estaba diciendo Dios a Elías, que estaba depresivo, levantate cambiá de posición, sentate correctamente, a ver, espalda derecha, mujeres no nos damos cuenta que estamos mal paradas y le dice, cambiá de posición porque cuando vos cambias de posición le estás dando un mensaje a tu cuerpo y le estás dando un mensaje a tu alma y le estás dando un mensaje a tu espíritu, que algo mejor viene para tu vida, que ese no es tu lugar, que te vas a levantar y vas a correr a la bendición, gloria a Dios. Hay mujeres que se han descuidado tanto. La depresión te trae eso, descuido, desánimo, desgano, la depresión te tira en una cama, la depresión te achica el mundo, la depresión hace que no tengas ganas de bañarte, que no tengas ganas de lavarte el pelo, que tengas ganas de no hacer nada, hay mujeres que uno las ve en la casa y ves que están hechas bolsa, tienen la ropa con la mancha de grasa, la mancha de aceite, porque cocinan con la misma ropa y duermen con la misma ropa, con el mismo jogging, pero es así, porque la depresión te hace eso, la depresión quiere anularte como ser humano, la depresión quiere que le des importancia, para que vos no existas como una hija de Dios que va a tener éxito en la vida, quiere dejarte a un costado del camino, y hay mujeres que viven desarregladas, desalineadas, que viven sin fuerzas, sin ánimo, la misma ropa todos los días, no se cambian ni la bombacha.
Vos sos una mujer digna de respeto, y la primera que se tiene que respetar sos vos, la primera que tiene que decir, esto no pude seguir así, sos vos, la primera que tiene que hacer un cambio de postura sos vos, y no te estoy pidiendo que si estás en la cama salgas a correr, te estoy diciendo que si tu postura es estar en la cama, por lo menos inclinate un poquito y sentate en la cama, así chiquitito porque la persona depresiva no puede hacer grandes pasos, pero chiquitito, una almohadita que te ponés atrás y ya no mirás para arriba ya mirás en otra dirección. ¿Te das cuenta? si estás sentada, un pasito levantate, no te digo que camines, levantate, en vez de mirar las cosas de sentada miralas parada, que es diferente, es muy diferente ver algo sentada, que ver algo parada, son cosas distintas mujeres, por eso lo primero que tenés que hacer es dar pequeños pasos, de cambiar tu posición, decí cambiá tu posición. Tenemos que empezar a cuidarnos, tenemos que empezar a querernos, insisto tanto en esto en el programa de televisión. Yo decía el otro día, que una cosa es cuidar nuestro cuerpo, y otra cosa es controlar nuestro cuerpo, hay mujeres que dicen: pero yo todos los días me peso para controlar mi cuerpo, mi peso, eso es controlar, y el control no viene, o no es resultado del cariño y del amor, eso es control y yo puedo controlarlo, porque odio mi cuerpo, por eso lo controlo, y lo que tengo que hacer es amar mi cuerpo y lo cuido porque lo amo, no lo controlo, lo estoy cuidando, y el cuidado nace del amor y es muy diferente, una cosa es tenerte odio a vos mismo y hacer cosas, a ver cuándo lo logro, a ver cuándo bajo estos kilos de más, a ver cuando hago tal cosa y eso es controlarlo, pero con odio y vos tenés que quererlo, cuidarlo y amarlo, ¿cuántas quieren amar su cuerpo? Segunda instrucción. Mirá. Vamos a decirlo cuatro veces mirá, mirá, mirá, mirá. Dios siempre está interesado, sino leé todo el Antiguo Testamento, en la manera en que miramos, Dios siempre preguntaba ¿qué estás mirando? ¿Qué ves ahora? ¿qué es lo que mirás? porque Dios está interesado en ver la perspectiva desde el lugar desde donde estamos mirando, qué es lo que estamos viendo con nuestros ojos, mirá qué estás creciendo y lo primero que Elías vio, primero escuchó un viento, era un viento recio que rompía todo alrededor, luego vio el fuego, el terremoto y eso simboliza las circunstancias difíciles, simboliza los problemas, y Dios le dijo ¿qué estas mirando? donde están puestos tus ojos. Una mujer con depresión, es una mujer que se ha concentrado en lo negativo y solamente mira las cosas negativas de la vida, por eso Dios le dice, seguí mirando, ¿qué le dijo Dios?, ¿qué tenés que hacer? en medio de tu situación difícil ¿qué tenés que hacer?, seguí mirando, porque Elías estaba así, viento, fuego, terremoto, concentrado en lo negativo, concentrado en lo que dañaba, concentrado en ese problema que no podés resolver, concentrado en todo lo malo y Dios le dice, seguí mirando porque hay más, estás mirando tu problema y yo no estoy en tu problema , no me vas a encontrar en tu problema, no me vas a encontrar en esa circunstancia difícil, no me vas a encontrar en el viento fuerte, ni en el terremoto, no me vas a encontrar, porque no estoy ahí, sigue mirando le dice Dios. Vieron las mujeres como somos, que empezamos con un problema y al ratito seguimos con otro, y al rato con otro, no resolvimos éste, ni éste, ni éste, tiramos todos los problemas, pero no resolvimos ninguno, porque estamos atadas a las circunstancias, porque no queremos ir profundo, y él le dice, seguí mirando más profundo, eso quiero, que miren más allá del viento, más allá de la tormenta, quiero que miren más allá del fuego, más allá, más allá, cuando Elías se atrevió a mirar más allá, dice que vino como un silbido suave y apacible, y ahí sí estaba Dios, Dios no está en ese problema, Dios no es culpable de lo que te está pasando, las cosas vinieron porque vinieron, esa circunstancia difícil se dio porque tal vez, tomaste una mala decisión, porque elegiste mal, porque tal vez no supiste como resolverlo, pero no porque Dios te la mandó. Entonces le dijo, seguí mirando un poco más allá de esa circunstancia difícil, lo que Dios está haciendo en tu vida, cómo Dios está trabajando por eso, Dios te trajo acá hoy, porque Dios tiene un propósito grande para tu vida y Dios está trabajando, pero quiere que mires más allá de tu problema, hasta ahora el problema te cegó, está acá adelante y no hay manera de ver nada más, y Dios te dice: no, a ver un paso más, levántate y mirá desde ahí, porque hay algo más, yo no estoy en el problema, yo estoy fuera del problema, en el cielo apacible, yo quiero que vengas a un costado de ese problema y quiero que me mires y quiero que me hables desde el costado. ¿Saben qué mujeres? yo descubrí que muchas mujeres se concentran en su problema y no quieren concentrarse en Dios, mujeres que dicen, no, para mi Dios no, porque tienen todavía un modelo del Dios de la infancia, y vas a tener que sentarte en un momento en una silla en tu casa y renunciar y darle la espalda al Dios de tu infancia. ¿Qué quiero decir con esto? tenés que sentarte, y si el Dios de tu infancia fue el Dios que te enseñaron que te castigaba, que estaba enojado con vos, que quería que fueras una nenita buena, que te iba a retar por todo, que te iba a hacer pagar todos los errores que cometiste en la vida, tenés que sentarte y darle la espalda a ese Dios de la infancia, ese no es el Dios de ahora, ese no es tu Dios de ahora, Dios siempre está a tu favor, Dios siempre quiere bendecirte, Dios siempre quiere sanarte, quiere levantarte y quiere darte destino, amén, gloria a Dios.
Cambiá tu mirada, cambiá tu mirada, cambiá tu mirada, gloria a Dios.
¿Cuántas se sintieron malas alguna vez?
¿A cuántas las hicieron sentirse malas? si tenes un marido súper-bueno la mala sos vos.
¿A cuántas los hijos las hicieron sentirse malas?
¿A cuántas el jefe o los compañeros las hicieron sentir malas?
¿Cuándo tu suegra te hizo sentirte mala?
Hoy quiero darte una revelación ¿cuántas están preparadas para recibir una revelación? detrás de una depresión hay una mentira que te creíste, detrás de toda depresión hay una mentira que te creíste o te hicieron creer, te tragaste la mentira y estás ahí dando vueltas, que sos una mala mujer, que por ejemplo sos caprichosa, que nunca vas a lograr nada, que te sentís culpable por todo, que no tenés fe suficiente, que Dios te va a castigar que Dios está esperando para darte el mazazo y lastimarte. Hay una mentira detrás de tu depresión, hay una mentira que te hace vivir por debajo del nivel que Dios quiere que vivas, y estás viviendo de frustración en frustración, porque detrás hay una mentira ¿Cuál es la mentira que te dijeron?
¿Cuál es la mentira que hay detrás de tu tristeza?
¿Cuál es la mentira que hay detrás de tu angustia? esas veces que te pones a llorar y que no querés salir de tu casa, ni siquiera sabés por que estás llorando, esos días que te agarra tristeza mucha tristeza y no sabés por qué y decís, si, tengo todo para ser feliz pero no puedo, hay una mentira que te está dominando, te la creíste, tenés que discernir cuál es esa mentira que está detrás de toda depresión y eso te quebró, esa mentira te quebró tu espíritu de leona. me asombro de la cantidad de mujeres que me dicen, sabés Alejandra, yo era como vos de joven, no porque yo sea joven, sino porque ellas tenían veinte años y tenían la agilidad y la fuerza, yo era así, pero algo me pasó y perdí esa fuerza, porque vos sos una leona, lo que pasa es que las mentiras te hicieron renunciar a la fuerza que hay dentro tuyo, pero la fuerza está, tenés que atreverte a levantarte y mirar la vida donde está Dios, porque Dios está en la bendición, no está en el problema. Dios te dice correte donde estoy yo, porque si te corres donde estoy yo, bendición va a soltarse sobre tu vida. Yo aplaudiría más fuerte para darle la gloria a Dios...
Alejandra Stamateas
La recompensa siempre hay que buscarla, hay que reclamarla y buscarla, porque a veces dejamos pasar las cosas. Decí, mi recompensa la tengo que reclamar y la tengo que buscar, luego la disfruto.
El tema de hoy es un poco complicado, como los temas que estuvimos hablando últimamente, porque estuvimos hablando mucho de las parejas.
¿Qué nos dio Dios? la tierra
¿De qué somos dueños? de la tierra
¿Qué nos regaló Dios? la tierra
¿Y qué tenemos que hacer con la tierra? dominarla y someterla, no a otros seres humanos, sino a la tierra, dominarla y someterla. A mi pareja le gustan todas las mujeres.
Hay muchos hombres que nos están mirando por Internet en este momento, porque están muy preocupados, soltamos el tema el domingo, muchos se preocuparon y muchos dijeron, me descubrieron, vamos a darle un fuerte aplauso a los hombres que nos están viendo, bienvenido, esta palabra le va a hacer bien a tu vida y a tu pareja.
Llamé a este tema: Hombres adictos a las mujeres. Así como hay mujeres adictas a los hombres.
Si estudiamos la historia de la humanidad, siempre se fueron alternando dos modelos masculinos. Primero, se daba uno con más fuerza, después se daba otro, en otra época se daba el primero, después en otra época se volvía al segundo. El primer modelo era el modelo del hombre puritano. ¿Qué era el hombre puritano? Era el hombre que consideraba que lo más importante era cumplir con el deber y ¿cuál era su deber?
- proteger a la familia,
- proveer a la familia,
- ser el hombre fuerte, que salía a cazar, a pescar, traía el alimento a la casa y que protegía a toda esa familia, tenía deberes.
Su única función, no era amar a la familia, no era demostrar amor, sentimientos, era más bien un hombre tosco, un hombre agresivo, un hombre duro, frío, porque el modelo que tenía, que se le había incorporado culturalmente, era el hombre "proveedor".
Y el otro modelo que le seguía a éste, que se iba combinando, de acuerdo a la época en la que se vivía, era el hombre playboy. ¿Qué es el hombre playboy?
Era el hombre cuyo signo distintivo era el placer, se dirigía no por el deber, sino por lo que a él le gustaba, por el placer, quería vivir la vida, era el hombre romántico, el hombre que cantaba, el trovador, el que trataba de conquistar mujeres, el que en realidad no iba demasiado a la guerra, porque no era el que defendía, sino el que se quedaba y lo que hacía era tratar de complacer, a todas las mujeres del reino, o sea era el vivo. Los hombres, se han criado con estos dos modelos, el hombre serio, el que quiere cumplir con el deber, y el hombre playboy, que quiere disfrutar de la vida, por eso muchos hombres, cuando se casan, tienen estos dos modelos metidos en la cabeza, dicen me caso para formar una familia y sentar cabeza, yo me caso para sentar cabeza, o la mamá que le decía, nene cásate para que de una vez por todas sientes cabeza, como que se iba a volver derechito, una vez que se casara. Y por el otro lado estaba el hombre que no quería casarse, pero quería vivir la vida, yo quiero disfrutar, porque supuestamente después que se casaban ya no se vivía más la vida y no se disfrutaba. Estos dos modelos están metidos en la cabeza de muchos hombres.
Pero, para el hombre adicto a las mujeres, el sexo, la conquista, no es un placer, el conquistar mujeres todo el tiempo, el pasar por la calle y mirar a todas las mujeres, el decir piropos a todas las mujeres, el ser infiel con otras mujeres, cuando él ya tiene su pareja, no es un placer, no pasa por el placer, sino por probarse algo a sí mismo, o sea, eso no es un placer, sino que es una batalla, como una guerra, no lo viven placenteramente, aunque parezca que sí, aunque parezca que es un revivo que sale con todas las mujeres, está re feliz porque es repiola, es el macho de América, no, no lo vive de esa manera, lo vive como una prueba que se tiene que hacer a sí mismo. Ustedes saben que los hombres, tienen que probar todo el tiempo que son hombres, los hombres constantemente hacen cosas, hasta los juegos que hacen, y las competencias de prueba, por ejemplo: dicen que los antropólogos, descubrieron que en Nueva Guinea, muchos años atrás, los marineros tenían que construir los arpones para cazar a las ballenas, y elegían un árbol, para afilar el arpón y ponían sobre el tronco de ese árbol su pene, lo ponían en contacto, porque así iba a tomar la fuerza del árbol, se iba a reforzar el pene, e iba a adquirir la misma fuerza de penetración que el arpón. Es de locos, vos te imaginas poner el pene ahí, para que tenga fuerza, para penetrar, como penetra el arpón en la ballena, y encima en la ballena, peor todavía. ¡Ay los hombres!
Existen muchos hombres, que ya tienen una pareja, o que están casados, que les estimula muchísimo la conquista fuera de la pareja, pero cada nueva aventura, les sirve para tranquilizarlos de que son hombres, o sea, en el fondo, esos hombres, no creen que son muy hombres, en todo Don Juan, hay un homosexual escondido.
Cada vez, que salen con una mujer distinta, ellos se confirman así mismos, que siguen siendo viriles, que siguen siendo hombres, pero a la vez necesitan de su mujer, con la que se casaron, con la que están en pareja, de la cual, de esa mujer, se sienten dependientes, porque es una actitud de un pre-adolescente, no puede decirle no a ninguna mujer, y a la vez teme convertirse en un adulto, por eso eligió una mujer para casarse, y elige otras mujeres, para que le comprueben que él es hombre, y tienen a ésta con la que se casaron, y no la pueden dejar, y no la quieren dejar, porque no quieren crecer, tienen, en realidad, en lugar de una esposa, como una especie de mamá, que los protege y los cuida, y ellos siguen siendo los pre-adolescentes, que no quieren madurar, tratando de comprobar que son hombres, relacionándose con otras mujeres. Estos hombres separan mucho lo que es el sexo, del afecto, una cosa es tener sexo, yo tengo sexo con esa mujer, pero no la amo, pero a ésta que tengo en casa la amo, pero la verdad no tengo ganas de tener sexo, ¿se dan cuenta? hacen esa diferenciación, me caso con una mujer, para que sea madre de mis hijos, pero sigo saliendo con las otras para tener sexo, porque no conciben una mujer, que pueda ser su esposa, madre de sus hijos y que tenga sexo y lo haga ver las estrellas, el sol, la luna, y todos los planetas juntos, no lo pueden entender, creen que una vez que se casaron con esa mujer, esa mujer de sexo, nada ¿cuántas casadas hay acá? demostrále a tu marido que podés todo y que lo haces muy bien. Decí yo puedo.
Y hay mujeres que aceptan ese rol, mujeres que de alguna manera, dicen, bueno, vos estate acá, yo te cuido, vos seguí siendo mi nene, y hasta de alguna manera, le dan permiso para irse con otras mujeres, anda a hacer la chanchada en otro lugar, no conmigo, a mi ni me toques.
Tienen dos características estos hombres:
La primera es la forma de abordar a su presa. Porque no va a escatimar recursos, porque es tremendamente seductor ¿cuántas conocen hombres seductores? hay mujeres que hacen fila para poder salir con ese hombre, aunque saben que ese hombre las va a terminar reventando y abandonando, pero les encanta ser las abandonadas de ese hombre, porque por lo menos tienen un título de algo, abandonada de ese, que todas las mujeres le andan detrás ¿conocen hombres así? ¿Qué hacen? no escatiman recursos para seducir a una mujer, le hacen regalos, lloran, prometen, le juran amor eterno, le escriben poesías, hacen un despliegue de tácticas y estrategias, que no tiene limite y todo esto no lo sienten en realidad, lo actúan, no es que sienten escribirte una poesía o una canción, o hacerte un regalo, lo hacen porque lo están actuando, lo actúan con tal de tenerte. Dicen que en Estados Unidos, existe un saltamontes, que para cortejar a una hembra, hace un baile que tiene dieciocho posiciones, dice que es más difícil que la salsa, y cuanto mejor ejecute la danza, más novias tendrá, el saltamontes, mira qué vivo, se mata, dice que se estruja el saltamontes, con tal de tener un montón de hembras alrededor de él, porque las necesita.
Y la segunda característica, es, que para estos hombres, la cantidad es mucho más importante que la calidad, o sea, quieren acumular mujeres, tienen su lista de mujeres, un listado largo, de todas las mujeres que tuvo a lo largo de su vida, y su refrán favorito es: todo bicho que camina, va a parar al asador. Este hombre, cuando ya cazó a su presa y una vez que tuvo a su mujer, ya no vuelve más a la escena del crimen, si te he visto no me acuerdo, estuvo tres años tratando de seducirte, de seducirte, de seducirte, cuando le dijiste que sí, te acostaste con él y si te he visto no me acuerdo, porque sería para él, una bajeza, volver con esa mujer, porque quiere decir, que le está pasando algo emocional con esa mujer, y para estos hombres eso es puro sexo, no tiene que haber nada emocional, entonces no puede verse envuelto, porque sino va a perder su reputación de Don Juan. Entonces, cuando vos te encuentres con un Don Juan, que hace todo ese despliegue, las dieciocho posiciones, como el saltamontes, para atraerte y hace todo lo imposible, y te baja la luna, con flores, ese hombre, lo único que quiere es ir a la cama con vos, y una vez que ya te tuvo, no vuelve más, pero vos decís: no me llamás, no te va a volver a llamar mi vida, nunca más, ya está, te llama mientras no te acuestes con él, una vez que te acostaste, ya está.
Estos hombres, Don Juanes en definitiva, son dependientes, ya que necesitan salir con muchas mujeres, para recibir la aprobación femenina, ahí los que saben, los psicólogos dicen que hay un gran conflicto de odio con su madre. Él dice, necesito que las mujeres me acepten para sentirme hombre, pero no que me acepte una, con la que estoy casado o dos, todas, no importa qué mujer sea, por eso le viene bien cualquier mujer, no importa si tenés ochenta años, todavía tenés una oportunidad ¿viste? no les importa si sos linda o fea, si sos alta, gorda, él te va a hacer sentir como una diosa, la mejor, sos bárbara, que inteligente que sos, vos ni terminaste el jardín de infantes, para que caigas y una vez que caes te abandona, porque cuando vos le dijiste que sí, él dijo soy macho, todavía puedo, soy hombre, no soy mujer, todavía puedo, todavía soy fuerte, todavía soy viril y eso es lo que vos le comprobaste, al decirle que sí. él dice, si yo cotizo, soy varón, por eso cuál es la bolsa, donde se tienen que fijar todos los días las mujeres, si él cotiza es varón, por eso, cada vez que entra un hombre a un lugar y todas lo miran, ese hombre se siente el hombre más macho de América, por eso hay hombres que quieren venir a la reunión de mujeres, ¿te diste cuenta por qué? te diste cuenta por qué te insiste para venir acá, porque sabe que todas lo vamos a mirar, mirá sino los de adoración, sino ellos van al ministerio de adoración cuando hay reunión, y dicen, nosotros vamos a la reunión de las mujeres, a las cuatro de la tarde, los miran como los machos de América, son los machos de adoración, los que vienen acá a adorar los martes y jueves. Eso es lo que se corre, se corre eso en adoración, los demás que dirigen adoración, en otros cultos yo duraría, pero éstos no.
En definitiva son hombres inconclusos e indefinidos, tratando de encontrarse a sí mismos pero por caminos errados, equivocados, porque creen que saliendo con varias mujeres van a poder completarse, van a encontrarse a si mismos. Su confianza proviene sólo, de la aceptación del sexo opuesto, si una mujer le dice ¡sí! ese hombre vuelve a recuperar la confianza, cuando una mujer le dice que no, ese hombre pierde la confianza, hay una canción, que canta Arjona, que dice: "Dime que no me tendrás pensando todo el día en ti", en realidad pensando todo el día en él, que le dijo que no, porque lo ve medio trolo, por eso le dijo que no, y dijo, ¿cómo hago para enganchar a esta mujer? que en realidad yo me sienta hombre otra vez, y vos crees que te lo está diciendo a vos, pero está tratando de ver si él es hombre. El Don Juan necesita a las mujeres para sobrevivir, y por eso es adicto a ellas, no es como el psicópata, el manipulador, que en realidad rebaja a las mujeres, y las odia, él las necesita para sentirse completo, para sentirse joven. ¿Qué pasa si una mujer, que hoy está en este lugar, o nos está viendo por Internet, o va a escuchar este C.D. vive con un hombre pollerudo, mujeriego, don Juan, conquistador, picaflor, chamuyero, degenerado? ¿Qué hacés si te casaste con un hombre así? por ejemplo: te recuerdo lo que hablamos la semana pasada, que el camino más excelente es el amor, que nuestro problema no es haberle dado amor, el amor no es el problema, el problema son las cosas que aceptamos en nombre del amor. Si yo dije, yo voy a ser tu mamá, con tal que te cases conmigo, voy a transformarme en tu mamá, y te voy a permitir tener todas las parejas que quieras, si vos aceptas eso, en nombre del amor, el problema no es el amor que le das, sino lo que aceptás en nombre del amor, entonces tener problemas de pareja no es una cuestión de fe, yo reconozco que en este ministerio, las mujeres que conozco los martes y jueves, son mujeres de fe, que van en contra de todo, y logran todo lo que se proponen, por eso, cuando tenés un problema de pareja, no es un problema de fe, no es que te falta fe, es un problema de amor, que no sabemos cómo dar ese amor, y dijimos, que la fórmula para nuestras parejas era amarlos más, y necesitarlos menos, que tenemos que aprender a amar más a esos hombres, pero necesitarlos cada vez menos, y tener diferentes fuentes de pasión, para no depender y no estar mirándolo todo el tiempo a él, para ver si me da lo que necesito, o no me está dando lo que yo necesito...
Alejandra Stamateas
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Hoy les voy a hacer una propuesta especial, pero va a ser para algunas, para las que se atrevan. ¿Cuántas son atrevidas? Hoy vas a descubrir una nueva faceta tuya.
Encontré en las calles una publicidad y dije: “qué bien me viene para el tema que tengo que hablar”, una publicidad de algo muy rico, para las que les gusta: una barra con chocolate, y adentro viene con menta. Salió una publicidad nueva que dice: “Los años pasan y ellos siguen llevándose bárbaro: la menta y el chocolate.” Después dice: “…un extra que vos te merecés.” Y la verdad es que nos merecemos tener buenas parejas. Cuántas dicen: “yo me lo merezco.”
¿Cuántas han sufrido por amor? ¿Cuántas dicen: “la verdad que me equivoqué en la pareja”? ¿Cuántas sienten que se equivocaron, que cometieron un error en ponerse en pareja?
“Si no hay amor no gano nada.” Cuando elegís a tu pareja generalmente la elegís por dos motivos: o porque es muy parecido a vos, o porque es muy diferente a vos. Pensá… ¿por qué lo elegiste? Algunas lo eligieron porque son muy parecidos, “somos como dos gotas de agua, y que bárbaro: a él le gusta lo mismo que a mí, nos elegimos porque nos sentimos iguales”; o bien porque es el lado opuesto: “a él le gusta otra cosa distinta a mí, y eso me encanta.” ¿Cuántas eligieron porque eran iguales? y ¿cuántas porque eran totalmente opuestos?
Fíjense qué interesante: de lo primero que nos enamoramos es de lo primero que después nos desilusionamos. Generalmente nos divorciamos por lo mismo por lo que nos enamoramos. Por ejemplo: te enamoraste porque él era muy sociable, se daba con todo el mundo; después de unos cuantos años decís: “al final está todo el día con sus amigos y a mí no me da bolilla…” lo mismo que te unió ahora te separa. O decís: “a mí me gustó porque era un hombre muy trabajador y ahora decís que está todo el día en el trabajo, todo el día afuera, sólo piensa en trabajar. Por ejemplo, te enamoraste de él al principio porque decías: “es muy responsable y serio”, y ahora, después de tantos años, te parece aburrido; pero antes era responsable y serio. Te enamoraste porque era muy alegre: “él me divertía, me contaba chistes” y ahora, después de tantos años, el alegre se vuelve ‘un inoportuno que parece un payaso’. “Porque él era fuerte y protector” y después te diste cuenta que era un maltratador… De lo mismo que te enamorás es de lo que después te da ganas de separarte, ¿no es así? Ya sea parecido u opuesto, hay cosas en un momento del matrimonio que te resultan irritantes, tanto para vos como para él, que ya medio como que te molestan. Por ejemplo: la falta de comunicación, no sentirte acompañada, no estar de acuerdo en cómo educan o crían a los hijos, que él no te apoya en los sueños que vos tenés, que él no está siempre con vos, que no te entiende. Son cosas que, a medida que van pasando los años parece que nos molestan más y nos irritan más.
Quiero que pienses y recuerdes… ¿qué es para vos el amor?, ¿qué era para vos amar, aún antes de casarte o de tener una pareja? Por ejemplo, cuando pensabas en el tema del amor ¿qué sentías?, ¿qué imaginabas vos que era el amor? Por ejemplo: qué lindo era cuando te ibas a encontrar con alguien por primera vez; pero el hecho de hablar con tus amigas de ese encuentro –antes y después del encuentro– ¡¿no era más emocionante que el encuentro mismo?! Compartir todo eso: “¡no sabés!, me llamó, me dijo, me escribió, me voy a encontrar, me dejó un mensaje”…era lindo ¿no? Era eso el amor… ¿no parecía que eso era el amor? Ahora bien: nosotras lamentablemente tenemos muchos pre-conceptos acerca del amor y muchos esquemas, porque nos han hablado del amor en los cuentos, nos han hablado del amor en las telenovelas, en las canciones. Muchas veces tenemos una visión extremista del amor, y creemos que si no hay pasión no hay amor, creemos que el amor es pura pasión, y si no hay esa pasión ya no existe el amor. Y de pronto decimos: “bueno, en mi pareja no hay pasión, hay muchas cosas que se perdieron, y además como hay cosas que me irritan, yo creo que me equivoqué al casarme con este hombre.” Por ejemplo, decimos: “él antes no era así; o tal vez yo me casé muy joven y ahora maduré, crecí y lo superé a él, y lo que antes él me daba ahora ya no me sirve, no me alcanza, porque yo ya estoy más madura, más crecida, o tal vez me hice una imagen ficticia de él.” A veces queremos ver en otras personas lo que no son, pero lo vemos porque no queremos ver más profundamente; o nos casamos con poca información: lo conociste, dos semanas, te casaste en un mes, no lo conociste demasiado. O tal vez creías que ciertos rasgos de la personalidad van unidos y decías: “este hombre es re-simpático, y si es simpático debe ser inteligente”… y quedó en simpático, ¡pero inteligente no fue nunca! Claro, decís: “ciertas cosas vendrán unidas: si conozco esto de él, todo lo demás debe ser bueno”, y tal vez tenía solo una cosa buena que te mostró, y en todo lo demás era un desastre. Tal vez lo que vos hacías era pensar en cómo él te hacía sentir en ese momento, y no cómo él realmente era; porque a veces las mujeres nos engañamos: si nos hace sentir bien creemos que es bárbaro… y tal vez nos hace sentir bien porque sabe cómo hacernos sentir bien, pero al final el hombre es un desastre, no es bárbaro en nada, y entonces la relación se va desgastando.
Y ahora, ¿qué hago si pienso que me equivoqué? Podemos hacer tres cosas; y quiero que me entiendan bien: en este ministerio tenemos mujeres divorciadas, viudas, solas, o con ganas de tener pareja, mujeres que no quieren saber nada con un hombre…hay de todo; y en los mensajes a mí me gustaría tocar todos los temas, para todas. Pero a veces vamos tocando temas por sectores. El otro día tocamos el tema de los cuarenta, y no todas acá tienen cuarenta (¡todas tienen menos!), pero vamos tocando por áreas. Yo sé que esta palabra le va a servir a algunas mujeres, y otras me van a decir: “yo Alejandra definitivamente no quiero saber nada más con mi marido; yo ya estoy divorciada, ya decidí, y estoy feliz como estoy” Perfecto; yo no te voy a hacer cambiar de opinión. Le voy a hablar a aquellas que quieren que se produzca algo distinto en su pareja, y que se atreven a que pase algo nuevo. ¿Cuántas quieren que pase algo nuevo en su pareja? No con otra pareja; por eso es un desafío este mensaje.
Si sentís que te equivocaste, que todo va de mal en peor, que ya no lo conocés, que no se aman, que no se quieren, que no hay pasión, podés hacer tres cosas, tenés tres alternativas: podés abandonar la relación y buscar un nuevo amor: “ya está, no va más; busco un nuevo amor, abandono la relación.” Y hablamos la semana pasada que nunca teníamos que actuar impulsivamente, porque si actuamos impulsivamente esa decisión que parece buena después la lamentamos. La culpa que nos trae, la angustia, el dolor… en vez de ser algo bueno termina siendo negativo para nosotras y para nuestra familia. Hay mujeres que dicen: “ya está, ya se terminó; acá no pasa nada, ya no siento nada, él tampoco siente nada por mí, nos equivocamos, somos como el agua y el aceite; abandono la relación y busco un nuevo amor.”
Hay otras mujeres que dicen: “no importa cómo está la situación, yo me voy a quedar y voy a continuar la relación y voy a ver si puede surgir algo nuevo”, ese es otro grupo de mujeres; dicen: “yo me voy a quedar pero voy a hacer algo para que pase algo nuevo en mi pareja.” Es la segunda alternativa.
Y hay una tercer alternativa que es: “me quedo en la pareja, pero sintiéndome amargada y fracasada” o sea, me levanto con bronca en la mañana y me acuesto con bronca en la noche. Odio más, sigo odiando más, hasta que algo pase, pero me quedo porque siento culpa de terminar de esta relación, porque no me quiero ir con otra pareja, porque no quiero hacer todo de nuevo, porque no quiero que mis hijos estén mal.”
Son esas tres alternativas. La primera: abandono la relación y busco un nuevo amor. Segunda: continúo en la relación pero tratando algo nuevo. Tercera: continúo la relación pero sintiéndome herida, amargada, frustrada y llevándome por pensamientos negativos.
Si yo elijo esta tercera de quedarme pero amargada frustrada y mal, voy a hacerle trampa al amor, y te voy a explicar eso. Trampa, porque decidimos que me quedo en una situación de frustración, de enojo, de amargura, y voy a tratar de hacer todo lo posible para que él cambie; y eso es hacer trampa al amor, porque yo estoy queriendo amar a un hombre que es diferente al que tengo, por eso lo quiero cambiar. Y eso es hacer trampa al amor, porque no quiero amar a ese hombre, quiero que cambie; o sea quiero amar a otro hombre en el cuerpo de él, porque le estoy exigiendo que cambie. “¿Pero qué?… ¿no tiene que cambiar?” Sí, claro; yo puedo ayudar a la persona a que cambie; yo le puedo decir a una persona: “mirá, sería bueno cambiar esto” y ayudarlo a cambiar. Pero el cambio tiene que ser en la dirección que ese hombre quiera, no en la dirección que nosotras queramos; porque si ese hombre va a cambiar para hacernos felices a nosotras, ese cambio no va a durar nada; él no va a ser feliz y nosotras no vamos a ser felices. O sea, si un hombre decide cambiar yo lo puedo ayudar. Por ejemplo, tu marido te dice: “yo soy un poco tímido, y a mí me gustaría ser más desenvuelto”, ahí quiere un cambio él, en la dirección de desenvolverse mejor en su trabajo, o en lo que sea; bárbaro, lo ayudo. Pero si yo le digo: “tenés que cambiar y estar conmigo las veinticuatro horas, porque yo te quiero acá al lado mío”, él tal vez o no lo va a hacer, o si lo hace será para hacerme feliz a mí; y eso no nos sirve a ninguno de los dos. No sirve, no tengo que hacer trampa. Querer amar a otro hombre en el mismo cuerpo de mi marido es hacerle trampa al amor. Entonces no tengo que pedirle que él cambie. Decí: “puedo señalarle algo, pero no hacer campaña en su contra.” Una cosa es señalar algo y otra cosa es hacer campaña en su contra: “¡porque tu padre, vos sos así, y tenés que cambiar..!”, no, no. Mejor: “¿Hacia dónde vos querés cambiar?, ¿cuál es tu expectativa?, ¿cuál es el cambio que vos querés que se produzca en tu vida? Tal vez yo te pueda ayudar en algo, pero no voy a pretender que cambies algo que vos mismo no querés cambiar.” ¿Cuántas saben que hay hombres que no quiere cambiar ciertas cosas? Así como nosotras tampoco queremos cambiar tantas otras…
¿Cuál es la solución? Si irme con otro hombre me va a traer culpa, angustia, si lo hago impulsivamente –porque hay otras mujeres que lo han hecho y no les ha traído culpa, pero a mí me trae culpa, me angustia–; si tampoco la solución es quedarme así, esperando que él cambie y sentirme frustrada, entonces… ¿cuál es la solución? La segunda: quedarme, continuar en la relación y ver si surge algo nuevo; o sea, en lugar de quedarme amargada, quedarme con esperanzas, y encender –o ver si se puede volver encender– ‘la chispa del amor’. Porque todos tenemos que trabajar en el amor; si tenemos el mito de que el amor crece solo y se alimenta solo, “ya te casás y las cosas tiene que funcionar” esa es una gran mentira. Si nosotros no alimentamos el amor, si nosotros no hacemos crecer el amor, el amor se muere solo, se desvanece. Por eso en una relación de pareja siempre tenemos que hacer algo para que ese amor crezca. Y lo peor que nos puede pasar es creer que sabemos todo sobre nuestra pareja; hay un montón de cosas de tu pareja que no sabés, y hay un montón de cosas que tu pareja no sabe de vos, porque los seres humanos cambiamos todo el tiempo, no somos igualitos que a los veinte, cuando nos casamos, o a los dieciocho, o a los treinta; hemos crecido, hemos madurado. Por eso siempre hay algo por descubrir en el otro –que tal vez no lo queremos hacer–, pero siempre hay cosas para descubrir.
¿Cómo hago para continuar esa pareja que yo siento que no funciona, pero quiero quedarme y quiero ver si surge algo nuevo?, ¿cuál es la clave…? Te voy a dar una clave que va a ser primordial para poderte llevarte bien en tu relación de pareja: amarlo más y necesitarlo menos. ¿Cuál es la clave que le tenés que enseñar a tus hijas cuando se van a poner en pareja? ¿Qué tenemos que hacer entonces?: amarlo más y necesitarlo menos. Te voy a explicar qué significa esto; ésta es una fórmula que no te va a fallar nunca en la vida. Amarlo más y necesitarlo menos. “Pastora, ¿amarlo más… con todo el amor que le di?, ¡yo me maté!” Tu problema no fue el amor; tu conflicto de pareja no fue por el amor que le diste, sino todo lo que permitiste que te hicieran en nombre del amor. Tu problema no es que amaste a alguien –porque no hay nada más lindo que soltar amor, no hay experiencia más linda que amar a alguien– sino todo lo que permitiste en nombre del amor. Si para vos amar a alguien era decirle: “soy tu esclava, soy tu sirvienta, me podés tratar como quieras” fue un problema; las cosas que permitiste en nombre del amor; pero eso no tiene nada que ver con amarlo más, porque el amor no daña. El problema es lo que aceptás en nombre del amor. Amarlo más implica descubrir que dentro tuyo hay una mujer alegre, divertida, pasional y sensual, a la que –con los años– lo único que hiciste fue meterle tierra encima, pero que sigue estando dentro tuyo; eso significa amarlo más: poder sacar la mujer alegre, divertida, sensual y pasional. Decís: “¡pero no me sale!”… porque tenés que amar más. Acordate que amar no es soportar todo. Hay mujeres que se van con otro hombre porque dicen: “porque yo con él descubrí que todavía siento, que todavía me pasan cosas, que se me mueve todo adentro, que todavía puedo gustar”; esa mujer está ahí adentro tuyo; se desactivó en un momento, pero sigue estando; y tenés que activarla con tu pareja, porque por las broncas y rencores la tapaste y te sentís una mujer fría, que no podes dar amor, que no sentís nada, que las caricias ya no te hacen nada… tenés que volver a desenterrarla. “Tengo que sacar mi mujer pasional”, eso es amarlo más.
Yo les dije que este es un mensaje para un grupo nada más.
¿Qué es amarlo más? Significa ser más su compañera y menos su crítica. ¡Cómo les gusta a las mujeres ser maestras ciruelas, andar señalando todo!; porque nos adelantamos a las situaciones y ellos nos cuentan algo y nosotras ya estamos enseñándole: “ojo con aquello, esto lo hiciste mal, ¿por qué le hablaste así por teléfono?, no tenías que decirle eso a tu jefe”, porque somos mamás y maestras. Entonces: amarlo más significa ser más una compañera que una crítica; porque a veces nos transformamos en críticas, y ha pasado el tiempo y –por las broncas que tenemos, y por esa mujer pasional que hemos guardado– lo único que nos sale ahora es ser crítica de nuestra pareja, y vivimos criticándolo. No estoy hablando de ellos (que ya tienen su parte), estoy hablando de nosotras. Amarlo más implica sentirnos a gusto con él tal como es; y esto es lo más difícil que hay, porque –como dijimos antes, de hacerle trampas al amor– queremos amar en el mismo cuerpo a alguien diferente; y amarlo más es soltarle amor a ese hombre, que es así como es, con todos sus rayes, con toda su locura, con todas sus ñañas, amarlo así como es. Porque el amor no tiene que ver solamente con lo que tu pareja hace, sino cómo reaccionas vos frente a lo que tu pareja hace, qué interpretación le das a las cosas que él hace. Si vos por ejemplo ves que tu pareja está todo el día hablando con su mamá –tu suegra– y habla, y habla, y no se puede desprender; y decís: “no entiendo por qué está con ella, que le llena la cabeza, y toda la historia”…ahora ¿el problema está en lo que él hace, o en cómo vos interpretas la situación?, ¿no será que él necesita hacerlo?; ¿y por qué no lo podemos amar con esa debilidad? ¿Por qué te lo aguantaste al principio del noviazgo, y hasta la llamabas ‘mamá’ a tu suegra? (¡porque te lo querías enganchar!), pero eso de ‘mamá’ más bien es: “a esta vieja no la aguanto.” Amarlo más significa estar más atenta a cómo yo interpreto lo que él hace; y en verdad, si quiero amar más tengo que interpretar las cosas de una manera diferente.
Así que, ¿cómo se ama más?:
1) Re-enfocándome
Re-enfocarse es preocuparse menos por lo que hace nuestra pareja y concentrarse más en lo que nosotras necesitamos. Supongamos que digo: “él no me presta atención” y me concentro en que él no me presta atención, “él está en otra cosa, no me da bolilla, no viene a casa temprano, no me habla, no me entiende”; en vez de concentrarme en las actitudes de él, me tengo que concentrar en lo que yo estoy necesitando: “tal vez me sienta muy sola, y lo que necesito es algo que –tal vez– él no me lo pueda dar; pero lo tengo que conseguir por otro lado” …¡y no va a ser con otro hombre!, porque vas a caer en lo mismo: es una necesidad tuya y la vas a tratar de buscar en otro hombre que tampoco te la va a dar; porque la necesidad es tuya, decí: “la necesidad es mía.” ¿Cómo puedo darme compañía, estar ocupada, sentirme querida, sentirme amada, sentir que me dan importancia, desde otro lugar, bajo otra circunstancia?, ¿cómo me voy a proveer de eso que estoy necesitando? Porque es evidente que este hombre no me lo puede dar, porque es así. ¿Cuántas cosas le exigís a tu pareja que tu pareja no está en condiciones de darte, porque ‘no le da’ para dártelas? No le da el cuero para darte, no puede o no quiere, porque hay hombres que tampoco quieren, o lo que sea. Entonces ¿por qué vas a la misma fuente?, ¿por qué no buscas otra fuente, otra forma de satisfacer esa necesidad, que es tuya? Porque él no necesita de compañía… ¡la que necesita de compañía sos vos! Y no es engañándolo, buscando otro hombre, sino buscando otra pasión. Cuando usted dice: “a ver ¿qué puedo hacer yo para no sentirme tan sola y no tener que depender de que él me llame por teléfono, me abrace o me diga te quiero…?” Si usted encuentra la manera, usted vuelve a transformarse en una mujer llena de poder, y ya no le cuesta tanto soltar el amor, porque no está esperando nada, porque no es que usted ama para que el otro le cubra una necesidad; porque entonces se va a ver en crisis siempre, porque los otros no pueden cubrir todas nuestras necesidades. Y cuando yo siento que puedo buscar otra manera de no sentirme sola –por ejemplo– ahí yo empiezo a soltar el poder que hay dentro mío y me transformo en una mujer llena de poder; y ya no me da miedo arriesgarme a amar a esa persona tal cual es, sabiendo que tal vez justo eso ahora no me lo puede dar.
2) Re-enmarcar
¿Vieron cuando le ponemos otro marco a un cuadro? Si yo le cambio el marco lo veo totalmente diferente; puede ser mejor o peor; puede verse de más categoría o de menos, de acuerdo al marco que tenga. ¿Qué es re-marcar una situación de pareja? Es ver la situación desde distintos puntos de vista. Por ejemplo: “yo lo veo a mi marido sentado en el sillón, y yo lavando los platos; él es un vago que no hace nada”; ¡hace veinticinco años que venís diciendo que tu marido es un vago! O sea, a esa escena le ponés siempre el mismo marco; ¿cuál es el marco?: “vago; porque mi marido es un vago”; lo critico, le hablo a todo el mundo de que él no sirve para nada… y eso hace que yo me enoje más, que no quiera ser una mujer pasional, no quiero darle más amor; y yo cedo, cedo y cedo y siempre le pongo el mismo marco. ¿Qué tengo que hacer para amar más? Cambiarle el marco; interpretar esa situación de otra manera. Y acá tenemos que ser muy sabias… ¿Cómo voy a interpretar esa situación de otra manera? Por ejemplo: lo veo sentado
–como lo veo hace veinticinco años– sin hacer nada, pero ahora mi actitud cambia y digo: “¿no será que este hombre sabe disfrutar más de sus momentos libres?, ¿no será que él me está enseñando cómo debería disfrutar yo de mis momentos libres, y yo no lo puedo hacer, y por eso me da bronca que él lo haga?, ¿no será que él sabe lo que es pasar momentos de tranquilidad en el día, y de descanso, mejor que yo…?” Entonces, ¿qué hice ahí?: le puse otro marco… ¿no suena diferente eso? Darte cuenta que ese hombre –por ejemplo– no está ahí sentado en el sillón para dañarte la vida a vos; está tirado en el sillón porque le gusta estar sentado en el sillón; no lo hace en contra tuya; lo hace a favor de él. “¿Pero por qué está tirado ahí?, ya le voy a mostrar que es un vago… ahora no hago nada” ¡‘No hago nada’ no! Oime: no lo está haciendo en contra tuya, lo está haciendo a favor de él; en ese momento no quiere hacer nada, solo quiere descansar. Tengo que re-enmarcar esa escena. Nunca lo hace en tu contra; si pensás así de todo lo que ves que hace tu pareja… Él no lo hace en tu contra; lo está haciendo porque no sabe actuar diferente, y porque lo está haciendo a favor de él; pero eso no quiere decir que te lo hace para ‘refregártelo en la cara’ y para que vos sufras. Este mensaje es para algunas de ustedes…
Por ejemplo, la típica escena: abre el placard y dice “uuuy, no tengo una camisa limpia”, la mujer tradicional va a ir donde está el lavarropas, o la soga, y va a buscar una camisa, se la va a planchar… “hmm, acá la tenés” ¡¿Cuántas hicieron eso alguna vez?! Otra mujer va a decir: “¡yo no soy tu sirvienta!, ¿qué te creés, que yo te tengo que planchar las camisas? …a mí la pastora Alejandra me dijo que no tengo que hacer nada, y yo no voy a hacer nada”, y entonces él empieza a gritar, le seguís gritando, vos defendiendo tus derechos, él sigue gritando, él te prohíbe venir a la iglesia, a la reunión de los martes, porque dice que te están llenando la cabeza, “…y qué le vas a enseñar a tus hijos” ¡y se arma el desastre total por una camisa! A ver… ¿cómo re-enmarcamos eso? El hombre abre el placard: “no tengo una camisa limpia” “…ahá, es verdad, no tenés una camisa limpia… qué pena” ¡y respondés con simpatía! Eso es una forma de amarlo más: responder con simpatía frente a las situaciones en la que actuarías como una mujer tradicional, o irías como un gatito atrás haciendo todo, o lo harías como una mujer enojada y frustrada, peleándote y generando más peleas. Actuar con simpatía frente a esas situaciones es amarlo más; y no es ceder a lo que él quiere, porque no vas a ir corriendo a buscar una camisa limpia y planchársela para que la tenga; le vas a decir: “es verdad, no hay una camisa planchada.” ¿Te das cuenta qué simple? O sea: no necesariamente le tenés que resolver a él todo lo que él quiere, porque él y nosotras tenemos que entender que los demás no están para que les cumplamos las expectativas. Entonces vos no te podés enojar porque él espera que le planches la camisa; él podría enojarse por eso, y él puede seguir queriendo que le planches la camisa; lo importante es cómo reaccionás vos frente a eso. Él lo puede querer; vos tal vez te podés enojar por eso, pero tampoco vas a ir a atrás a hacérselo. Una cosa es la expectativa que él tenga, puede ser que él quiere que estés temprano en tu casa… ¿y por qué te vas a poner mal? Eso no quiere decir que vos estés siempre temprano. Ó él quiere que le cocines la comida como le cocinaba la mamá; esa es su expectativa… ¿está mal que tenga esa expectativa? Él lo aprendió así, y es la manera que él cree; y bueno, es su creencia. Eso no quiere decir que vayas y le hagas la comida como él quiere. Mirá si él quisiera que le cortes las uñas de los pies con la boca …¡es su expectativa! ¿Vos vas a ir a hacerlo? Pero tampoco te enojes por la expectativa de él; “a vos te hubiese gustado tener una mujer así; pero acá estoy yo.” Responder con simpatía no es ceder, no es pelearse; es amarlo más. Porque así podemos amar lo que esa persona es y no lo que debería ser. Yo tengo que entender que mi marido tiene ciertas expectativas con respecto a mí, con respecto a los hijos, con respecto a su trabajo, con respecto a la vida, y también una expectativa con respecto a Dios; tiene sus expectativas. Y yo no me tengo que enojar por las expectativas del otro, porque yo también tengo mis expectativas: “yo quiero que mi pareja me proteja”, esa es mi expectativa; ahora: hay que ver si él me quiere proteger.
¿Cómo le gusta amarte a tu marido? Eso es lo que tenes que aprender; ¿cuál es la manera que él siente que te expresó todo el amor del mundo? Porque hay hombres que les gusta amar regalando, sienten que cuando regalan te están amando; pero hay otros hombres que sienten que sentarse en el sillón al lado tuyo diez minutos es amarte, mirando la tele juntos; “estuvimos toda la tarde juntos vieja, qué bien que la pasamos.” Tenemos que descubrir qué es para ese varón amarnos a nosotras; tengo que descubrir cuál es el código de amor para él. Para él hacer el amor es darte un beso en la cara, hacer todo lo que tenga que hacer –…la regla de ‘los tres minutitos’– y dice: “…qué bien que la pasé gorda, me hiciste ver las estrellas” …¡y vos estabas esperando otra cosa! Porque tenías otra expectativa; pero para él fue la noche mágica; y decís: “¿eso es todo, no hay nada más?”, pero para él fue una noche espectacular; y vos decís: “ya no hay pasión en esta pareja”, y él te dio lo más que pudo, porque al viejo no le da más, te dio lo mejor que le salió esa noche; y él se sintió en el cielo, y se siente el macho; y vos decís: “¿esto era?”
En mi casa, a mi papá le gustaba todo lo grande: le traía los fines de semana a mi mamá veinte docenas de flores estrilipcias –esas que son laaargas– y todos los sábados mi casa parecía un cementerio, pero mi mamá no le decía nada porque era la manera que él sentía que amaba a su mujer: llevándole flores. Y mi mamá en vez de decir: “para qué gastas la plata en eso”, noooo, porque era lo que a él le salía. Mi papá era un hombre muy duro, entonces lo que le salía era llenar la casa de flores y demostrar de esa manera el amor, que no espere otra cosa mi mamá de él. Lo que ella esperaba –mi mamá– era una ‘revoleada por el aire’, y mi papá era duro, era griego, duro; era lo que él le podía demostrar del amor. Y mi mamá se acostumbró a eso, y en vez de decirle: “a vos te parece… la casa huele feo, ¡parece un cementerio!”, no le decía nada; recibía las flores, “gracias mi amor”, y nosotros decíamos: “oootra vez flores.” Tenemos que descubrir el código del amor; hay tantos miedos que tienen los hombres, hasta a veces no se atreven a decir cosas porque nos tienen miedo, porque hemos sido muy críticas y muy duras en la vida en vez de ser simpáticas. Decí: “tengo que ser simpática, tengo que dar más amor.”
Primero: tenés que amarlo más –que no tiene nada que ver con ceder todo–; si hay alguna mujer acá que está siendo golpeada, maltratada, insultada, vejada, eso no es amarlo más. Por eso te dije que no es para todas; eso lo tenemos bien claro: estamos hablando de las que están como perdiendo la pasión, pero sin embargo quieren quedarse y quieren que pase algo nuevo.
Segundo: necesitarlo menos. Tengo que amar sin necesitar, y tengo que saber bien la diferencia entre lo que es amar y lo que es necesitar a alguien. Una cosa es amar y otra cosa es necesitarlo, y yo tengo que amar más, pero necesitar menos. Para eso debo desarrollar diferentes fuentes de pasión distinta a los hombres; buscar muchas fuentes por donde puedo soltar mi pasión y mi energía; y poder recibir cosas. Por lo tanto, tengo que desarrollar esas fuentes de pasión, estar atenta a los diferentes placeres de la vida. Yo hablaba hoy en el programa de ‘Utilísima’ que muchas mujeres nos hemos olvidado –por ejemplo– de sentir placer al comer, porque todos los alimentos son prohibidos, “qué me voy a comer ese chocolate lleno de menta; qué me voy a comer tal cosa, qué voy a probar tal otra”, entonces la comida empieza a ser algo prohibido y nos hemos olvidado de comer. Chicas: no digo ‘meterte comida en la boca y reventar’, estoy hablando del placer de sentarte en una buena mesa, de servirte una rica comida, de prepararte algo que realmente te guste mucho, que puedas disfrutar de ese momento. O el placer de crear, el placer de dibujar, de pintar, de tejer, de coser, de pasear, de caminar por la calle, de mirar vidrieras …de lo que sea; el placer de ayudar a alguien, el placer de trabajar en una institución como voluntaria, el placer de servir al Señor; hay diferentes fuentes de placer y tenemos que volver a recuperar esas diferentes fuentes de placer. Porque sino vamos a creer que la única fuente de placer en nuestra vida tiene que ser ese hombre, y que ese hombre nos tiene que hacer felices y hacernos sentir bien. Decí: “tengo que estar atenta a lo que me da placer.” ¿Qué es lo que te da placer, de donde puede venir tu placer? Hace años que tal vez no hacés cosas placenteras; estás afanada en la vida, logrando esto, tratando de conseguir aquello, peleándote, preocupándote, diciendo: “esto no va más…” ¿y por qué no hacés algo durante todo el resto de tu vida que te cause verdadero placer? Tenés que buscar dentro tuyo qué es lo que te da placer verdadero, que digas: “lo disfruté un montón.” Por ejemplo: viajar, darse un baño de inmersión, estar ahí tirada, hasta que te arrugues como una pasa de uva; pero por placer. “Qué bueno, esto me hizo bien, y no lo estoy esperando de él.” ¿Estoy esperando caricias?, voy y me doy unos masajes en un spa, y listo. Entonces al otro lo necesito menos, y eso está bueno porque no voy a estar con el otro por pura necesidad, sino por amor; y ahí está la diferencia. Y así vuelve a surgir el amor en la pareja, no la necesidad. Si viene de él, ok; pero sino, no te preocupes; “yo sé donde ir a buscar lo que necesito” …¡y no estoy hablando de otro hombre!
Y por último, tengo que establecer un límite firme entre él y yo. Cada falla de él no es un reflejo de una debilidad tuya. Hay mujeres que cuando el marido comete un error se amargan y se angustia porque creen que es una debilidad ellas, porque las mujeres nos cuestionamos todo. Son esas mujeres que van a comer a un lugar y le viven pateando debajo de la mesa al hombre: “no hagas este gesto, cuidado, no digas esto” porque creés que esa debilidad de él es un debilidad tuya. Y ahí tenés que marcar un limite: él es él y yo soy yo; y si él se equivoca no tengo por qué corregirlo; si él se equivoca, él se está equivocando y él aprenderá. Yo puedo ayudarlo en la medida que él quiera cambiar, pero si él no quiere cambiar, entonces no soy yo quien lo tiene que cambiar.
Lo que más necesito para amar más a mi pareja, lo que más necesito es amarme más a mí; eso es una clave fundamental. Cuando yo me empiezo a amarme más a mí, yo empiezo a romper con el estereotipo del ‘príncipe azul’, de que tengo que tener al lado un hombre pasional, perfecto, que esté pendiente de mí todo el tiempo; empiezo a necesitarlo cada vez menos. Entonces me doy cuenta que estoy al lado de una persona real; rompo esa fantasía y dejo de vivir en la fantasía, porque la fantasía me sirve para motivarme al principio, pero después ya de fantasías no vas a avanzar. Rompé el esquema de ese príncipe azul, ese ideal, y así me doy cuenta que me casé con un hombre de carne y hueso, que tiene sus prioridades, que tiene sus caprichos, que tiene sus cosas, pero que es él, y lo que tengo que lograr es soltarle amor a él, no quererlo cambiar para que sea otro hombre en él; tengo que amarlo como él es.
El amor es como un ‘combo’, como un menú ya armado. ¿Cuántas viajaron en avión alguna vez? Las azafatas cuando te van a servir la cena te dicen: “¿pollo o carne?”, si vos elegís pollo te viene con arroz, y si elegís carne te viene con papas; no hay manera de que la carne te venga con arroz y que el pollo con papas; si es pollo, es con arroz; y si es carne, es con papas. O sea: si vos elegiste pollo, te va a venir con arroz y si elegiste carne, con papas …te guste o no. Así es la pareja: vos elegiste pollo, y te vino con el arroz; está en vos comerlo o no, pero no hay cambio; acá no podés hacer cambio… te vino con el ‘combo completo’: tiene cosas muy buenas –“mi marido tiene cosas muy buenas”– y tiene un poco de arroz, que a veces me lo tengo que tragar… ¡pero lo amo porque él es ‘mi pollo’!
Buscá tu manera particular de amarlo, amalo más y necesitalo menos. Vamos a decir esta fórmula que es maravillosa: amarlo más necesitarlo menos. Por eso yo insisto tanto en la independencia, que no es para separarte de los demás, es para poder unirte mejor a los demás, no por necesidad sino por amor. Es decir: “no te busco porque me tenés que pagar el alquiler”, “no te busco porque tengo que tener un hombre al lado que me cuide”, “no te busco porque me dijeron que me tengo que casar, y sino voy a parecer una solterona”, “no te busco porque vos me vas a proteger”, “te busco porque te amo.”
Porque de todo lo demás yo me busco mis propias fuentes y me hago cargo.
“Señor, vos sos la principal fuente de mi pasión, sos mi Papá; te amamos, sos la fuente de nuestra vida. Te amo, eso es simplemente, te amo porque me sale amarte, porque he decidido soltar amor sobre vos y porque no hay nada más lindo que cuando suelto amor.”
Dice la Biblia que el camino más excelente es el amor. Fijate qué bárbaro: el camino más excelente es el amor; si querés encontrar el camino excelente buscá el amor, porque Dios dice en 1ra Corintios 13: puedo hablar, puedo pasarme adorando al Señor, puedo adorar como los ángeles y pedir que Dios haga un milagro en mi pareja, o dice que hasta puedo tener una fe inconmovible de que Dios cambiará mi pareja (“yo sé que Dios cambiará y tengo una fe ‘a prueba de balas’ y sé firmemente que Dios lo va a cambiar”), o hasta puedo profetizarle a mi pareja y decir, “yo declaro que de acá a tres meses vendrá a la iglesia adorando, sirviendo al Señor, que va a dejar las manías, que se va a volver un hombre trabajador, siempre alegre, divertido” y le puedo mandar profecía, toda la que crea; y también puedo entender todo lo que pase –los rayes de él y los míos, el por qué no funciona la pareja–, puedo entender todo; hasta puedo ofrendar, “mirá, te voy a dar una ofrendita porque estoy orando por mi marido y te doy esta ofrendita, Dios me va a responder esta oración”, puedo dar; pero dice: “si no tengo amor, no soy nada, y nada gano”, si no tengo amor –que es el camino más excelente– no soy nada y no gano nada; o sea, acá no es ni la fe –este no es un problema de fe, el problema de pareja–, no es un problema que tengas que seguir dando, no es un problema de adoración; el problema de pareja es un problema de amor, que es el camino más excelente. Cuando nos atrevemos a soltar amor con simpatía, ver las cosas de otras maneras, sentir que las cosas no las hace por mí sino que son sus propias debilidades, entender que donde hubo fuego, cenizas quedan; porque dice 1ra Corintos 14: “el amor jamás se extingue”, está ahí, no es que no está, está dentro tuyo, lo que pasa es que no lo soltás porque te cansaste, te hartaste, pero está ahí dentro; porque el amor no se extingue, es el camino más excelente. Amalo más y necesítalo menos; sé cada vez menos dependiente de él, sé una mujer independiente. Aprendé a amarlo por lo que él es, soltale amor con simpatía. No tiene que ver con la fe que pongas en una relación, tiene que ver con el amor que logres soltar. Concentrate en lo que querés.
Hoy le decía a una persona: “en mi boca está el poder de la vida y de la muerte”, yo puedo hablar con mi boca y con mi boca puedo ponerle vida a la pareja que se está muriendo, o puedo con mi boca ponerle muerte a esa pareja que se está muriendo; va a depender de lo que quiera poner.” Vas a soplarle amor para darle vida, o vas a tener frustración, negatividad y el famoso ‘y pero si ya no funciona…’ Jesús nunca tuvo en su boca esa frase, porque para Él todo funcionaba, y para nosotras –mujeres de fe– todo funciona, ¿sabés por qué? porque hoy nos hemos dado cuenta que los problemas de pareja son problemas de amor, no son problemas de fe. Vos sos una mujer llena de fuerza, vos profetizás, vos das, vos sembrás, vos hacés de todo; pero acá no es cuestión de todo eso… hay que hacer todo eso, pero primero a través del camino del amor. Si sabés soltarle amor, las cosas se van a arreglar… no lo habías pensado tal vez.
Acordate: amar no es ceder siempre, no es dejarse maltratar, amar es decir: “soy simpática, te comprendo y te necesito cada vez menos; soy más independiente, pero te amo por lo que sos, no por lo que yo quiero que seas, no por lo que a mí me gustaría que fueras; te amo porque sos especial, humano; porque un día te elegí para que compartamos toda la vida.
El camino más excelente es el camino del amor. Dice 1ra Corintios 14: “empéñense en seguir el amor”; tenés que estar empeñada, obsesionada en seguir el amor; usted primero ame y después ofrende; profetice, adore, pero primero ame, suelte amor. El amor puro, ese amor puro: “yo te amo; no importa que no cambies”, suelte primero amor, y la base tiene que ser el amor. Es como cuando uno va a tomar un café de ‘Starbucks’, siempre te preguntan de qué lo querés, pero la base es café, siempre la base es café; le podés agregar crema, chocolate, canela; pero la base siempre es la misma. La base siempre es el amor; después agregale ofrenda, oración, ‘concilio de oración’ para ver si el hombre cambia… lo que quieras; pero la base es el amor. Y de todo lo que estés necesitando, buscá otras fuente de pasión. Tal vez eso él no te lo pueda dar, pero vos buscá otra fuente de pasión. Quiero que pienses… ¿qué estabas esperando de tu pareja?, –pensalo bien– …¿habrá otra manera de que puedas tener eso?, ¿habrá otra pasión por donde puedas ir a buscar eso que estabas necesitando? Pensá qué podrías hacer en estos días que te ayudará a soltar otra pasión, algo que siempre querías hacer pero que no lo hiciste porque estabas seria, esperando que él te diera eso. Hacelo, porque tenés que amarlo más pero necesitarlo menos.
Por Alejandra Stamateas
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¿Cuántas fueron engañadas por amor? ¿Cuántas fueron engañadas económicamente? ¿Qué te da cuando te engañan? ¡Bronca!
Vamos a descubrir un secreto espiritual para salir de la mentira. Las mujeres hemos sido engañadas por mucho tiempo, los hombres también han sido engañados, no solamente los hombres nos engañan, sino también otras mujeres ¿Cuántas fueron engañadas por mujeres? "Vamos a hacer un gran negocio, vos ponés la plata". Las mujeres sentimos que somos muy vulnerables al engaño.
¿Cuál es la mentira que más recordás?. Yo me acuerdo que hace muchos años en un programa que daban por la tele "Buenas Tardes Mucho Gusto", dicen que Papá Noel no existía y mi creencia era que Papá Noel existía. Me entero a través de ese programa de la verdad, y me quedo mal, porque sentí que mis padres me habían engañado siempre, y esa mentira me quedó, me había afectado. ¿Cuál es la mentira que te dijeron que más te dolió?, porque tal vez te han dicho muchas mentiras, no todas te dolieron tanto, la mentira siempre duele al descubrirla, pero no todas duelen tanto como una en especial.
Esa mentira del programa me pasó, pero hay una que me acuerdo de mi mamá. Ella se iba al cementerio para llevarle flores a mi abuelo, entonces yo le digo: "Mamá ¿ puedo acompañarte?" porque a mí me gustaba acompañar a mi mamá a todos lados, mi mamá hacía compras, iba una cuadra, y yo tenía que ir con ella, y mi mamá me dijo: "Sí, dale vestite y te venís conmigo", pero ella aprovechó para irse sola, y cuando yo salí ya no estaba; y esa mentira me dolió más que otras, porque en esa mentira yo me sentía abandonada, sentía que tenía que ir con ella, pero ella me había abandonado.
Hay mentiras que te dicen durante la vida que no te afectan tanto, pero hay otras que tocan algo muy profundo en tu interior y te afectan mucho más.
Las personas ¿por qué mentimos?
- Mentimos por miedo a decir la verdad.
- Por miedo a las consecuencias de decir la verdad.
- Por inmadurez.
- Porque creemos que mentir nos protege.
- Por irresponsabilidad.
- Por miedo a herir con la verdad.
- Y porque al principio resulta más fácil mentir que decir la verdad.
Pero por sobre todas las cosas mentimos para proteger nuestra imagen, no queremos que nuestra imagen quede al desnudo, no queremos que nuestra imagen delante de los demás caiga, y mentimos para sostener una imagen.
¿Te acordás de una mentira que vos hayas dicho? ¿Cuál de todas las mentiras que dijiste te trajo más culpa? Porque uno puede mentir y no pasa nada, no sentís nada, pero hay una mentira que tal vez dijiste y te trajo más culpa que otras mentiras; porque mentimos y nos mienten.
La mentira la usamos porque es un lenguaje infantil que supuestamente nos saca de un apuro, y tenemos que aprender a superar la mentira, tenemos que aprender a desterrar la mentira de nuestra vida, tanto las que decimos como las que nos dicen.
"Hoy voy a recibir poder para desterrar las mentiras de mi vida"
¿Estás dispuesta a dejar de mentir? ¿Estás dispuesta a dejar de recibir mentiras? La pregunta más importante para hacerte es ¿Por qué miento? ¿Sé por qué miento?, esa es la principal pregunta que tenés que hacerte en la vida ¿Por qué mentís?, porque si vos sabés por qué mentís, tal vez puedas entender por qué el otro también miente, y si vos podés lograr cambiar, porque descubrís por qué estás mintiendo, el otro también va a cambiar, porque vos ya descubriste la clave.
¿Cuántas veces te encontraste diciendo mentiras por costumbre? ¿Cuántas veces te encontraste diciendo mentiras para zafar de algo? por ejemplo: "No tengo monedas" y las tenés, y esa mentira ya no te produce angustia, culpa, nada, ya sos una psicópata de las monedas porque no sentís nada, no tengo ganas de buscar las monedas hasta que encuentre una moneda en la cartera, y aparte me las guardo para el colectivo, decís sin culpa: "No tengo". Cuántas dijeron: "Hoy no comí nada en todo el día". Cuántas dijeron: "No tengo tiempo" para zafar. Tenés el tiempo del mundo, en vez de decir "no tengo tiempo para eso que me pedís", decís "no tengo tiempo", o: "Tardé por culpa del tránsito", y das explicaciones, o decís: "Decíle que no estoy", y son mentiras que no te angustian, están ahí, son parte de tu vida y vos decís "Con esto vivimos, qué le vamos a hacer".
Después están las otras mentiras que vos te hacés la buena: "Y cómo le voy a decir que esa pollera le queda corta, esa bota roja le queda mal, cómo le voy a decir eso, no puedo" ¿ por qué? porque no te atreves a decir la verdad, entonces vivís mintiendo. Hay muchas mentiras en tu bolsillo.
La mentira, es una cárcel porque a cada mentira que vos decís, le tenés que ir sumando más mentiras para sostener la primer mentira que dijiste, si vos decís "no tengo monedas" y las tenés, y se te llega a caer una, tenés que volver a mentir para darle la explicación a la persona que le dijiste que no tenías monedas, "¡Ah, si!, pero era una que me apareció" y volvés a mentir para sostener la primer mentira.
Por eso alguien dijo: "Di la verdad y nunca tendrás que recordar lo que dijiste". Se acuerdan que el pastor Bernardo dijo que uno no tiene que usar la verdad para lastimar a los demás, es preferible hacer silencio, no contestar, pero decir la verdad "esas botas te quedan un desastre", no, no, no, yo no tengo que usar la verdad para herir, yo lo que tengo que hacer es ser sincera conmigo misma, tengo que despojarme de todas aquellas cosas que hago comúnmente y que tal vez me estén trabando alguna bendición, porque la mentira es una cárcel.
Jesús dijo:"Conocerás la verdad y sólo la verdad te hará libre", porque la mentira te encierra en una cárcel, y la única manera de salir de esa cárcel es conociendo y hablando verdad, debo conocer y debo hablar verdad. El que miente tarde o temprano cosecha el fruto de su mentira. Tarde o temprano si vos soltaste una palabra de mentira, una palabra mentirosa, eso fue lo que sembraste y lo que vas a cosechar es más mentira.
Hay mujeres que viven mintiéndose a sí mismas, "El mes que viene..., no él es un hombre bueno, nunca me va a engañar,... él nunca me sacaría un peso...no esa mujer, yo sé que es una buena mujer, y va a ser una buena socia para mi negocio", y no quieren ver la verdad porque se mienten a sí mismas. Y cada vez que vos sembrás una mentira, ya sea en vos o en los otros ¿qué cosechás?
Si siembro mentiras, cosecho mentiras.
La mentira es como una espada de Damocles sobre tu cabeza, te da cierta sensación de poder, de que lograste algo, de que con esa mentira zafaste de una situación.
¿Sabés qué era la espada de Damocles?, cuentan que había un rey que tenía un sirviente que siempre decía: "Esto de ser rey es muy fácil, cómo puede ser que viva con tantos lujos, yo quisiera saber si todo el mundo pudiera vivir así, la vida de rey es una vida cómoda", entonces el rey le quiso dar una lección, y le dice: "Muy bien, en la próxima fiesta, el gran banquete que tengo, en lugar de ir yo vas a ir vos como rey y te vas a sentar en mi silla, en la silla del rey, y vas a disfrutar de esa comida y vas a estar esas horas siendo el rey"; entonces él se puso muy contento, y se sentó esa noche del banquete en la silla del rey y comió todo lo que había en la mesa, pero cuando alzó los ojos, había colgando una espada que estaba agarrada solamente de un pelo de crin de caballo, y la espada desnuda, afilada, se suspendía sobre él y en cualquier momento se podía caer, y él dijo: "Prefiero no ser rey", de esta manera el rey le demostró que ser rey no era solamente tener esos lujos, sino que era estar siempre a filo de espada, que en cualquier momento él tenía que soportar cualquier cosa, y este sirviente nunca más quiso ser rey.
Yo quiero decirte que la persona que miente tiene una espada sobre su cabeza, parece que te da poder, parece que te hizo zafar, zafaste por una semana con esa mentira, zafaste tres semanas, zafaste de que tu esposo te echara a la calle, o que tu esposa te echara a la calle, zafaste de que tus hijos no te siguieran preguntando sobre cierta situación, pero es como una espada de Damocles, porque toda mentira sale a la luz , lo que te da la mentira es algo efímero y peligroso.
¿Cómo podemos detectar mentirosos, chantas y manipuladores? ¿Cuántas se encontraron con esa clase de personas?
Sería bueno tener como una especie de chicharra. Por ejemplo: yo me acerco a una persona y me suena la chicharra, "es mentirosa" ¡qué bueno que sería tener un detector de mentiras! que lo pudiéramos llevar nosotros todo el tiempo en el bolsillo y poder saber si esa persona es una chanta, una mentirosa, o una manipuladora.
Como no podemos saber eso podemos buscar algunos indicios, podemos investigar un poquito, podemos darnos cuenta de algunas características que tiene una persona que es mentirosa, y podemos tomar varias actitudes hacia la mentira.
Cuando nos han mentido no queremos que nos mientan nunca más, entonces lo que podemos hacer es no creerle nunca más a nadie ¿podés vivir no creyéndole nunca más a nadie? no, y tendemos a creerle a la gente. O lo que podemos hacer es estar a la defensiva siempre "No, porque ésta me va a mentir, no, éste me va a versear, no, ésta está loca, no me va a decir la verdad", entonces nunca nos arriesgamos, porque cada vez que alguien nos ofrece algo vamos a estar a la defensiva, diciendo: A mí, otra vez, no me van a engañar".
-Otras de las actitudes que podemos tener, es cerrarnos a todo el mundo por miedo. Entonces te movés sola, te manejás sola, te cortás sola en la vida, porque no querés tener un socio, tener una socia, no querés tener una amiga para que no te mienta, no querés tener una pareja porque ya hay un montón que te mintieron y te traicionaron entonces te arreglás sola ¿se puede vivir así? O podés aprender técnicas para reconocerlo, eso está muy bueno pero a veces la técnica te falla y te falla porque a veces la emoción es más fuerte que la razón. Lo razonaste, lo aprendiste, pero cuando estás frente a la emoción, la emoción tiene más fuerza y esa técnica ya no te sirve.
O la otra actitud que hacen muchas mujeres es frente a la mentira de los demás no hacer nada, mantener la verdad alejada de vos," prefiero que me mientan, a que me digan la verdad". Hay muchas mujeres que viven así, prefieren la mentira a la verdad, prefieren no enterarse de la situación en la que están los hijos, prefieren creer que tienen una familia espectacular, prefieren negar que con el marido pasa algo, prefieren negar que económicamente están mal porque prefieren seguir manteniendo su nivel económico, y hay muchas mujeres que alejan la verdad de su vida porque le tienen miedo a la verdad, y ya se acostumbraron a la mentira.
Yo debo mantener cerca la verdad y debo alejar la mentira ¿dónde tiene que estar la mentira? ¿dónde la verdad?, la mentira, la verdad.
Tenés que mantener la verdad cerca de tu vida aunque la verdad te duela, aunque te sea difícil reconocer la verdad. Cada vez que vos conocés la verdad, la verdad te hace libre. No hay nada más lindo que vivir en libertad, no hay nada más lindo que experimentar la verdad. No te metas en la mentira, no te metas en el engaño, cada vez que venga a tu mente la posibilidad de decir una mentira, enseguida tenés que reaccionar ¡no! me voy a manejar con la verdad, yo puedo resistir esto, me voy a manejar con la verdad. Cuando alguien te mienta, sacá a luz la mentira, no la sigas tapando, vamos a resolver esto, vamos a arreglar esto, vamos a ver esta situación, no tapes, porque entonces te metés en la cárcel más profunda, y Dios te hizo para que vivas en plena libertad.
¿Qué podemos hacer con la mentira?
Podés encomendarte a Dios, el Salmo 31: 5, dice: "En tus manos encomiendo mi espíritu" pareciera una frase pasiva, me mintieron, yo no sé qué voy a hacer. No sé que va a pasar en esta situación, entonces Señor hacé algo vos. Pero esa frase no es una frase pasiva, cuando vos decís: "En tus manos encomiendo mi espíritu", lo que estás haciendo es un acto de guerra espiritual, y no de indiferencia pasiva. Lo que pasa es que hemos interpretado esta frase como que yo me suelto, y esa es una gran mentira; cuando nosotros decimos "en tus manos encomiendo mi espíritu" estamos involucrando a Dios en medio de nuestro conflicto; y cuando involucramos a Dios en ese acto de injusticia personal inmediatamente se produce una reacción de parte de Dios y se produce la liberación en el mundo natural, por eso no es un acto de pasividad, es un acto de guerra espiritual agresivo: "Señor, metéte en el medio de la injusticia , metéte en el medio de la mentira, accioná y liberáme en el nombre de Jesús"
¿Cuáles son los resultados de hacer esta guerra espiritual, de decirle: "Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu"?.
Dios me dará fuerza emocional frente a la mentira. Pablo, oraba y decía, "que seamos fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu".
Vos tenés el resultado de encomendar tu injusticia a Dios, es que vas a empezar a ser una mujer fuerte en el área de las emociones, hay un poder que está al alcance de nuestra mano, que es un poder que Dios nos ha dado para fortalecer nuestra mujer interior, nuestra mujer interior habla del mundo interno, del mundo de las emociones que a veces se ha debilitado frente a tanta mentira, frente a tanto abuso, frente a tanto engaño, esa mujer interior está débil, no tiene fuerzas para seguir, no tiene fuerzas para salir adelante, pero hay un poder reservado para las hijas de Dios que se atreven a meter a Dios en el medio de la injusticia, que dice: "Yo sé que tengo este poder para fortalecer mis emociones y para enfrentar la mentira y salir de la cárcel de la mentira". Yo voy a ver la verdad y no voy a ser nublada por mis emociones.
¿Saben por qué las mujeres somos más vulnerables al engaño? porque vivimos por necesidades en lugar de vivir por fe; "Necesito que alguien me hable", entonces cualquier versero que te diga una palabra de amor se la vas a creer y te va a terminar engañando, porque vivías por tu necesidad de que te hablen. Cualquier hombre que venga y te diga "Te amo, sos hermosa", como vos lo necesitás tanto, se lo vas a creer y no vas a poder diferenciar si es verdad o mentira, porque te estás moviendo por necesidad, no por fe. No me tengo que mover por necesidad; si tu necesidad es económica y vos estás necesitando que alguien te preste plata, la primer mujer que te diga: "Yo tengo ahorrado unos pesitos, vamos a hacer una sociedad", le vas a decir que sí, sin darte cuenta si es una buena persona o te está mintiendo porque estás nublada por tu necesidad, y tu necesidad y tu emoción no tienen que nublarte; vos tenés que encontrarte con la verdad. Cada día que camines tenés que enfrentarte a la verdad de la vida porque una vez que vos sepas la verdad, vas a tener libertad para actuar; hasta que no sepas la verdad, vas a seguir cegada y metida en una cárcel que no te va a permitir avanzar.
No tengo que vivir por necesidad.
Si vos necesitás que alguien te escuche porque en tu casa nadie te escucha, a la primer persona que te de cinco minutos de atención le vas a entregar toda tu vida, porque te estás moviendo por necesidad. Si vos necesitás un contacto de oro, la primera persona que te diga: "Yo soy amigo del presidente" te va a enganchar y no verás ningún otro detalle porque te estás moviendo por la necesidad de tener un contacto importante, y vos no tenés que moverte por necesidad ni por emociones.
Hay mujeres que cuando la emoción está involucrada parece que desconectan el cerebro, no pueden pensar, dicen: "No, no me sale nada, no sé qué hacer, cómo moverme", es como que hicieron un clic, desconectaron, apagaron el cerebro y ahora se guían por las emociones, lo que siento, lo que me gusta, lo que no me gusta, lo que necesito, lo que no necesito, lo que me hace llorar, lo que me hace reír, y vos no podés moverte por emociones, vos tenés que usar emociones y cerebro a la vez, para eso Dios nos dio todo, para eso estamos completas en Cristo Jesús.
Cuando metés a Dios en el medio: "En tus manos encomiendo mi espíritu", él te va a enseñar que la máxima opinión sobre tu vida la tiene Dios. David decía "Yo sé que Dios está por mí". Hay mujeres que le tienen miedo a Dios, hay mujeres que hacen las cosas por miedo: "Dios me va a castigar, me va a matar, mentí y Dios me va a sacar todo, me voy a quedar en la ruina, no voy a tener nada", y Dios quiere tu bien, Él quiere verte crecer, Él te quiere ver prosperada. Dios no quiere tu mal, no te va a enviar mal, entonces no te autoboicotees. El problema que le pasa a muchas mujeres es que están escuchando la opinión de la gente todo el tiempo y le creen a todo el mundo. No le creas a todo el mundo. Vos tenés que saber que Dios está por vos y cuando venga alguien a decirte: " Dios te va a castigar por eso que dijiste", vos le tenés que decir "Dios está por mí". Cuando alguien venga y te diga: "Ahora vas a caer en una maldición", vos le tenés que decir: "Dios está por mí", cuando alguien venga y te diga te hice un trabajo de brujería y te voy a separar de tu pareja, vos vas a decir:"Dios está por mí".
Nosotras no huimos de las situaciones, las enfrentamos, porque sabemos que Dios está por nosotras, porque lo incluimos a Dios en nuestra injusticia, aunque estés pasando una injusticia, me mintieron, me engañaron, me sacaron dinero, mi marido se fue con otra, me dijeron que había dinero y estábamos viviendo en la bancarrota, hay una injusticia , Dios, en tus manos encomiendo mi espíritu, hacemos guerra espiritual, juntos ahora, metéte en el medio de mi injusticia y accioná algo poderoso para que yo tenga libertad de esta mentira. Porque el que te dijo la mentira, está condenado por esa mentira, pero te envolvió a vos en el mismo espíritu mentiroso y te perjudica, por eso vos tenés que salir rápido para estar en plena libertad. No, no, no, yo con mentirosos, no, mentira, no, porque me tira me encierra en una cárcel, o hablamos verdad o no hablamos más. Vos tenés que hablar verdad con la gente, no le digas a tu líder que no pudiste venir porque tuviste el nene enfermo, porque tu nene se va a terminar enfermando si eso es una mentira, porque ataste a tu nene con esa mentira; no, no pude venir porque no tenia plata, y si eso es mentira, ataste a toda tu familia en la pobreza. Vos generás tu mundo, y eso que decís tiene poder, y envolvés con la mentira todo el mundo, los encerrás en una cárcel; No, no vine porque me sentia mal, y si es una mentira que te sentías mal, te vas a terminar sintiendo mal en algún momento, porque te ataste vos, no porque Dios te castigue, " Dios te castigó porque mentiste" ¡No!, vos solita te ataste con la palabra de tu boca, vos solita te ataste en la cárcel de la mentira y no sabes cómo salir, y la única manera de salir es diciendo la verdad. Cuando vos hablás verdad vos sos libre, sin lastimar a nadie, sin herir a nadie, sin hacerte la maestra ciruela de nadie. Vos decís, yo voy a ir con la verdad porque yo me merezco hablar verdad y yo me merezco recibir verdad en mi vida, porque la verdad a mí me ha hecho libre.
Y por último
Cuando metas a Dios en el medio de tu injusticia, Dios va a salir al encuentro de los que te mientan, dice el Salmo 27:2 "Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron", tropezarán y caerán. ¿Con quienes tropezaron los enemigos? con Dios. Si vos metés a Dios en el medio de tu injusticia, ellos, los mentirosos, se tropezarán con Dios porque Él es la verdad, esa es la piedra de tropiezo, se van a tropezar, vos vas a quedar levantada de pie, pero ellos tropezarán. Tropezaron con la verdad.
Dice la Biblia que había una prostituta a la que iban a apedrear porque se había acostado con un hombre; a él no lo trajeron, la trajeron a ella, a él lo dejaron libre y cuando le preguntaron a Jesús si había que apedrearla porque así dice la ley, entonces Jesús se inclinó a tierra y dijo "El que esté sin pecado que tire la primera piedra", dice que de los más viejos a los más jóvenes se fueron yendo de a uno. ¡Mirá si el Señor hace esa pregunta acá! "La que nunca pecó, la que nunca mintió, tire la primera piedra"... y se fueron yendo.
Me gusta porque todos esos tropezaron con Jesús que es la verdad; y Jesús le dijo: "¿Dónde están los que te maltrataban, dónde están los que te acusaban?" porque no había nadie. Cuando alguien quiera venir a tu vida a mentirte, para dañarte, se van a tropezar con Jesús porque vos metiste al Señor en medio de esa injusticia que hicieron en tu vida, y Él te dará la plena libertad.
Cuando alguien venga a tu vida a mentirte, a engañarte, a estafarte, vos podés decir: "En tus manos encomiendo mi espíritu", eso quiere decir me pongo en un acto de guerra espiritual, yo sé que vos vas a accionar Señor, yo sé que vos me vas a dar la libertad de esta mentira, yo sé que no voy a estar en la cárcel de una mentira donde cualquier persona me quiera tener. Esa gente se va a tropezar con el amor de Dios, el amor que Dios te tiene a vos, tropezarse con el amor que Dios te tiene es tropezarse y romperse la cabeza porque Él te ama tanto. Que nadie te toque, porque el que te toca, toca la niña de los ojos de Dios, que nadie se atreva a maltratarte, ni a tocarte, ni a mentirte porque se van a tropezar con el amor que Dios te tiene a vos, que es grande y es precioso.
Estamos protegidas por el amor de Dios.
El amor de Dios es como un filtro, como un colador, todo lo bueno pasa por tu vida, toda la bendición pasa para tu vida, y lo malo, la maldición y lo negativo, queda arriba, no puede pasar, queda ahí en el colador, no pasa, eso es el amor de Dios. El amor de Dios hace que todo lo bueno, toda le bendición que te corresponde, todo lo que te pertenece, todo lo que te sacaron, va a ser para tu vida y todas las mentiras, todas las traiciones, todos los fracasos, todo eso queda arriba y no puede pasar, ese es el amor de Dios. ¡Te ama tanto el Señor! A mí me gustaría que puedas experimentar eso. David lo sabia, él sí que usaba buenas palabras para expresar el amor que Dios le tenía. Dios está por mí, Dios no está en contra mía, Dios no va a venir con un castigo por haber mentido, ese castigo me lo busco yo, por no querer encontrarme con la verdad, por tenerle miedo a la verdad, no tengo miedo de hablar con mi boca, Dios está por mí.
Por eso cuando venga la traición, el engaño y la mentira a tu vida, tenés que decir: "Señor en tus manos encomiendo mi espíritu".Y yo te puedo asegurar que todo el cielo se va a empezar a mover a tu favor.
No te estoy diciendo que tenés que hacer todo lo que el mundo te diga, lo que la gente te diga, si vos tenés monedas en el bolsillo pero no se la querés dar, decile," la verdad no te las voy a dar, porque las estoy guardando para el colectivo", si querés darle explicaciones, y sino, no le digas nada, acostumbrate a eso, no digas nada, para decir y que sea mentira, es preferible no hablar, te van a tomar como una maleducada, y bueno, una cosa es ser maleducada, y otra mentirosa. Es preferible no hablar, a hablar mentira. Si vos no querés decirle algo a tu marido, no le digas una mentira, decile: "mañana veo si lo hablo", porque tal vez mañana quieras decirle la verdad, hoy no estés dispuesta porque no estás en el día para decirle eso, pero mañana sí, entonces a él no le estás mintiendo, estás esperando el momento oportuno, no todo lo que no decís es mentira, son tiempos que te tomás, pero vos tenés que saber que de tu boca cuando te decidas a hablar, tiene que salir la verdad, no le mientas a tu líder porque vos terminas perdiendo, no tu líder, tu líder te acepta la mentira , no le mientas a tu pastora, andá con la verdad que es más linda, que siempre te trae libertad, andá con la verdad a tus hijos, no te estoy diciendo que tenés que confesar tus cosas, no, si hablás que de tu boca salga verdad, porque vas a incluir a todos los tuyos en la libertad, porque conocerás la verdad, y sólo la verdad es la que te hará libre.
Estamos viviendo en un tiempo de gracia, no estamos viviendo bajo la ley. Dios no es tu juez, sino tu abogado. Dios defiende tu causa. Dios en tiempo de gracia no es juez, es abogado, es defensor de nuestra vida, de nuestros derechos cuando son injustos con nosotros. Hay bendiciones que vos tenés atrapadas por la mentira, porque la mentira es una cárcel, y tal vez haya sido mentira lo que te dijeron y vos aceptaste, y no quisiste ver la verdad, o no te diste cuenta que te mintieron. Estás atrapada y están atrapadas tus bendiciones porque no las podés ir a buscar. Tenés que saber que hay momentos de liberación, y tenés que usar este momento de oración y meterte en ese tiempo de liberación para que todas las bendiciones que están atrapadas puedan venir. Hay mujeres que nunca mintieron, pero a las que le mintieron ¿Qué hago con eso?, la que pierde algo por obediencia a Dios, porque muchas no dijeron nada porque creyeron que estaban obedeciendo, hicieron silencio frente a la mentira, y yo quiero decirte que vos tenés autoridad para reclamar eso, que lo que te sacaron a través de la mentira, te va a ser devuelto, vos tenés autoridad, pero tenés que meterte en el tiempo de la liberación. Tenés que decir: "Señor, yo me meto en libertad, yo hablo verdad conmigo misma, y vos sos la primera que tenés que hablarlo. Dejá de mentirte a vos misma, preguntáte ¿por qué te estás mintiendo, quién gana con la mentira? nadie, metéte en tiempo de liberación y reclamá a aquellos que están encerrados con vos en la cárcel de la mentira. Es tiempo de tomar la bendición que está en la plena libertad, tenés que vivir las bendiciones en libertad; porque podés vivir una bendición cuando estás en la cárcel, y no es lo mismo, porque no es bendición completa, la bendición la tenés que vivir en libertad, por eso habláte verdad a vos.
Encomiendo mi vida, mi boca, mis ojos, todo mi ser a tu verdad y declaro que tengo poder dentro mío para fortalecer mi mujer interior. Yo declaro que me alejo de la esclavitud de la mentira, y traigo a mi vida, acerco a mi vida la verdad, porque solo la verdad me hará libre. Me declaro libre, confieso con mi boca verdad en el nombre de Jesús. Amén.
Por Alejandra Stamateas
A veces nuestra familia parece la familia de "Los locos Adams". Mi familia es "...muy normal". Cada familia es única e irrepetible; cada familia tiene una identidad. ¿Cuál será la identidad de tu familia? ¿Cómo conocerán en tu barrio a tu familia? ¿Con qué identidad? "Uh, esa es la casa de los locos", "la casa de los borrachos", "la casa de los que cantan todo el día", "la casa de los evangelistas". Cada familia tienen una identidad, hay algo que los caracteriza, hay una característica especial, particular y única. Se han estudiado distintos tipos de familia disfuncionales; no es que están enfermas, sino que no son como la familia clásica; pero en realidad son más común de lo que nosotros nos imaginamos. Por ejemplo: Familias de tres generaciones
Son esas familias donde conviven una abuela, una mamá y una hija o un hijo; son tres generaciones juntas. Hay conflictos porque no se sabe bien dónde está la autoridad; ¿quién toma las decisiones?, ¿quién mantiene la casa?, ¿quién es la jefa de la familia? Un hijo se pone de parte de la abuela o de la mamá, otro queda un poco descolgado, afuera. Por eso se la considera una familia disfuncional. Familias con soporte
Son esas familias numerosas, muy grandes, donde generalmente los hijos mayores cuidan a los más chicos, y esos hijos mayores entran en crisis porque no se consideran dentro del núcleo de hermanos, ellos no pueden verse como un hermano más, porque muchas veces tienen que cumplir con la función de papá o mamá. A la vez la autoridad está dividida, porque los hermanitos no les hacen caso, y los padres a veces tampoco le dan toda la autoridad a esos hijos, así que son hijos que se quedan siempre en el medio. Familias acordeón
Es cuando uno de los padres permanece fuera de la casa por mucho tiempo, por viajes, por trabajo, por negocios; y toda la responsabilidad recae en uno de los padres. El problema es que muchas veces los hijos hacen alianzas con el papá o con la mamá que se queda en la casa, y rechazan o no pueden incorporar al otro cuando regresa de su viaje. Familias con padrastros o madrastras
Es una familia extendida, donde hay ex de acá, ex de allá, hijos de un lado, hijos de otro lado. Es muy difícil a veces integrar a cada uno de esos integrantes o ex-integrantes de la familia, y hay que tener en cuenta que todos son parte de la familia, que todos existen y cada uno tienen un grado de autoridad diferente. Tal vez para los propios hijos puede ser muy importante su mamá, pero para los nuevos hermanos esa mamá no es importante, sino su propia mamá, que no vive con ellos. Los hijos de uno y los de otro... Familias con un fantasma
Es cuando hubo una desaparición, un abandono, o una muerte extraña en esa familia; la crisis está en quién ocupa el lugar de esa persona, los roles y la actividad que hacía esa persona que ya no está; se tiene que armar una nueva estructura familiar y eso resulta muy difícil. Familias descontroladas
Cuando uno de los miembros no puede controlarse: el nene que tiene rabietas y es un tirano, porque con sus rabietas domina a toda la familia, no hay manera de detenerlo, se hace lo que el nene quiere; es tan tirano, tan caprichoso, que termina dominando a toda la familia. Los profesionales dicen que ese nene 'se subió a los hombros' de uno de los papás; ahí hay problemas de pareja, se van robando la autoridad; entonces el nene aprovecha y desde arriba ("mamá me deja, o papá me deja") simbólicamente se sube arriba de los hombros de uno de los papás, y desde ahí ejerce autoridad. Tal vez los cónyuges viven descalificándose mutuamente, entonces ninguno puede ponerle un límite, y ese hijito es el que termina dominando a toda la familia. Familias en proceso de disolución
Son las que están a punto de separarse y a veces los hijos se transforman en botín de guerra: ella defiende a la mamá, el otro hijo defiende al papá, "vos decile a mamá tal cosa" o "vos decile a papá tal cosa", y usan a los hijos como botín de guerra. Hay que lograr que los padres se pongan de acuerdo en lo que se refiere a los hijos; aunque no nos pongamos de acuerdo como pareja, tenemos que ponernos de acuerdo sobre las decisiones que vamos a tomar sobre nuestros hijos. Familias con integrantes psicóticos
Yo me asombré de la cantidad de mujeres que tienen hijos psicóticos, hijos esquizofrénicos, hijos que están tomando medicación, que están internados en institutos psiquiátricos. En estas familias lo más difícil es poder comunicarse, no hay entendimiento, no se entienden; porque cuando uno tiene un familiar enfermo psiquiátrico lo más difícil es justamente poder comunicarse. Familias con hijos delincuentes
El hijo que sale a robar, el hijo que delinque. De cualquier manera está mostrándole a la sociedad que sus padres fallaron en la educación, que fallaron en ponerle límites, que fallaron en enseñarle valores y principios; se lo muestra a todo el mundo, le muestra a la sociedad. Y muestran la vergüenza de sus padres, que no supieron ponerles límites; hacen pública esa vergüenza. Familias con hijos con impedimento físico
Tienen mucha carga económica por tener que atender a un integrante de la familia, comprar los medicamentos especiales, alguien que necesita tratamiento médico intenso. Son familias que muchas veces se cierran, no hay interacción interna en la familia, hay mucha culpa, bronca y rabia por esa situación que se tiene que vivir. Lo que hay que lograr en esta familia es que todos reconozcan que llevan una carga, pero que todos tienen méritos; cada miembro de esa familia tiene méritos; eso es lo más importante en este tipo de familias. Familias con hijos adictos
Hoy hay muchísimas familias con hijos adictos. Ese hijo o esa hija adicta está mostrando que tiene una mamá sofocante, una mamá que lo está asfixiando y no sabe cómo salir de esa madre súper-protectora que no le deja vivir su propia vida; quiere salir y lo hace a través de la adicción. O tal vez un hijo que se siente expulsado del mundo familiar, y dice: "nadie me necesita en esta casa; yo no sirvo, no me tienen en cuenta, yo no soy importante ni para ellos ni para mí", y por eso deciden por las adicciones. ¿Cómo actúan algunos padres? Hoy estamos viendo padres pasivos. Son padres que no se mueven, tienen bloqueada su autoridad; están como atados. No saben ponerle un límite a sus hijos; no se hacen cargo de nada. He escuchado a madres que el padre no le pasa el dinero que le tiene que pasar; llega, se pone a ver televisión, se acuesta y no habla con los hijos, nunca hay una palabra de amor, nunca hay una palabra de límite, nada. Son padres desaparecidos, padres pasivos. Hombres que son 'nenes eternos', no se responsabilizan por nada, no se preocupan por nada. Son esos hombres a los que no les preocupa si hay plata para pagar los libros, los útiles, la ropa de los chicos, la luz, el gas; son hombres pasivos. Y ahí aparece la madre superpoderosa; cuando hay un padre pasivo aparece la 'madre todo-poderosa'. "Yo tengo que hacer todo lo que él no hace", entonces esa madre vive haciendo rol de mamá y el rol de papá; hacen de todo pero viven quejándose. Imagínense ese chico que vive en una casa que tiene un padre que no tiene autoridad, que no sabe para dónde va, que ni registra al hijo, y una madre que hace de todo para tratar de cumplir con todo, pero vive quejándose y con una frustración impresionante. La madre todopoderosa es una madre guerrera, que es fuerte; pero el problema es cuando vive quejándose: "yo tengo que hacer todo, tu padre no hace nada..." y empieza a meterle rabia, ira, bronca al hijo de lo que es el padre. Otro modelo de madre son las 'nenas distraídas'; son esas mujeres que no se hacen cargo de nada, que deciden impulsivamente; hablan que van a hacer esto, mañana que van a hacer lo otro, pero nunca se deciden a hacerlo. Son esas mujeres que se enteran últimas de todas las cosas en la familia; se enteró todo el mundo menos ellas (que no tenían más plata, que al marido lo echaron del trabajo, que el marido se fue con otra mujer). Esas mujeres tampoco tienen autoridad familiar, y los hijos necesitan padres con autoridad. No hablamos de autoritarismo. Autoridad no es que los abuelos tienen que cumplir la función de los padres. Y hay otros padres o madres que son victimas de las circunstancias, especialmente los hombres que creen que los problemas siempre son culpa de otros, no se hacen cargo de nada. La mujer dice: "mi marido es un crápula" y él dice: "a mí los hijos me sacan la plata, lo único que hacen es pedirme plata todo el día, lo único que quieren es un padre que les de plata, y yo me deslomo toda la vida y ¿qué más les puedo dar?, ¡me mato trabajando!". Para esos padres siempre son los otros los felices, y ellos son unos desgraciados; las otras familias son bárbaras y a ellos les tocaron los peores hijos, la peor esposa, el peor marido. Son victimas de las circunstancias. Un espíritu de victima. Hay algunas cosas que, si las estamos haciendo, tenemos que dejar de hacerlas; y si todavía no hemos formado nuestra familia, debemos evitarlas siempre: 1) En casa no debe haber favoritismo Las mujeres tenemos un favoritismo con el hijo varón. Pero el hijo varón es hijo por siempre; no ni esposo ni amante, ni el que te tiene que mantener la casa, ni es el hombre de la casa. El hijo varón es hijo, no es el salvador. Mujeres que ven un hombre y parece ya que le ponen todas las características: "el que me va a mantener, el que me va a salvar, el que necesita ser más atendido, a éste le tengo que tener todo preparado, le tengo que planchar la ropa..." Y hacen con el hijo varón lo que tal vez no hacen con el marido. Y cuando se muere el marido, dicen: "él ahora es el hombre". Yo conozco mujeres que me han dicho: "mi hijo es como mi amante; si no está él yo no sé para donde disparar; todo hay que preguntarle a mi hijo, él es el que toma las decisiones en casa". ¡No! Tu hijo es hijo. Favoritismo, ¡fuera! 2) Nunca debe haber en una familia temas que no se hablan Los temas secretos: "en esta casa de ese tema no se habla" Y los chicos lo que buscan es lo prohibido; si vos decís: "acá de sexo no se habla" van a ir a conversar de sexo en otro lado, porque ellos se tienen que enterar y tienen que aprender que no hay temas que no se hablan. "Acá de la enfermedad de tu madre no se dice nada, no se lo cuentes a tu hermano porque es chiquito y le va a hacer mal". Todos tienen que saber todas las cosas que ocurren -de acuerdo a la edad que tengan, y de acuerdo a las preguntas que hagan-; pero no puede haber secretos. En nuestras familias por años hubo secretos: siempre había una tía loca; que había tenido un hijo tipo monstruo... de esas historias hay muchas; esos secretos que nunca se descubren y nunca se saben. No debe haber temas que no se hablen. Todo se tiene que hablar de acuerdo a la edad, pero hay que hablar todo; y si no sabés cómo decirlo, buscás la ayuda de un profesional, pero las cosas se tienen que hablar. 3) No debe haber emociones prohibidas Hay casos donde no se permite la expresión de las emociones: "no llores, sos hombre", "no seas tonta, ¿cómo vas a abrazarme así delante de la gente?". Hay familias donde las emociones están prohibidas; nadie se abraza, nadie se besa, nadie se dice cosas lindas. "A ver si ésta se agranda si le digo eso", nunca un halago, salvo que venga un cumpleaños, sino nada. No se regala nada, nadie se agasaja, no hay fiestas por nada, salvo las fiestas obligadas, pero no se festeja nunca nada especial. "En esta casa no quiero que te rías de esa manera, no te quiero escuchar llorando más, esa palabra acá no se dice"; emociones prohibidas. No debe haber emociones prohibidas. "No te tenés que enojar por eso" ...¿y si se quiere enojar cuál es el problema? Especialmente a las mujeres, que les dicen: "no te enojes que parecés un hombrecito", "¡cómo te sentás así, parecés una varonera!" y la nena se sentó como se le ocurrió... ¿cuál es el problema?
4) No debe haber estigmatización o apodos "Esta es la tonta, este es el inútil, ésta es la loca". O tal vez: "la narigona, la lunga, la gorda"; eso está mal. Vos le diste un nombre a tu hijo; llamalo por su nombre. ¿Cómo ponemos la casa en orden? Por empezar, todas las familias tienen algo disfuncional; no hay familias perfectas. Si te dicen que son perfectos, esa es la más disfuncional; es la que más conflictos tiene; porque no existen familias perfectas. Tengo que ser autoridad de mis hijos Nuestros hijos están esperando y anhelando que seamos autoridad, no quieren padres blandos. A los hijos no hay que pegarles, ni en broma. NO a la violencia. La gente que usa la violencia no sabe poner límites con palabras, se le va de las manos porque no saben poner límites con amor y autoridad; no saben lo que es la autoridad y pasan al autoritarismo. Nuestros hijos tienen que saber que la violencia es mala, no la tenemos que usar nunca. ¿Cómo un hijo va a recibir golpes de quienes lo tienen que amar? "Ah, pero un buen chirlo..." ¡No! Nada. Eso es porque somos escasos de recursos, pero Dios nos ha dado creatividad e inteligencia para usar la autoridad que Él nos dio sobre nuestros hijos en forma positiva. Tenés que sacar la violencia de tu casa; eso no es usar autoridad; eso es violencia. ¿Qué es usar autoridad...? Ser la entrenadora de tus hijos Un padre debe ser el entrenador de sus hijos. "Yo estoy entrenando a mis hijos para la vida". ¿Cómo los puedo entrenar? Bendiciéndolos cada día. Tengo que bendecir a mis hijos. Tiene que ser un hábito en tu vida el bendecir cada día a tus hijos con una buena palabra, con una palabra del cielo; todos los días tus hijos tienen que tener sobre su cabeza una bendición. Bendecir viene de la palabra griega 'eulogio' que literalmente significa'elogiar'. Eso es una bendición: elogiar. Yo tengo que saber elogiar a mis hijos, aunque hayan hecho una torpeza. No puedo todo el día exigir, exigir y no bendecirlos. Trabajar en equipo en nuestra familia Todos tenemos nuestras actividades, todos tenemos nuestros sueños, todos tenemos un horario distinto, uno sale a la mañana, otro sale a la tarde, otro sale a la noche; pero tenemos que buscar algo para que nuestra familia también sea un equipo; algo que a todos nos guste hacer, que hagamos todos juntos; un proyecto. Aunque sea ponerse de acuerdo para orar por la compra de algo: "vamos a comprar el auto, vamos a verlo todos juntos" o "vamos a pisar esa casa que le estamos pidiendo a Dios", o "vamos a programar nuestra vacaciones", "vamos a programar ir juntos a tal lugar", algo que hagamos como equipo. Mi familia es un equipo. Dejar de hacer lo que al otro le molesta Si cada uno en la familia entendiera que hay cosas que al otro le molestan, y que -al menos por respeto- puedo dejar de hacerlo cuando esa persona está presente. Si yo sé que a mis hijos les molesta que entre a la habitación y les revuelva las cosas, no lo hago por respeto a mis hijos. Si a tu marido no le gusta tal cosa, no lo hagas; si a vos no te gusta tal cosa, decile a tu marido: "por favor, esto no lo hagas por lo menos delante mio" y en esa conversación decile qué es lo que no te gusta. No lo hagas; tratá de evitarlo de la manera que puedas. Evitá esas cosas que exasperan a los demás. A veces oramos y oramos por nuestros hijos, para que cambien, y Dios nos dice "examinate vos primero..." Dios te dice: "el problema no es tu hijo, examínate primero vos". Conectarlos con el propósito de Dios Todos los seres humanos somos cuerpo alma y espíritu; y nosotros tenemos que enseñarles a nuestros hijos que ellos tienen espíritu, y que ese espíritu necesita ser saciado, y con lo único que se va a llenar ese espíritu es con Jesucristo. La mente, el alma, las emociones, las llenamos, estudiamos, nos capacitamos; los chicos van a bailar, llenan sus emociones, están contentos, bailan, saltan, eso está cubierto. Lo físico lo cuidamos alimentándonos, algunos hacen deportes, etc. Eso también está cubierto. Pero ¿qué pasa con el área espiritual? Tenemos que enseñarles a nuestros hijos que hay un área que necesita ser satisfecha; ellos creen que la van a llenar con lo físico, con lo emocional, pero eso tienen otro origen, y el origen es Dios. La parábola del sembrador dice "pero las otras semillas cayeron en buen terreno". Nuestros hijos son buen terreno. Lo tenés que creer vos para que lo crean ellos: tus hijos son buena tierra. Las semillas cuando cayeron, brotaron, crecieron y produjeron. Lo que tengo que hacer es sembrar, cubro con tierra, riego y después... espero. Nosotras las mamás sembramos una semilla y empezamos a revolver todos los días, ¿puede crecer así una planta? Sembramos una palabra de fe, y al otro día le decimos: "no tuviste fe, acordate lo que tu madre oró por por vos..." y le vamos removiendo la tierra, y la planta no crece. Dejemos de remover la tierra; tus hijos te dicen: "mamá, ¡qué molesta que sos!" porque de verdad les resulta molesto. Primero la planta va a echar raíces, por eso no ves nada. Tu hijo está echando raíces; deja de mover la tierra porque se esa fortaleciendo en sus raíces. "Pero mi hijo está como antes..." porque está echando raíces; no podés ver nada pero dentro de poco vas a ver los primeros brotes. No tenés que ir vos a los brotes, los brotes tienen que venir. ¿Y qué es regarlos todos los días? Regarlos con bendición. Yo ya sembré, pero todos los días voy a bendecir a mis hijos, decirles palabras de Dios. No toques la semilla desde arriba; regá con palabras de bendición: "mi hijo está bendecido, yo sé que hoy sus amigos no son los correctos, pero yo ya solté una palabra, una semilla, y yo dije, y declaré y sembré la palabra, esa semilla ya la sembré". No le digo: "¡otra vez salís con esos!", no toco más; basta. Pero todos los días bendecí a tus hijos. "Señor los bendigo con salud, los bendigo con bendición extraordinaria, los bendigo con felicidad, los bendigo con alegría; todo lo que ellos hagan va a prosperar, yo sé que Dios tiene cosas grandiosas, yo sé que mis hijos están ungidos, mis hijos son para vos Señor, nada los detiene, porque van a correr hacia tus brazos y se van a abrazar a vos, y te van a amar". Hay una parte que crece y no se ve, y algo que crece y que sí se ve. Tus hijos hoy están en proceso, desde el día que vos declaraste, esa semilla empezó el proceso. Vos pensás que no pasa nada... sí está pasando, pero es raíz; y dentro de poquito vas a ver el brote.
Auque te de ganas de decirle de todo, esperá. Señalale algo bueno, algo que tal vez ellos no vean. Tiene que ser creíble, no le inventes cosas, tené discernimiento de lo que cada uno de tus hijos es. "Qué inteligente que sos", "vos sos sensible pero a la vez eso te hace fuerte". Hablale con sabiduría a tus hijos; no como tontos... son tus hijos. Moisés, Aarón y María, esa sí que era una famila disfuncional: Moisés tartamudo, no podía hablar una palabra completa; Aarón no sabía ni para qué existía, hablaba lo que Moisés trataba de decir, le traducía pero no sabía para donde ir; y María tocando todo el día el pandero, saltando. Pero con esa familia disfuncional el Señor hizo que todo su pueblo que estaba en Egipto en esclavitud, saliera y se dirigiera a la bendición. Si Dios lo hizo con esta familia, ¡¿cómo no lo va a hacer con la tuya!? Él te va a usar y va a usar a toda tu familia para llegar a la tierra de la bendición. A los hijos les interesa la bendición de los padres; tal vez no le interesa una superfiesta sino que estemos ahí y podamos bendecirlos, y darles amor. Creé en tus hijos. Cuando yo era adolescente me acuerdo que todos los días mi papá me decía: "vos vas a hacer algo grande mi gordita, vos vas a llegar muy lejos" siempre me decía eso. Él no sabía lo que vendría, pero sabía que tenía que decir esas palabras: "Ale, vos seguí, dale, te admiro" me decía, "vos vas a hacer cosas grandes en la vida", todos los días yo no me lo puedo olvidar. Y eso me hizo sentir que mi papá creía en mí. Y si tu papá cree en vos, si tu mamá cree en vos, vos podés lograr cualquier cosa de la vida. Necesitás a alguien que crea en vos, que te diga: "lo vas a lograr, vas a poder". Eso es una tarea de entrenamiento, y nosotras tenemos que entrenar a nuestros hijos para lo bueno, para la victoria, para la bendición, para que sean arriesgados en la vida, para que logren sus sueños. "Creo en vos, sé que tenes potencial, sé que tenes capacidad". Dios te ha puesto en lugar de autoridad sobre tus hijos.
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