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escuela de vida |
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II-MENSAJES DE ÉXITO |
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MENSAJES DE ÉXITO
Vamos a decretar salud para nuestras vidas para la vida de nuestras familias vamos a estar bien de pie seguiremos adelante.
Les voy a mostrar un video de Charles Aznavour con ochenta y cinco años de edad y canta una canción con sus dos hijas; ¡lo miré como trescientas veces! Me conmovió tanto que siga cantando y que está con sus dos hijas, que pudo transmitirle a su próxima generación el amor por lo que hizo siempre, y que sus hijas tomaron el amor por lo mismo, me pareció algo tan tierno que se los quería mostrar; aunque no está relacionado con el mensaje de hoy, pero se lo quería mostrar igual.
(http://www.youtube.com/watch?v=vTVf2AAyfzU&feature=related)
¿Cuántas van a llegar a los ochenta haciendo lo que tienen que hacer sin bajar los brazos?
Cerramos este mes con esta oración la vamos a seguir decretando en nuestras casas. Vamos a declarar la oración de aumento y de multiplicación amén. Vamos a aumentar vamos a crecer en todas las áreas de la vida y nos vamos a multiplicar. ¿Cuántas quieren más?más vida más alegría, más fuerzas, más ganas de vivir eso va a venir a nuestra vida.
¿Cuántas quieren recibir palabra de mujer a mujer?
¿Cuántas oraron alguna vez y se desanimaron, empezaron la oración fuerte y bajaron el volumen de la voz y empezaste a pensar que tenés que cocinar?
¿Quién te hará justicia? Dios, y sin demora te va a contestar rapidito.
¿Alguna vez experimentaron esta sensación de sentirse torpes delante de alguna persona, delante de una pastora, de un pastor, delante de un ex-marido, delante de una jefa, delante de una mamá, delante de una hija, de una amiga, se sintieron torpes?, como que se le trababa la lengua para hablar, que no podían decir lo que querían. Ustedes saben que esa es una sensación que muchas veces las mujeres sentimos, no con todo el mundo sino con ciertas personas. Lo que hacemos bien delante de alguien lo hacemos mal delante de otra persona, y nos transformamos en torpes y decimos: "no entiendo, si yo esto lo hice toda mi vida, si siempre lo hago bien, si practiqué bien, ¿por qué delante de esa persona me sale mal, me equivoco, se me caen las cosas o me siento torpe?"
¿Cuántas por ejemplo saben manejar? Cuando aprendieron a manejar, ¿no les pasó que con algunas personas manejaban bien y con otras se les paraba el motor, lo tenías que encender muchas veces, manejabas mal?; con otros bárbaro, te sentías bien segura, pero con otros te sentías torpe, ¿les pasó eso alguna vez?
Vamos a descubrir por qué nos pasa eso a las mujeres. Hay personas con las cuales muchas veces nos sentimos intimidadas, delante de estas personas cambiamos hasta nuestras reacciones corporales y nuestras reacciones mentales. Por ejemplo, delante de esas personas con las cuales nos sentimos incomodas, intimidadas, es como que son superiores a nosotras, comenzamos a tener pensamientos de derrota o se nos pone la mente en blanco, queríamos decir algo y nos olvidamos lo que teníamos que decir. ¿Cuántas dieron un examen delante de un profesor o profesora y se quedaron en blanco? y no era que no habías estudiado, te paralizó esa persona; ves que esa persona te traía dolor de estomago, "me revuelve el estomago cuando estoy delante de esa persona, no sé por qué me pasa", empezamos a transpirar las manos, nos ponemos a llorar delante de esa persona, nos da ganas de llorar paradas o sentadas, y aún sin hablar ya nos ponemos a llorar, o empezamos a hablar llorando, que metemos el pecho para adentro, que el corazón se te acelera, o a veces tenemos temblores.
A esa persona que nos hace sentir torpe la asociamos con una persona de autoridad que tuvimos en nuestra infancia, puede ser un papá, una mamá, vemos a alguien en el día de hoy y asociamos a esa persona con ciertas características de una persona de autoridad en nuestra infancia; y a esa persona de autoridad la idealizábamos, era la persona que sabía todo, era la persona que tenía más poder que nosotras y podía humillarnos o podía levantarnos, a esa persona le otorgamos poder. Saben que las personas no tienen poder, sino que nosotras le damos el poder a las personas. Y ese jefe, esa persona, esa profesora nos representa una imagen de autoridad del pasado; puede ser que ese jefe nos haga acordar a nuestro papá; y si nosotros a nuestro papá no le podíamos contestar, a ese jefe no le podemos contestar; si cuando estábamos delante de nuestro papá nos daba miedo, se nos hacia un nudo en la garganta y llorábamos cuando él nos decía algo, cuando nos encontramos con un jefe con las mismas características que nuestro papá reaccionamos de la misma manera.
Yo hace mucho tiempo atrás les hablé que nuestro cerebro inmediatamente va a buscar y dice: "a ver, esta persona es parecida a quién de mi pasado...", entonces el cerebro busca cómo reaccionamos en nuestra infancia frente a esa personalidad, y nos hace actuar de la misma manera. Es interesante porque esa figura de autoridad puede ponernos mal, porque es mala, la consideramos mala o autoritaria, y que nos va a dañar, o simplemente porque queremos agradarla, puede ser una figura de autoridad buena, puede ser una persona sabia, una persona de edad, pero sin embargo enfrentarnos a esa persona nos da cierta cosa, y nos volvemos torpes porque queremos agradarle; no es que sea mala la persona, sino que nosotros tenemos dentro nuestro la convicción que le tenemos que agradar sí o sí, que delante de esa persona tenemos que hacer todo bien.
Está el autoritario negativo, "me va a retar, me puede humillar, me va a hundir, me va a hacer sentir mal" o está la persona de autoridad que es buena pero nosotros sentimos que le tenemos que agradar. ¿Cómo reaccionamos las mujeres frente a esas personas que nos hacen recordar a alguien de autoridad en el pasado y que le concedimos todo el poder? Hay tres reacciones posibles: sumisión, rebeldía o impulsividad, y sabiduría.
La primera no nos sirve para nada, y la segunda tampoco; lo que tenemos que lograr es a reaccionar frente a esas personas con sabiduría, y que esas personas de alguna manera no nos hagan sentirnos torpes, porque en realidad no es que ellos nos hacen sentir torpes, nos sentimos torpes nosotras, es lo que 'ponemos' en la persona.
¿Cómo hacemos para reaccionar con sabiduria? Decí: "no idealizando", no tenemos que idealizar a nadie; la gente está puesta ahí para que nos motiven, pero no para idealizarla. La otra persona que vos ves es tan ser humano como vos, por lo tanto no tenemos que idealizar a nadie. La persona está puesta ahí para que nos inspire en el camino de nuestra vida pero no para idealizarla. ¿Cómo hacemos para no idealizarla? Vamos a ayudarnos con la historia de la creación de Adán y Eva. Fíjense qué interesante: yo no idealizo cuando me siento segura de mí misma, cuando yo estoy segura de quién soy, de lo que estoy haciendo en la vida. Las mujeres que idealizan y dicen: "el otro es más fuerte, el otro tiene poder, el otro puede maltratarme, puede humillarme, puede hacerme feliz o puede hacerme la vida desgraciada", esa mujer que está idealizando es porque se considera nada, porque no tiene seguridad en sí misma de quién es y hacia dónde va en la vida; porque si vos sabés quién sos y hacia dónde vas en la vida, el otro te inspira pero nunca lo agrandás ni le das poder.
"No voy a idealizar a nadie."
Eva no fue creada porque Adán lo pidió, Eva no fue creada porque Adán se merecía a Eva, Adán no había hecho nada para merecerse un regalo tan grande como una mujer, ¡fue iniciativa de Dios que Eva estuviera en la tierra! ¿A quién se le ocurrió que Eva estuviera en la tierra? A Dios ¿A quién se le ocurrió que vos vinieras a esta tierra, a este mundo? ¡A Dios! Naciste por iniciativa de Dios y no por iniciativa de hombre, ¡gloria a Dios!, nadie te dio vida, quien te dio vida y quien sopló vida ha sido el mismísimo Dios; o sea: no le debés tu vida a nadie, porque el único que me sopló vida fue Dios.
Vos podés estar segura de por qué estás acá; decí: "Dios quiso que yo viniera, Dios es el autor de mi vida, Dios es el que decidió un día que yo tenéa que estar en esta tierra, nacer en tal año y vivir una vida espectacular, venir a 'Presencia de Dios', ir de gloria en gloria y de poder en poder", ¡Dios decidió eso para tu vida!
En segundo lugar, Dios toma la costilla de Adán -un hueso repetido de Adán, para que no lo extrañara, para que no se haga el lindo- y ahí uno sabe que Eva estaba echa de la misma esencia de Adán. Decí: "estás echa de la misma esencia", o sea que no sos inferior a nadie. "Ay, pero pastora eso ya lo sé..." sí, pero delante de esas personas no lo sabés, ese es el problema; lo tenés 'teórico' pero cuando te enfrentás a estas personas a las que le otorgaste poder, te parecen como gigantes, "le tengo miedo a ese ex-marido, le tengo miedo a mi marido, a mi jefe, le tengo miedo a esa mujer, que me quite tal cosa", lo agrandás tanto, le tenés tanto miedo, porque no te das cuenta que estás hecha de la misma esencia, que no sos inferior a nadie; decí: "no soy inferior a nadie." Hombres y mujeres estamos hechos de la misma esencia; cuando me enfrento a otra mujer me estoy enfrentando a otra mujer, que está hecha de la misma esencia; cuando me enfrento a otro hombre, me enfrento a un hombre que está hecho de la misma escencia, él no es superior y yo no soy inferior; ni yo soy superior ni el otro es inferior.
En tercer lugar, dice que Adán y Eva comen del fruto prohibido y en ese momento se activa algo en ellos. Mientras lo estaba leyendo dije: "acá hay algo que tal vez nunca le dimos importancia"; hay algo que se activó cuando ellos comen del fruto prohibido. ¿Qué se activó? Dice que 'se les abrieron los ojos y vieron que estaban desnudos.' Eva vio a Adán y dijo: "¡papito!" ...y ni te cuento cuando Adán la vio a Eva, ¡se le abrieron los ojos! Y esta es una capacidad que los seres humanos tenemos; lo que pasa es que siempre vimos esto como algo negativo, pero esa capacidad la tenemos, es una capacidad que tenemos: los ojos abiertos para ver al otro desnudo... ¿y qué significa ver al otro desnudo? Verlo tal cual es. ¿Qué hacemos nosotros con la gente? Los seres humanos nos vestimos; cuando ellos se vieron desnudos empezaron a coser, fueron los primeros modistos, con diseños exclusivos que cosieron para taparse la desnudez. Y ¿qué hacemos nosotros? Nos cosemos un montón de cosas para tapar la desnudez: que los títulos que tenemos; que señora de acá; señor de allá; que los congresos donde fuimos; las cosas que hicimos; y nos jactamos, y nos vamos construyendo cosas encima para tapar la desnudez. Construimos cosas encima y no podemos ver 'la desnudez'; este es grande, éste es fuerte, éste es poderoso, éste tiene plata, éste me puede destruir; y le seguimos construyendo cosas encima y no podemos ver 'la desnudez' del otro. Pero esta es una capacidad que tenemos los seres humanos, de ver al otro tal cual es, de ver su 'desnudez', de decir: "este es es igual que yo, estamos los dos desnudos, somos la misma cosa, tenemos la misma esencia, no voy a idealizar a nadie, ¡gloria a Dios por eso! No construyas nada en la gente. Alguien dijo: "en la cama somos todos iguales", por eso morimos como morimos, porque de todo lo que construiste encima no te llevas nada, te morís desnudo, como viniste al mundo. Esa capacidad de ver en el otro la desnudez, de quitarle toda esa cáscara a la gente, eso que nosotros mismos le ponemos. ¿Por qué ponés tanto en la gente? ¿Por qué creés que esa persona tienen tanta autoridad? ¿Por qué creés que esa persona puede dañarte, destruirte? ¿Por qué esa persona hace que te sientas torpe, qué es lo que le pusiste a esa persona? ¡Sácaselo! Es de la misma esencia que sos vos; no es superior. Quisiste ponerlo en un lugar alto; "...pero él tiene estudio", eso es algo que construyó sobre su vida; vos tal vez no lo construiste pero si querés lo podés hacer; "...pero tiene dinero", eso es algo que construyó sobre su vida, vos tal vez hoy no lo tengas pero lo podés tener; "...y, pero tiene capacidad para hacer negocios", vos hoy tal vez no la tengas, pero si hacés negocios internos, en casa, la capacidad la tenés, somos de la misma escencia. Para poder ver al otro como es y no idealizarlo tenemos que:
1) Entender que hemos sido creadas por iniciativa de Dios, que la gente no nos dio vida, que nadie es nuestro dueño, que el único que nos sopló vida es Dios
2) Estamos echas de la misma esencia, o sea: no somos inferiores a nadie -y usted me puede decir que lo entiende-, "Alejandra, me lo has dicho tantas veces..." pero igual se sigue comportando delante de la gente como inferior, sigue pidiendo migajas de amor de alguien, porque se sigue comportando y viéndose a sí misma como inferior a los otros;
3) Entender que tengo una capacidad, que es la capacidad de los ojos abierto; decí: "tenés los ojos abiertos", no construyas ropaje sobre nadie.
Queridas mujeres: tenemos que empezar a recuperar nuestra autoridad.
¿Cómo logro tener seguridad y recuperar autoridad, de tal manera que el otro sea una persona sobre la cual me puedo inspirar, pero no que domine mi vida, que me tenga que someter a esa persona, que le tenga miedo?
Esta historia de Lucas capítulo 18 que leímos recién, esta mujer viuda quería que se le haga justicia y fue un montón de veces -fue perseverante- a pedirle a un juez injusto que no temía a Dios, no temía a los hombres, no le tenía miedo a nadie, era un psicópata de película, no le tenía lástima a nadie; pero sin embargo dice que por la insistencia de la viuda -que fue perseverante- le entregó lo que la viuda quería. ¿Por qué? Y acá viene lo más importante: porque negoció con su miedo. Este pasaje inmediatamente el Señor lo asocia: dice si ese juez que era injusto, que no le temía a nadie, le dio a la mujer lo que quería, ¿cómo nuestro Papá que está en el cielo no nos va a dar a nosotros lo que le pidamos? ¡Dios me va a dar lo que le pida! Porque hay mujeres que así como le tienen miedo a los hombres le tienen miedo a Dios, por eso no insisten con Dios, por eso oran pero son oraciones que no tienen sentido, base, fundamento, porque le tienen miedo a Dios. Y Él te quiere bendecir, y vos decís: "yo no sé si me va a bendecir tanto a mí...", y hay una distancia muy grande entre vos y Dios, y la distancia dice miedo; hay miedo de Dios, miedo que Dios no te vea apta para recibir la bendición; miedo que Dios no te escuche; miedo a que Dios no te responda; entonces eso hace que te distancies cada vez más de Dios, hace que le tengas más miedo a Dios, y hace que te decepciones de Dios. Por eso tenemos que aprender a negociar nuestro miedo; yo se los dije hace poco: nuestro espíritu tiene que gritar más fuerte que nuestra alma, nuestra fe tiene que gritar más fuerte que nuestras emociones, y tenemos que vencer el miedo. ¿Cómo lo hacemos? Negociando con el miedo. Decí: "tengo que aprender a negociar con mis miedos."....
Alejandra Stamateas
¿Cuántas sintieron alguna vez que pasaron por una crisis, por un problema, y enseguida se angustiaban, se enfermaban, se sentían débiles, que el mundo se les venía encima, ya no podían sonreír, ya no podían festejar nada...? Parece como que ese problema llenó toda tu vida y puso tu vida en oscuridad y en tinieblas.
Lo hemos sentido todas las mujeres; así que esta palabra es para todas nosotras.
¿Sabías que tu rostro refleja algo? Todos los días somos trasformadas, para peor o para mejor. Para mejor... ¿con qué? Con más y más y más y más gloria del Señor. Somos transformadas todos los días.
La oruga después se transforma en mariposa; lo que la oruga interpreta como crisis final de su vida, es el comienzo de la mariposa. A este proceso -en el que la oruga se transforma en mariposa- se le llama metamorfosis. Ustedes saben que cuando la mariposa es oruga come, come, come; es una peste, porque come todo lo que encuentra a su alrededor, y su cuerpo se va agrandando tanto que la piel la tiene que cambiar por lo menos dos a tres veces, porque sino no entra todo lo que come. Entonces la oruga va haciendo una transformación a tal punto que se transforma en una mariposa. Y hoy vamos a hablar acerca de 'la unción de la mariposa' para no quebrarse frente a los problemas. ¿A cuántas les gustaría conocer la unción de la mariposa?
¿Cómo enfrentamos las mujeres las crisis o los problemas? Muchas mujeres cuando tienen una crisis o un problema lo primero que hacen es contaminar su corazón; lo primero que hacen es guardar ese problema en su corazón, y por eso el corazón se les contamina. Por eso la Biblia es tan clara cuando dice: "sobre toda cosa guardada guarda tu corazón"; tenés que guardar al corazón y no guardar las crisis o los resentimientos en el corazón, sino guardar tu corazón. Porque una vez que el resentimiento, la crisis, la angustia, lo negativo se mete en tu corazón te contamina el resto del cuerpo; una vez que algo negativo se instaló ahí, te empieza a contaminar toda tu vida, no podés ver otra cosa más que crisis, no podés hablar otra cosa más que de crisis, no podés vivir otra cosa más que crisis.
Hay otras mujeres que frente a las crisis van a reemplazar el dolor de esa crisis por alguna adicción: comer compulsivamente -mujeres que van a la heladera y se comen todo-, otras viven tomando remedios compulsivamente, que no pueden levantarse sino tienen la pastilla para levantarse, que no pueden dormir sino tienen la pastilla para dormir, que no pueden seguir adelante sino tienen la pastilla; no estoy hablando la que recetó el médico, estoy hablando de gente que se empastilla, que viven toda la vida tomando pastillas para poder seguir adelante, porque sino tienen una depresión profunda. Y hay otras mujeres que cuando pasan por una crisis lo que hacen es ser víctimas y empezar a culpar a todos los demás: "pobrecita de mí".
Vamos a descubrir hoy la unción de la mariposa para no quebrarse frente a un problema.
¿Cuántas quieren pasar por un problema y salir en victoria? ¿Cuántas quieren pasar por un problema y casi no darle importancia, y decir: "esto ya está resuelto", a cuántas les gustaría tener ese espíritu, tener esa actitud? Decir: "pasé por esto pero la verdad no me importa, estoy pasando por tal situación pero pasará, pasará y el último quedará (¿cuántas jugaban a eso cuando eran chicas?: "pasará pasará").
Todas las crisis pasarán, pasarán; esta crisis también pasará.
¿Qué es la unción de la mariposa? Es el método que usan las mariposas. La mariposa sabe que nació para ser mariposa, no oruga. La mariposa sabe que nació para ser mariposa, y cuando se ve como oruga dice: "hay algo mejor para mí"; cuando se ve fea -porque la oruga es feísima- dice: "no, no, pará; yo no nací para esto, yo nací para mariposa", o sea "hay algo mejor para mí." No porque seas una oruga, sino porque sabés que hay algo mejor. Pero algunas mujeres se miran al espejo y se ven como la oruga, y en lugar de decir: "viene algo mejor", dicen: "soy una porquería, no sirvo para nada", entonces se miran mal. Vos cuando te veas como una oruga decí: "dentro de poco me voy a transformar en una mariposa."
La mariposa sabe que para lograr convertirse en la máxima expresión de belleza tiene que pasar por un sufrimiento, por un dolor; sabe que ese proceso va a ser duro, pero se hace responsable, se hace cargo y dice: "lo tengo que pasar porque no me queda otra; si quiero ser lo que verdaderamente quiero ser, tengo que pasar por ese proceso." Y aquí está la clave: la unción de la mariposa es que, para lograr convertirse en mariposa, se desprende de algo para recibir lo nuevo. ¿Cuál es la unción de la mariposa entonces? Es desprenderse para recibir lo nuevo.
Y otra cosa que hace la mariposa es saber cuál es el momento que tiene que dejar de ser oruga; porque si toda la vida sigue siendo oruga nunca va a pasar a ser mariposa. Eso es lo que le pasa a muchas mujeres: hay mujeres que toda la vida han cumplido con un rol y no quieren ser algo diferente, porque se adaptaron a ese rol... "esto es lo único que sé, esto es lo único que me sale bien, entonces me quedo así toda la vida" y nunca se transforman en mariposas; porque hay que tener discernimiento para saber cuándo debo dejar de ser oruga y transformarme en mariposa; y ese discernimiento -como a veces no lo tenemos tan afinado- lo vamos a descubrir en el momento de la crisis. Cada vez que estás pasando por un problema, cada vez que estás pasando por una prueba, cada vez que estás pasando por una crisis, es la señal que te está diciendo: "es tiempo de dejar de ser oruga para transformarte en una mariposa."
¿Cuál es la unción de la mariposa? Desprenderse, para discernir el tiempo de dejar de ser oruga. Hay muchas mujeres que hace bastante tiempo en este lugar ya deberían haber dejado de ser oruga y deberían estar desplegando sus alas de mariposa, pero todavía no se han atrevido; pero hoy te vas a dar cuenta que cada crisis por la que has pasado -y por la que vas a pasar- lo único que van a lograr es transformarte en la mariposa más bella y más preciosa.
Todo en nuestra vida va a ser probado; va a ser probado tu matrimonio... ¿a cuántas ya le probaron el matrimonio? Pasaste por dificultades matrimoniales, y saliste en victoria o no, pero ahora te voy a explicar que sí, que siempre salís en victoria. ¿Cuántas han sido probadas en su maternidad? Problemas con los hijos. ¿Cuántas fueron probadas económicamente? En sus negocios o finanzas. Todo en nuestra vida va a ser probado, todo va a pasar por pruebas. ¿Y por qué las cosas pasan por pruebas? Para que vos sepas en qué fundamento construiste eso; para que vos sepas sobre qué fundamento está construida tu vida y de acuerdo al fundamento sigas construyendo con los mejores materiales. Los problemas nos ayudan a ver donde estamos paradas y de qué estamos hechas. ¿Cuáles son los fundamentos de nuestra vida? Cada vez que pasás por una crisis vos te das cuenta qué clase de mujer sos ...¿sí o no? ¡Claro que sí!
Fíjense en la vida de Job, ustedes conocen la historia de Job: pierde todo y encuentra que en su vida había dos fundamentos flojos; ¿cuáles eran los fundamentos flojos en la vida de Job?: la esposa y los amigos. La esposa, cuando le dice: "mi amor, negá a Dios y morite, perdiste todo, no sos nada, estás ahí tirado con sarna, maldecí a Dios y morite", un fundamento flojo. Y en segundo lugar sus amigos, que lo ven mal y le dicen: "y... pero algo malo hiciste, Dios te está castigando"; ¿cuántos conocieron gente así, que son 'tan dulces'? "Yo te dije, tendrías que haberte quedado en tu casa cocinando, cuidando a tus hijos, no lo hiciste y por eso te pasó lo que te pasó", porque a la gente, cuando ve que te va mal le encanta hablar mal. "Yo te dije, no tenías que haber ido a Presencia, mucha televisión, pero mirá lo que te está pasando." A la gente le encanta eso, dar con un caño. O sea, Job le daba valor a lo que no valía; Job estaba invirtiendo su vida en su esposa y en sus amigos; invertía dinero, invertía afecto, tiempo hablando con ellos, recibiéndolos en la casa, dándoles dinero, dándoles consejos; estaba malgastando su vida en lo que no valía; y cuando viene el momento de la prueba, el momento de la crisis, Job se da cuenta de a quiénes tenía alrededor y dónde estaba parado. Y eso es lo que hace la crisis cuando viene a tu vida; cuando vos mirás para atrás y ves todas las crisis que pasaste, y te das cuenta la gente que hoy no está con vos, y decís: "gloria a Dios porque ya no está conmigo", para eso te sirvió la crisis. Porque te estaban chupando la vida, te estaban sacando lo mejor de vos, te estaban reteniendo, te estaban prohibiendo, te estaban anulando, te estaban castigando, y vos seguías dando y dando y dando, invirtiendo en ellos, invirtiendo en cosas que no te daban resultado.
¿Cuántas tuvieron un negocio y lo perdieron? Y cuando lo perdiste te diste cuenta y decís: "gracias Señor porque con ese negocio seguía invirtiendo y no había resultados."
La crisis me ayuda a desprenderme para recibir; esa es la unción de la mariposa. Las mujeres nos aferramos a tantas cosas y empezamos a poner esos fundamentos, como si esa casa fuera el fundamento, como si ese esposo fuera el fundamento, como si los hijos fueran el fundamento, como si esa amiga fuera el fundamento, como si esos clientes fueran nuestro fundamento. Y nos apoyamos en tantas cosas que creemos que son nuestra fuerza, y empezamos a construir sobre eso. ¿Cuántas veces te aferraste a una pareja en todo? Le diste tiempo, le diste dinero, invertiste en esa pareja y terminó abandonándote y haciendo cualquier cosa; y vos todavía detrás, porque vos creés que tu pareja es tuya y te aferrás a esa pareja como tu fundamento. Y cuando viene la crisis y el fundamento desapareció te das cuenta que habías construido en la nada. ¿Cuántas alguna vez abrieron los ojos y dijeron: "construí en la nada"? Mujeres que se aferran a una pareja como si fuera un salvavidas, a ciertas amistades, a ciertos trabajos, y creen que si pierden ese trabajo es el fin del mundo. ¿A qué te estás aferrando? ¿Cuál es el fundamento de tu vida? ¿En donde has puesto tu expectativa? ¿En donde pusiste tu vida? ¿Qué es tu salvavidas hoy? ¿Qué es lo que vos creés que es tu salvavidas? Ese negocio, esa pareja, ese líder... ¿a quién pusiste como salvavidas en tu vida que te estás aferrando, y decís: "si pierdo esto me muero"? Job tenía dos fundamentos que tenía que remover de su vida, y los conoció, se le hizo luz recién cuando vino la crisis y la prueba.
Yo quiero decirte -querida mujer- que hay vida más allá de lo que perdiste; hay vida más allá de lo que hoy no tenés, hay vida más allá de tu negocio, hay vida más allá de tu empresa, hay vida más allá de tu pareja, hay vida más allá de tus hijos, hay vida más allá de tu líder, hay más vida en abundancia que Dios tiene preparada para vos....
Alejandra Stamateas
Decí: en este mes, estamos decretando que todo lo que hemos perdido volverá a nuestras manos.
-Recuperaremos bienes materiales, casas, terrenos, autos, negocios, dinero, ropa, documentos, hay alguien que va a recuperar un auto en esta semana, hay alguien que va a recuperar un auto que había perdido.
-Recuperaré salud física y emocional, energía. Susana preparate para un auto nuevo para vos. Fuerza, estima, alegría, valor, motivación.
- Recuperaré vida espiritual profunda, tiempo a solas con Dios, tiempo de lectura de la Palabra, tiempo de adoración personal, tiempo de enseñanza sobre otros y mi fe quedará activada.
- Recuperaré la capacidad de dar y recibir amor.
- Recuperaré sueños que dejé olvidados en mi pasado.
Decreto que todo lo que salió de mi mano volverá por el poder de Dios nuevamente a mis manos, multiplicado por el tiempo de la espera.
Decretamos como mujeres fuertes y valientes que lo que es nuestro, es nuestro. Decí lo que es mío es mío, decilo de nuevo, lo que es mío es mío, en el nombre de Jesús, amén, amén, y amén. Gloria a Dios.
Es impresionante lo que estamos viviendo, la gloria que se está soltando es única, estamos haciendo algo, en toda Latinoamérica, como nunca hasta ahora se vio. Un día se los tengo que traer, pero llevaría mucho tiempo leerles todos los correos que estamos recibiendo de toda Latinoamérica, es impresionante, tienen que leerlos. Hoy recibí correos de Uruguay y de Paraguay, les mando unos besos enormes a las mujeres uruguayas y paraguayas que son espectaculares, y que están ahí prendidas, mirando ahora la reunión, tomando mate, porque las uruguayas toman mate y las paraguayas también, un beso grande, Dios las bendiga. Estamos haciendo algo grande, ustedes no saben la gente como está esperando recibir esta palabra que soltamos acá, en Presencia, a las mujeres, porque estamos haciendo algo nuevo, algo glorioso, la gente, las mujeres están buscando a Dios y soltando la fe que tenían escondida y que tenían miedo de soltarla, se están atreviendo a soltar esa fe. Estamos siendo obedientes a lo que Dios nos ha pedido, amén. Gloria a Dios por eso.
¿Cuántas a veces, sienten que corren de un lado para el otro todo el día?, ¿En qué cosas corren? cuéntenme, ¿la casa?, ¿el trabajo?, ¿con los chicos?, ¿ganarle la hora al reloj?, ¿con los animales?, ¿corrés por los animales?, ¿por los hijos, nietos?, ya criaste a tus hijos ahora tenés que correr por los nietos, ¿por la mamá?, cuando hay alguien enfermo que hay que salir corriendo. Todas, más que más, en estos tiempos que estamos viviendo, vivimos tensionadas, presionadas por el tiempo, porque las mujeres no fuimos educadas para bajar los brazos, las mujeres fuimos educadas para siempre estar listas, para siempre estar firmes, para siempre estar disponibles, aunque estemos cansadas, aunque nos duela la espalda, aunque tengamos cólicos, parece que siempre tenemos que estar ahí, tenemos que estar presentes, listas. Hasta una fiesta, a veces, se nos hace algo tormentoso, parece que para una fiesta del cumpleaños de un hijo, hay que tener todo arreglado, armado, limpiar la casa, preparar todas las cosas, recibir bien a todo el mundo y eso nos presiona también, aún las cosas buenas nos terminan presionando. Por ejemplo, se te enferma un hijo y tenes que darle el remedio cada ocho horas, y justo le toca a las cuatro de la mañana, y vos tratás de correr para que le toque por lo menos a las seis, tratás de dárselo más tarde a la noche y cuando termina de tomar, por ejemplo ¿a cuántas le dejaron por la mitad el remedio? no se lo dieron los ocho días, el médico te dice ocho, vos hacés cuatro y basta, cuando lo ves bien le decís, vamos levántate, ¿qué me voy a levantar a las cuatro de la mañana?. Pero parece que las mujeres, sí vivimos presionadas, en los trabajos que nos piden entregar, trabajos que nos dicen, venite más temprano, o ándate más tarde, siempre hay presión, porque las mujeres tenemos esta frase, tenemos que estar ahí, parece que siempre tenemos que estar ahí, con nuestros hijos, en nuestro trabajo, con nuestra pareja, con nuestros padres, tenemos que estar ahí, pero muchas veces vivimos corriendo de un lado para el otro, presionadas, pero no vemos que haya resultados, nos damos cuenta que hacemos, pero no es que por hacer estamos más bendecidas.
¿Cuántas sienten que a veces la bendición se desvía? que se detiene, que está como detenida, que están bendecidas pero no demasiado bendecidas, sean sinceras. Como que quieren más, yo quiero que se suelte algo más, porque al final me mato en mi trabajo, pero no recibo la recompensa que me gustaría tener.
Dijimos que muchas veces hacemos pero no recibimos la bendición que queremos, y esto es lo que le pasaba al pueblo de Israel, que se mataba trabajando, el pueblo de Israel sembraba, el pueblo de Israel, dice que tenia ganado, alimentaba al ganado, pero cuando venía el enemigo, mataba a todo el ganado, seguramente se robaba las crías, se llevaba las crías, o sea, habían trabajado en vano. ¿Cuántas sintieron una vez que trabajaron en vano?, que todo el esfuerzo que hicieron no sirvió para nada, es como siempre te digo, cuando haces esa súper comida que estuviste cinco horas y viene tu familia, la comen en dos minutos y vos sentís que te esforzaste en vano, trabajar en vano. O sea que los hijos de Israel vivían trabajando para otros y encima que trabajaban para otros, todos los meses les pagaban tributo a los otros, porque todo se lo llevaban y destruían lo poco que había quedado y dice que el pueblo estaba miserable. Entonces Dios viene a Gedeón, que era parte el pueblo, y era el que se escondía en cuevas y le hace dos preguntas: la primer pregunta que le hace Gedeón a Dios: (escuchá porque estas preguntas se las hacemos muchas veces a Dios), le dice: si Jehová está con nosotros, ¿por qué estamos viviendo tan mal? Vos me decís que Dios está conmigo, vos me decís que Dios me quiere, pero ¿por qué estoy tan mal? ¿Cuántas veces le hacemos esa pregunta a Dios?, yo voy a la iglesia, voy al grupo, diezmo, ofrendo, me porto bien, hago todo lo que tengo que hacer, y a mi las cosas no me resultan, a mi las cosas se me traban, me siguen saliendo mal, entonces dijo, si Dios está conmigo ¿cómo puede ser que me pase esto tan malo?y la segunda pregunta es: ¿dónde están todas las maravillas que nuestros padres nos han contado? Dios, si los sacaste del desierto, los metiste en el desierto y les diste maná, cómo puede ser que todo lo que me contaron mis padres, a mi no me de resultado, entonces ¿dónde están las maravillas? como cuando vos venís acá a la reunión y escuchas los testimonios de mujeres que no tienen que pagar nada de luz, de gas, de teléfono, que se sanaron, que su familia se unió, que su marido fue transformado, y vos decís, a mi me cuentan un montón de maravillas de Dios, pero a mi no me pasa, y cuántas de ustedes que vinieron por primera vez escucharon los testimonios y dijeron: esos son arreglados, porque decís, a ésta le pasa y a mi no me pasa nada, ¿cómo puede ser? y esto era lo mismo que Gedeón le estaba preguntando a Dios ¿dónde están las maravillas que nos han contado? Gedeón no podía entender que Dios, era el mismo Dios de sus padres, pero que operaba de una manera diferente, por eso vos tenes que entender, que Dios va a obrar en tu vida y va a operar en tu vida de acuerdo a tu crisis, con un sello particular, que lo que Dios va a hacer en vos, es único y que lo que Dios hace en la mujer de al lado, es único, los procesos son diferentes, las operaciones de Dios son diferentes, pero Dios es el mismo. Gedeón le estaba diciendo a Dios, yo me voy a seguir escondiendo en la cueva Dios, yo voy a seguir haciendo lo que hice hasta ahora, y vos encárgate de que las cosas cambien. Eso es lo que le decimos muchas veces a Dios, yo voy a seguir haciendo lo mismo, pero vos hacé un milagro, hacé que mi vida cambie, yo quiero vivir algo diferente, y las mujeres somos muy románticas en esto, las mujeres vivimos siempre diciéndole a Dios, hacé algo Señor, algo que cambie mi vida, que mañana me levante y esté mi marido transformado, mis hijos ya no se droguen más, a mi casa venga un cheque, que venga volando, que caiga en casa y que yo pueda pagar, hacé un milagro y Dios le va a devolver la pelota porque Dios siempre me devuelve la pelota. Dios le responde a Gedeón y le dice, me estás haciendo esta pregunta y yo te digo: Ve con esta, tu fuerza ¿no te envío yo? vos me estás preguntando a mí y yo te estoy diciendo, esas preguntas que me hacés, indican que hay una fuerza dentro tuyo, y con esta fuerza vas a lograr eso que estás queriendo. Le devolvió la pelota, le dijo no es que vos tenés que seguir haciendo lo mismo y yo voy a venir con algo nuevo a tu vida, es que vos tenés que hacer algo distinto en tu vida y ahí vas a ver mi poder y la manifestación de mi presencia.
Decí: tengo que hacer algo diferente. Porque si te estás matando hasta ahora y estás usando tu fuerza, que está muy bien, pero te estás matando y eso que estás haciendo no te está trayendo la bendición que querés, no es que Dios tiene que hacer algo, es que vos tenés que cambiar la dirección de tu fuerza para otro lado, ese mismo esfuerzo que estás haciendo, que no te da resultado, úsalo de otra manera, desviá, girá, hacé algo nuevo, hacé algo diferente, eso es lo que Dios le está diciendo: ¡Ve! le dice, sabés qué te dice Dios hoy ¿tenés un problema? ¡Ve! ¿Para dónde? para otro lado que el que estás yendo ahora, si para otro lado, decí para el otro lado. ¿Para dónde estás yendo? para allá, andate para allá. Dice ¿acaso no te envío yo? si Dios te dice que vayas, vos movete y andá porque dice, yo te envío y estaré contigo.-
Ahora vamos a ver qué hizo Gedeón, porque Gedeón podría haber escuchado la palabra y podría haberse vuelto a la cueva, haberse metido en la cueva, haberse quedado ahí, haber esperado otra vez a los madianitas que sacaran todo, que le robaran todo, ¿ves que no da resultado? me encontré con Dios, pero no da resultado, porque Dios le dijo: Andá hacé algo diferente.
Tres cosas hizo Gedeón, si vos las aplicás, vas a ser...
Alejandra Stemateas
Nos vamos a ver multiplicadas, yo sé lo que les estoy diciendo.
¿Cuántas tuvieron depresión?
¿Cuántas están pasando por depresión? sin miedo, levanten las manos, acá no juzgamos a nadie, acá damos palabra para solucionar problemas.
¿Cuántas conocen gente que está viviendo en depresión?
Qué difícil es vivir con una persona que tiene depresión.
Ustedes saben que todos los seres humanos somos susceptibles en caer en depresión. No es que porque sos una persona mala que te vino depresión, o porque pecaste te vino depresión, o porque hiciste algo incorrecto que te vino depresión. Ustedes saben que una persona puede tener depresión después de un gran fracaso o también después de un gran éxito, porque tanto fracaso como éxito son situaciones de stress, y el stress muchas veces te puede conducir a la depresión. O sea, vos pasaste por algo muy bueno y te vino una depresión y vos decís pero ¿cómo? si pude disfrutar, si tuve éxito, si las cosas me van saliendo bien, sin embargo tengo depresión, o pudiste haber pasado por un fracaso muy grande; esto me salió mal, las cosas no ocurrieron como me imaginaba voy de fracaso en fracaso y entonces puedo caer en depresión. Entrar en depresión, es entrar en una tristeza profunda, parece un pozo profundo, te parece imposible salir, parece que no hay nadie ahí, que no ves nada por delante, que no hay futuro, que ya no tenés control de tu vida, que ya no vas a poder hacer nada para salir de esa situación y que por delante no viene nada bueno. Y muchas personas que han caído en depresión, si llegan al nivel de la melancolía, que es el nivel más profundo de depresión, empiezan a pensar en suicidio y muchas veces también se suicidan. En uno de los programas de Utilísima, yo hablé justamente acerca del suicidio y traté a una mujer que me llamó por teléfono que quiso suicidarse, y ahí estuvimos, aconsejando a esta mujer porque ella había pasado situaciones difíciles, una detrás de la otra y ustedes saben que para una, uno tiene fuerza para otra, tiene un poquito de fuerza, pero las fuerzas parece que se van agotando y cuando se te dieron todas juntas, el cuerpo no responde más, la mente no responde más, parece que el espíritu tampoco te acompaña, y podes caer en una depresión.
El momento de depresión es un momento de dolor intenso, donde para muchas mujeres u hombres, la solución más sencilla seria desaparecer del planeta, nadie quiere matarse, en realidad todos queremos matar una situación que no nos gusta, quisiéramos no estar viviendo esa situación que estamos viviendo y creemos que la muerte muchas veces, es la mejor solución.
Vamos a ver un personaje bíblico, y después les voy a hablar de otros que pasaron por depresión. Recién estuvimos leyendo la historia de Elías. Dios contactó con esta persona con depresión, y si Dios usó este método terapéutico, da resultado para aquella persona que esté pasando por depresión.
Decí: Dios hoy, me va a dar estrategias para salir de mi depresión.
Dice que Elías se enfrenta a los profetas de Baal que eran enemigos de Dios y dice que él hace caer fuego del cielo, ¿alguien vio caer fuego del cielo alguna vez? no, no, es cierto, pero dice que Elías por su oración hizo que del cielo cayera fuego, o sea era un gran éxito, le mostró a todo el mundo que su Dios, era el Dios verdadero. Dijo, yo les voy a demostrar que Baal no es Dios, yo les voy a demostrar que el Dios en que yo creo, es el Dios verdadero, ustedes conocen la historia, arregló el altar, puso agua y prendió fuego a ese altar y Dios demostró quién era el Dios verdadero y la gente empezó a creer. Entonces él degolló a los profetas de Baal, una historia bien fuerte donde hay mucho éxito, pero hay mucho stress. Él encontró que tenía razón, ¿alguna vez te pasó que descubrieron los demás que tenías razón en lo que decías?, ¿y aunque tuviste razón y los demás se dieron cuenta, a vos te agarró depresión en lugar de alegría?
Te dijeron que habías robado, descubrieron que vos no fuiste la que robaste, que tenias razón, pero en vez de disfrutar, te agarró tristeza, ¿les pasó eso alguna vez? o por ejemplo, el jefe te dijo que hiciste un mal trabajo y vos dijiste yo lo hice bien esto estaba bien, te dio la razón, el jefe descubrió que estaba bien, pero no pudiste festejarlo, te agarró tristeza, angustia, depresión. ¿Te pasó eso? que después de haber tenido una victoria te has sentido triste y decís ¿cómo puede ser? si tuve una victoria, no la puedo disfrutar, esto es lo que le pasó a Elías, en medio de su éxito Elías quiere morir ¿y a quién le pide morirse? a Dios ¿Alguna vez le pediste al Señor morirte? Señor llévame porque no aguanto más y Dios dice, no me la traigan a esta vieja porque nos arruina el cielo, entonces el Señor te deja acá, para que arruines acá, pero que no vayas a contaminar arriba. Le pidió a Dios que lo matara, al dador de la vida le pidió que le quitara la vida, al que le dio la vida y que le dio un propósito, para que cumpla en esta vida, le dijo quitame la vida y Dios le dijo: Tengo un plan mejor. Decí: Dios tiene un plan mejor, vos te querés morir y Dios tiene un plan mejor, Dios te tiene preparado un plan mejor. ¿Cuántos quieren que el Señor tenga un plan mejor para cada uno de nosotros? Gloria a Dios. ¿Y qué hace Dios con Elías?
Lo primero que hace, le envió un ángel. Lo primero que Dios va a hacer cuando te vea angustiada, cuando te vea triste, cuando te vea en depresión, es enviarte un ángel y te va a enviar un ángel literalmente, o te va a enviar una persona con la función de ángel, pero te va a enviar un ángel. Decí, yo lo quiero y ¿qué va a hacer el ángel? te va a guiar, porque estás en un pozo, no ves salida, no ves camino, estás confundida, estás angustiada, lloras, lloras y no sabes por qué lloras, te va a enviar un ángel para encaminarte y ese ángel va a venir con instrucciones. Tal vez la persona que Dios te puso al lado, es un ángel que te trajo a este lugar, para darte instrucciones de parte de Dios, para que te encamines y salgas en victoria, porque Dios te quiere ver bien, Dios tiene algo mayor para tu vida y te lo va a dar, te va a enviar el ángel o te va a enviar una legión de ángeles, hasta que te des cuenta, salgas del pozo y conquistes lo que Dios te prometió. Gloria a Dios.
Dice que el ángel le toca el hombro y le da la primera instrucción, le dijo: levantate, vamos a decir cinco veces levantate: levantate, levantate, levantate, levantate, levantate, ¿qué le dijo? levantate, ¿qué tiene que hacer un depresivo? Levantarse. ¡Ay! pero no puedo, si tengo depresión, si estoy con depre, no puedo, vamos a explicar qué es: levantate. Imaginen qué posición tenía Elías, como estaría Elías, ustedes saben que a Elías lo perseguía una mujer para matarlo y los hombres cuando tienen una mujer que los persigue, lo pueden perseguir leones, osos hambrientos, el cobrador de impuestos, pero si lo persigue una mujer, arrugan. Qué le pasó a Elías, mató a no sé cuántos hombres y tenia miedo de una mujer que lo perseguía, y le dijo, te voy a matar bruja porque los hombres creen que las mujeres somos brujas, porque los hombres saben que las mujeres tenemos poder que viene del cielo. Amén. Le dice levantate, porque Elías, me imagino, estaba tirado en el piso, estaba acostado con la cabeza gacha, las personas depresivas o están tiradas en la cama o están sentadas y no se quieren levantar, o arrastran los pies, o viven agachando la cabeza o no pueden mirar hacia adelante, o sea el ángel le dijo: Dios te dice que cambies de posición. Dios le dijo: cambiá Elías de posición, a ver cuántas pueden cambiar de posición un poco ¿como están? ¿Sentadas? pónganse de pie, qué ven cuando ven acá adelante, el coro, me ven a mi, ven el cartel, los micrófonos, ven toda la gente de adoración, ahora yo les digo lo que dijo Dios a través del ángel, levantate, cambiá de posición, miren todas para otro lado, ¿qué ven ahora? las preciosas mujeres de este sector, porque acá se sientan las lindas, las populares y las divinas. Cuando yo cambio de posición, veo algo que hasta ahora no estaba viendo bien, porque ustedes de reojo podían ver mujeres, pero la visión de cambiar de posición es diferente y eso es lo que le estaba diciendo Dios a Elías, que estaba depresivo, levantate cambiá de posición, sentate correctamente, a ver, espalda derecha, mujeres no nos damos cuenta que estamos mal paradas y le dice, cambiá de posición porque cuando vos cambias de posición le estás dando un mensaje a tu cuerpo y le estás dando un mensaje a tu alma y le estás dando un mensaje a tu espíritu, que algo mejor viene para tu vida, que ese no es tu lugar, que te vas a levantar y vas a correr a la bendición, gloria a Dios. Hay mujeres que se han descuidado tanto. La depresión te trae eso, descuido, desánimo, desgano, la depresión te tira en una cama, la depresión te achica el mundo, la depresión hace que no tengas ganas de bañarte, que no tengas ganas de lavarte el pelo, que tengas ganas de no hacer nada, hay mujeres que uno las ve en la casa y ves que están hechas bolsa, tienen la ropa con la mancha de grasa, la mancha de aceite, porque cocinan con la misma ropa y duermen con la misma ropa, con el mismo jogging, pero es así, porque la depresión te hace eso, la depresión quiere anularte como ser humano, la depresión quiere que le des importancia, para que vos no existas como una hija de Dios que va a tener éxito en la vida, quiere dejarte a un costado del camino, y hay mujeres que viven desarregladas, desalineadas, que viven sin fuerzas, sin ánimo, la misma ropa todos los días, no se cambian ni la bombacha.
Vos sos una mujer digna de respeto, y la primera que se tiene que respetar sos vos, la primera que tiene que decir, esto no pude seguir así, sos vos, la primera que tiene que hacer un cambio de postura sos vos, y no te estoy pidiendo que si estás en la cama salgas a correr, te estoy diciendo que si tu postura es estar en la cama, por lo menos inclinate un poquito y sentate en la cama, así chiquitito porque la persona depresiva no puede hacer grandes pasos, pero chiquitito, una almohadita que te ponés atrás y ya no mirás para arriba ya mirás en otra dirección. ¿Te das cuenta? si estás sentada, un pasito levantate, no te digo que camines, levantate, en vez de mirar las cosas de sentada miralas parada, que es diferente, es muy diferente ver algo sentada, que ver algo parada, son cosas distintas mujeres, por eso lo primero que tenés que hacer es dar pequeños pasos, de cambiar tu posición, decí cambiá tu posición. Tenemos que empezar a cuidarnos, tenemos que empezar a querernos, insisto tanto en esto en el programa de televisión. Yo decía el otro día, que una cosa es cuidar nuestro cuerpo, y otra cosa es controlar nuestro cuerpo, hay mujeres que dicen: pero yo todos los días me peso para controlar mi cuerpo, mi peso, eso es controlar, y el control no viene, o no es resultado del cariño y del amor, eso es control y yo puedo controlarlo, porque odio mi cuerpo, por eso lo controlo, y lo que tengo que hacer es amar mi cuerpo y lo cuido porque lo amo, no lo controlo, lo estoy cuidando, y el cuidado nace del amor y es muy diferente, una cosa es tenerte odio a vos mismo y hacer cosas, a ver cuándo lo logro, a ver cuándo bajo estos kilos de más, a ver cuando hago tal cosa y eso es controlarlo, pero con odio y vos tenés que quererlo, cuidarlo y amarlo, ¿cuántas quieren amar su cuerpo?
Segunda instrucción. Mirá. Vamos a decirlo cuatro veces mirá, mirá, mirá, mirá. Dios siempre está interesado, sino leé todo el Antiguo Testamento, en la manera en que miramos, Dios siempre preguntaba ¿qué estás mirando? ¿Qué ves ahora? ¿qué es lo que mirás? porque Dios está interesado en ver la perspectiva desde el lugar desde donde estamos mirando, qué es lo que estamos viendo con nuestros ojos, mirá qué estás creciendo y lo primero que Elías vio, primero escuchó un viento, era un viento recio que rompía todo alrededor, luego vio el fuego, el terremoto y eso simboliza las circunstancias difíciles, simboliza los problemas, y Dios le dijo ¿qué estas mirando? donde están puestos tus ojos. Una mujer con depresión, es una mujer que se ha concentrado en lo negativo y solamente mira las cosas negativas de la vida, por eso Dios le dice, seguí mirando, ¿qué le dijo Dios?, ¿qué tenés que hacer? en medio de tu situación difícil ¿qué tenés que hacer?, seguí mirando, porque Elías estaba así, viento, fuego, terremoto, concentrado en lo negativo, concentrado en lo que dañaba, concentrado en ese problema que no podés resolver, concentrado en todo lo malo y Dios le dice, seguí mirando porque hay más, estás mirando tu problema y yo no estoy en tu problema , no me vas a encontrar en tu problema, no me vas a encontrar en esa circunstancia difícil, no me vas a encontrar en el viento fuerte, ni en el terremoto, no me vas a encontrar, porque no estoy ahí, sigue mirando le dice Dios. Vieron las mujeres como somos, que empezamos con un problema y al ratito seguimos con otro, y al rato con otro, no resolvimos éste, ni éste, ni éste, tiramos todos los problemas, pero no resolvimos ninguno, porque estamos atadas a las circunstancias, porque no queremos ir profundo, y él le dice, seguí mirando más profundo, eso quiero, que miren más allá del viento, más allá de la tormenta, quiero que miren más allá del fuego, más allá, más allá, cuando Elías se atrevió a mirar más allá, dice que vino como un silbido suave y apacible, y ahí sí estaba Dios, Dios no está en ese problema, Dios no es culpable de lo que te está pasando, las cosas vinieron porque vinieron, esa circunstancia difícil se dio porque tal vez, tomaste una mala decisión, porque elegiste mal, porque tal vez no supiste como resolverlo, pero no porque Dios te la mandó. Entonces le dijo, seguí mirando un poco más allá de esa circunstancia difícil, lo que Dios está haciendo en tu vida, cómo Dios está trabajando por eso, Dios te trajo acá hoy, porque Dios tiene un propósito grande para tu vida y Dios está trabajando, pero quiere que mires más allá de tu problema, hasta ahora el problema te cegó, está acá adelante y no hay manera de ver nada más, y Dios te dice: no, a ver un paso más, levántate y mirá desde ahí, porque hay algo más, yo no estoy en el problema, yo estoy fuera del problema, en el cielo apacible, yo quiero que vengas a un costado de ese problema y quiero que me mires y quiero que me hables desde el costado. ¿Saben qué mujeres? yo descubrí que muchas mujeres se concentran en su problema y no quieren concentrarse en Dios, mujeres que dicen, no, para mi Dios no, porque tienen todavía un modelo del Dios de la infancia, y vas a tener que sentarte en un momento en una silla en tu casa y renunciar y darle la espalda al Dios de tu infancia. ¿Qué quiero decir con esto? tenés que sentarte, y si el Dios de tu infancia fue el Dios que te enseñaron que te castigaba, que estaba enojado con vos, que quería que fueras una nenita buena, que te iba a retar por todo, que te iba a hacer pagar todos los errores que cometiste en la vida, tenés que sentarte y darle la espalda a ese Dios de la infancia, ese no es el Dios de ahora, ese no es tu Dios de ahora, Dios siempre está a tu favor, Dios siempre quiere bendecirte, Dios siempre quiere sanarte, quiere levantarte y quiere darte destino, amén, gloria a Dios.
Cambiá tu mirada, cambiá tu mirada, cambiá tu mirada, gloria a Dios.
¿Cuántas se sintieron malas alguna vez?
¿A cuántas las hicieron sentirse malas? si tenes un marido súper-bueno la mala sos vos.
¿A cuántas los hijos las hicieron sentirse malas?
¿A cuántas el jefe o los compañeros las hicieron sentir malas?
¿Cuándo tu suegra te hizo sentirte mala?
Hoy quiero darte una revelación ¿cuántas están preparadas para recibir una revelación? detrás de una depresión hay una mentira que te creíste, detrás de toda depresión hay una mentira que te creíste o te hicieron creer, te tragaste la mentira y estás ahí dando vueltas, que sos una mala mujer, que por ejemplo sos caprichosa, que nunca vas a lograr nada, que te sentís culpable por todo, que no tenés fe suficiente, que Dios te va a castigar que Dios está esperando para darte el mazazo y lastimarte. Hay una mentira detrás de tu depresión, hay una mentira que te hace vivir por debajo del nivel que Dios quiere que vivas, y estás viviendo de frustración en frustración, porque detrás hay una mentira ¿Cuál es la mentira que te dijeron?
¿Cuál es la mentira que hay detrás de tu tristeza?
¿Cuál es la mentira que hay detrás de tu angustia? esas veces que te pones a llorar y que no querés salir de tu casa, ni siquiera sabés por que estás llorando, esos días que te agarra tristeza mucha tristeza y no sabés por qué y decís, si, tengo todo para ser feliz pero no puedo, hay una mentira que te está dominando, te la creíste, tenés que discernir cuál es esa mentira que está detrás de toda depresión y eso te quebró, esa mentira te quebró tu espíritu de leona. me asombro de la cantidad de mujeres que me dicen, sabés Alejandra, yo era como vos de joven, no porque yo sea joven, sino porque ellas tenían veinte años y tenían la agilidad y la fuerza, yo era así, pero algo me pasó y perdí esa fuerza, porque vos sos una leona, lo que pasa es que las mentiras te hicieron renunciar a la fuerza que hay dentro tuyo, pero la fuerza está, tenés que atreverte a levantarte y mirar la vida donde está Dios, porque Dios está en la bendición, no está en el problema. Dios te dice correte donde estoy yo, porque si te corres donde estoy yo, bendición va a soltarse sobre tu vida. Yo aplaudiría más fuerte para darle la gloria a Dios...
Alejandra Stamateas
La recompensa siempre hay que buscarla, hay que reclamarla y buscarla, porque a veces dejamos pasar las cosas. Decí, mi recompensa la tengo que reclamar y la tengo que buscar, luego la disfruto.
El tema de hoy es un poco complicado, como los temas que estuvimos hablando últimamente, porque estuvimos hablando mucho de las parejas.
¿Qué nos dio Dios? la tierra
¿De qué somos dueños? de la tierra
¿Qué nos regaló Dios? la tierra
¿Y qué tenemos que hacer con la tierra? dominarla y someterla, no a otros seres humanos, sino a la tierra, dominarla y someterla.
A mi pareja le gustan todas las mujeres.
Hay muchos hombres que nos están mirando por Internet en este momento, porque están muy preocupados, soltamos el tema el domingo, muchos se preocuparon y muchos dijeron, me descubrieron, vamos a darle un fuerte aplauso a los hombres que nos están viendo, bienvenido, esta palabra le va a hacer bien a tu vida y a tu pareja.
Llamé a este tema: Hombres adictos a las mujeres. Así como hay mujeres adictas a los hombres.
Si estudiamos la historia de la humanidad, siempre se fueron alternando dos modelos masculinos. Primero, se daba uno con más fuerza, después se daba otro, en otra época se daba el primero, después en otra época se volvía al segundo. El primer modelo era el modelo del hombre puritano. ¿Qué era el hombre puritano? Era el hombre que consideraba que lo más importante era cumplir con el deber y ¿cuál era su deber?
- proteger a la familia,
- proveer a la familia,
- ser el hombre fuerte, que salía a cazar, a pescar, traía el alimento a la casa y que protegía a toda esa familia, tenía deberes.
Su única función, no era amar a la familia, no era demostrar amor, sentimientos, era más bien un hombre tosco, un hombre agresivo, un hombre duro, frío, porque el modelo que tenía, que se le había incorporado culturalmente, era el hombre "proveedor".
Y el otro modelo que le seguía a éste, que se iba combinando, de acuerdo a la época en la que se vivía, era el hombre playboy. ¿Qué es el hombre playboy?
Era el hombre cuyo signo distintivo era el placer, se dirigía no por el deber, sino por lo que a él le gustaba, por el placer, quería vivir la vida, era el hombre romántico, el hombre que cantaba, el trovador, el que trataba de conquistar mujeres, el que en realidad no iba demasiado a la guerra, porque no era el que defendía, sino el que se quedaba y lo que hacía era tratar de complacer, a todas las mujeres del reino, o sea era el vivo. Los hombres, se han criado con estos dos modelos, el hombre serio, el que quiere cumplir con el deber, y el hombre playboy, que quiere disfrutar de la vida, por eso muchos hombres, cuando se casan, tienen estos dos modelos metidos en la cabeza, dicen me caso para formar una familia y sentar cabeza, yo me caso para sentar cabeza, o la mamá que le decía, nene cásate para que de una vez por todas sientes cabeza, como que se iba a volver derechito, una vez que se casara. Y por el otro lado estaba el hombre que no quería casarse, pero quería vivir la vida, yo quiero disfrutar, porque supuestamente después que se casaban ya no se vivía más la vida y no se disfrutaba. Estos dos modelos están metidos en la cabeza de muchos hombres.
Pero, para el hombre adicto a las mujeres, el sexo, la conquista, no es un placer, el conquistar mujeres todo el tiempo, el pasar por la calle y mirar a todas las mujeres, el decir piropos a todas las mujeres, el ser infiel con otras mujeres, cuando él ya tiene su pareja, no es un placer, no pasa por el placer, sino por probarse algo a sí mismo, o sea, eso no es un placer, sino que es una batalla, como una guerra, no lo viven placenteramente, aunque parezca que sí, aunque parezca que es un revivo que sale con todas las mujeres, está re feliz porque es repiola, es el macho de América, no, no lo vive de esa manera, lo vive como una prueba que se tiene que hacer a sí mismo. Ustedes saben que los hombres, tienen que probar todo el tiempo que son hombres, los hombres constantemente hacen cosas, hasta los juegos que hacen, y las competencias de prueba, por ejemplo: dicen que los antropólogos, descubrieron que en Nueva Guinea, muchos años atrás, los marineros tenían que construir los arpones para cazar a las ballenas, y elegían un árbol, para afilar el arpón y ponían sobre el tronco de ese árbol su pene, lo ponían en contacto, porque así iba a tomar la fuerza del árbol, se iba a reforzar el pene, e iba a adquirir la misma fuerza de penetración que el arpón. Es de locos, vos te imaginas poner el pene ahí, para que tenga fuerza, para penetrar, como penetra el arpón en la ballena, y encima en la ballena, peor todavía. ¡Ay los hombres!
Existen muchos hombres, que ya tienen una pareja, o que están casados, que les estimula muchísimo la conquista fuera de la pareja, pero cada nueva aventura, les sirve para tranquilizarlos de que son hombres, o sea, en el fondo, esos hombres, no creen que son muy hombres, en todo Don Juan, hay un homosexual escondido.
Cada vez, que salen con una mujer distinta, ellos se confirman así mismos, que siguen siendo viriles, que siguen siendo hombres, pero a la vez necesitan de su mujer, con la que se casaron, con la que están en pareja, de la cual, de esa mujer, se sienten dependientes, porque es una actitud de un pre-adolescente, no puede decirle no a ninguna mujer, y a la vez teme convertirse en un adulto, por eso eligió una mujer para casarse, y elige otras mujeres, para que le comprueben que él es hombre, y tienen a ésta con la que se casaron, y no la pueden dejar, y no la quieren dejar, porque no quieren crecer, tienen, en realidad, en lugar de una esposa, como una especie de mamá, que los protege y los cuida, y ellos siguen siendo los pre-adolescentes, que no quieren madurar, tratando de comprobar que son hombres, relacionándose con otras mujeres. Estos hombres separan mucho lo que es el sexo, del afecto, una cosa es tener sexo, yo tengo sexo con esa mujer, pero no la amo, pero a ésta que tengo en casa la amo, pero la verdad no tengo ganas de tener sexo, ¿se dan cuenta? hacen esa diferenciación, me caso con una mujer, para que sea madre de mis hijos, pero sigo saliendo con las otras para tener sexo, porque no conciben una mujer, que pueda ser su esposa, madre de sus hijos y que tenga sexo y lo haga ver las estrellas, el sol, la luna, y todos los planetas juntos, no lo pueden entender, creen que una vez que se casaron con esa mujer, esa mujer de sexo, nada ¿cuántas casadas hay acá? demostrále a tu marido que podés todo y que lo haces muy bien. Decí yo puedo.
Y hay mujeres que aceptan ese rol, mujeres que de alguna manera, dicen, bueno, vos estate acá, yo te cuido, vos seguí siendo mi nene, y hasta de alguna manera, le dan permiso para irse con otras mujeres, anda a hacer la chanchada en otro lugar, no conmigo, a mi ni me toques.
Tienen dos características estos hombres:
La primera es la forma de abordar a su presa. Porque no va a escatimar recursos, porque es tremendamente seductor ¿cuántas conocen hombres seductores? hay mujeres que hacen fila para poder salir con ese hombre, aunque saben que ese hombre las va a terminar reventando y abandonando, pero les encanta ser las abandonadas de ese hombre, porque por lo menos tienen un título de algo, abandonada de ese, que todas las mujeres le andan detrás ¿conocen hombres así? ¿Qué hacen? no escatiman recursos para seducir a una mujer, le hacen regalos, lloran, prometen, le juran amor eterno, le escriben poesías, hacen un despliegue de tácticas y estrategias, que no tiene limite y todo esto no lo sienten en realidad, lo actúan, no es que sienten escribirte una poesía o una canción, o hacerte un regalo, lo hacen porque lo están actuando, lo actúan con tal de tenerte. Dicen que en Estados Unidos, existe un saltamontes, que para cortejar a una hembra, hace un baile que tiene dieciocho posiciones, dice que es más difícil que la salsa, y cuanto mejor ejecute la danza, más novias tendrá, el saltamontes, mira qué vivo, se mata, dice que se estruja el saltamontes, con tal de tener un montón de hembras alrededor de él, porque las necesita.
Y la segunda característica, es, que para estos hombres, la cantidad es mucho más importante que la calidad, o sea, quieren acumular mujeres, tienen su lista de mujeres, un listado largo, de todas las mujeres que tuvo a lo largo de su vida, y su refrán favorito es: todo bicho que camina, va a parar al asador. Este hombre, cuando ya cazó a su presa y una vez que tuvo a su mujer, ya no vuelve más a la escena del crimen, si te he visto no me acuerdo, estuvo tres años tratando de seducirte, de seducirte, de seducirte, cuando le dijiste que sí, te acostaste con él y si te he visto no me acuerdo, porque sería para él, una bajeza, volver con esa mujer, porque quiere decir, que le está pasando algo emocional con esa mujer, y para estos hombres eso es puro sexo, no tiene que haber nada emocional, entonces no puede verse envuelto, porque sino va a perder su reputación de Don Juan. Entonces, cuando vos te encuentres con un Don Juan, que hace todo ese despliegue, las dieciocho posiciones, como el saltamontes, para atraerte y hace todo lo imposible, y te baja la luna, con flores, ese hombre, lo único que quiere es ir a la cama con vos, y una vez que ya te tuvo, no vuelve más, pero vos decís: no me llamás, no te va a volver a llamar mi vida, nunca más, ya está, te llama mientras no te acuestes con él, una vez que te acostaste, ya está.
Estos hombres, Don Juanes en definitiva, son dependientes, ya que necesitan salir con muchas mujeres, para recibir la aprobación femenina, ahí los que saben, los psicólogos dicen que hay un gran conflicto de odio con su madre. Él dice, necesito que las mujeres me acepten para sentirme hombre, pero no que me acepte una, con la que estoy casado o dos, todas, no importa qué mujer sea, por eso le viene bien cualquier mujer, no importa si tenés ochenta años, todavía tenés una oportunidad ¿viste? no les importa si sos linda o fea, si sos alta, gorda, él te va a hacer sentir como una diosa, la mejor, sos bárbara, que inteligente que sos, vos ni terminaste el jardín de infantes, para que caigas y una vez que caes te abandona, porque cuando vos le dijiste que sí, él dijo soy macho, todavía puedo, soy hombre, no soy mujer, todavía puedo, todavía soy fuerte, todavía soy viril y eso es lo que vos le comprobaste, al decirle que sí. él dice, si yo cotizo, soy varón, por eso cuál es la bolsa, donde se tienen que fijar todos los días las mujeres, si él cotiza es varón, por eso, cada vez que entra un hombre a un lugar y todas lo miran, ese hombre se siente el hombre más macho de América, por eso hay hombres que quieren venir a la reunión de mujeres, ¿te diste cuenta por qué? te diste cuenta por qué te insiste para venir acá, porque sabe que todas lo vamos a mirar, mirá sino los de adoración, sino ellos van al ministerio de adoración cuando hay reunión, y dicen, nosotros vamos a la reunión de las mujeres, a las cuatro de la tarde, los miran como los machos de América, son los machos de adoración, los que vienen acá a adorar los martes y jueves. Eso es lo que se corre, se corre eso en adoración, los demás que dirigen adoración, en otros cultos yo duraría, pero éstos no.
En definitiva son hombres inconclusos e indefinidos, tratando de encontrarse a sí mismos pero por caminos errados, equivocados, porque creen que saliendo con varias mujeres van a poder completarse, van a encontrarse a si mismos. Su confianza proviene sólo, de la aceptación del sexo opuesto, si una mujer le dice ¡sí! ese hombre vuelve a recuperar la confianza, cuando una mujer le dice que no, ese hombre pierde la confianza, hay una canción, que canta Arjona, que dice: "Dime que no me tendrás pensando todo el día en ti", en realidad pensando todo el día en él, que le dijo que no, porque lo ve medio trolo, por eso le dijo que no, y dijo, ¿cómo hago para enganchar a esta mujer? que en realidad yo me sienta hombre otra vez, y vos crees que te lo está diciendo a vos, pero está tratando de ver si él es hombre. El Don Juan necesita a las mujeres para sobrevivir, y por eso es adicto a ellas, no es como el psicópata, el manipulador, que en realidad rebaja a las mujeres, y las odia, él las necesita para sentirse completo, para sentirse joven. ¿Qué pasa si una mujer, que hoy está en este lugar, o nos está viendo por Internet, o va a escuchar este C.D. vive con un hombre pollerudo, mujeriego, don Juan, conquistador, picaflor, chamuyero, degenerado? ¿Qué hacés si te casaste con un hombre así? por ejemplo: te recuerdo lo que hablamos la semana pasada, que el camino más excelente es el amor, que nuestro problema no es haberle dado amor, el amor no es el problema, el problema son las cosas que aceptamos en nombre del amor. Si yo dije, yo voy a ser tu mamá, con tal que te cases conmigo, voy a transformarme en tu mamá, y te voy a permitir tener todas las parejas que quieras, si vos aceptas eso, en nombre del amor, el problema no es el amor que le das, sino lo que aceptás en nombre del amor, entonces tener problemas de pareja no es una cuestión de fe, yo reconozco que en este ministerio, las mujeres que conozco los martes y jueves, son mujeres de fe, que van en contra de todo, y logran todo lo que se proponen, por eso, cuando tenés un problema de pareja, no es un problema de fe, no es que te falta fe, es un problema de amor, que no sabemos cómo dar ese amor, y dijimos, que la fórmula para nuestras parejas era amarlos más, y necesitarlos menos, que tenemos que aprender a amar más a esos hombres, pero necesitarlos cada vez menos, y tener diferentes fuentes de pasión, para no depender y no estar mirándolo todo el tiempo a él, para ver si me da lo que necesito, o no me está dando lo que yo necesito...
Alejandra Stamateas
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Hoy les voy a hacer una propuesta especial, pero va a ser para algunas, para las que se atrevan. ¿Cuántas son atrevidas? Hoy vas a descubrir una nueva faceta tuya.
Encontré en las calles una publicidad y dije: “qué bien me viene para el tema que tengo que hablar”, una publicidad de algo muy rico, para las que les gusta: una barra con chocolate, y adentro viene con menta. Salió una publicidad nueva que dice: “Los años pasan y ellos siguen llevándose bárbaro: la menta y el chocolate.” Después dice: “…un extra que vos te merecés.” Y la verdad es que nos merecemos tener buenas parejas. Cuántas dicen: “yo me lo merezco.”
¿Cuántas han sufrido por amor? ¿Cuántas dicen: “la verdad que me equivoqué en la pareja”? ¿Cuántas sienten que se equivocaron, que cometieron un error en ponerse en pareja?
“Si no hay amor no gano nada.” Cuando elegís a tu pareja generalmente la elegís por dos motivos: o porque es muy parecido a vos, o porque es muy diferente a vos. Pensá… ¿por qué lo elegiste? Algunas lo eligieron porque son muy parecidos, “somos como dos gotas de agua, y que bárbaro: a él le gusta lo mismo que a mí, nos elegimos porque nos sentimos iguales”; o bien porque es el lado opuesto: “a él le gusta otra cosa distinta a mí, y eso me encanta.” ¿Cuántas eligieron porque eran iguales? y ¿cuántas porque eran totalmente opuestos?
Fíjense qué interesante: de lo primero que nos enamoramos es de lo primero que después nos desilusionamos. Generalmente nos divorciamos por lo mismo por lo que nos enamoramos. Por ejemplo: te enamoraste porque él era muy sociable, se daba con todo el mundo; después de unos cuantos años decís: “al final está todo el día con sus amigos y a mí no me da bolilla…” lo mismo que te unió ahora te separa. O decís: “a mí me gustó porque era un hombre muy trabajador y ahora decís que está todo el día en el trabajo, todo el día afuera, sólo piensa en trabajar. Por ejemplo, te enamoraste de él al principio porque decías: “es muy responsable y serio”, y ahora, después de tantos años, te parece aburrido; pero antes era responsable y serio. Te enamoraste porque era muy alegre: “él me divertía, me contaba chistes” y ahora, después de tantos años, el alegre se vuelve ‘un inoportuno que parece un payaso’. “Porque él era fuerte y protector” y después te diste cuenta que era un maltratador… De lo mismo que te enamorás es de lo que después te da ganas de separarte, ¿no es así? Ya sea parecido u opuesto, hay cosas en un momento del matrimonio que te resultan irritantes, tanto para vos como para él, que ya medio como que te molestan. Por ejemplo: la falta de comunicación, no sentirte acompañada, no estar de acuerdo en cómo educan o crían a los hijos, que él no te apoya en los sueños que vos tenés, que él no está siempre con vos, que no te entiende. Son cosas que, a medida que van pasando los años parece que nos molestan más y nos irritan más.
Quiero que pienses y recuerdes… ¿qué es para vos el amor?, ¿qué era para vos amar, aún antes de casarte o de tener una pareja? Por ejemplo, cuando pensabas en el tema del amor ¿qué sentías?, ¿qué imaginabas vos que era el amor? Por ejemplo: qué lindo era cuando te ibas a encontrar con alguien por primera vez; pero el hecho de hablar con tus amigas de ese encuentro –antes y después del encuentro– ¡¿no era más emocionante que el encuentro mismo?! Compartir todo eso: “¡no sabés!, me llamó, me dijo, me escribió, me voy a encontrar, me dejó un mensaje”…era lindo ¿no? Era eso el amor… ¿no parecía que eso era el amor? Ahora bien: nosotras lamentablemente tenemos muchos pre-conceptos acerca del amor y muchos esquemas, porque nos han hablado del amor en los cuentos, nos han hablado del amor en las telenovelas, en las canciones. Muchas veces tenemos una visión extremista del amor, y creemos que si no hay pasión no hay amor, creemos que el amor es pura pasión, y si no hay esa pasión ya no existe el amor. Y de pronto decimos: “bueno, en mi pareja no hay pasión, hay muchas cosas que se perdieron, y además como hay cosas que me irritan, yo creo que me equivoqué al casarme con este hombre.” Por ejemplo, decimos: “él antes no era así; o tal vez yo me casé muy joven y ahora maduré, crecí y lo superé a él, y lo que antes él me daba ahora ya no me sirve, no me alcanza, porque yo ya estoy más madura, más crecida, o tal vez me hice una imagen ficticia de él.” A veces queremos ver en otras personas lo que no son, pero lo vemos porque no queremos ver más profundamente; o nos casamos con poca información: lo conociste, dos semanas, te casaste en un mes, no lo conociste demasiado. O tal vez creías que ciertos rasgos de la personalidad van unidos y decías: “este hombre es re-simpático, y si es simpático debe ser inteligente”… y quedó en simpático, ¡pero inteligente no fue nunca! Claro, decís: “ciertas cosas vendrán unidas: si conozco esto de él, todo lo demás debe ser bueno”, y tal vez tenía solo una cosa buena que te mostró, y en todo lo demás era un desastre. Tal vez lo que vos hacías era pensar en cómo él te hacía sentir en ese momento, y no cómo él realmente era; porque a veces las mujeres nos engañamos: si nos hace sentir bien creemos que es bárbaro… y tal vez nos hace sentir bien porque sabe cómo hacernos sentir bien, pero al final el hombre es un desastre, no es bárbaro en nada, y entonces la relación se va desgastando.
Y ahora, ¿qué hago si pienso que me equivoqué? Podemos hacer tres cosas; y quiero que me entiendan bien: en este ministerio tenemos mujeres divorciadas, viudas, solas, o con ganas de tener pareja, mujeres que no quieren saber nada con un hombre…hay de todo; y en los mensajes a mí me gustaría tocar todos los temas, para todas. Pero a veces vamos tocando temas por sectores. El otro día tocamos el tema de los cuarenta, y no todas acá tienen cuarenta (¡todas tienen menos!), pero vamos tocando por áreas. Yo sé que esta palabra le va a servir a algunas mujeres, y otras me van a decir: “yo Alejandra definitivamente no quiero saber nada más con mi marido; yo ya estoy divorciada, ya decidí, y estoy feliz como estoy” Perfecto; yo no te voy a hacer cambiar de opinión. Le voy a hablar a aquellas que quieren que se produzca algo distinto en su pareja, y que se atreven a que pase algo nuevo. ¿Cuántas quieren que pase algo nuevo en su pareja? No con otra pareja; por eso es un desafío este mensaje.
Si sentís que te equivocaste, que todo va de mal en peor, que ya no lo conocés, que no se aman, que no se quieren, que no hay pasión, podés hacer tres cosas, tenés tres alternativas: podés abandonar la relación y buscar un nuevo amor: “ya está, no va más; busco un nuevo amor, abandono la relación.” Y hablamos la semana pasada que nunca teníamos que actuar impulsivamente, porque si actuamos impulsivamente esa decisión que parece buena después la lamentamos. La culpa que nos trae, la angustia, el dolor… en vez de ser algo bueno termina siendo negativo para nosotras y para nuestra familia. Hay mujeres que dicen: “ya está, ya se terminó; acá no pasa nada, ya no siento nada, él tampoco siente nada por mí, nos equivocamos, somos como el agua y el aceite; abandono la relación y busco un nuevo amor.”
Hay otras mujeres que dicen: “no importa cómo está la situación, yo me voy a quedar y voy a continuar la relación y voy a ver si puede surgir algo nuevo”, ese es otro grupo de mujeres; dicen: “yo me voy a quedar pero voy a hacer algo para que pase algo nuevo en mi pareja.” Es la segunda alternativa.
Y hay una tercer alternativa que es: “me quedo en la pareja, pero sintiéndome amargada y fracasada” o sea, me levanto con bronca en la mañana y me acuesto con bronca en la noche. Odio más, sigo odiando más, hasta que algo pase, pero me quedo porque siento culpa de terminar de esta relación, porque no me quiero ir con otra pareja, porque no quiero hacer todo de nuevo, porque no quiero que mis hijos estén mal.”
Son esas tres alternativas. La primera: abandono la relación y busco un nuevo amor. Segunda: continúo en la relación pero tratando algo nuevo. Tercera: continúo la relación pero sintiéndome herida, amargada, frustrada y llevándome por pensamientos negativos.
Si yo elijo esta tercera de quedarme pero amargada frustrada y mal, voy a hacerle trampa al amor, y te voy a explicar eso. Trampa, porque decidimos que me quedo en una situación de frustración, de enojo, de amargura, y voy a tratar de hacer todo lo posible para que él cambie; y eso es hacer trampa al amor, porque yo estoy queriendo amar a un hombre que es diferente al que tengo, por eso lo quiero cambiar. Y eso es hacer trampa al amor, porque no quiero amar a ese hombre, quiero que cambie; o sea quiero amar a otro hombre en el cuerpo de él, porque le estoy exigiendo que cambie. “¿Pero qué?… ¿no tiene que cambiar?” Sí, claro; yo puedo ayudar a la persona a que cambie; yo le puedo decir a una persona: “mirá, sería bueno cambiar esto” y ayudarlo a cambiar. Pero el cambio tiene que ser en la dirección que ese hombre quiera, no en la dirección que nosotras queramos; porque si ese hombre va a cambiar para hacernos felices a nosotras, ese cambio no va a durar nada; él no va a ser feliz y nosotras no vamos a ser felices. O sea, si un hombre decide cambiar yo lo puedo ayudar. Por ejemplo, tu marido te dice: “yo soy un poco tímido, y a mí me gustaría ser más desenvuelto”, ahí quiere un cambio él, en la dirección de desenvolverse mejor en su trabajo, o en lo que sea; bárbaro, lo ayudo. Pero si yo le digo: “tenés que cambiar y estar conmigo las veinticuatro horas, porque yo te quiero acá al lado mío”, él tal vez o no lo va a hacer, o si lo hace será para hacerme feliz a mí; y eso no nos sirve a ninguno de los dos. No sirve, no tengo que hacer trampa. Querer amar a otro hombre en el mismo cuerpo de mi marido es hacerle trampa al amor. Entonces no tengo que pedirle que él cambie. Decí: “puedo señalarle algo, pero no hacer campaña en su contra.” Una cosa es señalar algo y otra cosa es hacer campaña en su contra: “¡porque tu padre, vos sos así, y tenés que cambiar..!”, no, no. Mejor: “¿Hacia dónde vos querés cambiar?, ¿cuál es tu expectativa?, ¿cuál es el cambio que vos querés que se produzca en tu vida? Tal vez yo te pueda ayudar en algo, pero no voy a pretender que cambies algo que vos mismo no querés cambiar.” ¿Cuántas saben que hay hombres que no quiere cambiar ciertas cosas? Así como nosotras tampoco queremos cambiar tantas otras…
¿Cuál es la solución? Si irme con otro hombre me va a traer culpa, angustia, si lo hago impulsivamente –porque hay otras mujeres que lo han hecho y no les ha traído culpa, pero a mí me trae culpa, me angustia–; si tampoco la solución es quedarme así, esperando que él cambie y sentirme frustrada, entonces… ¿cuál es la solución? La segunda: quedarme, continuar en la relación y ver si surge algo nuevo; o sea, en lugar de quedarme amargada, quedarme con esperanzas, y encender –o ver si se puede volver encender– ‘la chispa del amor’. Porque todos tenemos que trabajar en el amor; si tenemos el mito de que el amor crece solo y se alimenta solo, “ya te casás y las cosas tiene que funcionar” esa es una gran mentira. Si nosotros no alimentamos el amor, si nosotros no hacemos crecer el amor, el amor se muere solo, se desvanece. Por eso en una relación de pareja siempre tenemos que hacer algo para que ese amor crezca. Y lo peor que nos puede pasar es creer que sabemos todo sobre nuestra pareja; hay un montón de cosas de tu pareja que no sabés, y hay un montón de cosas que tu pareja no sabe de vos, porque los seres humanos cambiamos todo el tiempo, no somos igualitos que a los veinte, cuando nos casamos, o a los dieciocho, o a los treinta; hemos crecido, hemos madurado. Por eso siempre hay algo por descubrir en el otro –que tal vez no lo queremos hacer–, pero siempre hay cosas para descubrir.
¿Cómo hago para continuar esa pareja que yo siento que no funciona, pero quiero quedarme y quiero ver si surge algo nuevo?, ¿cuál es la clave…? Te voy a dar una clave que va a ser primordial para poderte llevarte bien en tu relación de pareja: amarlo más y necesitarlo menos. ¿Cuál es la clave que le tenés que enseñar a tus hijas cuando se van a poner en pareja? ¿Qué tenemos que hacer entonces?: amarlo más y necesitarlo menos. Te voy a explicar qué significa esto; ésta es una fórmula que no te va a fallar nunca en la vida. Amarlo más y necesitarlo menos. “Pastora, ¿amarlo más… con todo el amor que le di?, ¡yo me maté!” Tu problema no fue el amor; tu conflicto de pareja no fue por el amor que le diste, sino todo lo que permitiste que te hicieran en nombre del amor. Tu problema no es que amaste a alguien –porque no hay nada más lindo que soltar amor, no hay experiencia más linda que amar a alguien– sino todo lo que permitiste en nombre del amor. Si para vos amar a alguien era decirle: “soy tu esclava, soy tu sirvienta, me podés tratar como quieras” fue un problema; las cosas que permitiste en nombre del amor; pero eso no tiene nada que ver con amarlo más, porque el amor no daña. El problema es lo que aceptás en nombre del amor. Amarlo más implica descubrir que dentro tuyo hay una mujer alegre, divertida, pasional y sensual, a la que –con los años– lo único que hiciste fue meterle tierra encima, pero que sigue estando dentro tuyo; eso significa amarlo más: poder sacar la mujer alegre, divertida, sensual y pasional. Decís: “¡pero no me sale!”… porque tenés que amar más. Acordate que amar no es soportar todo. Hay mujeres que se van con otro hombre porque dicen: “porque yo con él descubrí que todavía siento, que todavía me pasan cosas, que se me mueve todo adentro, que todavía puedo gustar”; esa mujer está ahí adentro tuyo; se desactivó en un momento, pero sigue estando; y tenés que activarla con tu pareja, porque por las broncas y rencores la tapaste y te sentís una mujer fría, que no podes dar amor, que no sentís nada, que las caricias ya no te hacen nada… tenés que volver a desenterrarla. “Tengo que sacar mi mujer pasional”, eso es amarlo más.
Yo les dije que este es un mensaje para un grupo nada más.
¿Qué es amarlo más? Significa ser más su compañera y menos su crítica. ¡Cómo les gusta a las mujeres ser maestras ciruelas, andar señalando todo!; porque nos adelantamos a las situaciones y ellos nos cuentan algo y nosotras ya estamos enseñándole: “ojo con aquello, esto lo hiciste mal, ¿por qué le hablaste así por teléfono?, no tenías que decirle eso a tu jefe”, porque somos mamás y maestras. Entonces: amarlo más significa ser más una compañera que una crítica; porque a veces nos transformamos en críticas, y ha pasado el tiempo y –por las broncas que tenemos, y por esa mujer pasional que hemos guardado– lo único que nos sale ahora es ser crítica de nuestra pareja, y vivimos criticándolo. No estoy hablando de ellos (que ya tienen su parte), estoy hablando de nosotras. Amarlo más implica sentirnos a gusto con él tal como es; y esto es lo más difícil que hay, porque –como dijimos antes, de hacerle trampas al amor– queremos amar en el mismo cuerpo a alguien diferente; y amarlo más es soltarle amor a ese hombre, que es así como es, con todos sus rayes, con toda su locura, con todas sus ñañas, amarlo así como es. Porque el amor no tiene que ver solamente con lo que tu pareja hace, sino cómo reaccionas vos frente a lo que tu pareja hace, qué interpretación le das a las cosas que él hace. Si vos por ejemplo ves que tu pareja está todo el día hablando con su mamá –tu suegra– y habla, y habla, y no se puede desprender; y decís: “no entiendo por qué está con ella, que le llena la cabeza, y toda la historia”…ahora ¿el problema está en lo que él hace, o en cómo vos interpretas la situación?, ¿no será que él necesita hacerlo?; ¿y por qué no lo podemos amar con esa debilidad? ¿Por qué te lo aguantaste al principio del noviazgo, y hasta la llamabas ‘mamá’ a tu suegra? (¡porque te lo querías enganchar!), pero eso de ‘mamá’ más bien es: “a esta vieja no la aguanto.” Amarlo más significa estar más atenta a cómo yo interpreto lo que él hace; y en verdad, si quiero amar más tengo que interpretar las cosas de una manera diferente.
Así que, ¿cómo se ama más?:
1) Re-enfocándome
Re-enfocarse es preocuparse menos por lo que hace nuestra pareja y concentrarse más en lo que nosotras necesitamos. Supongamos que digo: “él no me presta atención” y me concentro en que él no me presta atención, “él está en otra cosa, no me da bolilla, no viene a casa temprano, no me habla, no me entiende”; en vez de concentrarme en las actitudes de él, me tengo que concentrar en lo que yo estoy necesitando: “tal vez me sienta muy sola, y lo que necesito es algo que –tal vez– él no me lo pueda dar; pero lo tengo que conseguir por otro lado” …¡y no va a ser con otro hombre!, porque vas a caer en lo mismo: es una necesidad tuya y la vas a tratar de buscar en otro hombre que tampoco te la va a dar; porque la necesidad es tuya, decí: “la necesidad es mía.” ¿Cómo puedo darme compañía, estar ocupada, sentirme querida, sentirme amada, sentir que me dan importancia, desde otro lugar, bajo otra circunstancia?, ¿cómo me voy a proveer de eso que estoy necesitando? Porque es evidente que este hombre no me lo puede dar, porque es así. ¿Cuántas cosas le exigís a tu pareja que tu pareja no está en condiciones de darte, porque ‘no le da’ para dártelas? No le da el cuero para darte, no puede o no quiere, porque hay hombres que tampoco quieren, o lo que sea. Entonces ¿por qué vas a la misma fuente?, ¿por qué no buscas otra fuente, otra forma de satisfacer esa necesidad, que es tuya? Porque él no necesita de compañía… ¡la que necesita de compañía sos vos! Y no es engañándolo, buscando otro hombre, sino buscando otra pasión. Cuando usted dice: “a ver ¿qué puedo hacer yo para no sentirme tan sola y no tener que depender de que él me llame por teléfono, me abrace o me diga te quiero…?” Si usted encuentra la manera, usted vuelve a transformarse en una mujer llena de poder, y ya no le cuesta tanto soltar el amor, porque no está esperando nada, porque no es que usted ama para que el otro le cubra una necesidad; porque entonces se va a ver en crisis siempre, porque los otros no pueden cubrir todas nuestras necesidades. Y cuando yo siento que puedo buscar otra manera de no sentirme sola –por ejemplo– ahí yo empiezo a soltar el poder que hay dentro mío y me transformo en una mujer llena de poder; y ya no me da miedo arriesgarme a amar a esa persona tal cual es, sabiendo que tal vez justo eso ahora no me lo puede dar.
2) Re-enmarcar
¿Vieron cuando le ponemos otro marco a un cuadro? Si yo le cambio el marco lo veo totalmente diferente; puede ser mejor o peor; puede verse de más categoría o de menos, de acuerdo al marco que tenga. ¿Qué es re-marcar una situación de pareja? Es ver la situación desde distintos puntos de vista. Por ejemplo: “yo lo veo a mi marido sentado en el sillón, y yo lavando los platos; él es un vago que no hace nada”; ¡hace veinticinco años que venís diciendo que tu marido es un vago! O sea, a esa escena le ponés siempre el mismo marco; ¿cuál es el marco?: “vago; porque mi marido es un vago”; lo critico, le hablo a todo el mundo de que él no sirve para nada… y eso hace que yo me enoje más, que no quiera ser una mujer pasional, no quiero darle más amor; y yo cedo, cedo y cedo y siempre le pongo el mismo marco. ¿Qué tengo que hacer para amar más? Cambiarle el marco; interpretar esa situación de otra manera. Y acá tenemos que ser muy sabias… ¿Cómo voy a interpretar esa situación de otra manera? Por ejemplo: lo veo sentado
–como lo veo hace veinticinco años– sin hacer nada, pero ahora mi actitud cambia y digo: “¿no será que este hombre sabe disfrutar más de sus momentos libres?, ¿no será que él me está enseñando cómo debería disfrutar yo de mis momentos libres, y yo no lo puedo hacer, y por eso me da bronca que él lo haga?, ¿no será que él sabe lo que es pasar momentos de tranquilidad en el día, y de descanso, mejor que yo…?” Entonces, ¿qué hice ahí?: le puse otro marco… ¿no suena diferente eso? Darte cuenta que ese hombre –por ejemplo– no está ahí sentado en el sillón para dañarte la vida a vos; está tirado en el sillón porque le gusta estar sentado en el sillón; no lo hace en contra tuya; lo hace a favor de él. “¿Pero por qué está tirado ahí?, ya le voy a mostrar que es un vago… ahora no hago nada” ¡‘No hago nada’ no! Oime: no lo está haciendo en contra tuya, lo está haciendo a favor de él; en ese momento no quiere hacer nada, solo quiere descansar. Tengo que re-enmarcar esa escena. Nunca lo hace en tu contra; si pensás así de todo lo que ves que hace tu pareja… Él no lo hace en tu contra; lo está haciendo porque no sabe actuar diferente, y porque lo está haciendo a favor de él; pero eso no quiere decir que te lo hace para ‘refregártelo en la cara’ y para que vos sufras. Este mensaje es para algunas de ustedes…
Por ejemplo, la típica escena: abre el placard y dice “uuuy, no tengo una camisa limpia”, la mujer tradicional va a ir donde está el lavarropas, o la soga, y va a buscar una camisa, se la va a planchar… “hmm, acá la tenés” ¡¿Cuántas hicieron eso alguna vez?! Otra mujer va a decir: “¡yo no soy tu sirvienta!, ¿qué te creés, que yo te tengo que planchar las camisas? …a mí la pastora Alejandra me dijo que no tengo que hacer nada, y yo no voy a hacer nada”, y entonces él empieza a gritar, le seguís gritando, vos defendiendo tus derechos, él sigue gritando, él te prohíbe venir a la iglesia, a la reunión de los martes, porque dice que te están llenando la cabeza, “…y qué le vas a enseñar a tus hijos” ¡y se arma el desastre total por una camisa! A ver… ¿cómo re-enmarcamos eso? El hombre abre el placard: “no tengo una camisa limpia” “…ahá, es verdad, no tenés una camisa limpia… qué pena” ¡y respondés con simpatía! Eso es una forma de amarlo más: responder con simpatía frente a las situaciones en la que actuarías como una mujer tradicional, o irías como un gatito atrás haciendo todo, o lo harías como una mujer enojada y frustrada, peleándote y generando más peleas. Actuar con simpatía frente a esas situaciones es amarlo más; y no es ceder a lo que él quiere, porque no vas a ir corriendo a buscar una camisa limpia y planchársela para que la tenga; le vas a decir: “es verdad, no hay una camisa planchada.” ¿Te das cuenta qué simple? O sea: no necesariamente le tenés que resolver a él todo lo que él quiere, porque él y nosotras tenemos que entender que los demás no están para que les cumplamos las expectativas. Entonces vos no te podés enojar porque él espera que le planches la camisa; él podría enojarse por eso, y él puede seguir queriendo que le planches la camisa; lo importante es cómo reaccionás vos frente a eso. Él lo puede querer; vos tal vez te podés enojar por eso, pero tampoco vas a ir a atrás a hacérselo. Una cosa es la expectativa que él tenga, puede ser que él quiere que estés temprano en tu casa… ¿y por qué te vas a poner mal? Eso no quiere decir que vos estés siempre temprano. Ó él quiere que le cocines la comida como le cocinaba la mamá; esa es su expectativa… ¿está mal que tenga esa expectativa? Él lo aprendió así, y es la manera que él cree; y bueno, es su creencia. Eso no quiere decir que vayas y le hagas la comida como él quiere. Mirá si él quisiera que le cortes las uñas de los pies con la boca …¡es su expectativa! ¿Vos vas a ir a hacerlo? Pero tampoco te enojes por la expectativa de él; “a vos te hubiese gustado tener una mujer así; pero acá estoy yo.” Responder con simpatía no es ceder, no es pelearse; es amarlo más. Porque así podemos amar lo que esa persona es y no lo que debería ser. Yo tengo que entender que mi marido tiene ciertas expectativas con respecto a mí, con respecto a los hijos, con respecto a su trabajo, con respecto a la vida, y también una expectativa con respecto a Dios; tiene sus expectativas. Y yo no me tengo que enojar por las expectativas del otro, porque yo también tengo mis expectativas: “yo quiero que mi pareja me proteja”, esa es mi expectativa; ahora: hay que ver si él me quiere proteger.
¿Cómo le gusta amarte a tu marido? Eso es lo que tenes que aprender; ¿cuál es la manera que él siente que te expresó todo el amor del mundo? Porque hay hombres que les gusta amar regalando, sienten que cuando regalan te están amando; pero hay otros hombres que sienten que sentarse en el sillón al lado tuyo diez minutos es amarte, mirando la tele juntos; “estuvimos toda la tarde juntos vieja, qué bien que la pasamos.” Tenemos que descubrir qué es para ese varón amarnos a nosotras; tengo que descubrir cuál es el código de amor para él. Para él hacer el amor es darte un beso en la cara, hacer todo lo que tenga que hacer –…la regla de ‘los tres minutitos’– y dice: “…qué bien que la pasé gorda, me hiciste ver las estrellas” …¡y vos estabas esperando otra cosa! Porque tenías otra expectativa; pero para él fue la noche mágica; y decís: “¿eso es todo, no hay nada más?”, pero para él fue una noche espectacular; y vos decís: “ya no hay pasión en esta pareja”, y él te dio lo más que pudo, porque al viejo no le da más, te dio lo mejor que le salió esa noche; y él se sintió en el cielo, y se siente el macho; y vos decís: “¿esto era?”
En mi casa, a mi papá le gustaba todo lo grande: le traía los fines de semana a mi mamá veinte docenas de flores estrilipcias –esas que son laaargas– y todos los sábados mi casa parecía un cementerio, pero mi mamá no le decía nada porque era la manera que él sentía que amaba a su mujer: llevándole flores. Y mi mamá en vez de decir: “para qué gastas la plata en eso”, noooo, porque era lo que a él le salía. Mi papá era un hombre muy duro, entonces lo que le salía era llenar la casa de flores y demostrar de esa manera el amor, que no espere otra cosa mi mamá de él. Lo que ella esperaba –mi mamá– era una ‘revoleada por el aire’, y mi papá era duro, era griego, duro; era lo que él le podía demostrar del amor. Y mi mamá se acostumbró a eso, y en vez de decirle: “a vos te parece… la casa huele feo, ¡parece un cementerio!”, no le decía nada; recibía las flores, “gracias mi amor”, y nosotros decíamos: “oootra vez flores.” Tenemos que descubrir el código del amor; hay tantos miedos que tienen los hombres, hasta a veces no se atreven a decir cosas porque nos tienen miedo, porque hemos sido muy críticas y muy duras en la vida en vez de ser simpáticas. Decí: “tengo que ser simpática, tengo que dar más amor.”
Primero: tenés que amarlo más –que no tiene nada que ver con ceder todo–; si hay alguna mujer acá que está siendo golpeada, maltratada, insultada, vejada, eso no es amarlo más. Por eso te dije que no es para todas; eso lo tenemos bien claro: estamos hablando de las que están como perdiendo la pasión, pero sin embargo quieren quedarse y quieren que pase algo nuevo.
Segundo: necesitarlo menos. Tengo que amar sin necesitar, y tengo que saber bien la diferencia entre lo que es amar y lo que es necesitar a alguien. Una cosa es amar y otra cosa es necesitarlo, y yo tengo que amar más, pero necesitar menos. Para eso debo desarrollar diferentes fuentes de pasión distinta a los hombres; buscar muchas fuentes por donde puedo soltar mi pasión y mi energía; y poder recibir cosas. Por lo tanto, tengo que desarrollar esas fuentes de pasión, estar atenta a los diferentes placeres de la vida. Yo hablaba hoy en el programa de ‘Utilísima’ que muchas mujeres nos hemos olvidado –por ejemplo– de sentir placer al comer, porque todos los alimentos son prohibidos, “qué me voy a comer ese chocolate lleno de menta; qué me voy a comer tal cosa, qué voy a probar tal otra”, entonces la comida empieza a ser algo prohibido y nos hemos olvidado de comer. Chicas: no digo ‘meterte comida en la boca y reventar’, estoy hablando del placer de sentarte en una buena mesa, de servirte una rica comida, de prepararte algo que realmente te guste mucho, que puedas disfrutar de ese momento. O el placer de crear, el placer de dibujar, de pintar, de tejer, de coser, de pasear, de caminar por la calle, de mirar vidrieras …de lo que sea; el placer de ayudar a alguien, el placer de trabajar en una institución como voluntaria, el placer de servir al Señor; hay diferentes fuentes de placer y tenemos que volver a recuperar esas diferentes fuentes de placer. Porque sino vamos a creer que la única fuente de placer en nuestra vida tiene que ser ese hombre, y que ese hombre nos tiene que hacer felices y hacernos sentir bien. Decí: “tengo que estar atenta a lo que me da placer.” ¿Qué es lo que te da placer, de donde puede venir tu placer? Hace años que tal vez no hacés cosas placenteras; estás afanada en la vida, logrando esto, tratando de conseguir aquello, peleándote, preocupándote, diciendo: “esto no va más…” ¿y por qué no hacés algo durante todo el resto de tu vida que te cause verdadero placer? Tenés que buscar dentro tuyo qué es lo que te da placer verdadero, que digas: “lo disfruté un montón.” Por ejemplo: viajar, darse un baño de inmersión, estar ahí tirada, hasta que te arrugues como una pasa de uva; pero por placer. “Qué bueno, esto me hizo bien, y no lo estoy esperando de él.” ¿Estoy esperando caricias?, voy y me doy unos masajes en un spa, y listo. Entonces al otro lo necesito menos, y eso está bueno porque no voy a estar con el otro por pura necesidad, sino por amor; y ahí está la diferencia. Y así vuelve a surgir el amor en la pareja, no la necesidad. Si viene de él, ok; pero sino, no te preocupes; “yo sé donde ir a buscar lo que necesito” …¡y no estoy hablando de otro hombre!
Y por último, tengo que establecer un límite firme entre él y yo. Cada falla de él no es un reflejo de una debilidad tuya. Hay mujeres que cuando el marido comete un error se amargan y se angustia porque creen que es una debilidad ellas, porque las mujeres nos cuestionamos todo. Son esas mujeres que van a comer a un lugar y le viven pateando debajo de la mesa al hombre: “no hagas este gesto, cuidado, no digas esto” porque creés que esa debilidad de él es un debilidad tuya. Y ahí tenés que marcar un limite: él es él y yo soy yo; y si él se equivoca no tengo por qué corregirlo; si él se equivoca, él se está equivocando y él aprenderá. Yo puedo ayudarlo en la medida que él quiera cambiar, pero si él no quiere cambiar, entonces no soy yo quien lo tiene que cambiar.
Lo que más necesito para amar más a mi pareja, lo que más necesito es amarme más a mí; eso es una clave fundamental. Cuando yo me empiezo a amarme más a mí, yo empiezo a romper con el estereotipo del ‘príncipe azul’, de que tengo que tener al lado un hombre pasional, perfecto, que esté pendiente de mí todo el tiempo; empiezo a necesitarlo cada vez menos. Entonces me doy cuenta que estoy al lado de una persona real; rompo esa fantasía y dejo de vivir en la fantasía, porque la fantasía me sirve para motivarme al principio, pero después ya de fantasías no vas a avanzar. Rompé el esquema de ese príncipe azul, ese ideal, y así me doy cuenta que me casé con un hombre de carne y hueso, que tiene sus prioridades, que tiene sus caprichos, que tiene sus cosas, pero que es él, y lo que tengo que lograr es soltarle amor a él, no quererlo cambiar para que sea otro hombre en él; tengo que amarlo como él es.
El amor es como un ‘combo’, como un menú ya armado. ¿Cuántas viajaron en avión alguna vez? Las azafatas cuando te van a servir la cena te dicen: “¿pollo o carne?”, si vos elegís pollo te viene con arroz, y si elegís carne te viene con papas; no hay manera de que la carne te venga con arroz y que el pollo con papas; si es pollo, es con arroz; y si es carne, es con papas. O sea: si vos elegiste pollo, te va a venir con arroz y si elegiste carne, con papas …te guste o no. Así es la pareja: vos elegiste pollo, y te vino con el arroz; está en vos comerlo o no, pero no hay cambio; acá no podés hacer cambio… te vino con el ‘combo completo’: tiene cosas muy buenas –“mi marido tiene cosas muy buenas”– y tiene un poco de arroz, que a veces me lo tengo que tragar… ¡pero lo amo porque él es ‘mi pollo’!
Buscá tu manera particular de amarlo, amalo más y necesitalo menos. Vamos a decir esta fórmula que es maravillosa: amarlo más necesitarlo menos. Por eso yo insisto tanto en la independencia, que no es para separarte de los demás, es para poder unirte mejor a los demás, no por necesidad sino por amor. Es decir: “no te busco porque me tenés que pagar el alquiler”, “no te busco porque tengo que tener un hombre al lado que me cuide”, “no te busco porque me dijeron que me tengo que casar, y sino voy a parecer una solterona”, “no te busco porque vos me vas a proteger”, “te busco porque te amo.”
Porque de todo lo demás yo me busco mis propias fuentes y me hago cargo.
“Señor, vos sos la principal fuente de mi pasión, sos mi Papá; te amamos, sos la fuente de nuestra vida. Te amo, eso es simplemente, te amo porque me sale amarte, porque he decidido soltar amor sobre vos y porque no hay nada más lindo que cuando suelto amor.”
Dice la Biblia que el camino más excelente es el amor. Fijate qué bárbaro: el camino más excelente es el amor; si querés encontrar el camino excelente buscá el amor, porque Dios dice en 1ra Corintios 13: puedo hablar, puedo pasarme adorando al Señor, puedo adorar como los ángeles y pedir que Dios haga un milagro en mi pareja, o dice que hasta puedo tener una fe inconmovible de que Dios cambiará mi pareja (“yo sé que Dios cambiará y tengo una fe ‘a prueba de balas’ y sé firmemente que Dios lo va a cambiar”), o hasta puedo profetizarle a mi pareja y decir, “yo declaro que de acá a tres meses vendrá a la iglesia adorando, sirviendo al Señor, que va a dejar las manías, que se va a volver un hombre trabajador, siempre alegre, divertido” y le puedo mandar profecía, toda la que crea; y también puedo entender todo lo que pase –los rayes de él y los míos, el por qué no funciona la pareja–, puedo entender todo; hasta puedo ofrendar, “mirá, te voy a dar una ofrendita porque estoy orando por mi marido y te doy esta ofrendita, Dios me va a responder esta oración”, puedo dar; pero dice: “si no tengo amor, no soy nada, y nada gano”, si no tengo amor –que es el camino más excelente– no soy nada y no gano nada; o sea, acá no es ni la fe –este no es un problema de fe, el problema de pareja–, no es un problema que tengas que seguir dando, no es un problema de adoración; el problema de pareja es un problema de amor, que es el camino más excelente. Cuando nos atrevemos a soltar amor con simpatía, ver las cosas de otras maneras, sentir que las cosas no las hace por mí sino que son sus propias debilidades, entender que donde hubo fuego, cenizas quedan; porque dice 1ra Corintos 14: “el amor jamás se extingue”, está ahí, no es que no está, está dentro tuyo, lo que pasa es que no lo soltás porque te cansaste, te hartaste, pero está ahí dentro; porque el amor no se extingue, es el camino más excelente. Amalo más y necesítalo menos; sé cada vez menos dependiente de él, sé una mujer independiente. Aprendé a amarlo por lo que él es, soltale amor con simpatía. No tiene que ver con la fe que pongas en una relación, tiene que ver con el amor que logres soltar. Concentrate en lo que querés.
Hoy le decía a una persona: “en mi boca está el poder de la vida y de la muerte”, yo puedo hablar con mi boca y con mi boca puedo ponerle vida a la pareja que se está muriendo, o puedo con mi boca ponerle muerte a esa pareja que se está muriendo; va a depender de lo que quiera poner.” Vas a soplarle amor para darle vida, o vas a tener frustración, negatividad y el famoso ‘y pero si ya no funciona…’ Jesús nunca tuvo en su boca esa frase, porque para Él todo funcionaba, y para nosotras –mujeres de fe– todo funciona, ¿sabés por qué? porque hoy nos hemos dado cuenta que los problemas de pareja son problemas de amor, no son problemas de fe. Vos sos una mujer llena de fuerza, vos profetizás, vos das, vos sembrás, vos hacés de todo; pero acá no es cuestión de todo eso… hay que hacer todo eso, pero primero a través del camino del amor. Si sabés soltarle amor, las cosas se van a arreglar… no lo habías pensado tal vez.
Acordate: amar no es ceder siempre, no es dejarse maltratar, amar es decir: “soy simpática, te comprendo y te necesito cada vez menos; soy más independiente, pero te amo por lo que sos, no por lo que yo quiero que seas, no por lo que a mí me gustaría que fueras; te amo porque sos especial, humano; porque un día te elegí para que compartamos toda la vida.
El camino más excelente es el camino del amor. Dice 1ra Corintios 14: “empéñense en seguir el amor”; tenés que estar empeñada, obsesionada en seguir el amor; usted primero ame y después ofrende; profetice, adore, pero primero ame, suelte amor. El amor puro, ese amor puro: “yo te amo; no importa que no cambies”, suelte primero amor, y la base tiene que ser el amor. Es como cuando uno va a tomar un café de ‘Starbucks’, siempre te preguntan de qué lo querés, pero la base es café, siempre la base es café; le podés agregar crema, chocolate, canela; pero la base siempre es la misma. La base siempre es el amor; después agregale ofrenda, oración, ‘concilio de oración’ para ver si el hombre cambia… lo que quieras; pero la base es el amor. Y de todo lo que estés necesitando, buscá otras fuente de pasión. Tal vez eso él no te lo pueda dar, pero vos buscá otra fuente de pasión. Quiero que pienses… ¿qué estabas esperando de tu pareja?, –pensalo bien– …¿habrá otra manera de que puedas tener eso?, ¿habrá otra pasión por donde puedas ir a buscar eso que estabas necesitando? Pensá qué podrías hacer en estos días que te ayudará a soltar otra pasión, algo que siempre querías hacer pero que no lo hiciste porque estabas seria, esperando que él te diera eso. Hacelo, porque tenés que amarlo más pero necesitarlo menos.
Por Alejandra Stamateas
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Las mujeres sentimos que somos muy vulnerables al engaño.
¿Cuál es la mentira que más recordás?. Yo me acuerdo que hace muchos años en un programa que daban por la tele "Buenas Tardes Mucho Gusto", dicen que Papá Noel no existía y mi creencia era que Papá Noel existía. Me entero a través de ese programa de la verdad, y me quedo mal, porque sentí que mis padres me habían engañado siempre, y esa mentira me quedó, me había afectado. ¿Cuál es la mentira que te dijeron que más te dolió?, porque tal vez te han dicho muchas mentiras, no todas te dolieron tanto, la mentira siempre duele al descubrirla, pero no todas duelen tanto como una en especial.
Esa mentira del programa me pasó, pero hay una que me acuerdo de mi mamá. Ella se iba al cementerio para llevarle flores a mi abuelo, entonces yo le digo: "Mamá ¿ puedo acompañarte?" porque a mí me gustaba acompañar a mi mamá a todos lados, mi mamá hacía compras, iba una cuadra, y yo tenía que ir con ella, y mi mamá me dijo: "Sí, dale vestite y te venís conmigo", pero ella aprovechó para irse sola, y cuando yo salí ya no estaba; y esa mentira me dolió más que otras, porque en esa mentira yo me sentía abandonada, sentía que tenía que ir con ella, pero ella me había abandonado.
Hay mentiras que te dicen durante la vida que no te afectan tanto, pero hay otras que tocan algo muy profundo en tu interior y te afectan mucho más.
Las personas ¿por qué mentimos?
- Mentimos por miedo a decir la verdad.
- Por miedo a las consecuencias de decir la verdad.
- Por inmadurez.
- Porque creemos que mentir nos protege.
- Por irresponsabilidad.
- Por miedo a herir con la verdad.
- Y porque al principio resulta más fácil mentir que decir la verdad.
Pero por sobre todas las cosas mentimos para proteger nuestra imagen, no queremos que nuestra imagen quede al desnudo, no queremos que nuestra imagen delante de los demás caiga, y mentimos para sostener una imagen.
¿Te acordás de una mentira que vos hayas dicho? ¿Cuál de todas las mentiras que dijiste te trajo más culpa? Porque uno puede mentir y no pasa nada, no sentís nada, pero hay una mentira que tal vez dijiste y te trajo más culpa que otras mentiras; porque mentimos y nos mienten.
La mentira la usamos porque es un lenguaje infantil que supuestamente nos saca de un apuro, y tenemos que aprender a superar la mentira, tenemos que aprender a desterrar la mentira de nuestra vida, tanto las que decimos como las que nos dicen.
"Hoy voy a recibir poder para desterrar las mentiras de mi vida"
¿Estás dispuesta a dejar de mentir? ¿Estás dispuesta a dejar de recibir mentiras? La pregunta más importante para hacerte es ¿Por qué miento? ¿Sé por qué miento?, esa es la principal pregunta que tenés que hacerte en la vida ¿Por qué mentís?, porque si vos sabés por qué mentís, tal vez puedas entender por qué el otro también miente, y si vos podés lograr cambiar, porque descubrís por qué estás mintiendo, el otro también va a cambiar, porque vos ya descubriste la clave.
¿Cuántas veces te encontraste diciendo mentiras por costumbre? ¿Cuántas veces te encontraste diciendo mentiras para zafar de algo? por ejemplo: "No tengo monedas" y las tenés, y esa mentira ya no te produce angustia, culpa, nada, ya sos una psicópata de las monedas porque no sentís nada, no tengo ganas de buscar las monedas hasta que encuentre una moneda en la cartera, y aparte me las guardo para el colectivo, decís sin culpa: "No tengo". Cuántas dijeron: "Hoy no comí nada en todo el día". Cuántas dijeron: "No tengo tiempo" para zafar. Tenés el tiempo del mundo, en vez de decir "no tengo tiempo para eso que me pedís", decís "no tengo tiempo", o: "Tardé por culpa del tránsito", y das explicaciones, o decís: "Decíle que no estoy", y son mentiras que no te angustian, están ahí, son parte de tu vida y vos decís "Con esto vivimos, qué le vamos a hacer".
Después están las otras mentiras que vos te hacés la buena: "Y cómo le voy a decir que esa pollera le queda corta, esa bota roja le queda mal, cómo le voy a decir eso, no puedo" ¿ por qué? porque no te atreves a decir la verdad, entonces vivís mintiendo. Hay muchas mentiras en tu bolsillo.
La mentira, es una cárcel porque a cada mentira que vos decís, le tenés que ir sumando más mentiras para sostener la primer mentira que dijiste, si vos decís "no tengo monedas" y las tenés, y se te llega a caer una, tenés que volver a mentir para darle la explicación a la persona que le dijiste que no tenías monedas, "¡Ah, si!, pero era una que me apareció" y volvés a mentir para sostener la primer mentira.
Por eso alguien dijo: "Di la verdad y nunca tendrás que recordar lo que dijiste". Se acuerdan que el pastor Bernardo dijo que uno no tiene que usar la verdad para lastimar a los demás, es preferible hacer silencio, no contestar, pero decir la verdad "esas botas te quedan un desastre", no, no, no, yo no tengo que usar la verdad para herir, yo lo que tengo que hacer es ser sincera conmigo misma, tengo que despojarme de todas aquellas cosas que hago comúnmente y que tal vez me estén trabando alguna bendición, porque la mentira es una cárcel.
Jesús dijo:"Conocerás la verdad y sólo la verdad te hará libre", porque la mentira te encierra en una cárcel, y la única manera de salir de esa cárcel es conociendo y hablando verdad, debo conocer y debo hablar verdad. El que miente tarde o temprano cosecha el fruto de su mentira. Tarde o temprano si vos soltaste una palabra de mentira, una palabra mentirosa, eso fue lo que sembraste y lo que vas a cosechar es más mentira.
Hay mujeres que viven mintiéndose a sí mismas, "El mes que viene..., no él es un hombre bueno, nunca me va a engañar,... él nunca me sacaría un peso...no esa mujer, yo sé que es una buena mujer, y va a ser una buena socia para mi negocio", y no quieren ver la verdad porque se mienten a sí mismas. Y cada vez que vos sembrás una mentira, ya sea en vos o en los otros ¿qué cosechás?
Si siembro mentiras, cosecho mentiras.
La mentira es como una espada de Damocles sobre tu cabeza, te da cierta sensación de poder, de que lograste algo, de que con esa mentira zafaste de una situación.
¿Sabés qué era la espada de Damocles?, cuentan que había un rey que tenía un sirviente que siempre decía: "Esto de ser rey es muy fácil, cómo puede ser que viva con tantos lujos, yo quisiera saber si todo el mundo pudiera vivir así, la vida de rey es una vida cómoda", entonces el rey le quiso dar una lección, y le dice: "Muy bien, en la próxima fiesta, el gran banquete que tengo, en lugar de ir yo vas a ir vos como rey y te vas a sentar en mi silla, en la silla del rey, y vas a disfrutar de esa comida y vas a estar esas horas siendo el rey"; entonces él se puso muy contento, y se sentó esa noche del banquete en la silla del rey y comió todo lo que había en la mesa, pero cuando alzó los ojos, había colgando una espada que estaba agarrada solamente de un pelo de crin de caballo, y la espada desnuda, afilada, se suspendía sobre él y en cualquier momento se podía caer, y él dijo: "Prefiero no ser rey", de esta manera el rey le demostró que ser rey no era solamente tener esos lujos, sino que era estar siempre a filo de espada, que en cualquier momento él tenía que soportar cualquier cosa, y este sirviente nunca más quiso ser rey.
Yo quiero decirte que la persona que miente tiene una espada sobre su cabeza, parece que te da poder, parece que te hizo zafar, zafaste por una semana con esa mentira, zafaste tres semanas, zafaste de que tu esposo te echara a la calle, o que tu esposa te echara a la calle, zafaste de que tus hijos no te siguieran preguntando sobre cierta situación, pero es como una espada de Damocles, porque toda mentira sale a la luz , lo que te da la mentira es algo efímero y peligroso.
¿Cómo podemos detectar mentirosos, chantas y manipuladores? ¿Cuántas se encontraron con esa clase de personas?
Sería bueno tener como una especie de chicharra. Por ejemplo: yo me acerco a una persona y me suena la chicharra, "es mentirosa" ¡qué bueno que sería tener un detector de mentiras! que lo pudiéramos llevar nosotros todo el tiempo en el bolsillo y poder saber si esa persona es una chanta, una mentirosa, o una manipuladora.
Como no podemos saber eso podemos buscar algunos indicios, podemos investigar un poquito, podemos darnos cuenta de algunas características que tiene una persona que es mentirosa, y podemos tomar varias actitudes hacia la mentira.
Cuando nos han mentido no queremos que nos mientan nunca más, entonces lo que podemos hacer es no creerle nunca más a nadie ¿podés vivir no creyéndole nunca más a nadie? no, y tendemos a creerle a la gente. O lo que podemos hacer es estar a la defensiva siempre "No, porque ésta me va a mentir, no, éste me va a versear, no, ésta está loca, no me va a decir la verdad", entonces nunca nos arriesgamos, porque cada vez que alguien nos ofrece algo vamos a estar a la defensiva, diciendo: A mí, otra vez, no me van a engañar".
-Otras de las actitudes que podemos tener, es cerrarnos a todo el mundo por miedo. Entonces te movés sola, te manejás sola, te cortás sola en la vida, porque no querés tener un socio, tener una socia, no querés tener una amiga para que no te mienta, no querés tener una pareja porque ya hay un montón que te mintieron y te traicionaron entonces te arreglás sola ¿se puede vivir así? O podés aprender técnicas para reconocerlo, eso está muy bueno pero a veces la técnica te falla y te falla porque a veces la emoción es más fuerte que la razón. Lo razonaste, lo aprendiste, pero cuando estás frente a la emoción, la emoción tiene más fuerza y esa técnica ya no te sirve.
O la otra actitud que hacen muchas mujeres es frente a la mentira de los demás no hacer nada, mantener la verdad alejada de vos," prefiero que me mientan, a que me digan la verdad". Hay muchas mujeres que viven así, prefieren la mentira a la verdad, prefieren no enterarse de la situación en la que están los hijos, prefieren creer que tienen una familia espectacular, prefieren negar que con el marido pasa algo, prefieren negar que económicamente están mal porque prefieren seguir manteniendo su nivel económico, y hay muchas mujeres que alejan la verdad de su vida porque le tienen miedo a la verdad, y ya se acostumbraron a la mentira.
Yo debo mantener cerca la verdad y debo alejar la mentira ¿dónde tiene que estar la mentira? ¿dónde la verdad?, la mentira, la verdad.
Tenés que mantener la verdad cerca de tu vida aunque la verdad te duela, aunque te sea difícil reconocer la verdad. Cada vez que vos conocés la verdad, la verdad te hace libre. No hay nada más lindo que vivir en libertad, no hay nada más lindo que experimentar la verdad. No te metas en la mentira, no te metas en el engaño, cada vez que venga a tu mente la posibilidad de decir una mentira, enseguida tenés que reaccionar ¡no! me voy a manejar con la verdad, yo puedo resistir esto, me voy a manejar con la verdad. Cuando alguien te mienta, sacá a luz la mentira, no la sigas tapando, vamos a resolver esto, vamos a arreglar esto, vamos a ver esta situación, no tapes, porque entonces te metés en la cárcel más profunda, y Dios te hizo para que vivas en plena libertad.
¿Qué podemos hacer con la mentira?
Podés encomendarte a Dios, el Salmo 31: 5, dice: "En tus manos encomiendo mi espíritu" pareciera una frase pasiva, me mintieron, yo no sé qué voy a hacer. No sé que va a pasar en esta situación, entonces Señor hacé algo vos. Pero esa frase no es una frase pasiva, cuando vos decís: "En tus manos encomiendo mi espíritu", lo que estás haciendo es un acto de guerra espiritual, y no de indiferencia pasiva. Lo que pasa es que hemos interpretado esta frase como que yo me suelto, y esa es una gran mentira; cuando nosotros decimos "en tus manos encomiendo mi espíritu" estamos involucrando a Dios en medio de nuestro conflicto; y cuando involucramos a Dios en ese acto de injusticia personal inmediatamente se produce una reacción de parte de Dios y se produce la liberación en el mundo natural, por eso no es un acto de pasividad, es un acto de guerra espiritual agresivo: "Señor, metéte en el medio de la injusticia , metéte en el medio de la mentira, accioná y liberáme en el nombre de Jesús"
¿Cuáles son los resultados de hacer esta guerra espiritual, de decirle: "Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu"?.
Dios me dará fuerza emocional frente a la mentira. Pablo, oraba y decía, "que seamos fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu".
Vos tenés el resultado de encomendar tu injusticia a Dios, es que vas a empezar a ser una mujer fuerte en el área de las emociones, hay un poder que está al alcance de nuestra mano, que es un poder que Dios nos ha dado para fortalecer nuestra mujer interior, nuestra mujer interior habla del mundo interno, del mundo de las emociones que a veces se ha debilitado frente a tanta mentira, frente a tanto abuso, frente a tanto engaño, esa mujer interior está débil, no tiene fuerzas para seguir, no tiene fuerzas para salir adelante, pero hay un poder reservado para las hijas de Dios que se atreven a meter a Dios en el medio de la injusticia, que dice: "Yo sé que tengo este poder para fortalecer mis emociones y para enfrentar la mentira y salir de la cárcel de la mentira". Yo voy a ver la verdad y no voy a ser nublada por mis emociones.
¿Saben por qué las mujeres somos más vulnerables al engaño? porque vivimos por necesidades en lugar de vivir por fe; "Necesito que alguien me hable", entonces cualquier versero que te diga una palabra de amor se la vas a creer y te va a terminar engañando, porque vivías por tu necesidad de que te hablen. Cualquier hombre que venga y te diga "Te amo, sos hermosa", como vos lo necesitás tanto, se lo vas a creer y no vas a poder diferenciar si es verdad o mentira, porque te estás moviendo por necesidad, no por fe. No me tengo que mover por necesidad; si tu necesidad es económica y vos estás necesitando que alguien te preste plata, la primer mujer que te diga: "Yo tengo ahorrado unos pesitos, vamos a hacer una sociedad", le vas a decir que sí, sin darte cuenta si es una buena persona o te está mintiendo porque estás nublada por tu necesidad, y tu necesidad y tu emoción no tienen que nublarte; vos tenés que encontrarte con la verdad. Cada día que camines tenés que enfrentarte a la verdad de la vida porque una vez que vos sepas la verdad, vas a tener libertad para actuar; hasta que no sepas la verdad, vas a seguir cegada y metida en una cárcel que no te va a permitir avanzar.
No tengo que vivir por necesidad.
Si vos necesitás que alguien te escuche porque en tu casa nadie te escucha, a la primer persona que te de cinco minutos de atención le vas a entregar toda tu vida, porque te estás moviendo por necesidad. Si vos necesitás un contacto de oro, la primera persona que te diga: "Yo soy amigo del presidente" te va a enganchar y no verás ningún otro detalle porque te estás moviendo por la necesidad de tener un contacto importante, y vos no tenés que moverte por necesidad ni por emociones.
Hay mujeres que cuando la emoción está involucrada parece que desconectan el cerebro, no pueden pensar, dicen: "No, no me sale nada, no sé qué hacer, cómo moverme", es como que hicieron un clic, desconectaron, apagaron el cerebro y ahora se guían por las emociones, lo que siento, lo que me gusta, lo que no me gusta, lo que necesito, lo que no necesito, lo que me hace llorar, lo que me hace reír, y vos no podés moverte por emociones, vos tenés que usar emociones y cerebro a la vez, para eso Dios nos dio todo, para eso estamos completas en Cristo Jesús.
Cuando metés a Dios en el medio: "En tus manos encomiendo mi espíritu", él te va a enseñar que la máxima opinión sobre tu vida la tiene Dios. David decía "Yo sé que Dios está por mí". Hay mujeres que le tienen miedo a Dios, hay mujeres que hacen las cosas por miedo: "Dios me va a castigar, me va a matar, mentí y Dios me va a sacar todo, me voy a quedar en la ruina, no voy a tener nada", y Dios quiere tu bien, Él quiere verte crecer, Él te quiere ver prosperada. Dios no quiere tu mal, no te va a enviar mal, entonces no te autoboicotees. El problema que le pasa a muchas mujeres es que están escuchando la opinión de la gente todo el tiempo y le creen a todo el mundo. No le creas a todo el mundo. Vos tenés que saber que Dios está por vos y cuando venga alguien a decirte: " Dios te va a castigar por eso que dijiste", vos le tenés que decir "Dios está por mí". Cuando alguien venga y te diga: "Ahora vas a caer en una maldición", vos le tenés que decir: "Dios está por mí", cuando alguien venga y te diga te hice un trabajo de brujería y te voy a separar de tu pareja, vos vas a decir:"Dios está por mí".
Nosotras no huimos de las situaciones, las enfrentamos, porque sabemos que Dios está por nosotras, porque lo incluimos a Dios en nuestra injusticia, aunque estés pasando una injusticia, me mintieron, me engañaron, me sacaron dinero, mi marido se fue con otra, me dijeron que había dinero y estábamos viviendo en la bancarrota, hay una injusticia , Dios, en tus manos encomiendo mi espíritu, hacemos guerra espiritual, juntos ahora, metéte en el medio de mi injusticia y accioná algo poderoso para que yo tenga libertad de esta mentira. Porque el que te dijo la mentira, está condenado por esa mentira, pero te envolvió a vos en el mismo espíritu mentiroso y te perjudica, por eso vos tenés que salir rápido para estar en plena libertad. No, no, no, yo con mentirosos, no, mentira, no, porque me tira me encierra en una cárcel, o hablamos verdad o no hablamos más. Vos tenés que hablar verdad con la gente, no le digas a tu líder que no pudiste venir porque tuviste el nene enfermo, porque tu nene se va a terminar enfermando si eso es una mentira, porque ataste a tu nene con esa mentira; no, no pude venir porque no tenia plata, y si eso es mentira, ataste a toda tu familia en la pobreza. Vos generás tu mundo, y eso que decís tiene poder, y envolvés con la mentira todo el mundo, los encerrás en una cárcel; No, no vine porque me sentia mal, y si es una mentira que te sentías mal, te vas a terminar sintiendo mal en algún momento, porque te ataste vos, no porque Dios te castigue, " Dios te castigó porque mentiste" ¡No!, vos solita te ataste con la palabra de tu boca, vos solita te ataste en la cárcel de la mentira y no sabes cómo salir, y la única manera de salir es diciendo la verdad. Cuando vos hablás verdad vos sos libre, sin lastimar a nadie, sin herir a nadie, sin hacerte la maestra ciruela de nadie. Vos decís, yo voy a ir con la verdad porque yo me merezco hablar verdad y yo me merezco recibir verdad en mi vida, porque la verdad a mí me ha hecho libre.
Y por último
Cuando metas a Dios en el medio de tu injusticia, Dios va a salir al encuentro de los que te mientan, dice el Salmo 27:2 "Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron", tropezarán y caerán. ¿Con quienes tropezaron los enemigos? con Dios. Si vos metés a Dios en el medio de tu injusticia, ellos, los mentirosos, se tropezarán con Dios porque Él es la verdad, esa es la piedra de tropiezo, se van a tropezar, vos vas a quedar levantada de pie, pero ellos tropezarán. Tropezaron con la verdad.
Dice la Biblia que había una prostituta a la que iban a apedrear porque se había acostado con un hombre; a él no lo trajeron, la trajeron a ella, a él lo dejaron libre y cuando le preguntaron a Jesús si había que apedrearla porque así dice la ley, entonces Jesús se inclinó a tierra y dijo "El que esté sin pecado que tire la primera piedra", dice que de los más viejos a los más jóvenes se fueron yendo de a uno. ¡Mirá si el Señor hace esa pregunta acá! "La que nunca pecó, la que nunca mintió, tire la primera piedra"... y se fueron yendo.
Me gusta porque todos esos tropezaron con Jesús que es la verdad; y Jesús le dijo: "¿Dónde están los que te maltrataban, dónde están los que te acusaban?" porque no había nadie. Cuando alguien quiera venir a tu vida a mentirte, para dañarte, se van a tropezar con Jesús porque vos metiste al Señor en medio de esa injusticia que hicieron en tu vida, y Él te dará la plena libertad.
Cuando alguien venga a tu vida a mentirte, a engañarte, a estafarte, vos podés decir: "En tus manos encomiendo mi espíritu", eso quiere decir me pongo en un acto de guerra espiritual, yo sé que vos vas a accionar Señor, yo sé que vos me vas a dar la libertad de esta mentira, yo sé que no voy a estar en la cárcel de una mentira donde cualquier persona me quiera tener. Esa gente se va a tropezar con el amor de Dios, el amor que Dios te tiene a vos, tropezarse con el amor que Dios te tiene es tropezarse y romperse la cabeza porque Él te ama tanto. Que nadie te toque, porque el que te toca, toca la niña de los ojos de Dios, que nadie se atreva a maltratarte, ni a tocarte, ni a mentirte porque se van a tropezar con el amor que Dios te tiene a vos, que es grande y es precioso.
Estamos protegidas por el amor de Dios.
El amor de Dios es como un filtro, como un colador, todo lo bueno pasa por tu vida, toda la bendición pasa para tu vida, y lo malo, la maldición y lo negativo, queda arriba, no puede pasar, queda ahí en el colador, no pasa, eso es el amor de Dios. El amor de Dios hace que todo lo bueno, toda le bendición que te corresponde, todo lo que te pertenece, todo lo que te sacaron, va a ser para tu vida y todas las mentiras, todas las traiciones, todos los fracasos, todo eso queda arriba y no puede pasar, ese es el amor de Dios. ¡Te ama tanto el Señor! A mí me gustaría que puedas experimentar eso. David lo sabia, él sí que usaba buenas palabras para expresar el amor que Dios le tenía. Dios está por mí, Dios no está en contra mía, Dios no va a venir con un castigo por haber mentido, ese castigo me lo busco yo, por no querer encontrarme con la verdad, por tenerle miedo a la verdad, no tengo miedo de hablar con mi boca, Dios está por mí.
Por eso cuando venga la traición, el engaño y la mentira a tu vida, tenés que decir: "Señor en tus manos encomiendo mi espíritu".Y yo te puedo asegurar que todo el cielo se va a empezar a mover a tu favor.
No te estoy diciendo que tenés que hacer todo lo que el mundo te diga, lo que la gente te diga, si vos tenés monedas en el bolsillo pero no se la querés dar, decile," la verdad no te las voy a dar, porque las estoy guardando para el colectivo", si querés darle explicaciones, y sino, no le digas nada, acostumbrate a eso, no digas nada, para decir y que sea mentira, es preferible no hablar, te van a tomar como una maleducada, y bueno, una cosa es ser maleducada, y otra mentirosa. Es preferible no hablar, a hablar mentira. Si vos no querés decirle algo a tu marido, no le digas una mentira, decile: "mañana veo si lo hablo", porque tal vez mañana quieras decirle la verdad, hoy no estés dispuesta porque no estás en el día para decirle eso, pero mañana sí, entonces a él no le estás mintiendo, estás esperando el momento oportuno, no todo lo que no decís es mentira, son tiempos que te tomás, pero vos tenés que saber que de tu boca cuando te decidas a hablar, tiene que salir la verdad, no le mientas a tu líder porque vos terminas perdiendo, no tu líder, tu líder te acepta la mentira , no le mientas a tu pastora, andá con la verdad que es más linda, que siempre te trae libertad, andá con la verdad a tus hijos, no te estoy diciendo que tenés que confesar tus cosas, no, si hablás que de tu boca salga verdad, porque vas a incluir a todos los tuyos en la libertad, porque conocerás la verdad, y sólo la verdad es la que te hará libre.
Estamos viviendo en un tiempo de gracia, no estamos viviendo bajo la ley. Dios no es tu juez, sino tu abogado. Dios defiende tu causa. Dios en tiempo de gracia no es juez, es abogado, es defensor de nuestra vida, de nuestros derechos cuando son injustos con nosotros. Hay bendiciones que vos tenés atrapadas por la mentira, porque la mentira es una cárcel, y tal vez haya sido mentira lo que te dijeron y vos aceptaste, y no quisiste ver la verdad, o no te diste cuenta que te mintieron. Estás atrapada y están atrapadas tus bendiciones porque no las podés ir a buscar. Tenés que saber que hay momentos de liberación, y tenés que usar este momento de oración y meterte en ese tiempo de liberación para que todas las bendiciones que están atrapadas puedan venir. Hay mujeres que nunca mintieron, pero a las que le mintieron ¿Qué hago con eso?, la que pierde algo por obediencia a Dios, porque muchas no dijeron nada porque creyeron que estaban obedeciendo, hicieron silencio frente a la mentira, y yo quiero decirte que vos tenés autoridad para reclamar eso, que lo que te sacaron a través de la mentira, te va a ser devuelto, vos tenés autoridad, pero tenés que meterte en el tiempo de la liberación. Tenés que decir: "Señor, yo me meto en libertad, yo hablo verdad conmigo misma, y vos sos la primera que tenés que hablarlo. Dejá de mentirte a vos misma, preguntáte ¿por qué te estás mintiendo, quién gana con la mentira? nadie, metéte en tiempo de liberación y reclamá a aquellos que están encerrados con vos en la cárcel de la mentira. Es tiempo de tomar la bendición que está en la plena libertad, tenés que vivir las bendiciones en libertad; porque podés vivir una bendición cuando estás en la cárcel, y no es lo mismo, porque no es bendición completa, la bendición la tenés que vivir en libertad, por eso habláte verdad a vos.
Encomiendo mi vida, mi boca, mis ojos, todo mi ser a tu verdad y declaro que tengo poder dentro mío para fortalecer mi mujer interior. Yo declaro que me alejo de la esclavitud de la mentira, y traigo a mi vida, acerco a mi vida la verdad, porque solo la verdad me hará libre. Me declaro libre, confieso con mi boca verdad en el nombre de Jesús. Amén.
Por Alejandra Stamateas
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